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Mientras tantoDe mi diario : Semana 23 / 2019

De mi diario : Semana 23 / 2019


 

Weiß/Colonia, 2.6.

Después de leer mi diario, varios amigos me han dicho que “torcer” no se escribe con cedilla en portugués, que por qué la emplée al hablar de la final de la Champions y de que mi favorito era el Liverpool. Les contesto que «torçer» es un verbo portugués que me inventé para nombrar el apoyo al equipo predilecto. Sé que en portugués, efectivamente, no lleva cedilla, pero «torcer» en castellano tiene un campo semántico muy amplio [son 16 acepciones en el diccionario de la RALE] que no incluye el tal apoyo. Yo se lo añado con la cedilla, para llegar a la 11.ª acepción de “torcer” en el Aurélio: «Simpatizar com um clube esportivo: Torce pelo Flamengo». Y por cierto que con tal ejemplo me entra la sospecha de que don Aurélio torçía por ese club carioca.

 

Anoche me fui a dormir después de haber leído las entradas de la semana en mi diario, para subirlas a Fronterad, a renglón seguido de la final de la Champions. Y lo hice sabiendo que en el texto se me había deslizado algo que no cuadraba, algo que lo hacía rechinar. Recién ahora (8:10 pm), cuando me disponía a ver por enésima vez Tierra y Libertad, la peli de Ken Loach, me doy cuenta del fallo. En la entrada del día 29, al hablar de los narradores de Huelva, hice de tripas corazón, por mor de la honradez profesional, e incluí el nombre de una persona que me resulta visceralmente antipática ¡pero me olvidé de nombrar a mi querido Bernardo! Ahora ya no hay remedio sino el de entonar el mea culpa y consignar el traspiés en estas mismas páginas.

 

Weiß/Colonia, 3.6.

3:35 am : Dos viejas pelis de John Ford a continuación de El último de los mohicanos. Primero Drums along the Mohawk [Corazones indomables] de 1939, luego The Horse Soldiers [Misión de audaces] de 1959, la primera ambientada durante la guerra de la independencia y la segunda con el telón de fondo de la guerra de secesión. Es de lo más interesante contrastar dos maneras de hacer cine una misma persona. Ford, en estas dos pelis, me recuerda la evolución de Galdós desde los balbuceos de La Fontana de Oro hasta la maestría de Fortunata y Jacinta.

 

Me escribe Manuel Moya desde Fuenteheridos: «Como todos los años, cuando se acerca el solsticio de verano, nos ponemos la osa mayor por montera y nos vamos a festejarlo con jamoncito, poesía, grata compañía, birras y estrellas a alguno de los lugares más emblemáticos y espectaculares de nuestra geografía». Y nombra los sitios donde celebraron Birras y Estrellas durante los años anteriores, y son como un poema: «Las canteras de Fuenteheridos / Los hornos de Santana / El pantano de Puerto Moral / El Dolmen de la Pasada del Abad en Rosal de la Frontera / La laguna de Cañaveral de León / La estación de ff.cc. de Almonaster La Piedra Utrera en Cumbres de San Bartolomé / La rivera de Santana / La fuente de las Alberquillas en Valdelarco / Santa Marina en Aracena». Y este año el castillo de Cortegana. Me recuerda el bello poema de topónimos castellanos que urdió Unamuno («el tuétano intraducible / de nuestra lengua española») y que luego le plagió el vil Neruda, hinchando el perro.

 

En el suplemento cultural de El País uruguayo, una entrevista con el carminativo Alfredo Bryce Echenique. Al final el periodista le hace una pregunta bien estúpida, si cree que los escritores uruguayos, son gente de buen gusto. A lo que ABE responde: «Los que he conocido, no. He conocido a Eduardo Galeano, un buen escritor. Pero pasó de moda; era el paradigma del escritor comprometido. Pero caducó, él mismo renegó de todo antes de morir. ¿Y cuál era el otro? Ah, el insoportable Benedetti. Era un engreído, un tonto, un hombre impresentable, por lo arrogante». El periodista quiere saber si conversó con él. ABE: «Solo una vez, y con Mario Vargas Llosa. Felizmente que fue con Mario porque yo no hubiera podido estar a solas con Benedetti». Es evidente que ABE, si sólo en una ocasiòn conversó con MB, tiene una opiniòn prejuiciada acerca de él. Vete a saber por qué. Yo he conversado docenas de veces con MB y lo recuerdo como una persona muy sencilla, muy humana, con ese understatement y ese sentido uruguayo del humor que distingue a los orientales del resto de los latinoamericanos. En cambio, mis recuerdos personales de ABE no pueden ser sino de lo más negativos. Y para más inri, lo peor de todo es lo súper aburridos que son sus libros. Al contrario que los de Benedetti.

