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Mientras tantoDe mi Diario : Semana 1 / 2010

De mi Diario : Semana 1 / 2010


Weiß/Colonia, 3.1.

Ha nevado durante la noche. Desayunamos ante el abeto grávido de nieve tras la ventana y con la 6ª de Beethoven por Willem Mengelberg desde la sala. Una grabación de 1938, también con la orquesta del Concertgebouw, mas no es la calidad técnica del soporte lo que hace que no resista la comparación con la audición de anoche. Ni el mejor CD registrado en los mejores estudios puede implementar ese noséqué de la interpretación directa, en vivo, en una sala de conciertos, con el público alerta al más leve desliz en un glissando, al más grosero engaño de los sentidos haciendo atacar la orquesta en los tutti como si fuesen a romper los tímpanos. Lo compruebo un poco más tarde oyendo una vez más la 6ª, ahora en la edición integral conducida por Nikolaus Harnoncourt al frente de la Orquesta de Cámara de Europa, en 1991. De a deveras magistral esta versión, pero la de anoche Ah, de la de anoche emanaba la fragancia de aquel instante de Hölderlin, del que no permanece.

 

Weiß/Colonia, 4.1., primera hora de la madrugada

Termino de ver Away from Her, una peli de las que rascan el alma. Sensible hasta la médula la actuación de Julie Christie (por cierto que nacida en un día súper capicúa, 14.4.41, y además un catorce de abril, el día de mi República). Me estuve preguntando si el hecho de que esta peli sea canadiense no le concede un valor adicional. Exceptuando a Julie Christie y Olympia Dukakis, los nombres de los actores son ilustremente desconocidos, desde el formidable y convincente Gordon Pinset –digna réplica del trabajo de la Christie– hasta ese reparto de actrices llamadas Deanna Dezmari, Alberta Watson, Grace Lynn Kung, Wendy Crewson, todas magníficas en su respectivo desempeño. Uno termina pensando que si la peli se hubiera hecho en Hollywood, algo fundamental en ella sería diferente. Y me alegro de que se rodase en Ontario.

 

Weiß/Colonia, 4.1. (1)

Rolando me escribe desde Austin/Texas, acusándome recibo –indirectamente– de la columna de Héctor, ayer, en EE, sobre Avatar: «¿Sabías que México realizó una peli en 3D?  Sí, con Katy Jurado y César Romero. Bastante mala pero la vi gratis, por consiguiente lo único que perdí fue el tiempo. Mal hecha la técnica. A veces me quitaba los anteojos y nada, era lo mismo con o sin ellos. El color tampoco funcionaba, además de ser teñido. No sé, pero debió ser la primera y última. No recuerdo el título, pero (vía Google) puede ser Sword of Granada, todos los actores son mexicanos (Tito Junco, José Torvay, etc)».

Le contesto: «La peli mexicana en 3 deformaciones ópticas se tituló El corazón y la espada (Sword of Granada en inglés), es de 1953 y se filmó en Tercera Dimensión Bríceno (dual-strip 3-D). Genial, ni me lo imaginaba. Lo que no me explico es lo del color teñido, porque imdb me asegura que era en blanco y negro. ¿La teñirían para el mercado gringo?  Chi lo sá!»

Luego me meto a surfear y encuentro un repertorio universal de pelis en 3D, donde consignan dos mexicanas más (El Reportero T.D. de 1953, y El valor de vivir de 1954) así como también tres españolas (El tirano de 1953, La marca del hombre lobo de 1969, y El tesoro de las cuatro coronas, una coproduccióncon Italia y Estados Unidos, en 1983). ¡Estos sí que deben de ser  avatares, y no los de James Cameron!

 

Weiß/Colonia, 4.1. (2)

