Weiß/Colonia, 31.3.
0:05 am : Una serie policial italiana inspirada en novelas de Antonio Manzini y ambientada en el Valle de Aosta, a cuya capital ha sido relegado el comisario Rocco Schiavone, un detective nada ortodoxo en la elección de sus medios. Me perdí los episodios anteriores, pero ya no se me despinta del disco duro. Me gusta Schiavone y me encanta Catherina Rispoli, su mano derecha en el equipo. Voy a tratar de conseguir los libros de la serie traducidos al español.
Para festejar su 50.º cumpleaños con la familia, Frank nos invitó a almorzar en Krone, que es la taberna alemana de Sürth, casi en diagonal con La Modicana. La invitación era para las 13:00, es decir, ½ hora antes del partido del FC Kölle [Colonia, en kölsch] contra el Holstein, de Kiel. El único que no acudió al almuerzo fue Oskar, quien parece que anda con resaca. La comida es típica de taberna alemana, excepto lo que yo pedí: pinchos de gambitas con baguette y alioli. Buenísimos, dicho sea de paso. Pero lo mejor fue el partido, que seguimos en el televisor king size y que enardeció a la hinchada, terminó 4:0 a favor del FC, y la atmósfera echaba chispas de entusiasmo. Colonia tiene tres valores máximos: la catedral, la o el kölsch [la cerveza que se habla o el idioma que se bebe] y el FC. Antes del partido, a tres minutos de que salten los dos onces al césped, el canto coral del himno del FC puede ponerle a uno la carne de gallina. Son 45.000 espectadores cantando unísono, es casi el “Gloria” de una misa profana.
Recibí el sábado un nuevo poemario de Ysabel Cristina, desde Costa Rica, y esta mañana, al ir a tirar el sobre en la papelera me di cuenta de que tiene una nueva dirección de correo quelonio: «50 m al sur de la entrada del Colegio de los Ingenieros Agrónomos, Residencial Los Colegios, Moravia». Es una de esas inefables direcciones ticas, a las que sólo les ganan las de los nicas. Recuerdo de mi paso por Nicaragua, noviembre 1984, que busqué en el directorio telefónico, en casa de Lizandro, el número de la embajada alemana y por ahí descubrí una dirección, creo que de la embajada china, que decía ± esto: «3 cuadras al Lago [en Managua el Lago es el norte], ½ cuadra al oeste de donde estuvo la Pepsi». Sólo que si no estuve nunca en Managua antes del devastador terremoto de 1972, ¿cómo carajo voy a saber dónde estuvo la Pepsi? Pero ahora, al volver del almuerzo en Sürth, veo los carteles de propaganda del Circo Charles Monroe donde se dice que levantará su carpa en la Kölner Straße [calle de Colonia], pero como es una calle muy larga, especifica debajo: «Wiesenplatz nahe Friedhof [la pradera cerca del cementerio]». Y si no sé dónde está el cementerio de Sürth, ¿cómo me oriento? Como en Managua, claro está, preguntando a alguien del lugar, que preguntando se llega a Roma, decía mi abuela Remedios.
Comienza una nueva serie policial sueca donde uno de los comisarios protagonistas fue el mafioso de la serie de Hanna Svensson, que terminó la semana pasada. Esta nueva serie tiene la ventaja, para el espectador, de que cada episodio es una historia cerrada. La contra es que no puede desarrollar la trama con la minuciosidad de una miniserie en cinco episodios. Y qué se le va a hacer. «No se puede saber todo», dice famosamente un verso de Álvaro.
Weiß/Colonia, 1.4.
1:20 am : Acabo de ver The Replacement Killers [Asesinos de reemplazo]. No suelo ver pelis de las que llaman “de acción”, pero en esta actúa Mira Sorvino, de quien soy particularmente devoto desde que con su prostituta en Mighty Aphrodite se ganó un Oscar más que merecido. Pese a mi rechazo del género, la de esta noche me atrapó, como siempre pasa, debido a que mi código ético personal no tolera que gane el mal. Sólo le encontré un fallo al guion, y está al final, cuando Meg [Nina] despide a John Lee [Yun-Fat Chow] en el aeropuerto desde donde él volará a Shanghai, y ella, como regalo de despedida, le entrega dos pasaportes falsos para su madre y su hermana. Pregunta: ¿y de dónde sacó las fotos de ambas? Ese es el fallo.
