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Mientras tantoDe mi Diario: Semana 26 / 2014

De mi Diario: Semana 26 / 2014


 

Weiß/Colonia, 23.6.

«Dícteme despacio, que tengo prisa», la vieja y sabia norma, volví a olvidarla ayer, por el afán de no retrasar nada más que 24 horas la nueva entrega de mi diario en Fronterad. Con lo cual me encuentro esta mañana, en mi estafeta, un email de Guillermo, desde su Orquidiócesis, donde el pobre me tiene que recordar que la “Canción de las damas de antaño” no es de Ronsard. ¡Pues claro que no lo es, y de sobra sé que es de François Villon, carajo! Y entonces ¿por qué escribí ayer que era de Ronsard?  La prisa, la recontrarremilputa que la recontrarremilparió, la prisa, la sañuda enemiga de cualquier trabajo bien hecho. Ceniza sobre mi calva, ay.

 

Laetitia tiene razón, lo de los cuatro días pasados descargó con la fuerza de una ola cantábrica, la más grande. Recién lo empiezo a notar como vacío cuando han pasado 24 horas desde que se fue y me doy cuenta de las muchas cosas que no he registrado en mi diario, por la simple razón de que todo lo escribí prácticamente de memoria, a partir del regreso del aeropuerto. No anoté, por ejemplo el canto de los mirlos que saludó su llegada el jueves, que la recibía cada vez que volvía a casa y que la despidió cuando se fue ayer domingo; tanto ella como yo convencidos sin lugar a dudas de que al menos el del pinabeto a la salida de la casa cantaba para ella. Tampoco anoté que cuando barzoneamos por la ciudad el sábado, al salir de la casa matriz del agua de Colonia Farina, la Leti se dio cuenta de que había olvidado mi bastón en la cervecería Sion, y partió como un rayo para volver a los diez minutos trayéndomelo de vuelta. Tampoco anoté que al buscarle material informativo sobre Lucero Tena, con la ayuda inestimable de Miss Hortensia Google, descubrimos que la virtuosa de las castañuelas es mexicana de nacencia, y del Distrito Federal, por más señas. Ni tampoco anoté que la Leti se llevó a México el libro de Javier sobre el paisaje, un tema que la fascina. Etc., etc., etc. Me puse a releer lo que me falta de Cortázar, para un artículo que me ha pedido Kathya, para Nexos, y encuentro esta frase: «Reconstruyo nuestro diálogo con esa precisión que me ha dado el infierno bajo forma de memoria». Ecco!

 

Weiß/Colonia, 24.6.

0:30 am : Después de ver un nuevo episodio de la policial inglesa “Silent Witness” me entero de que Brasil y México han pasado a octavos de final, y de que a México le toca medírselas con los Países Bajos. Pues ojalá que no los dejen levantar la cresta por encima del nivel del mar. ¡Enter!

 

A La Modicana ½ hora más temprano que de costumbre porque a las 3:00 pm tengo cita con la pedicura. Los espaguetis frutti di mari de hoy se evalúan respectivamente 8 y 7+ en la escala Mancinone. Respectivamente significa que Carlitos tiene bastante más manga ancha que yo, y es lógico, porque también tiene mejor corazón y es más bueno que el pan.

 

A las 2:45 pm en la parada del bus. Hay una mujer de unos 50/55 años sentada en el banco, y que enseguida me deja libre el tercio que ocupaba con su bolsa. Me ve buscar mi billete múltiple y me pregunta que adónde voy, le digo que a Sürth, me dice que no me preocupe por el billete porque es una impedida física y dispone de un pase que le permite viajar gratis con ella, en los transportes públicos, a un acompañante. La miro atentamente y no le descubro impedimento físico ninguno, se lo digo. Me contesta que su mamá era alcohólica y su nacimiento prematuro,  con una serie de consecuencias, por falta de oxígeno en el cerebro, que se traducen entre otros impedimentos en que es analfabeta. Vamos en el bus platicando todo el tiempo hasta Sürth, y me asombro de ser capaz de hacerlo con alguien como ella. Un verdadero descubrimiento para mí, que me hace pensar en lo mucho que ignoro acerca de mi persona.

