Weiß/Colonia, 25.4. (1), al mediodía
Fatou Diome, autora senegalesa de mi particular predilección, está hoy en Colonia y en estos momentos debe de encontrarse leyendo en la Casa de Todos los Mundos. Yo tenía esta fecha anotada en mi agenda (desde hace meses, desde que supe que venía), para acudir a verla, oírla y, además, pedirle que me firmase y me dedicara mi ejemplar de la traducción al alemán de su novela Le ventre de l’Atlantique, pero… Pero no podía contar con que el sábado nos traerían a casa a Vincent, para pasar con nosotros gran parte del fin de semana, y no sólo eso, hoy mismo también iban a traernos a Henri, porque sus papás querían visitar tranquilos un mercado de pulgas. Al final no vino Henri, pero esperándolo me quedé sin encontrarme con nuestra vieja amiga Luisa Futoranksy, la poeta argentina que vive en París y se dio el gusto de una excursión finisemanal a Colonia –¡justo este mismo fin de semana!–, y me quedé asimismo sin ver ni oír a Fatou Diome, hélas! «No se puede tener todo»* como dice el maestro Álvaro Mutis rematando su “Sonata”–maelstrom:
«No todo es tuyo.
No esta vez, por lo menos. Pero ya vas aprendiendo a resignarte y a dejar que
otro poco tuyo se vaya al fondo definitivamente
y quedes más solo aún y más extraño,
como un camarero al que gritan en el desorden matinal de los hoteles,
órdenes, insultos y vagas promesas, en todas las lenguas de la tierra».
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* Mucho tiempo he creído, y citado mal, ahora también, que lo que el maestro dice allí es «No se puede tener todo», y hasta me parece habérselo oído recitar una vez así, en Hamburgo, en 1986. Pero no, al ir a buscar el texto para reproducirlo aquí, acabo de comprobar que en realidad el verso dice «No se puede saber todo», lo he chequeado a conciencia, no hay más vueltas que darle.
Weiß/Colonia, 25.4. (2)
Sofía no ha subido este viernes ningún post a Futuro de Indicativo –su blog de fronterad–, así pues ayer le envié un mail con el ASUNTO Presente de Sofiativo, reclamando una explicación. Me ha contestado con un texto tan lindo como si fuera un post, y hoy la he llamado para ver si la convencía de que haga un hueco en su hincar de codos para los exámenes de junio, y no nos deje sin coros y danzas, ni ingenieros, ni pájaro cabra, tantísimas semanas. Pero tras hablar con ella me temo que nos vamos a quedar todo este tiempo sin la gracia alada de sus invenciones. Como decía sabiamente mi abuela Remedios, la obligación es antes que la devoción. Ay…
Weiß/Colonia, 26.4. (1)
Quinta sesión de linfodrenaje. Le llevo a Frau Schumacher mi ejemplar de So zärtlich war Suleyken, y sé que ese libro le va a encantar. Tanto como a mí me desencanta el de Cabrera Infante que estoy leyendo desde el viernes, lectura que he proseguido en el bus, yendo a la fisioterapia y regresando de ella, voy por la página 300 (me quedan sólo 250 más, ¡ánimo!) pero ya se me ha ocurrido la primera frase de mi reseña: «Comenzaré confesando que al cabo de las 100 primeras páginas de este libro de más de 550, tomé la decisión de autoextraditarme a un mundo raro en donde nunca hubiera leído ni sabido nada de Guillermo Cabrera Infante. Mi decisión era seguir leyéndolo en el más absoluto vacío del conocimiento. Fue en vano, claro está. Pero al menos tuve esa idea y hasta quise llevarla a la praxis. Ay…».
Weiß/Colonia, 26.4. (2)
El magnolio de la entrada ya está casi sin flores, sólo un par anidan, como pájaros clandestinos, en las ramas más interiores. Pero la fachada de nuestra casa, en segunda línea, está de espaldas a la calle, y por las ventanas del comedor, la cocina y el dormitorio principal tenemos vistas al interior de la manzana, y en ella hay un cerezo japonés, ahora mismo en todo su esplendor. Tanto rosa junto, sin caer en lo cursi, no lo alcanzan ni las obras completas de Corín Tellado.
