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Mientras tanto¿De dónde vienes...? De la luna

¿De dónde vienes…? De la luna


 

Hace cosa de dos meses que no escribo en estas páginas y algunas personas, pocas, me han preguntado que si me pasaba algo, que dónde me había metido o si me había metido con algún poder local y me habían metido en la cárcel…

 

Pues no, no ha caído esa breva.

 

Porque a veces, es lo que me pasa, me gustaría desaparecer de este mundo o de cualquier otro habitable, si los hubiera o hubiese.

 

Lo suyo es que me hubiera ido a Babia como bien hacían los reyes leoneses cuando querían retirase a descansar de sus problemas, pero a mí mis problemas no me pierden de vista, que con lo gordo que estoy se me ve venir, e irme, de lejos.

 

O irme a la luna o a las estrellas como bien hacía el bueno de Cyrano de Bergerac para intentar olvidar sus tribulaciones sentimentales y sus defectos físicos.

 

Con esa ingravidez todo pesa menos, ya sean dolores del corazón, una nariz con carácter o los problemas de todo tipo que tengo y mi vientre desmesurado (mi hijita Latifa dice que estoy en estado de buena esperanza).

 

No he encontrado la escena en la que dice que acaba de caer de la luna, pero esta declaración de principios siempre me ha emocionado, incluso hace años me la sabía de memoria… ¡Qué tiempos aquellos!

 

 

Esto de irme a la luna puede parecer una licencia literaria en Europa, pero aquí en Burkina Faso es considerado algo real.

 

Y me refiero a que, según la tradición, creen en ello en lo que se trata del Naabá Kiibá, rey local de Yatenga, nuestra provincia.

 

Así que ir, y volver, de la luna es algo que pasa todos los años con la primera luna nueva a la realeza local (no tengo constancia si los demás reyes locales y/o provinciales viajan a la luna y organizan actividades todos juntos allí…).

 

El acontecimiento se llama en mooré y francés, Naaba yiti Kiougou, Le Roi qui revient de la lune, y se celebra por todo lo alto, aquí abajo.

 

Entrada triunfal, con su séquito, y con demostraciones de monta y doma…

 

 

No puedo contaros exactamente lo que dijo el Naabá de cómo le fue en la luna, aunque creo que bien por el aspecto que presentaba, por más que los viajes largos, y más si hay cambios horarios, fatigan mucho.

 

Este año fuimos invitados, Asséto, mi mujer y yo, a la recepción en la residencia del Gobernador por parte del Presidente del Consejo Regional de la Región del Norte que me confesó que ya no cree que sea verdad lo de que vuelve de la luna montado en su caballo, que hay mucho de leyenda en estas cosas, pero que hasta la madurez creyó firmemente en ello…

 

 

A la izquierda el comité de recepción, el blanco soy yo mismo. A la derecha, los reyes locales más pequeños, de escalafón que no de talla

 

 

Quizás os parezca increíble o que cómo puede ser posible que alguien crea hoy en día en esas cosas pero puede que no os hayáis parado a pensar que no es tan extraño que pueda pasar. Todo depende, creo yo, del caballo que se utilice.

 

Por poneros un ejemplo, existen más de 1.000 millones de personas en el mundo, a día de hoy, que creen, ciegamente, que Buraq, el caballo de Mahoma, le llevó en una noche y por los aires, de La Meca a Jerusalem. Así que, ¿por qué no?

 

Tomando un refirgerio con las autoridades y contándonos las novedades de la luna; la mujer es la mía…

 

 

Bueno, en realidad esto es más fácil de creer, lo de Mahoma, porque no necesitas salir de la atmósfera terrestre, pero ¿quién puede saber si debajo del turbante del Naabá Kiibá no tiene un sistema de botellas de oxígeno para hacer más llevadero el viaje?

 

¿O si tiene un récord de apnea que no ha querido homologar, discreto y sencillo como él solo?

 

Una llamada, de la luna supongo, para ver si había llegado bien…

 

Y a casa a echarse la siesta, que estos viajes estelares ya se sabe que cansan mucho

 

 

Por mi parte puedo decir que he viajado en estos dos meses, pero por procedimientos tradicionales, Royal Air Maroc, en lo que respecta a mi cuerpo.

 

Mi mente me abandona cada vez más tiempo y no se concentra para poder escribir estos insulsos artículos, ni lo que tengo que hacer para sacar adelante la Biblioteca OLVIDO, ni siquiera para publicar todas las actividades semanales de la misma.

 

Así que si eso ya eso, lo de escribir.

 

Estáis avisados.

 

 

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