Me levanté de madrugada, no podía dormir, eran los nervios. Montse tenía hoy a mediodía su cita en la clínica, para la cesárea. Diny se fue a cuidar de los niños, a las 9, y llamé allá a las 10 para despedir a Montse con mis mejores deseos, pero ya le habían roto las aguas y Frank salía en ese momento con ella hacia la clínica. Toda la mañana inquieto, esperando la llamada, que se ha producido casi a las 2.30 p.m., cuando estaba tratando de almorzar unas rebanadas de pan tostado con fiambre. Ya nació el niño, nuestro cuarto nieto, mide 55 cm, pesó 3,65 k y se llama Henri. Ese era el secreto mejor guardado de la familia. Así es que Paul, Oskar, Vincent, y ahora Henri. Pienso que continúa la seguidilla: Gauguin, Kokoschka, Van Gogh, Toulouse-LautrecRendido, me fui a dormir la siesta, de la que me despierta mi deuda estherna para preguntarme si ya pasó la cigüeña de las 13.45, le aseguro que fue puntual. Pero al mencionarle la seguidilla me retruca: «Ay caray, me jugaba la cabeza que era por Matisse».Y sí, también con Paul tuve la duda pensando en Cezanne, pero entre los cuatro que cito hay como una especie de hilo secreto, ¿o sólo me lo parece?  Sea como fuere, y por deseo expreso de Oskar, el pequeño se llamará Henri Jonas. Teniendo en cuenta que Bada significa océano (en coreano), lo de Jonas no está nada mal, porque además el buen Jonás se embarcó en una nave de las de Tharsis, es decir, de lo que es hoy mi provincia de Huelva. Ya en la misma Biblia, cuando se cuenta la construcción del templo por Salomón, se habla de que las naves de Tharsis traían el oro, ese que los súbditos de Argantonio extrían del mineral en las entrañas de la lejana sierra tartésica.

 

Weiß/Colonia, 4.1. (3)

Paul Verhoeven y su Zwartboek [en inglés Black Book, y en español El libro negro, pero en realidad se trata de un librito, una agenda de bolsillo]. Esta sí que es una peli como la copa de un pino, y lo demásavatares. Como en Malèna, la de Tornatore, el logro de desenmascarar el oportunismo y los bajos instintos de una población sometida por el fascismo, y que se venga de los colaboradores (reales o presuntos) al ser liberada por otros de ese régimen, no es el menor mérito de esta producción impresionante, donde al lado de nazis decentes hay una Resistencia neerlandesa en la que abundan los sentimientos antisemitas. Tan impecable como implacable es el guión de Gerard Soeteman, quien firma algunos de los mejores de la historia del cine en los Países Bajos, desde Delicias turcas (también dirigida por Verhoeven) en 1973. Decididamente estoy teniendo una gran suerte en los últimos días con la programación de la tele.

 

Weiß/Colonia, 5.1. (1)

Un colega me echa en cara que no le he dedicado a Camus el artículo que se merecía, en el cincuentenario de su muerte. Y bueno, en primer lugar, es evidente que no soy consciente de tener ninguna obligación en ese sentido. En segundo lugar, preferí recordar su absurda muerte con una relación de muchas otras muertes tan absurdas como la suya, y todas provocadas por accidentes de tráfico. Y en tercer lugar, lo esencial que podría decir expresis verbis acerca de su obra, acabo de dejarlo escrito en un comentario a una excelente columna de El Espectador bogotano de hoy: http://www.elespectador.com/columna180418-actualidad-de-albert-camus  

 

Weiß/Colonia, 5.1. (2)

Henri Jonas no ha cumplido aún su primer día cuando ya tiene su primer poema dedicado, se lo compuso una más de entre los masoquistas que me leen asiduamente, mi amiga Pilar Posada, en Medellín:

Ha nacido un niño, Henri Jonas,
cuarto nieto de mi amigo don Ricardo Bada.
Ya andará mamando la teta de su madre,
perfumando el cuarto con su olor a ternerito,
abriendo por ratitos sus ojos estrellados,
chupando junto con la bendita leche
palabras dulces, palabras suaves
que le abrirán campo en este mundo
para llegar a ser un día
hombre entre los hombres
criatura de amor y de lenguaje.
 

 

Weiß/Colonia, 5.1. (3)

Ya sabía que hubo un tiempo en que Nijni Novgorod se llamó Gorki. Sabía así mismo de la existencia del Pico Guimarães Rosa, en la frontera de Brasil con Venezuela. Ahora, gracias a un documental en la tele, me entero de que existe un archipiélago Rimsky Korsakov en el Golfo de Pedro el Grande, a cuyo fondo se encuentra Vladivostok. Y pienso que la madre de Raúl Guerra Garrido tenía razón cuando se distanció de que le dieran el nombre de su hijo a una calle de Cacabelos, en el Bierzo: tendrían que haberle dado ese nombre al río del pueblo. ¿O no sería lindo que hubiera, por ejemplo, en Suecia, un lago Astrid Lingren? 