Weiß/Colonia, 26.4. (3)
Casi no hay un solo día en que no reciba un mail, o dos, o tres, donde alguien me anuncia que quiere ser amigo mío en Facebook, Twitter, Quepasa, etc. Siempre dizque son amigos míos quienes me lo proponen, pero en realidad son esas mismas mafias, que han logrado violar los accesos a los directorios de mis pobres amigos, e inician su labor de proselitismo, la cual, si no le podemos remedio pronto, desembocará en algo más eficaz que el Big Brother, y es lo que ya anuncié en 1968: el Plan de Infantilización Masiva. Claro está que como lo anuncié en el diario Odiel, de Huelva, nadie me hizo caso. Caro lo van a pagar mis congéneres. A mí ya me importa un bledo, como Rhett Butler le dice a Scarlett O’Hara al final de Gone with the Wind, porque me queda poco de estar en este valle de lágrimas, pero a los supervivientes, la verdad es que no les envidio la que se les viene encima. En cualquier caso, a todos esos mails contesto siempre con un texto estándar : «Tengo amigos hasta en el infierno. A veces, en la duermevela de mis siestas (donde nunca logro dormir mineralmente) me vienen a visitar Manolo Scorza, y Rulfo, y Jorge Amado, y tantos otros, y me dicen «Hermano (o mano, o irmão, según quién me visita en cada caso), te estamos esperando, carajo, ¿a qué esperas pa venirte p’acá con nosotros y seguir contándonos chistes de esos tan buenos que siempre nos contabas?, es pura aburrición esto del infierno, hermano (o mano, o irmão… vide supra), hasta casi estamos por decir que el infierno es donde tú (o vos, o você… vide supra) no estás para mamar gallo con nosotros (lo de mamar gallo seguro que se los enseñó Rafael Humberto). Así es que, muchas gracias, pero no, tengo amigos hasta el infierno, sí, pero no quiero tenerlos donde ustedes en las mafias. Váyanse derechito derechito derechito a la mierda, de donde nunca debieron de salir».
Weiß/Colonia, 27.4. (1)
Graciela, desde Córdoba/Argentina, metida en su tayyyer de escritura con gente joven de Río Cebayyyos, me pide, «sólo si tenés tiempo y no te complico la vida […] que me escribas media página en la que me cuentes qué cosas no has hecho y no te gustaría hacer. Es para mi taller. Pero sin compromiso, no quiero ser culpable de un mayor desgaste de tus neuronas».
Le contesto con mucho gusto y fina voluntad, como decía mi abuela Remedios, aquella sabia: «Algo que no he hecho nunca, y que no me gustaría hacer, es tener que cerrarle los ojos a una persona amada. Algo que tampoco he hecho nunca, y que tampoco me gustaría hacer, es herir sin darme cuenta (ni siquiera sin quererlo) a un niño o a alguien inocente. (Aunque sí que herí, y hasta dándome cuenta, y en un caso hasta queriéndolo,
a personas adultas e inocentes). Pero pienso que este planteo tuyo, en realidad fomenta la posibilidad de autorretratarnos como harto mejores de lo que somos, una tendencia a la cual la humanidad es inconscientemente proclive. Por eso creo que sería mejor preguntar por algo que no hayamos hecho nunca y sí nos gustaría hacer, nos autorretrataría menos “pro-domo-mente”. Y predico con el ejemplo: Algo que no he hecho nunca, y que sí me gustaría hacer y no he podido, no por falta de ganas ni de intentarlo ni siquiera de predisposición favorable, sino sencillamente de paciencia, amén de una incomodidad manifíesta en la tarea, es masturbarme con la zurda. ¿Te vale o querés algo más pied à terre?»
Weiß/Colonia, 27.4. (2)
Una lectora asidua de mi diario, la bella y dulce Agnes, me escribe desde Budapest:
«Para tu información, para calmar tu alma (aunque sea un poquito) y para ampliar tus conocimientos sobre el idioma húngaro: bodegón, naturaleza muerta, traduciendo literalmente en húngaro significa, “silencio de vida” (csendélet; csend=silencio, élet=vida)». “Vida silenciosa” es harto más bello que “naturaleza muerta”. Así pues, Budapest no es el París del Este (como se la ha llamado), sino que París es la Budapest de Occidente.
Weiß/Colonia, 27.4. (3)
Lo de que la coreana Oh Eun Sun es la primera mujer que ha coronado las 14 montañas de más de 8.000 metros no debería ponerse en duda. Parece que es un hecho. Pero entonces me extraña que tratándose de una ascensión retransmitida en vivo, el presidente de Corea dejara pasar la señalada ocasión de estar esperándola en la cumbre con una botella de champagne y la Medalla al Mérito por la Patria. Imaginemos por un solo momento que la escaladora fuese francesa, o tal vez mejor italiana, del Tirol. ¿Sarkozy
o Berlusconi, perderse semejante publicidad gratuita? Dicho en otras palabras: recién cuando Edurne Pasabán corone el Annapurna, tendremos una digna campeona que festejar. Estas 14 cumbres de Oh Eun Sun me recuerdan mucho la llegada de Corea del Sur a las semifinales del Mundial 2002. Lagarto, lagarto… porque del ascenso de doña Oh al Kanchenjunga la única prueba que existe es una fotografía borrosa de una persona, que tanto puede ser ella como el Nuncio de Su Santidad en Nepal, a elegir.
