Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img
Mientras tantoDe mi Diario : 9.ª semana del 2024

De mi Diario : 9.ª semana del 2024


Rodenkirchen, 25.2.

A pesar de que anoche consumí casi un paquete entero de ciruelas secas, dizque mano de santo contra el estreñimiento, me despierto con uno dolorosísimo que me tuvo mártir. Me sentaba en el inodoro un ¼ de hora pujando hasta el no va más, temiendo que se me rompa una vena en el esfuerzo, y nada. Todo lo más ladridos del perro rabioso que se ha hecho dueño de mis intestinos. Le digo a Diny que no saldremos a comer hasta que no haya conseguido vaciarlos. Sólo a las 3:30 pm me digo que ya está, que lo peor pasó. Me afeito una barba de dos semanas y constato una vez más que las hojas de afeitar las fabrican ahora con los restos romos de un arado romano. Si estuviéramos en Buenos Aires, Diny diría con filosófica resignación: «Industria Argentina». Pese a que nuestra “industria argentina”, Rebeca, fue una obra maestra.

Vamos al Steep’s porque es lo que queda más cerca y yo estoy bastante fundido. Hoy no está Anna sino una señora (más que una camarera, aunque lo sea), a la que ayuda una niña de unos 11, 12 años. Ella atiende las mesas y a los clientes de una manera tan profesional, con tanto rodaje, que decido olvidar cualquier mención del “trabajo infantil”. Diny le pide un filete de ternera empanado, con pommes, y yo dos ½ Röggelchen con salchicha fresca y paté de Colonia. Vino luego a traerme una segunda copa de Grauburgunder y le pedí disculpas, a lo que reaccionó con sorpresa: «¿Por qué?» «Porque desde el primer momento la he estado tuteando, sólo porque usted es una niña». Su rostro se ilumina, y me da las gracias. A la hora de pagar, viene la señora con su compu de bolsillo y pago sin dejar propina, pero le pregunto que cómo se llama la niña, me dice que Klara y le doy un billete de 5 € diciéndole: «Esto es para Klara». También su rostro se ilumina, y un minuto después llega Klara a dar las gracias. Se puede hacer tan feliz a la gente con tan poco

Rodenkirchen, 26.2.

De mañana estuve haciendo cuatro transferencias para llevarlas luego al Banco, y en la tarea de transcribir los números IBAN de las respectivas cuentas percibí sin duda alguna que mi vista se ha deteriorado sensiblemente. Me temo que no podré retrasar mucho más la operación de mis cataratas. Y bueno, sabido es que al perro flaco todo son pulgas, como decía mi abuela Remedios.

Hoy fuimos los primeros en llegar al Bistro Verde. Como en la carta siguen ofreciendo bullabesa, concluyo que no fue ella la que me provocó las náuseas y la diarrea que me atacaron el domingo 18. Le explico a Angelika lo que me pasó y me dice que el virus está en el aire y que ataca donde menos se espera. Diny encarga su fricasé de pollo y yo mis Rösti con salmón, ahumado hoy. De vuelta al Maternus paso por el ReWe para unas compras, en especial yogur de coco y con stracciatella, mis favoritos. Morir nos tenemos que morir todos, pero lo que es yo, quiero hacerlo bien comido y bien bebido.

Acabo de leer en HuelvaRed, que con escrupulosa puntualidad me envía a diario el bueno de Vicente, la concesión del Premio Ángel Serradilla a su persona. Ipso fuckto le escribo para darle mi enhorabuena con la alegría de saberlo merecedor de ese premio y cuantos más le concedan: «Y acuérdate –le digo– de la anécdota de Unamuno que conté hace poco en mi Diario». Luego he buscado en Google material sobre Ángel Serradilla, que nació en Cumbres Mayores en 1963, justo el año en que me autotransterré a Alemania. Un gran tipo, según veo, seguro que me habría gustado conocerle.

Rodenkirchen, 27.2.

