Home Mientras tanto De mi diario : Semana 27 / 2018

De mi diario : Semana 27 / 2018

 

Weiß/Colonia, 1.7.

MM lee mi diario y me escribe respecto de la foto donde bailo con todo y pipa en la boca: «Lo que me vino a la mente fue el Johnny de Surabaya (Kurt Weill): «nimm die Pfeifer aus dem Maul, du Hund!», aunque me gusta más en inglés: «Take that damn pipe out of your mouth, you rat!»» Le contesto: «Pues vea, doña, ahora que lo decís, hasta es posible que Bärbel y yo bailásemos el «Surabaya Johnny«. Y es curioso lo de los idiomas, a mí la frase que citás me suena mejor en alemán que en inglés. Porque «Maul» no es «mouth», sino más bien «bocaza», incluso «hocico»». Pensándolo bien, aunque no sé inglés, una mejor traducción a ese idioma hubiera sido: «Take that pipe out of your damn mouth, you pig!»»

 

Estuve viendo el España vs. Rusia y me emputé tanto con el peloteo insulso de los españoles, con su exhibición (más bien inhibición) de juego sin chicha ni limoná, que renuncié a ver la prórroga y, si fuera el caso, las tandas de penalties. Creo que ha sido el partido más aburrido que he visto en mi vida, y no han sido pocos. Me alegro de que no hayan pasado a cuartos de final, porque otro partido como este es la mejor propaganda que se puede hacer en contra del fútbol. Y le agradezco una vez más al general inferiocre que extirpase de mi alma cualquier vestigio de patriotismo o nacionalismo. Así no tengo que sufrir hoy lo que deberán estar sufriendo los hinchas de La Roja, entre ellos, por cierto, mi querido Vincent: mis otros tres nietos lo son de Die Mannschaft, así es que también sufren, pero sobre todo se avergüenzan. El espectáculo del partido contra Corea del Sur fue de a deveras algo bochornoso, indigno de todo un señor campeón del mundo.

 

Weiß/Colonia, 2.7.

Como la revista quincenal con la programación de TV se imprime ± un mes antes para poderla distribuir una semana antes del primer día agendado en ella, resulta patético ver los avisos de la transmisión de los octavos de final entre los dos primeros clasificados de los grupos E y F. Desde luego son cautos, de modo que se habla en ellos haciendo mucho gasto del subjuntivo y el condicional, pero es evidente que contaban con que Die Mannschaft salvaría indemne la fase previa. Así, en el anuncio de la transmisión de hoy se lee: «Brasil es el favorito en el grupo E. ¿Pero a quién se enfrentará el pentacampeón? ¿a México, Suecia o Corea del Sur? ¿O será al once alemán? Un octavo de final Brasil vs. Alemania no tiene que ser, lo que Neymar & Co. desean es enfrentar a Die Mannschaft en la final». Y el anuncio para el partido de mañana es aún más explícito: «Los expertos dicen que el once actual es mejor que el que hace cuatro años se proclamó campeón del mundo. Así es que para el once de Löw clasificarse el primero de su grupo es casi un deber. Si lo consigue, le tocará con el segundo del grupo brasileño: Costa Rica, Serbia y Suiza son los candidatos». Y no digamos ya el anuncio de cuartos de final para este viernes, ilustrado para más inri con una foto del centrocampista alemán Gündogan a cuyo pie puede leerse: «¿Se enfrentará hoy Ilkay Gündogan a John Stones, su compañero del Manchester City?» Cuando busco los anuncios de las semifinales y veo que en una de ellas aparece Sami Khedira recibiendo instrucciones de Löw, la verdad es que me arrasa un tsunami de vergüenza ajena. Ayayay, se quejaba la granjerita por leche derramada

 

Hoy cumplimos 52 años de casados y la invité a Diny a almorzar en el Bistro Verde, donde fuimos los primeros clientes dentro, todos los demás estaban en la terraza bajo el emparrado. Mientras esperamos la comida y durante la misma van llegando clientes, todos ellos ancianos y solos. Me dice Diny que cuando sea viudo puedo hacer como ellos, venir a comer aquí todos los días. Luego pide para postre una bola de helado de vainilla con bayas y la camarera se la trae, pero un par de minutos después vuelve con un azafate donde luce una doble porción de bayas y se lo plantifica a Diny diciéndole que en la cocina habían puesto muy pocas con el helado. Es lo bueno que tiene un restaurante como este, que en verdad es una dependencia de la mejor tienda de legumbres, hortalizas y frutas de Rodenkirchen. Linda manera de festejar el aniversario.

