Weiß/Colonia, 1.3.
1:45 am : Veo por primera vez el DVD con el telefilm Varians War [La guerra de Varian, que en realidad debió titularse La lista de Varian, pero se evitó la colisión con La lista de Schindler] y me siento fascinado por la historia. Me fascina ver cómo una persona prácticamente sola acepta el desafío de enfrentarse a un régimen como el nazi, y en sus propias barbas. Cierto que contaba con el apoyo a control remoto de Mrs. Eleanor Roosevelt y la ayuda in situ de la indomable Miriam Davenport (una estupenda Julia Ormond), pero irse a vivir a Marsella y salvar la vida de más de 2.000 personas, entre ellas Hannah Arendt, Alma Werfel–Mahler & Franz Werfel, Bella & Marc Chagall, Nelly & Heinrich Mann, Lion Feuchtwanger, Max Ernst… eso es algo que no está al alcance de cualquiera. Tengo que conseguir un ejemplar del libro que Varian Fry escribió sobre su aventura, tan digna de emulación; su título es La lista negra.
Anoche, antes de ponerme a ver La guerra de Varian, habían pasado por el canal 3sat dos nuevos documentales dedicados a parejas icónicas del cine: fueron esta vez Ingrid Bergman & Roberto Rossellini la primera, Katherine Hepburn & Spencer Tracy la segunda. Es una serie apasionante, una intrahistoria del séptimo arte, ojalá la saquen en DVD, la compraría ipso fuckto.
Casi todo el día dedicado a transcribir mi texto sobre el encuentro de Borges con Jünger, que tan sólo existía en soporte papel. Me ha sorprendido y alegrado ver que se trata de una crónica muy viva, muy expresiva, muy cercana a los hechos, muy fresca, pues. Va a ser uno de los mejores pasajes de ¡Échate un pulso, Proust! Alabado sea el santísimo sacramento del altar.
Anoche vi muy tarde un email de mi sobrina Mónica donde me contaba que a Javi, su marido, le pasó esa semana algo parecido a lo que le ocurrió a Uwe en el carnaval acá en Colonia: «Javi iba saliendo del trabajo y se cruzó con un grupo de niños de unos 15 años que estarían haciendo alguna visita con los profesores. Iban cantando el “Cara al sol«. Javi se paró y les dijo que no sabían lo que estaban cantando, y cuando se dio media vuelta escuchó que decían: «Mira, ese es un rojo de mierda». Entonces decidió esperar a la profesora que los acompañaba, para decirle lo que había ocurrido. La profesora le contestó que sus alumnos estaban haciendo uso de su libertad de expresión y podían cantar lo que quisieran, a lo que Javi le respondió que si ella era la responsable de ese grupo, ya entendía la actitud de esos niños. La cosa quedó ahí, pero como Huelva es muy chica, un compañero de trabajo al que le había contado lo sucedido y tiene un sobrino en ese colegio (San Vicente de Paúl) le dijo que un grupo de Secundaria había sido castigado porque en la excursión le habían hablado mal a un hombre mayor. Y Javi, extrañado: «¿Yo soy un hombre mayor?» Yo creo que le gustó más lo de “rojo de mierda”». Ah, sí, al clan Bada el corazoncito político le late bien a la izquierda. Como mandan los cánones.
Weiß/Colonia, 2.3.
2:00 am : He vuelto a ver La guerra de Varian porque quería fijarme bien en ciertos detalles. Por ejemplo, el actor que interpreta a Thomas Mann debieron repescarlo de un casting sobre Cyrano de Bergerac, se parece al gran ThM tanto como yo a Ibsen. Lo que ya es decir.
Le dedico mi columna de esta semana en EE al 6.3.1945, cuando Colonia fue liberada, hace 75 años, del III Reich milenario, ese que duró doce años. ¡Pero qué doce! Lo poco que restaba en pie, de Colonia, eran la catedral y la estatua de Jan von Werth: lo de la estatua se explica ya que es un blanco pequeño, pero para no acertarle a la catedral hay que tener una puntería de esas que te garantizan un ticket en el equpo de tiro para los Juegos Olímpicos. «¡Qué iracundia de yel y sin sentido!», como clamó alguna vez, aunque en otro contexto, el inabarcable Juan Ramón.