La noche de ayer la dediqué a la música. Empecé por el Bolero, de Ravel, bajo la dirección de Celibidache, en 1971, con la orquesta sinfónica de la Radio de Dinamarca. Es la mejor de todas, de lejos, pese al faux pas a los 12’05” cuando se señala el pecho con el índice de la mano izquierda, alzándolo luego para darnos a entender que él era el n.º 1. En fin, Celibidache. Que nos demuestra con su gestualidad que el Bolero es una pieza para bailar. La grabación es por otra parte un fabuloso estudio de cámara, concentrada única y exclusivamente en el director, a la orquesta sólo se la ve un par de segundos, y de espaldas. Seguí con una de mis composiciones favoritas, “Noche de verano en Madrid”, 1851, de Glinka. Luego  vino el intermedio de La boda de Luis Alonso, de Giménez, quien en 1897 reitera el tema que también usó Glinka y que yo llamo “el de la gallina Papanata”: debe ser una canción infantil del siglo XIX, muy pegadiza. Y terminé con una antología de la zarzuela, música que siempre he amado y a la que he dedicado no pocas horas en teatros, de Huelva, de Madrid sobre todo, de París, de Gante o Brujas (se me cruzan aquí los cables). No entiendo cómo es que no le gusta a mi queridísima UQ. Pienso que con bastante seguridad se debe a un prejuicio.

Almorzamos con Claudia en el chino, y le gustaron la comida y el ambiente. Se fijó además en que la camarera me preguntó «Bebidas ¿las de costumbre?ۛ» Ella por su parte se contentó como Diny con una gaseosa de manzana.

Rodenkirchen, 28.2.

Anoche tuve una epifanía, se lo cuento a Guillermo, en su Orquidiócesis de Antioquia: «Guglielmo tanto caro, ciao!* ¡Qué requeterregalazo me has hecho, hermano! Recibí hace dos días tu envío con esa «primicia mundial para mi amigo Ricardo», y recién anoche, cuando Diny se fue a dormir a las 8:30 pm (hora europea) tuve un par de horas de asueto y me embarqué en la lectura de En agosto nos vemos. ¡Qué belleza nos dejó Gabo con su relato póstumo! Veo, gracias a mi dilecta amiga Miss Hortensia Google, que la publicación será el 6 de marzo, así es que lo he leído con una semana de anticipación, razón de más para agradecerte este envío. Como tantas otras veces con la prosa de Gabo, me atrapó desde el vamos y no pude apartar la vista de la pantalla hasta llegar al punto final. Creo que debe ser un texto anterior en su escritura a la de Memoria de mis putas tristes, el único fallo que encuentro en él es ese «libro intonso que puso en la mesa de noche con una página marcada por el cortapapeles de marfil» (página 2) que no condice con el final del capítulo: «Sólo cuando cogió el libro de la mesa de noche para guardarlo en el maletín, se dio cuenta de que él le había dejado entre sus páginas de horror un billete de veinte dólares», y como antes nos ha dicho que ella estaba leyendo Drácula,  de Brian Stocker, es evidente que el libro no era intonso. Pero ya sabes, peccata minuta. Este relato es una joya. Gracias milyuna, como las noches de Scherazade. E un grande abbracccio dal fratello Riccardo Cuore di Leone con un addio cinematografico». * [Se cree que «ciao!» es una despedida, y también lo es, pero asimismo es un saludo cuando dos amigos se encuentran]

Vamos a almorzar al Steep‘s, Diny su escalope à la vienesa, yo mis tres Reibekuchen con salmón ahumado. Cuando doy buena cuenta de los Reibekuchen, la camarera entrada en carnes me pregunta si quiero uno o dos más, pero le digo que no y ella se acuerda: «Ah, sí, claro, usted toma el salmón como postre». Al traerme luego la factura le digo que el domingo también comimos ahí y que nos atendió una niña de unos 11, 12 años, y me corrige de inmediato: «No, no, 16». «¡¿16?!» «Sí, Klara no los aparenta, pero los cumplió ya. Fíjese que si no, no la podríamos emplear, sería ilegal». Tableau! Creo que pocas veces he fallado tanto calculando la edad de alguien.