Para mi columna de este viernes en EE he tocado otros aspectos de la posguerra española que no mencioné en mi largo artículo de Nexos, el cual acabo de ver; quedó requetebién, ilustrado con una cartilla de racionamiento y la única foto mía con la abuela Remedios, en (creo) 1955. Yo diría que ambos textos son válidos y se complementan.
En esta casa, durante la temporada del espárrago se comen espárragos todos los domingos, pero como ayer almorzamos en la taberna alemana de Sürth, Diny los cocinó esta tarde con huevos revueltos y jamón cocido para ella, jamón serrano para mí. Hhhmmmmmmmmmmmmm…
Weiß/Colonia, 2.4.
2.30 am : Noche de cine. Primero una peli que no conocía, Eyewitness [El ojo mentiroso] con William Hurt y Sigourney Weaver, una pareja inédita para mí y que no es convincente. Por cierto, en el reparto una de las primeras apariciones de Morgan Freeman en la pantalla grande: su papel es un teniente de la policía de New York congruentemente llamado Black, lo que él mismo se apresura a decir apenas se presenta, para evitar que le hagan el mal chiste. Y luego de Eyewitness esa maravilla que es la última peli de Robert Altman, A Prairie Home Companion [El último show], que jamás me la pierdo cuando la pasan, Es la despedida de un genio que nos cuenta la despedida de un programa de radio de aquellos que se transmitìan en vivo y fueron la delicia de mi niñez y mi adolescencia. Inútil negarlo, llevo la radio en la sangre, y le entregué en cuerpo y alma los mejores años de mi vida. Viendo esta peli son tantos los recuerdos que se apelotonan delante del puente levadizo de la memoria queriendo todos ser el primero… Lloro. Pero de alegría, porque mi casi ½ siglo de vida radiofónica fue la etapa más feliz de toda ella.
En una página especial del Kölner Stadt Anzeiger dedicada a los escolares un comentario bajo el título EL PAPA NO ES VEGANO y el subtítulo FRANZISKUS ME HA DECEPCIONADO. Benditos fueren los dioses de todas las cosmogonías si Bergoglio sólo hubiera decepcionado a los veganos. Pero es que, además, pedirle que lo sea a un argentino, que renuncie a sus bifes de lomo y a sus chinchulines y a un buen asado de tira, ¡amos, anda!, como dicen en los madriles, ni siquiera en la Cuaresma. El Papa, por serlo, tiene bula.
En La Modicana, una vez más, Carlitos encarga uno de los dos menús del dìa, y cuando llega la entrada, que es una especie de Mont Blanc sólo que en verde y rojo, ya sé que se ha vuelto a arrepentir de haber encargado un menú. Pero tampoco Diny es capaz de acabar con su plato de macarrrones en salsa de panceta, ni yo con mi pizza de caña de lomo y gorgonzola. Casi estoy por proponer que durante un mes cambiemos de restaurante los martes, de repente lo que nos pasa es, sencillamente, cansancio del material, en este caso de las papilas gustativas.
Mi deuda estherna me manda desde la provincia un anuncio en cartelera bien visible, de una librería de mi Güeno Saire querido, donde se informa al transeúnte que no les quedan libros de José Luis Borges. Al respecto, desde Sabaneta, en Antioquia, mi compadre José María cree recordar que alguna vez me comentó lo de un tal Pedro Neruda y su poema “A solas”. Yo lo mejor que recuerdo en este sentido es lo que pasó con motivo de un aniversario redondo de la hermandad entre Colonia (la ciudad más romana al norte de los Alpes) y Barcelona. Vino al concierto de gala el conjunto de Jordi Savall, el Hesperion XX, especializado en música medieval, y en la recepción oficial del Ayuntamiento, el burgomaestre de Colonia dijo que se sentía muy feliz de saludar la embajada musical de la ciudad hermana, «el conjunto musical Hesperion… (hizo una pausa para leer mejor y siguió:) …equis equis». Estuve allí. Doy fe.
Weiß/Colonia, 3.4.