Murió Ernesto Cardenal, y me dice Diny que Ortega ha decretado duelo nacional durante tres días. Pero claro, ahora ya es inofensivo. Ni siquiera dudo de que le hagan homenajes y que la tal doña Rosario, Nuestra Señora de los Anillos, se ponga a recitar sus poemas. Así demostraría su “nobleza” ante el enemigo que tanto los atacó. Estos mini–mini Macbeth son de los que matan y asisten al velatorio. Y hasta ponen a media asta las banderas monumentales que ha plantado el régimen por toda Managua en su infinito amor por la “Nicaragua cristiana, solidaria y socialista”. La madre que los parió. Como avisa Brecht al final de La resistible ascensión de Arturo Ui: «der Schoß ist fruchtbar noch, aus dem das kroch [El vientre es fértil aún, del que esto se arrastró]».
Weiß/Colonia, 3.3.
2:30 am : Estuve viendo Room At The Top [Un lugar en la cumbre], una peli que no conocía y quería ver desde que leí las memorias de Simone Signoret, que con ella ganó el Oscar a la mejor actriz. Es rebuenísima, y parece –en un ambiente inglés– casi una réplica de Un lugar en el sol, de ocho años antes. También hay en ella, de George Stevens. el arribista [un Montgomery Clift en el cénit de su carrera] que quiere subir a toda costa en la escala social, pero en vez de preñar a la hija de un hombre rico [Elizabeth Taylor] deja embarazada a su novia pobre [Shelley Winters] y hasta es culpable por negligencia de su muerte, y en vez de casarse con la rica termina en la silla eléctrica. Sería curioso el experimento de ver estas dos joyas una tras la otra. Como un juego de espejos, y dos imágenes deslumbrantes y complementarias en ellos.
Al cabo de más de un mes recalamos en La Modicana, y lo primero que me dice la persianita es que ya estaba pensando llamarme por teléfono para enterarse de qué nos pasaba. Me parece muy halagador que se nos eche de menos, pero no acepto que casi se me chantajee con ese halago, no tengo ninguna obligación de ir allá todos los martes. En fin. Encargamos espaguettis con salsa de albóndigas de cordero, y evidentemente se trata de un error de redacción en el menú del día, ya que nos sirven espaguettis con albóndigas de cordero en su salsa. Destierro a un plato aparte las tres albóndigas del mío,y que hacen ya la mitad de su contenido, y se las ofrezco a Carlitos, que da buena cuenta de ellas, aunque no de toda su porción de espaguettis. Yo, en cambio, por vez primera al cabo de meses, he arrebañadio el plato hasta dejarlo en estado de revista: è una vera delizia questo piacere di fare la scarpetta! Hhmmmmmmmmmmmmmmmmm…
Yo sabía que había escrito mucho desde que me jubilé, o dicho de otro modo, desde que empecé a escribir en la compu, la primera, una Macintosh que me regaló Chico al comprarse otra nueva y más sofisticada. Lo que no sabía era cuánto había escrito. Y ahora, al poner manos a la obra para el libro ¡Échate un pulso, Proust!, cuando sólo he incluido (la mayoría, pero no la totalidad de) los artículos relacionados con la literatura, veo que ya voy por la pg. 255 en Times New Roman tamaño 12. De modo que he pasado el día de ayer y el de hoy recapacitando cómo enfrentar el problema, y decidí resolverlo reorganizando la estructura del libro. Sólo se quedan las afinidades selectivas fuera y dentro de la casa (la casa es la del idioma, según Heidegger), más la Coda. Los artículos sobre música, pintura y cine, amén de muchos otros sobre literatura pueden quedar para un posible ¡Échate otro pulso, Proust! en el futuro… si es que nos queda alguno.
Weiß/Colonia, 4.3.
2:30 am : Han pasado en el canal ZDF Neo unos documentales del juicio de Nuremberg, en 1946, el que condenó a muerte a los jerarcas nazis que no se habían suicidado o habían huido (en no pocos casos con la ayuda del Vaticano). Y a continuación, en el canal 3sat una peli con la que me las prometía muy felices, Siete hermanas, donde Noomi Rapace incorpora a las siete, que son sietillizas, nombradas con los días de la semana y que sólo pueden salir de su casa en el día que les corresponde por su nombre. Una historia a la que se le podía sacar un gran partido pero que se desinfla al rato de empezar. Y eso pese al esforzado desempeño de la Rapace.