Weiß/Colonia, 28.4. (1)
Cuarta sesión de linfodrenaje, hoy con Herr Nölle, no con Frau Schumacher. Es algo distinto por completo, no mejor ni peor, sino nada más que completamente diferente. Para empezar, y concluir, Herr Nolte está casado con una italiana (de Trieste), le gusta el fútbol y aborrece del fútbol italiano. Entonces la sesión se nos va en el análisis de la semifinal de la Champions esta noche en el Nou Camp. Los dos a favor del Barça, los dos sabiendo en lo más profundo de los epitelios cordiales que el contubernio de la filosofía italiana del catenaccio con la maquiavélica negación del fútbol a través de su aparente ejercicio (léase: la metafísica de Mourinho), es una dosis letal para el “jogo bonito”. [El partido y su resultado nos darían, ay, más razón de la que hubiésemos querido. Delenda ist Arte! Vivat Sucedáneus! Qué horror, ojalá la división pánzer del Bayer Múnich los deje en pelotas, el 22 de mayo en el Bernabéu. Tenía pensado ir a la final, estoy en Madrid ese día, pero ahora ni siquiera la veré en la tele, qué pérdida de tiempo sería].
Weiß/Colonia, 28.4. (2)
Mi segundo desencuentro con África en menos de cien horas. El domingo con Fatou Diome y hoy con Buika, su concierto de esta noche en la Philarmonie se canceló porque mi negrita linda se ha puesto enferma. Así es que los Bada-Hansen (nuestros tres hijos, Diny y yo) de todos modos nos reunimos a las 7, como estaba convenido, dos horas antes del concierto, para cenar en la brasería Capricornio en Aries, en el barrio sur de Colonia, comida francesa, y despedirnos. Es la primera vez que hemos estado juntos los cinco solos, sin nuera ni yerno ni nietos, desde hace no sé cuánto tiempo, no logramos recordar la última vez que lo hicimos así, en petit comité. ¿Una premonición, tal vez?
¿Se caerá el avión que nos lleve, o el que nos traiga de vuelta? Chi lo sá!
Weiß/Colonia, 29.4.
Quinta sesión de linfodrenaje, de nuevo con Herr Nölle. A la consulta del Dr. Ruppert después, para que me autorice a viajar, lo que hace. De allí al banco: transferencias, consignación de un cheque, saco dinero para llegar con efectivo a España. Del banco a la boletería donde compré las entradas para el concierto de Buika, malogrado anoche: me devuelven el 100%, hasta la comisión de preventa. Almuerzo después (sopa de pescado con pincho de gambas a la plancha) en el Mar del Norte, con Julio y Carlitos. El buen Carlitos me trae de vuelta a casa, no sin parar en un híper para comprar Queen Margot, mi whisky predilecto entre los baratieri embotellados en Escocia. Tienen al lado un canadiense que pinta bien, pero le soy fiel a mi reina. Y una vez dormida la siesta, entro en la recta final de la lectura del libro de Cabrera Infante y pongo fin a mi suplicio a las 18.25. Me preparo una cena a base de fiambres, que apoyo digestivamente con un postre de aguardiente de yerbas helado, y escribo estas líneas. Ahora me queda lo peor de la jornada: hacer la reseña de esos Cuerpos divinos tan humanos, tan demasiado humanos…
Weiß/Colonia, 30.4.