 

Pasan La ajedrecista y alcanzo a ver la inolvidable escena penúltima con la más contenida y más críptica declaración de amor en la historia del cine. Dicho sea de paso, los críticos alemanes han descubierto que al sincronizarla en el idioma de su tribu aborigen, justo en esa escena, se deslizó un error; el Dr. Kröger [Kevin Kline] anuncia una jugada que es imposible, «Aj4», porque en el tablero de ajedrez no existe la hilera “j”. Nobody is perfect, queridos críticos. Tampoco ustedes.

 

Weiß/Colonia, 25.6.

Pasada la medianoche : Haciendo zapping he visto hace ½ hora a Farid Mondragón dándole un abrazo a José Peckerman, mientras el reportero alemán anunciaba que como Colombia ya le iba ganando 3:1 al Japón, el seleccionador va a sacarlo al terreno de juego porque le ha prometido a Farid que jugará aunque sólo sea unos minutos en un partido del Mundial y se convertirá de ese modo en plusmarquista del mismo; en el más veterano que haya jugado en sus veinte ediciones, habiendo participado –otro record– en seis de sus eliminatorias. Al buen Farid lo recordamos con muchísimo cariño en Colonia, por las tres temporadas que jugó en el 1 FC Köln, el club de los amores de la familia Bada Hansen. Me quedé pues viendo el final del partido y aplaudiendo cuando Farid atajó un gol cantado de los japoneses, ¡grande, Farik! Se fue al vestuario dejando imbatido su arco. Me sirvo un Single Malt de 12 años en su honor. Cheers!

 

11:00 am : Llego puntual a mi cita con la Cirugía. Le muestro al cirujano el puente viejo, que la asistenta del dentista –la de las tetas duras como piedra– me entregó el miércoles pasado, creía yo que con la intención de que se lo llevara al cirujano. Pero no, él se ríe, me dice que se trata de un souvenir para mí, y que si no lo quiero conservar lo puedo vender, por el oro que contiene. Lo evalúa en unos 20 a 30 €. Luego me aplica la anestesia, y su anestésico es aún más nauseabundo que el que emplea mi dentista. Le pregunto cuándo es que se fabricarán anestésicos con sabor a manzana. «Buena pregunta», me contesta, y sigue con su tarea. Es un profesional a tope, trabaja con absoluta maestría, en menos de un ¼ de hora extrae la raíz. Me recomienda evitar el sol: «Las bacterias son muy heliofílicas». («Como los alemanes», pienso para mi capote y añado lo que Ricardo III viendo llegar a Clarence: «¡Descended, pensamientos, al fondo de mi alma!») 

 

Me envía Rolando su plan de viaje para el mes que viene y concluye diciéndome acerca de su vuelo de regreso a Austin: «Como el avión sale de Colonia a las 8:30 am el 21 de julio me puedo quedar el 20 de julio en el hotel del aeropuerto. Si no hay hotel en el aeropuerto, me puedo quedar en el hotel más cercano». Le contesto: «Perfecto, ya veremos cómo arreglar lo de la noche del 20 al 21. Sea como fuere al lado del hotel hay un aeropuerto, digo, al aeropuerto del hotel hay un lado. Digo Ay carajo, no sé lo que digo. Creo que estoy leyendo demasiado Cortázar en los últimos tiempos».

 

Weiß/Colonia, 26.6.

1:00 am : Merde alors! Estaba viendo la repetición de un episodio de la 1ª temporada de la policial sueco–danesa “El puente”, masticaba distraido, pero con el lado derecho, unas galletitas de Studentenfutter [=pienso para estudiantes], y de repente oigo un ¡croc! y sé que se ha partido el puente provisional que me colocó el dentista y que el cirujano desmontó para sacar la raíz. Desde luego lo implementó de nuevo, pero al parecer con un cemento menos adherente que el del dentista. Decididamente esta es una semana para mi historial clínico odontológico.   

 

Me veo obligado a cancelar por email mi cita con JB, y también lo intento llamándola a su móvil, pero lo tiene desconectado; sin embargo, de la centralita me informa una voz automática que se enviará un SMS al teléfono requerido, para avisar a su dueño de mi llamada. Eso me tranquiliza un poco, aunque me desconsuela que no nos volvamos a ver, son ya muchas semanas que estamos intentándolo y esta vez parecía que iba a ser posible. Ay.

 

En lo del dentista, me renuevan el puente provisorio, pero no sin que se quiebre dos veces cuando debo hacer la prueba del mordisco, cerrando los dientes. ¿Tendré algún ancestro cocodrilo?