 

Weiß/Colonia, 6.1. (1)

Rolando me escribe: «Acabo de recibir un e-mail de una persona desconocida; se llama Faith Singer-Villalobos. Faith se traduce como fe y Singer, como cantante. Al ver su nombre creí que esa era su profesión, cantante de fe, o de lo que en el Valle llaman Aleluyas, sectas disidentes, protestantes que trabajan con víboras; qué sé yo. Y no, se trata de un negocio de la universidad. Pero qué nombrecito y con quién vino a casarse la Faith».

Le respondo: «Qué decirte. En el cementerio de Fregenal de la Sierra, el pueblo de mis padres, descubrí alguna vez, bastante afortunada, las tumbas de tres mujeres que en el siglo se llamaron Cándida Vita, Modesta Gata y Milagros Ignoto. Me hicieron recordar a Rulfo, cuando dijo que encontraba los nombres de sus personajes en las lápidas de los panteones».

 

Weiß/Colonia, 6.1. (2)

En el diario aparece una columna sobre Ron Wood porque los otros tres Rolling Stones quieren defenestrarlo de su conjunto si no renuncia al consumo de dos botellas diarias de vodka. ¡¡Dos botellas diarias de vodka!!  En vez de proponerlo como anuncio viviente del Guinness Book of Records, lo quieren ningunear como piedra rodante. Si serán imbéciles Y por lo demás, ¿qué carajo quieren, con alguien cuyo nombre ya es el de una bebida de alta graduación?  El hábito hace al monje, qué diablos. Ron, te envidio el hígado, hermano. Trataré de alcanzarte, pero con el agua escocesa de la vida. Cheers! (Bueno, tú, con tu vodka, mejor Ваше здоровье!)

 

Weiß/Colonia, 6.1. (3)

Después de almorzar en La Modicana, Carlitos me dejó a la puerta de la clínica donde antier dio a luz Montse. Y he pasado allí una hora con el niño y los padres. Mi regalo de Reyes: tener a Henri Jonas por primera vez en mis brazos, y acunarlo suavemente, cantándole pianísimo el «arroró mi niño, / arroró mi sol, / arroró pedazo / de mi corazón».

 

Weiß/Colonia, 6.1. (4)

Le escribí un mail a Héctor disculpándome porque en otro anterior, subconscientemente, había rebautizado su blog en El Espectador : Quitasueños en vez de Quitapesares. Y es que desde la primera vez que lei Quitapesares, me regresa insistente al recuerdo la taberna del Quitasueño, en el barrio de la pescadería de Huelva. Una taberna que estaba abierta toda la noche, para los marineros que volvían de la mar, y las putas del puerto, y los nocherniegos noctambúlicos de la ciudad, en cuya bohemia cofradía figuré in illo tempore. Ahora, recibo un mail de H, que ha visto el renglón de mi blog en la lista de EE, anunciando las “Memorias de un paréntesis”, y me dice: «Es un regalo [de Reyes] ya. Yo siempre he definido la vida como «un paréntesis entre dos nadas»».

 

Weiß/Colonia, 7.1.

Acudo a la cita con mi médico de cabecera, extracción de sangre para un análisis de control regular. Nos felicitamos mutuamente por el año nuevo y cuando me pregunta que cómo me va, le hablo de mis pies hinchados, deformados, una tendencia que empezó allá por octubre 2008, pero ahora se agudizó. El Dr. Ruppert mira el último informe de mi cardiólogo y comprueba que me ha cambiado el betabloqueante (Carvedilol) por un nuevo medicamento que no lo es, Amlodipín. «Tiene que conversarlo con su cardiólogo, que le reduzca la dosis o le cambie el medicamento, los pies hinchados son un efecto secundario típico del nuevo que está tomando». Mientras regreso a casa, en el bus, me digo que la Medicina es una ciencia inexacta, y no sé por qué, pero pensarlo me consuela.

 

Weiß/Colonia, 8.1.

Oskar regresa de la escuela y le dice a Diny que tiene dos noticias que darle, una buena y otra mala, que cuál prefiere primero. La mala, le dice Diny. «Me han dado un 5 en Alemán», para añadir sin solución de continuidad, «pero a la mitad de la clase le han dado un 6». ¿Y la buena? La buena es un 1 en inglés. Elemental, querido Oskar, a ese paso, este pueblo tuyo terminará hablando un idioma distinto al de tus padres y tus abuelos.