 

El tal Neymar es un histrión que deja tamañito a Cristiano Ronaldo. A Neymar lo creo capaz de ir rodando por el césped desde el círculo central al área contraria con tal de cobrar un penalty. Ojalá Bélgica le baje los humos a estos brasileños suertudos hasta ahora. Y si no, el Uruguay en las semifinales. Francia creo que no podría.

 

Weiß/Colonia, 3.7.

Operan a Diny hoy, así es que nos despedimos con un beso y le deseo que todo vaya bien en la cirugía. «Y si no», me dice, «ya sabes, entierren mis cenizas al pie de algún árbol, y que todo sea en el más estricto círculo familiar». Cuando se va me quedo pensando en qué dimensión de lo estricto sería aplicable en este caso, porque Diny tiene nueve hermanos, que con sus parejas respectivas, más nosotros nueve, ya sumarían 27 personas. Y eso sin contar lo más estricto del círculo familiar en Huelva, 10 personas más. Mejor será que la operación salga bien. Oremus.

 

En La Modicana, hoy con Ulli, que siempre es una presencia enriquecedora de la mesa. Tanto que incluso hablamos de fútbol. Pero sobre todo del tiempo criminal que estamos padeciendo. Mientras en Huelva hace frío y llueve. A Ulli, como a mí, la calina la lleva a pedir lo mismo que yo, carpaccio de carne de res, ella con flores, yo con trufa y parmesano. Al salir, como hemos dejado el auto enfrente, en nuestro parqueo acostumbrado, a pleno sol, el termómetro del cacharro marca 35º, es igualito igualito a la sensación de entrar en una sauna.

 

Durante la transmisión del Suecia vs. Suiza me llama el cirujano que operó a Diny, desde su celular, y me la pasa, le acerca a ella el celular a la oreja para que me diga que la operación salió perfecta y mañana regresa a casa. Alabado sea el santísimo sacramento del altar.

 

Inglaterra rompió al fin su maleficio, el de perder por tandas de penaltis en octavos de final. Me alegro por la vieja Albión, la pena es que quien ha pagado el pato ha sido Colombia. Pero nunca llueve a gusto de todos, vieja sabiduría campesina que cada vez es más actual, sólo que el siniestro clown de la Casa Blanca le presta oídos sordos a los ecologistas.

 

Weiß/Colonia, 4.7.

La edición de hoy del diario es una hornada de hallazgos. Ya en la portada, la glosa concluye con un refrán chino: «Un mono se ríe del culo del otro mono». En la sección local, a propósito de una querella burocrática que está a punto de arruinar un edificio histórico, la cronista cita a Maria von Ebner–Eschenbach, baronesa austríaca, escritora: «Cuando llega el tiempo en el que se podría, pasó el tiempo en el que se puede». Entre las esquelas fúnebres una cita del grande, inolvidable Emil Zátopek, “la locomotora humana: «El pájaro vuela, el pez nada, el hombre corre». Y en las páginas deportivas, durante el Mundial, le han dado una columna a uno de los actores más populares de Alemania, Axel Prahl, el Franz de La madriguera, la peli basada en el relato homónimo de Kafka, el último que escribió; y Prahl arremete hoy en su columna contra el histrionismo del tal Neymar: «Ahora entiendo por qué le llaman “el Mesías”. No es por su prestación  deportiva sino porque nadie ha resucitado tantas veces de entre los muertos». Por cierto que me encanta una aguda interpretación del tema por parte de mi buen José María en su beatus ille caribe: «Lo de Neymar ha sido más publicitado que todo lo demás en el Mundial. A fin de cuentas esa es la idea: entretener al niño con payasadas mientras le ponen la inyección de anti–todo, para que no chiste». (Hace años que no leía ni oía el verbo “chistar”). Y se me ocurre una reflexión más: Neymar es tan imbécil que no se da cuenta de que juega con fuego. Ojalá no suceda, pero de repente un día le dan un patadón que le hace revolcarse de dolor en el césped, doliéndole de verdad, y nadie se lo va a creer. Hasta no ver la radiografía del hueso roto.