Diez de la noche y acabo de terminar la tarea del día, la compaginación de ¡Échate un pulso, Proust!, a falta de meter un artículo más sobre Grass (de los 11 que le he ido dedicando a lo largo de los años). y escribir el prólogo. Y corregir erratas y traspiés imperdonables. Autores que están representados con dos artículos en vez de uno son Borges, Cortázar, García Márquez, Freud, Jünger, Böll, Grass, Ibsen y Arthur Miller. Por cierto que hay autores a quienes para mi sorpresa les he dedicado cantidad de artículos, 16 a García Márquez, 23 a Cortázar, por ejemplo.
Weiß/Colonia, 5.3.
1:00 am : Empecé a ver, para distraerme del mucho trrabajo habido, una peli de Bruce Willis que se titula Hudson Hawk [El gran halcón], pero al ¼ de hora me pareció tan disparatada y tan sin sentido que vine a visitar a Miss Hortensia Google y preguntarle por ella, y me informó de que en el año de su estreno estuvo nominada en los Razzie Awards para el peor actor, el peor actor de reparto y la peor actriz de reparto, ganando los de peor peli, peor director y peor guion; y que en el 2000 volvió a ser nominada como peor peli de la década. Por pura curiosidad quiero saber contra cuál perdió y fue contra una de Paul Verhoeven, Showgirls [Coristas en Colombia y Cuba, Lo prohibido en Argentina y, lógicamante, Showgirls en la castiza España]. Y bueno, eso de perder contra Paul Verhoeven no es nada deshonroso, diría yo.
Vino el técnico para la reparación de lavarropas, y tal y como yo lo imaginaba, dictaminó que era imposible repararlo, o más caro que comprar uno nuevo. Estos técnicos son los sacristanes de la religión del consumo. Ni siquiera han conocido los buenos tiempos en que los electrodomésticos se construían para toda la vida, hasta la consumación de los siglos, e insinuarles que ese día está a la vuelta de la esquina y por lo tanto no tiene sentido construir nuevos aparatos lo oyen teniendo una sonrisa en los labios y pensando que nos falta un tornillo, sin darse cuenta de que ellos son los locos. Añoro aquellos tiempos de los lebrillos y las tablas de lavar con su penetrante olor a jabón hecho en casa, y los tendederos de ropa en la azotea; lebrillos y tablas de lavar para toda la vida, tendederos de los que de niño he colgado mucha colada familiar contemplando a lo lejos, a Levante, la ribera alta del Tinto con las siluetas de La Rábida, Palos, Moguer y hasta de San Juan del Puerto. Pero el lunes nos traerán el nuevo lavarropas y se llevarán el viejo contra pago de 20 € por una prestación que antes era gratuita. El día menos pensado nos van a cobrar por respirar.
Me manda José Luis su último artículo en Confidencial, esclarecedor y clarividente como ya nos tiene acostumbrados, y añade otro enlace con un poema de Ernesto Cardenal, del que dice que es su «última estocada al orteguismo». A fuer de sincero y honesto conmigo mismo le contesto que, con todos mis respetos a su vida y su obra, jamás le he tenido a Cardenal estimación como poeta: «Está en buena compañía: la de Neruda, por ejemplo. Aunque el ejemplo está mal elegido, ahora que lo pienso, porque a Neruda lo desprecio además como persona».
Weiß/Colonia, 6.3.
2:00 am : Una peli bonísima y bonitísima, titulada La holandesa en el original neerlandés, Messi & Maud en la versión alemana que acaban de pasar por el canal Arte. Un road movie a través del grandioso paisaje de Chile, desde el profundo sur hasta Calama. Me encanta el encuentro del niño con la holandesa, y su primer diálogo: «Mi nombre es Messi, ¿Y el tuyo?” A lo que Maud le responde impávida: «Ronaldo». Y es divertido seguir en los subtítulos el diálogo de Maud con el mesero del motel donde ella y Messi han pasado la noche y van a desayunar; el mesero llega con el café y pregunta: «Hola, ¿has dormido bien?», y Maud le contesta en castellano: «Sí, como un pajarito», pero en el subtítulo alemán puede leerse: «Wie ein Bär [Como un oso]». Tengo que conseguir el DVD con el sonido original, de repente dice «Als een koe» [Como una vaca]»… Pero no lo creo, De todos modos, la peli es una gozada y en neerlandés lo será más.