2:00 am : Non Stop [Sin escalas], la peli de esta noche. Una de puro suspense y en un ambiente tan cerrado como el de Huis clos, de Sartre, sólo que en peor, se trata de un avión en un vuelo transoceánico y en el que no se pueden abrir puertas para escapar del infierno que son los otros. Antes de consignar este dato en mi diario, he estado pensando mucho por qué en estos últimos tiempos estoy viendo tantas pelis de suspenso y de acción, que no son las que prefiero. Y llego a la conclusión de que son mi válvula de escape para este suspenso amargo y radical en que está convirtiéndose la vida. Sursum corda! Habemus ad Dominum!
Larga entrevista con Ian Kershaw en el Köln Stadt Anzeiger. Hablando del Brexit, el autor de la mejor biografía de Hitler y de una Historia de Europa desde 1914 a nuestros días, dice que si le preguntasen quién ha sido el peor primer ministro inglés de toda la Historia, hay dos candidatos a tan dudoso honor: David Cameron y Theresa May. Y el periodista le pregunta: «¿Y quién de los dos ganaría?» Kershaw: «¡Yo diría que Theresa May!»
NWH huyó de Venezuela y ha terminado por afincarse en Alicante. Me dice en un email que «sí, siento nostalgia, más que del país de mi familia y las comodidades e independencia que ya tenía. Es agotador comenzar desde cero otra vez con 49 años». Le contesto: «Nunca es tarde para volver a empezar. Echegaray, a los 36 años fue ministro de Hacienda, fundó el Banco de España y lanzó la primera emisión española de papel moneda. Luego le dio por escribir teatro, estrenó su primera obra con 42 años, y en 1904 le dieron el Premio Nobel. Ya ves». Y de Karakogrado, capital de Venezuelistán, me llega un email de WS diciéndome que «te has convertido en una referencia casi diaria en casa. Cada vez que se va la luz, el agua, internet, el teléfono o lo que se pueda ir, mi marido comenta: «Como dice tu amigo Ricardo, el de Colonia, desde afuera es evidente que este horror está terminando». Y conste que él solo cita a Proust, Nietszche, Wittgestein y gente así». A él le contesto vía WS: «Me honra que me hayas incluido en tu catálogo de autoridades citables. Lamentablemente mis dotes proféticas son tan precarias como las de Nietzsche («Dios ha muerto», ¡qué risa, María Luisa!, según decía mi abuela Remedios, la bella y sabia)».
Weiß/Colonia, 4.4.
Me levanto con un calambre muy doloroso en la pantorrilla izquierda, Diny me la friega con una loción alcanforada. Y después del desayuno me enfrasco hasta ahora (casi las 5 pm) en la puesta al día de la contabilidad doméstica: estadillos de cuenta bancarios, facturas médicas, liquidaciones del seguro de enfermedad y de la subvención estatal, certificados de donaciones (descontables de los impuestos), notificaciones de los fondos de inversión donde tenemos depositados nuestros ahorros, rendición de cuentas de los gastos comunales, control de los seguros de vida para nuestros nietos, transferencias de Colombia, México, España…, toda la parafernalia de la burocracia del mundo moderno, sin otra finalidad que la de tener controlado al céntimo hasta el más humilde de nuestros ingresos, mientras delante de los ojos del Fisco se lava el dinero negro con la misma facilidad con que nuestro lavavajillas lo hace con el utillaje usado. Sería para vomitar si no fuese para cagarse en la recontrarremilputamadre del hijueputa sistema. En fin, creo que es hora de echarme en el catre y hacer un poco de siesta, aquello que Cela llamaba «el yoga ibérico».
Esta noche en su show, uno de mis kabarettistas preferidos, Dieter Nuhr, habla de las heces fecales que infestan las aguas, no importa si en el este o el oeste, si en Europa o en cualquier otro lugar del mundo, y añade que eso demuestra que «todos nosotros no somos otra cosa que “Verdauende [=seres con un aparato digestivo]”… excepto –claro está– los ecologistas. Ellos hacen fotosíntesis». ¡Genial, Dieter! Chapeau!
Weiß/Colonia, 5.4.