 

Regresa Diny de la clínica, con el brazo derecho en cabestrillo, y así deberá seguir durante seis semanas. Enseguida aparece Rebeca, con unos girasoles que le harían sonreír feliz a Van Gogh. Y la vida sigue. En cabestrillo, pero sigue.

 

El querido Werner, compañero de nuestro viaje a Buenos Aires en el carguero de contenedores, me escribe diciéndome que descubrió hace poco a Philip Roth y me estaría muy agradecido por una lista de libros que todavía debería leer. Le contesto que «el problema es que no conozco tus gustos como lector, sólo tengo la pista de que hace poco descubriste la obra de Philip Roth. En esa misma dirección te recomiendo las novelas de John Updike y en especial sus memorias, Self–Conciousness. Entre los europeos, y para que conozcas algo de la narrativa del país de Diny, no te pierdas Max Havelaar, la primera novela anticolonialista de la historia; su autor firmaba como Multatuli, «el que mucho sufrió». De entre los españoles hay una muy buena traducción de La Regenta, de Leopoldo Alas, novela del siglo XIX que es prodigiosa. También Fortunata y Jacinta, de Pérez Galdós, asimismo prodigiosa. Entre los italianos deberías leer a Giorgio Bassani y Leonardo Sciaccia. Y entre los portugueses Cardoso Pires, su Excelentísimo Dinosaurio. ¡Pero nada de Saramago, esa fatamorgana de la literatura! Orhan Pamuk, el turco, e Ismail Kadare, el albanés, también me gustan mucho. Y para que sean diez, te recomiendo el inglés Julian Barnes y su último libro, sobre las relaciones entre Shostakovich y Stalin. Con eso tienes para un par de meses. Cuando termines con ellos te mando una nueva lista».

 

Weiß/Colonia, 5.7.

1:35 am : Pasaron seguidos unos episodios de la serie alemana del comisario francés LaBréa, y de la serie inglesa con David Suchet en el papel de Hercule Poirot. Los conocía, pero los he vuelto a ver porque la serie de LaBréa es una donde el camarógrafo se enamoró de París y muy pocas veces ha sido filmada la ciudad como en ella. Y en cuanto al episodio de monsieur Poirot (“Se busca cocinera”) es uno de los mejores que recuerdo de la serie.

 

En la Sala Torquemada llego hoy a la terrible conclusión que se ha venido incubando en mí a lo largo de las entretanto 20 sesiones de tortura que llevo acumuladas. Y la terrible conclusión es que la fisioterapia debe de ser (y de hecho seguro que lo será) algo formidable para la gente que está sana y quiere tonificar sus músculos; que quiere, si es posible, ser algo más que simple y meramente sana. ¡Pero para quienes tenemos el cuerpo lacerado por el más implacable de todos los enemigos, que es la edad, para nosotros es el tercer grado, la sevicia dura y pura! Merde!

 

Weiß/Colonia, 6.7.

0:15 am : Acaban de pasar El día del Chacal, la buena, la de Zinnemann, y acabo de verla por ya no sé más cuantísima vez. Y qué ojo el de Zinnemann al descartar a Robert Redford, Jack Nicholson, Roger Moore e tutti quanti, y elegir a Edward Fox, le dio el papel de su vida, casi como si fuera cortado a la medida para él. Y en verdad que lo bordó, ¡qué actorazo, mare mía!