Sexta sesión de linfodrenaje, con Frau Schumacher de nuevo. Sobre todo la pierna izquierda se ve completamente normal, la derecha todavía un poco hinchada, pero ya el Dr. Ruppert me dijo ayer que al regreso de mis vacaciones (donde debo poner las piernas en alto cada vez que se me presente la ocasión), habrá otra tanda de linfodrenaje. Y de la fisioterapeuta me voy a lo de Montse, para despedirme de Henri, a quien tengo un rato largo en brazos, no llora ni tiene hambre, sonríe mucho este ángel mío, gordito y simpático. Regreso a casa, como, y cuando no llevo ni tres minutos de siesta, suena el timbre. Es la mujer de la limpieza que pasa a cobrar su mensualidad, «porque como mañana es fiesta, no quiero fastidiársela a ningún vecino». Por todos los dioses, concentrado como estaba en la lectura de Cabrera Infante y en las traducciones del pinche catálogo, y con la mirada fija en el vuelo del domingo, me había olvidado de que el 1° de mayo es fiesta. Es el día que pensaba dedicar a despachar correos al seguro y al subsidio médicos, son casi 6.000 € de facturas acumuladas en estos cuatro meses, y el reintegro le va a venir de perlas a mi cuenta bancaria. Pongo manos a la obra y antes de las 5 estoy en la oficina postal y hago los envíos. Ya sólo me resta traducir el prólogo del catálogo, y seleccionar lo que me llevo en la bolsa de viaje, que sea lo menos posible. Me consumo de impaciencia por salir de casa camino del aeropuerto. Pocas veces en mi vida he necesitado tanto unas vacaciones.
Weiß/Colonia, 1°.5. (1)
El bloguero chino Han Han, notorio disidente cuya bitácora es culto en China, y al que Pekín no aplica por ahora más sanciones que borrar en internet los textos que mayormente le hacen pupa, entiende que sus críticas al régimen son señal de patriotismo: «Amar a tu país significa protegerlo de que el gobierno lo pueda perjudicar. […] A fin de cuentas no puede confundirse a un pueblo con su gobierno. El pueblo sigue siendo siempre el mismo, el gobierno no lo sigue siendo necesariamente». Me parece que Han Han se equivoca de medio a medio: es el gobierno el que sigue siendo, en el fondo, siempre el mismo, ¿o podría explicarnos él alguna diferencia verdaderamente esencial entre el PC chino de hogaño y los mandarines de antaño? Amos anda, como dicen en Madrid.
Weiß/Colonia, 1°.5. (2)
La remilputa que lo remilparió. Allá por 1993, cuando me rendí ante la insistencia del bueno de Juan Drago, que me pidió una gavilla de poemas míos para publicarla en su colección Hojas de Zenobia, se la envié titulándola Basura cuidadosamente seleccionada. Sabía que eran palabras de Baudelaire, que las había leído en un libro suyo, y como quería citarlas de manera exacta las busqué febrilmente, ¿dónde?, entre sus críticas de arte, pues también recordaba que Baudelaire las escribió como una especie de definición de lo que debe de ser el Arte. Perdí dos o tres días en la búsqueda inútil. Y la plaquete se publicó, asegurándole al lector en el prólogo, eso sí, que tan destemplado título era una cita del jardinero de las flores del mal. Hoy, casi veinte años más tarde, yendo en pos de un material por completo ajeno, descubro el texto de marras que me tuvo en jaque entonces, ¿y dónde está?, en sus Pequeños poemas en prosa. Es otra traducción, pero inequívocamente lo que anduve buscando. Se titula “El perro y el frasco”, y dice así:
«– Lindo perro mío, buen perro, chucho querido, acércate y ven a respirar un excelente perfume comprado en la mejor perfumería de la ciudad.
Y el perro, meneando la cola, signo que en esos mezquinos seres corresponde, según creo, a la risa y a la sonrisa, se acerca y pone curioso la húmeda nariz en el frasco destapado; luego, echándose atrás con súbito temor, me ladra, como si me reconviniese.
– ¡Ah miserable can! Si te hubiera ofrecido un montón de excrementos los habrías husmeado con delicia, devorándolos tal vez. Así tú, indigno compañero de mi triste vida, te pareces al público, a quien nunca se le han de ofrecer perfumes delicados que lo exasperen, sino basura cuidadosamente elegida». Voilá!
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NOTA DEL BLOGUERO :
Salgo de vacaciones hoy domingo 2 de mayo, festividad de san Exuperio, mártir, y de santa Mafalda, infanta de Portugal, siendo las tales una ocasión en la que me distancio al máximo de las computadoras. Pero este quiosco no se cerrará: durante las tres semanas que estaré fuera aparecerán acá viejas entradas de mi diario, agrupadas de manera temática. El próximo domingo, día 9, festividad de san Hermas, confesor, san Geroncio, obispo, y san Nicolás Albergato, cardenal, le tocará el turno a las Bellas Artes. El domingo 16, festividad de san Fidolo, confesor, y de santa Máxima, virgen, aparecerán en este lugar unas estampas madrileñas, Y el domingo 23, festividad de san Mercurial, obispo, y de san Epitacio, obispo y mártir, habrá un post recogiendo las hazañas de mis tres nietos mayores y la baba del abuelo ante el cuarto de sólo cuatro meses. Vale.
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