 

Weiß/Colonia, 4.6.

1:15 am : Acabo de ver Le vieux fusil [El viejo fusil], que no conocía y que me ha encantado. La pareja Romy Schneider & Philippe Noiret, en principio tan asimétrica, es algo formidable. Esta Romy de 1975 es un hada, todas y cada una de las escenas donde interviene parecen inundarse de luz cuando la cámara enfoca su persona. Como cuando se presenta Campanita en Peter Pan, la peli de Walt Disney. «Igualito, igualito», diría mi abuela Remedios.

 

Llamada de mi deuda estherna, desde la provincia, reclamándome que hace tiempo que no la he vuelto a nombrar así. Le prometo enmienda. Como Meggie, la gata de Montse, cumple hoy 12 años, le pregunto si sabe cuántos años humanos son los de un gato. Me responde que no lo sabe pero sí que Mitzi, su gata, tiene ya 18. Y eso me ha hecho recordar la semana que vivimos en su casa de Belgrano, en Buenos Aires, del 9 al 15 de enero del 2002, y Mitzi era un ovillito peludo recién llegado a la familia y con el que jugué muchísimo. Asistí además al espectáculo de ver a Hans encaramándose al gran árbol del jardín para rescatar a Mitzi, que se había ido aupando de rama en rama pero ya era incapaz de bajar. O no sabía que aún le quedaban seis vidas.

 

Hoy en La Modicana canelones, Carlitos y yo. Estamos solos en la gran sala, pero hay clientes en el patio. Entre otras cosas le hablo a Carlitos de un artefacto famoso, el higroscopio El Fraile del Tiempo, que me dice que no conoce. Le digo que es imposible que no lo conozca, que era un requisito casi indispensable en muchos lugares públicos de España. Me contesta que es que él no vivía en España, y ese independentismo canario a ultranza me mueve a decirle que se deje de tonterías. ¡Canarias independiente! ¡¿Cuándo volverían a ver jugar al Barça y al Real Madrid?!

 

Ahora que en mi diario han hecho aparición de manera inesperada las corridas de toros, desde sus Asturias me escribe Juan Carlos diciéndome que Rafael Alberti se vistió una vez de torero e hizo el paseíllo en Pontevedra. Me precipité a las páginas del Cossío (tengo sus gruesos tomos directamente a mis espaldas) y no encontré ni rastro del hecho. Se lo digo a Juan Carlos y él me manda el enlace con un artículo de ABC donde se toca el tema. Busco entonces mi ejemplar de La arboleda perdida, las memorias de Alberti, y siguiendo el hilo cronológico llego a 1927, y sí que es verdá de la buena, en las pgs. 252 a 254 (la primera edición) cuenta Alberti cómo es que su amigo Ignacio Sánchez Mejías le insistió hasta conseguir que se vistiera un traje de luces y que hiciera el paseíllo con él, aunque luego se quedase detrás de la barrera sin intervenir en la lidia: «Desde un tendido bajo, José María de Cossío presenció este peregrino suceso. Para colmo, entre todos aquellos toreros de oro y plata, yo era el único que ostentaba un traje naranja y negro, traje de luto que Ignacio conservaba desde la trágica muerte de Joselito, su cuñado». Lo que me extraña es que yo no anotase esta escena cuando leí el libro, recién editado, en 1976, y lo que más me extraña es que Cossío no mencione el hecho en la extensa biografía dedicada al torero poeta y dramaturgo. Y lo que me parece el colmo de la extrañeza es que Sánchez Mejías le endosara a Alberti un traje de luces con esa componente trágica. Me temo que este pormenor, tan poético, haya sido un adorno de la firma, como decían los cronistas taurinos de antaño, esto es: un invento de don Rafael, q.e.p.d.