 

En el suplemento del diario, esta semana dedicado a los libros, la reseña de uno que ya estoy  deseando leer, El libro de los encuentros, casi 400 páginas destiladas de las más de 4.500 que componen los diarios de viaje de Alexander von Humboldt. Es una novedad absoluta, e incluye reflexiones incluso acerca de la tinta de que se proveyó AvH antes de emprender su viaje a las Américas, es decir, que no descuidó ni un solo detalle, y así pudo anotar con cierto orgullo que la tinta de sus anotaciones había sobrevivido hasta a las aguas del Orinoco, donde cayeron una vez sus manuscritos. El libro no es barato, 45 €, pero creo que serán una buena inversión. Sobre todo si pienso que se trata de una publicación de Manesse, que es la cumbre del arte editorial en lengua alemana. De Manesse son las ediciones alemanas que poseo de Fortunata y Jacinta y de Max Havelaar, dos de mis libros más queridos.

 

Todo el día editando la entrevista que Juan David me hizo meses ha para El Espectador, pero es de una envergadura tal (casi 15 páginas) que no la admite el formato del diario. Le sugerí que se la ofreciese a Andrés, para El Malpensante, y él me pidió que la revisara y editase, además de formularme tres preguntas más relacionadas con la publicación de la editorial de EM de mi libro de cuentos La bufanda de Cambridge, del que sé que se ha publicado porque son varios los amigos que lo compraron y me lo han comentadopero yo hasta ahora no he visto ni uno solo de los 50 ejemplares a que tengo derecho según el contrato. Menos mal que en realidad me importa un reverendo carajo que el libro se haya publicado, pero de todas maneras me jode no poderle regalar un ejemplar a un par de amigos, y por supuesto a mi camada. Más que nadie a Oskar, coprotagonista de uno de los cuentos del libro.

 

Lo siento por mis amigos brasileños, pero asimismo me siento feliz de no tener que aguantar más el bululú Neymar. ¡Bululú! ¡Qué linda palabra, y qué fácilmente acude a mis dedos y a las teclas para nombrar al comediante que representaba sus obras él solito, juanpalomo, yo me lo guiso y yo me lo como! ¡Y pensar que aprendì esa palabra en la clase de Literatura Española en mi bachillerato, allá por 1953, y se me quedó tan pirograbada en el disco duro que me acude de un modo natural a las yemas de los dedos para teclear su arcaica maravilla! Sea como fuere, Diny y yo estamos por Bélgica desde el primer momento, y no sólo porque es un equipazo el que tienen, sino porque este equipo ha llevado a cabo la hazaña de borrar las fronteras entre Valonia y Flandes, ante el equipo se acabaron valones y flamencos, todos son belgas. Mi final ideal sería Bélgica contra Inglaterra. Y que la ganase Bélgica.

 

Weiß/Colonia, ♫ ¡ 7 de julio, san Fermín ! ♫

Vino Rebeca para echarle una mano a Diny en tareas del hogar para las que no se me considera capacitado. Posiblemente con razón. Y de paso hizo un gazpacho de chuparse los dedos. El día menos pensado organizo un altarcito en este cuarto y le pongo una vela a santa Rebeca.

 

«La fe se cura viajando. La duda no es una enfermedad». Estos días he vuelto una y otra vez, con admiración creciente, a ese aforismo de mi Juan Ramón. Porque en realidad este aforismo es un juego de elipsis, la reflexión completa, el punto de partida, casi necesariamente, tuvo que ser algo así como «La fe es una enfermedad que se cura viajando. La duda no necesita cura porque no es una enfermedad». Y entonces viene la tijera del jenio [sic], le aplica dos cortes al texto y nos deja una joya. ¡Jenio y figura, Juan Ramón!

 

Schopenhauer decía que la envidia es humana, pero que la alegría por el mal ajeno (la famosa e intraducible “Schadenfreude” de los alemanes) es diabólica. Y a decir verdad no me alegro por la derrota de Rusia en las tandas de penales, pero sí me alegro de que el abominable Putin no se ponga una nueva pluma en su sombrero. Con lo cual cada vez me acerco más a mi final ideal el domingo próximo. Sería bueno que el nuevo campeón del mundo no vuelva a ser ni Brasil ni Alemania ni Ita Bueno, Italia de todos modos no lo hubiese sido este año, gracias sean dadas a los dioses del fútbol. Y hasta que no renuncie al título ganado con malas artes en 1934, Italia es para mí, en lo que se refiere al fútbol y a sus mundiales, un intocable en el sentido hindú.

 

***************THE END***************

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