[Se lo cuento a mi deuda estherna, y recuerda que su hija, Ana Laura Raquel, no entendía que torciera el gesto cuando le traía alguna nota 3 de la escuela: «¿Te parece poco? Mirá que otros tienen 4 y 5, ¿eh?»  Pero cómo pedirle lógica a una madre que quería que sacara puros 1s…]

 

Weiß/Colonia, 9.1. (1)

¡Qué bueno que Enzensberger haya aprobado la publicación de su epistolario con Uwe Johnson! Pues la verdad es que no sale muy bien parado del encontronazo que esa relación tuvo que ser a veces. Así, cuando la famosa y enconada discusión en Alemania acerca de las ominosas leyes de emergencia, a fines de los años sesentas, Hans Magnus se lanzó a las barricadas y exhortaba en mítines a la resistencia y a la huelga, y Johnson le escribe desde Nueva York, donde vive a la sazón: «Eso es una impostura. No conoces a los trabajadores a quienes llamas a una huelga general, ni ellos te conocen, y ni siquiera estaban allí oyéndote». ¡Qué bien se refleja en esta frase una experiencia de vida en la RDA, y cómo el revolucionarismo de los Enzensberger y los Sartre/Beauvoir, incluso si bien intencionado, no pasaba de ser un comportamiento burgués!

 

Weiß/Colonia, 9.1. (2)

Nieva y nieva y nieva. Desde Kate, a quien monto sus canónicos 15’ diarios, veo caer la nieve y a un mirlo persiguiendo a un estornino, relámpagos negros (con una pincelada amarilla) en medio de tanto blanco. Y cuando regreso a la compu, abro un mail de José Luis Toledano dándonos la enhorabuena por Henri Jonas: «Deseo que madre e hijo se encuentren en buen estado. Como decía el estupendo Facundo Cabral: «Cada nacimiento es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada nuevo cantor es un soldado menos»».
Le contesto: «Gracias, José Luis, y sí, todos estamos muy contentos, y la madre y el crío en perfecto estado de simbiosis. En cuanto a la frase de Cabral, no sé qué te diga, los legionarios iban a la carga cantando «Soy el novio de la muerte». Y una cosa muy graciosa que me contó una vez Rolando Hinojosa, el gran escritor chicano e íntimo amigo nuestro que a cada rato aparece en mi diario, es ésta : Él, como sabes, combatió en la guerra de  Corea, donde un grueso contingente de GIs eran negros y chicanos, y resulta que en cierta ocasión que venían de retirada del frente, en doble hilera, una a cada lado de la carretera, de repente alguien empezó a cantar en español, y todos lo corearon (en Corea parece natural, y perdona el mal chiste). Pero ¿sabes qué cantaban? Cantaban una canción popular mexicana, sólo que cambiando el nombre, en vez del guanajuatísimo Pénjamo decían el coreanísimo Pánmunjon: “Ya vamos llegando a Pánmunjon / ya brillan allá sus cúpulas / … Si una muchacha te mira y se agacha / es que es de Pánmunjon” etc.»

Me da nostalgia este recuerdo y busco Pénjamo en youtube, y está, claro, y cantada nada menos que por Pedro Infante: http://www.youtube.com/watch?v=UBL5JNAp-WE

 

Weiß/Colonia, 9.1. (3)

La siesta. Cada vez las hago más largas y cada vez me cuesta más levantarme después de ellas. Hoy, al enfrentarme de nuevo a la compu con la mente en blanco, encuentro un mail donde mi tocayo de apellido, Juan Carlos, me envía un buen surtido de bellas fotos de paisajes asturianos. Le escribo: «Es una buena colección de vistas, pero el Introito no puede ser peor: «Recibe el nombre de Principado por razones históricas, al ostentar el heredero de la Corona de España el título de Príncipe de Asturias”, lo que no sólo es falso, históricamente hablando, sino que es algo así como decir que Gales se llama Gales en honor al heredero de la Corona británica, ¿no te parece?»  El servilismo hace estragos en la materia gris de la humanidad, y en este caso, además, de manera transatlántica: la colección de vistas ha sido hecha en Argentina.

 

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