 

Weiß/Colonia, 5.6.

2:20 am : Diny me anunció esta mañana que a partir de la tarde había amenaza de un tornado, y en efecto, alrededor de las 11:00 pm de ayer empezaron a verse en el cielo unos flashes de san Pedro sacando fotos de Weiß at Night, con acompañamiento de lejanos truenos, y me dispuse a ver Bastille Day, una peli de acción que era lo único que me llamaba la atención en el programa nocturno de la tele. Y ha terminado la peli sin que además de unas rachas de lluvia haya pasado nada más. Otra vez, pues, ese corredor meteorológico donde se inserta el microclima de Weiß nos ha vuelto a poner a salvo de las amenazas de Eolo cuando se desmadra.

 

En las gacetillas internacionales del Kölner Stadt Anzeiger apareció ayer una noticia acerca de la dimisión del primer ministro italiano, situándola en Venezuela. Hoy aparece en esa misma sección una noticia sobre la no exhumación de los restos del inferiocre en el valle de los caídos, situándola en Italia. Escribo una Carta de Lector regocijado ante la perpectiva de una geografía mundial inédita auspiciada por el diario, y me contesta compungido uno de los mandamases de la redacción, explicándome que los descuidos tuvieron lugar durante el turno nocturno. Menos mal que lo arguyó como eximente, porque en el Código Penal la nocturnidad es agravante.

 

Lo que ETT lleva escrito del texto de su tesis de doctorado me ha puesto en claro una vez más que soy negado para la lectura de textos teóricos académicos, y como es un amigo muy querido se lo digo sin ambages: «Estoy archiconvencido de que tu criatura tiene pies y cabeza, soy yo el problema, yo, a quien esa sección tan especializada de la Anatomía no le interesa un comino. Ni siquiera puedo decir que no me interesa, es que no es lo mío. El mundo del pensamiento teórico es, para mí, un sobre cerrado con siete sellos. [] Lo que me pasa es que me siento como quien ara en el mar. Es muy frustrante, te lo doy firmado. Se dice que hay tres cosas que no dejan huella: el ave en el aire, el pez en el agua y el hombre en la mujer. Yo añadiría como cuarta un texto académico en mi cabeza de chorlito, y creeme que te lo digo a conciencia de que te pueda doler, pues que al fin y al cabo se trata de un texto que es como un hijo tuyo y en el que tanto tiempo y esfuerzo invertís, pero es que no sabría decírtelo de otro modo«.

 

Gloriosas dos horas volviendo a ver Gloria (1980) de John Cassavetes con Gena Rowlands en esa protagonista tan humana que parece una heroína de Galdós, ¡qué grandes los dos! (aunque si contamos a Galdós habría que decir ¡qué grandes los tres!) Esta es una de esas pelìculas que como Laura, Gilda, Ninotschka, Jezabel, Sabrina, Julia no pueden titularse sino con el nombre de la protagonista presente (o la ausente, como Rebeca). La que no conozco es la remake de Gloria que dirigió Sidney Lumet en 1999 con Sharon Stone. ¿Valdrá la pena verla?

 

Weiß/Colonia, 6.6.

Leo en el Kölner Stadt Anzeiger, desayunando, que el tornado previsto para ayer tarde sí que tuvo lugar y afectó seriamente a Bocholt, con casas destechadas, árboles desarraigados y autos con los que el padre Eolo estuvo jugado al billar. Lo registro sobre todo por tratarse de Bocholt, que fue, hasta donde yo sé, donde se fundó la primera Hermandad rociera fuera de España, el año en que llegué a este país, 1963. Fue la que se conoce como Hermandad de los Emigrantes, que se incorporó al registro oficial en 1971, pero yo recuerdo que mi primer Pentescostés en Alemania me quedé sorprendido por aquella iniciativa del Club Hispano–Alemán de Bocholt. Y digo yo que la Virgen del Rocío debiera proteger mejor a sus cofrades de ese lugar, caray.