Después de leer mi diario, Jaime Matamoros me escribe desde España: «Sólo quería recomendarle, si no la ha visto, la película iraní El viajante, que incluye en su trama una representación de La muerte de un viajante, de Arthur Mil​ler».​ Ay sí, el Oscar 2017 a la mejor peli de habla no inglesa, el segundo que Asghar Farhadi gana después del de 2012 por Nader y Simin, una separación, dos de sus varias obras maestras, cómo se me pudo olvidar. La edad, Ricardito, la edad, como decía mi abuela Remedios. Dicho sea de paso, conocí la obra de Farhadi gracias a los Oscar. Es como con la Szymborska, sin el Nobel la conocerían tan sólo en Polonia. O sea, que algo bueno tienen esos premios.

Una buena noticia: me comunican por teléfono que se encontró la cartera de Diny con su pasaporte, etc. Está en el Primo Piano, donde iremos a comer de todos modos mañana. Mezclados a la buena noticia dos signos de interrogación: ¿Cómo consiguieron el número de mi teléfono fijo en el Maternus, que yo creía desconectado? Y ¿por qué la llamada me llegó de un teléfono con el prefijo 0022, que es de los más sospechosos como fraudulentos?  Pero llamo al Primo Piano y me confirman que la cartera de Diny se encuentra allí. Misterio[s].

Rodenkirchen, 29.2., ¡al cabo de cuatro años!

Hoy, por fin, al cabo de cuatro años, puedo volver a felicitar al Rusito en el día de su cumplesantos, como dicen en el Perú y es menos agresivo que cumpleaños. Por curiosidad repaso lo que escribí aquí el 29.2.2020, el último bisiesto antes de este, y no registré ni siquiera que era día bisiesto. Pero sí que lo hice en el 2016:   «Una de las primeras providencias de esta mañana, incluso antes del desayuno, ha sido felicitar en su cumpleaños a Daniel Mordzinski, el único que mis amigos que nació un 29 de febrero. Si bien casi no mantenemos contacto (no es un animal epistolar, como yo), sí que está presente en las paredes de nuestra casa con dos fotos formidables, una mía con Chico en su antiguo depto (el de Daniel en París), otra mía con Diny en el cementerio de Père Lachaise. Y está presente en la biblioteca, con dos libros suyos, para uno de los cuales escribí el prólogo. Dos veces lo escribí, porque la primera versión no le gustó, y Daniel no es de los que se guarda su opinión, demuestra su amistad –como yo lo hago– hablando sin rebozo. También, sobre todo, a los amigos».

Con ayuda de la sapiente y hacendosa Frau Wuttke resuelvo el misterio de la llamada desde un 0022. Pese a los dos ceros, no provino del extranjero sino de la propia Colonia, cuyo prefijo es el 0221. Pero si me llaman a la línea que está a mi nombre en el Maternus, en la pantallita del teléfono se le antepone un 0 al prefijo de Colonia en el momento de pasar por su centralita. Este es un engorro que debo resolver cuanto más pronto mejor.

Almorzamos en el Primo Piano y recuperamos la cartera de Diny, con pasaporte, dinero e tutti quanti. Hoy nos dedicamos a la pizza, Diny la funghi, es decir, con champiñones, y yo la tonno, es decir, con atún. Pagué la dolorosa sin añadir una propina, que Diny se la dio muy generosa a la camarera, en efectivo, junto con sus gracias más sinceras por la cartera.

Después de leer mi Diario, mi compadre me cuenta que a la diarrea la llaman en Colombia «correquetealcanzo». Le contesto que es una belleza y le cuento otra anécdota de Ernesto en su pueblo, Villanueva de los Castillejos, en la provincia de Huelva. Envió a uno de sus pacientes a la capital para que le hicieran unos análisis, y a la vuelta fue de nuevo al consultorio de Ernesto. Este le preguntó: «¿Y qué tal el resultado de los análisis?» «Mu güenos, don Ernesto, han dao vengativo». Traducción: negativos.