 

Después de la siesta todo el tiempo dedicado a pergeñar el artículo que me ha pedido Kathya para Nexos, el # de agosto con un Dossier Cortázar. Esta vez no armo un artículo convencional, me limito a transcribir todos los fragmentos de cuentos suyos donde se menciona a México y a los mexicanos, situando cada uno de esos fragmentos en su contexto. Creo que los lectores me lo agradecerán, leer a Cortázar siempre será más gratificante que leer a Bada.

 

Weiß/Colonia, 27.6.

10:00 am : También puntual en lo del dentista, para la implantación definitiva del puente. Luego de inyectarme la anestesia, me comenta que deberíamos alegrarnos, él y yo, de vivir en este siglo y no dos más atrás. Le replico que siempre me ha intrigado como sería la odontología en la Edad de Piedra, y es como si le hubiese dado la entrada (así creo que se dice en la jerga teatral) para un parlamento a medias histórico y a medias humorístico acerca de ese tema: me cuenta que en los cráneos paleolíticos que se han encontrado casi no se registran caries, lo que pudiera deberse a que se desconocían el azúcar y otros deteriorantes debidos al progreso; pero que siempre ha tenido el ser humano problemas con sus dientes, y según ciertas hipótesis, el faraón Tutankamón fue víctima de un envenenamiento de la sangre provocado por una inflamación en sus encías. Cuando termina su exposición, brillante a decir verdad, le pregunto que si ha sido gratuita o me la va a incluir en los honorarios. Nos reímos los tres, también la asistente que vide supra, y me desquito al hablarles de un libro que no conocían, Anestesia local, de Günter Grass, donde uno de sus personajes centrales es un dentista. La implantación del puente transcurre luego sin más problemas, tras sacarme el punto de sutura que me dio ayer el cirujano. Pero debo volver en una semana para el cemento definitivo. Me siento poco menos que como un edificio en construcción.

 

Dedico toda la tarde a terminar el artículo sobre Cortázar pero me queda un resto por hacer, por no querer perderme un nuevo episodio de la serie sueca “Irene Huss, Policía de Gotemburgo”. Le dedicaré a ese resto la mañana de mañana.

 

Weiß/Colonia, 28.6.

1:40 am : Cuando termina el episodio de la serie con Irene Huss abro la estafeta y me encuentro un email de Carles que me deja sin habla. Carles me trata con una generosidad tal que nunca sé como agradecérsela. Y se lo escribo: «Acabo de ver tu email después de mi dosis de policial sueca de todos los viernes, en la tele. Y no sé qué decirte. Gracias es muy poco, y sin embargo no hay otra palabra. Así es que gracias. Nada más. Casi me siento tentado de citar las palabras iniciales de José Antonio Primo de Rivera en su discurso al fundar la Falange en el teatro de la Comedia, en Madrid: “Nada de un párrafo de gracias, escuetamente gracias, como corresponde al laconismo militar de nuestro estilo”. Es una pena que esa frase sea de quién es, y es una pena el «nuestro», un posesivo falangista en este caso. Pero la frase es preciosa, pese a todo».

 

Leyendo el diario durante el desayuno descubro una esquela fúnebre con un epígrafe de Gabriel García Márquez: «La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla». Pregunta: Si la vida no es la que uno vivió, ¿cuál es la que se recuerda y, sobre todo, qué pasa con la que sí se vivió?

 

Estoy poniendo punto final a mi artículo sobre Cortázar y México cuando inesperadamente suena el teléfono y es Montse: a las 4 pm pasarán a dejarnos a Henri, “aparcado” por un par de horas, mientras sus padres acuden a un compromiso que tienen. Llegan puntuales, pero entre tanto Henri ha decidido pasar el día con nosotros y dormir acá. Se sienta a ver un DVD que ha traído ex profeso, y Diny me dice que va al boliche del griego, donde la parada del bus, para comprar chocolatinas y una bolsa de Ositos Haribo; como esta visita no estaba prevista, no le quedan existencias de las cosas que le gustan a Henri. Regresa a los cinco minutos, y harto indignada; el boliche del griego está cerrado y en la puerta cuelga un cartel: CERRADO POR EL MUNDIAL. Son las 4:45 pm y el partido Brasil vs. Chile comienza a las 6:00 ¿y ya han cerrado la tienda? Con semejante moral laboral creo que se entienden bien las difícultades por las que atraviesa la economía griega.

 

***********FIN***********

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