Cuando me levanto, a las 12:21 (hora capicúa), Diny me saluda con la noticia de la muerte de Alberto Cortez. De nuestro querido Alberto. ¡Qué de recuerdos! En la compu portátil de Diny vemos y oímos su interpretación de “Cuando un amigo se va”. Y sí, «deja un espacio vacío / que no lo puede llenar / la llegada de otro amigo». Acuden a mi memoria los versos de un poeta portugués ante el cadáver de su amigo: «¡Hazte un nudo en el sudario, / no nos olvides Allí!» Y después del amigo que se va quiero escuchar otra vez su voz, pero en uno de sus arreglos más congeniales con el poema que cantó: “Las moscas”. Y al llegar allí donde dice que las moscas se han posado «sobre los párpados yertos / de los muertos», musito «de Alberto» y lloro.
San Tribulete lee mi texto de Nexos y mi columna de hoy en EE, sobre la terrible posguerra y me escribe: «Ay, Ricardo. Aquellos años siniestros. Nuestros ocho años de diferencia, casi día por día, me traen unos recuerdos de otro color. La miseria, sí, y la grisura y la imposición del nacional–catolicismo. La verdadera esencia del régimen esa ésa, importada –diría uno– de los partidos socialcristianos europeos (la CEDA fue eso) y de Action Française y el inefable Charles Maurras. Maurras, como sabes, sigue teniendo una flamante calle a su nombre en Madrid, a unos pasos de mi casa. Este área de Madrid (que no barrio) estaba plagada de nombres franquistas, generales y capitanes traidores, como Haya, que bombardeó Madrid; no pasó de capitán porque su avión cayó (¡Bravo!), y Madrid le ha estado homenajeando durante más de siete décadas en agradecimiento. Los socialistas de Tierno no se atrevieron a cambiar esos nombres. Ahora, el Capitán Haya ha dejado su nombre al Poeta Joan Maragall. Y uno de los generalotes le dejó su nombre a…Fortunata y Jacinta, hermoso nombre para una calle, novelón esplendoroso (digo yo). No sé si fue por ignorancia, pero Maurras, considerado en su país como traidor a su patria, sigue ahí. El caso de la calle Sor Ángela de la Cruz, una de las vías principales del área, es curioso. Esta parte era Chamartín de la Rosa, no Madrid, concretamente el barrio de Tetuán de las Victorias, así es que un callejón apenas esquinero se convirtió con el tiempo en una calle ancha y muuuuy transitada. No sabíamos quién era Sor Ángela, pobre mujer. Y la declaró santa el papa polaco hace unos años». Le contesto ipso fuckto: «También en Huelva tenemos una calle Sor Ángela de la Cruz. Es la paralela a la mía, Alonso Sánchez (antes de los Tumbados). Y la capilla humilde del convento de las hermanitas, en la Plaza Niña, el corazón de mi barrio, es nuestra iglesia, la del barrio quiero decir. Las hermanitas son muy respetadas por quienes no comulgamos, y muy queridas por quienes sí. // Y ahora se me murió otro amigo muy querido, Alberto Cortez. Ay San Tribulete, Alberto era de la quinta del 39, como yo. Los tiros cada vez más cerca».
[Un detalle simpático : Al buscar con Miss Hortensia Google una biografía de Sor Ángela, para incluirla aquí como hipervínculo, descubro en el recuadro de la derecha –habitual en las biografías de Wikipedia– que el lugar donde nace (1846) lo anotan así: Sevilla, la miniatura de la bandera española bicolor, España, mientras que a su muerte (1932) figura así: Sevilla, la miniatura de la bandera española tricolor, España]. ¡Viva la República, carajo!
Weiß/Colonia, 6.4.
Misterio cibernético: mi conexión a la red funciona aunque la lucecita correspondiente a ese enlace, en el enrutador, permanece apagada desde anoche. Puede que haya entregado su almita al cielo, pero mientras el sistema funcione sólo puedo despedirla con un Requiescat in vacuum.
Henri en casa y condenado a ver TV porque la compu portátil de Diny se quedó sin internet, cosa rarísima ya que la mía, que es la principal y de la cual depende la portátil, sí tiene acceso a la red. Pero hace tiempo que he renunciado a encontrar una lógica a las leyes de la Cibernética, que, por cierto, es de una ética más bien dudosa, no distingue el bien que nos hace del mal que nos infiere. Y al final siempre se trata de una minucia: por ejemplo una tecla que no se apretó, como parece ser en este caso. El problema es: ¿cuál?
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