Vino mi Fígaro particular, Oskar, para tomarme el pelo. Tiene de nuevo trabajo en una empresa que mueve todo el utillaje para la realización de uno de esos vomitivos concursos de la tele, y no le va mal, me dice. Cuando hablamos del Coronavirus y otros ítems de absoluta actualidad me doy cuenta de que no tiene idea de lo que está pasando en el mundo, es decir, no lee diarios, no ve informativos de TV, no sigue la radio si no es música rapp, no visita páginas web que no sean afines a sus hobbys… Felices los ignaros, porque no se enterarán de la desaparición de la especie humana hasta que nos reencontremos en el valle de Josafat.
Hice una enmienda importante en mi artículo sobre escenas clave del teatro mundial, de un par de años atrás, cuando aún no había leído Mariquilla de Nimega, el drama medieval neerlandés en el que su anónimo autor (aunque parece que fue una autora) inventó el recurso del teatro dentro del teatro. No fue, pues, Shakespeare quien lo inventó, en la famosa escena II del acto tercero de Hamlet, e incluso parece que era un recurso muy usado en el teatro isabelino. Pero el origen se debe a una obrita muy inspirada, donde ya se anticipa también el pacto faústico con el Diablo, sólo que en este caso es una mujer quien lo pacta: Mariquilla la de Nimega, la protagonista.
Weiß/Colonia, 7.3.
2:15 am : Pasaron y vi de nuevo El jardín del Diablo, uno de mis western preferidos. Por cierto que la frase final de Gary Cooper («I guess if the earth were made of gold, men would die for a handful of dirt») recuerdo que en el doblaje español ese “handful of dirt” estaba traducido como “un puñado de tierra” y no toda la tierra es “dirt”. Después, como programa de contraste con el Far West me trasladé a la Inglaterra de principios del siglo XIX, con el segundo episodio de Pride and Prejudice, en la versión BBC 1995, la mejor con mucho de todas sus adaptaciones.
Inesperada visita de Montse, que vino acompañando a Henri al campo de fútbol de Weiß, donde su equipo juega hoy contra el de acá. Pero al parecer el partido le aburría mucho a mi Montse y se vino a tomar café y platicar con nosotros. Laus Deo!
Lo leo en el Kölner Stadt Anzeiger. Hoy hace 75 años llegaron los GIs al puente de Remagen, el único que subsistía en el Rhin y que los nazis quisieron volar, pero la voladura fracasó. Enfrente de Remagen, los habitantes del pueblito llamado Erpel se refugiaron en el túnel donde entraban los trenes en la orilla derecha del río. Cuando los tanques y los soldados gringos empezaron a pasar el puente, un parlamentario salió con bandera blanca pero los GIs seguramente creyeron que era una argucia y le dispararon, matándolo. Entonces los refugiados en el túnel le dijeron a un chico de 16 años: «Tú eres el único que habla inglés en el pueblo, sal y diles que dejen de disparar». El chico salió a pecho descubierto gritando: «Stop firing, stop firing!», y ahí los GIs hicieron alto al fuego y los habitantes de Erpel se salvaron. ¡Cuántos héroes como ese chico, Karl Busch se llamaba, no habrá habido en aquellos días del desplome del III Reich!
En el cuarto de baño hay un taburete ergonómico de tres patas que heredamos de la cocina de la pobre Frau Nelson, nuestra vecina de arriba, a quien Diny estuvo cuidando los últimos meses de su vida. Sobre el taburete hay una toalla de mano, doblada, para no tener que sentarse en la dura madera con el cuerpo húmedo por la ducha. Hoy descubro recorriendo la toalla, por la parte de arriba, a una hormiga diminuta, una hormiga liliputiense, que anda desesperadamente buscando algo, lo más seguro cómo bajar de allí. La primera pregunta es saber cómo llegó tan alto. Pero la dejo a un lado para seguir los movimientos de la hormiguita, que al final se decide por bajar por la toalla hasta llegar al borde colgante y desaparecer detrás. Espero un rato, pero no reaparece. Considerándolo desde un punto de vista metafísico, he estado viendo el drama del ser humano en nuestro planeta. Venimos no sabemos de dónde, corremos desesperados toda nuestra vida tras no sabemos qué, y un día desaparecemos, y ya. Finis coronat opus.
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