 

Envío ya hoy mi anticipo trimestral a Hacienda porque si lo hiciera mañana lo estampillarían  con fecha 11, martes, que es cuando lo consignarán en mi cuenta corriente, y su plazo de pago es el 10, mi cumpleaños y, este año, día festivo, Lunes de Pentecostés. Y la Hacienda alemana no entiende semejante modus operandi de los Bancos con el almanaque, de manera que me clavaría una multa, aunque sólo fuese por un día de retraso en la transferencia. Ya me ha pasado alguna vez, y yo, más que escaldado, soy gato desollado, así es que me curo en salú. .

 

Teresa me manda como regalo de cumpleaños, con algún adelanto, un libro titulado Testamento del paisa, y le acuso recibo después de comprobar que se trata de algo así como las Tradiciones peruanas de mi tocayo don Palma, que devoré en mi lejanísima juventud, en la también lejana Troglodia: «El cartero acaba de entregarme (bueno, hace ½ hora) el paquete con Testamento del paisa, que ya he hojeado y ojeado a discreción, después de leer tus cariñosas palabras con motivo de mi 80.º aniversario y a propósito del libro. Milyuna gracias, sobre todo por el hecho de que este es uno de los que se pueden leer “a pequeñas diócesis” (como argüiría el camarero de la zarzuela La del manojo de rosas, que se expresaba de forma muy “culta” y es por eso que le llamaban “El Espasa”). Me encantan estos libros porque nunca te cansan. Los abres por donde quieras y los cierras cuando te llenan el buche y sabes que una página más sería demasiado. A mí me encantaría ser alguna vez (pero ya, ¿cuándo?) el autor de un libro así».

 

Oskar llegó bien a Barcelona, donde piensa pasar cinco días conociendo la ciudad, y luego una semana tumbado al sol en una de las playas cercanas, no he podido averiguar cuál. Por su parte   Rebeca regresó hace un rato de Mallorca y su primera llamada, como siempre, ha sido para sus padres, en ella es costumbre grabada a fuego en su disco duro. Los dioses todos la bendigan.

 

Weiß/Colonia, 7.6

En el suplemento mensual Libros, del Kölner Stadt Anzeiger, por primera vez al cabo de no sé cuántas muertes de obispo, un libro del mes de un autor hispanoamericano: La llamada de la tribu, de Mario Vargas Llosa. Y la poesía del mes es una de Hilaire Belloc, vertida al alemán por nadie menos que Hans Magnus Enzensberger. Aproximo al español ad pedem litterae la traducción de HME: «Jugando estaba Clive con la escopeta / del padre y apuntando a su hermanita / (sólo quería darle un susto grande) / disparó sin querer y falló el tiro. / El padre, casualmente, oyó el disparo / y el griterío de su pobre hijita, / y al hijo reprochó de un modo suave: / «No se dispara dentro de las casas»». Es casi un cuento de Saki, en ocho versos.

 

Weiß/Colonia, 8.6.

Además del regalo de Teresa, anteayer, el correo quelonio me ha traido hoy las felicitaciones de mi antiguo patrón, la Deutsche Welle, y de Malteser (una organización de ayuda humanitaria a la que apoyo desde hace años), y la de Gunhild y Ulf, que están de vacaciones en Rügen y me mandan una postal de un campo de amapolas al pie del faro de la isla, encaminada a «Herrn Ricardo Hansen de Bada». ¡43 años de conocernos y todavía no saben cómo me llamo! Pero lo que me hace el día es el paquete que me envía Susanita: un libro con 102 años de historia del Teatro Colón, un CD de Pichuco con 10 tangos de mi flor y cuatro inéditos, y un libro apaisado con fotografías panorámicas de mi Güeno Saire querido que yyya no volveré a ver. Ah, y una postal con Mafalda acompañada de toda su cuadrilla y es Susanita (¿quién si no?) la que lleva la voz cantante felicitándome. Ay. Felicitarme por cumplir 80 años. Hay formas muy refinadas de sadismo, esta puede ser una. Pero no me comportaré desagradecidamente. Al contrario.

 

Regreso en el bus de unas compras en Rodenkirchen y por primera vez de una manera de veras consciente me doy cuenta de que al vivir en Weiß vivo en un mundo verde, de que el verde me satura la vista, docenas, quizá centenas de matices de verde en esta vegetación que ahora mismo se encuentra en todo su esplendor. «Verde que te quiero verde». Enter! [el Amén virtual]

 

*****************THE END*****************

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