R’kirchen, 1.3., a 100 años del estreno del primer corto de los Estudios Disney

Hoy es el cumpleaños de Nuria y la he felicitado con el enlace al primer corto salido de los estudios de Walt Disney: Alice: Un día en la playa, que se estrenó tal día como hoy hace cien años. Ojalá le guste.

Almorzamos en el chino como ya es costumbre los viernes. Diny pechuga de  pollo al curry, yo mi pescaíto frito con Chardonnays «pa rempujarlo p’abajo», diría mi abuela Remedios. Y luego siesta hasta las 6 pm.

En el cuarto de baño hay dos alfombrillas azul oscuro, una pequeña, cuadrada, delante del inodoro, y una grande, rectangular –aunque con esquinas redondas– delante del lavabo, ocupando 77 (11×7) del total de 290 cuadrículas en el suelo. Me entretengo a veces componiendo un crucigrama en esas 77 cuadrículas, por ejemplo 1 horizontal: Emperador romano [Solución: Constantino], 1 vertical: Ciudad y provincia españolas [Solución: Cáceres, y no puede ser Córdoba porque]  7 horizontal: Despectivo por melodramatismo [Solución: sensiblería] y 11 vertical: La viuda alegre, ¿? de Franz Lehar [Solución: opereta]. Desde siempre me ha fascinado la composición de crucigramas y de problemas de ajedrez. Y una de mis mayores admiraciones en los ¡ay! lejanos días juveniles, la sentía por Conchita Montes, famosa como actriz con un amplio repertorio, pero que, además, cada semana publicaba su damero maldito en La Codorniz: me enorgullecía resolverlo. No siempre pude.

Salió publicada en EE mi columna sobre el primer corto de los estudios de Walt Disney, y Susanita me escribe desde mi Güeno Saires querido que ya no volveré a ver: «Si habré llorado por Bambi huérfano »

Rodenkirchen, 2.3.

Anoche vi Sundown [Cuando muere el día] (1941) dirigida por Henry Hathaway  con Gene Tierney encabezando el reparto. De Hathaway me llama la atención las muchas pelis que rodó en África: Comando en el desierto, El último safari, Arenas de muerte, La hechciera blanca, Rommel, el zorro del desierto (con un fabuloso James Mason de protagonista), Sundown, además de dirigir la segunda unidad de Marruecos. En Sundown resaltan la belleza y el buen hacer de Gene Tierney, pero la trama principal corre a cargo de Bruce Cabot y George Sanders, buenísimos ambos. La peli es un testimonio de las implicaciones de la 2.ª guerra mundial para los pueblos africanos, concretamente en Kenia, entonces llamada África Oriental Británica. O tempora, o Mariano Mores!

Almuerzo en el Bistro Verde con Paul. Cuando llamé a las 11 am para reservar una mesa, Petra me dijo «Ya está reservada, Herr Bada». Paul comenta riendo que ya sólo tengo que llamar cuando no vayamos a ir. Me habla entusiasmado con La muerte de un viajante, que finalmente ha visto en la versión alemana del telefilm con Dustin Hoffman. Quedó impresionado por la obra en primerísimo lugar. Me alegro de ir descubriéndole maravillas y le recomiendo que ahora, conociendo la trama, y además sabiendo inglés, no deje de ver la versión original con Lee J. Cobb, y voy a tratar de conseguirle, si se tradujo al alemán, un ejemplar de El viajante en Pekín, donde Miller narra en detalle el montaje de su obra en China, uno de los libros sobre teatro más interesante que conozco.

En mi TTD de hoy en Nexos, esta joya de @Mic_y_Mouse, tuitero argentino de quien soy devoto: «Twitter es como una maceta sobrepoblada de tarzanes».

*******************THE END*****************

Más del autor

-publicidad-spot_img