Rodenkirchen, 15.1.
Anoche, mientras repasaba las anotaciones de la semana antes de subirlas a Fronterad, llegó una chica llamada Stefanie (opto por la versión más habitual de ese nombre) que venía a ponerle el pijama a Diny. Cuando terminó y cerró la puerta de su habitación, me volví desde mi asiento frente a la compu y le dije que tuviera comprensión por el hecho de que mi pobre Diny está bastante sorda. Me contestó que ya lo sabía, y tras una breve pausa, como si no se decidiese a ir, me preguntó si yo era el abuelo de Paul. Le dije que sí y resultó que ella y mi nieto son buenos amigos. Conversamos un rato y saqué una impresión muy favorable de su persona. Suertudo Paul con sus amistades. Cuando Stefanie se fue seguí repasando mi Diario y olvidé registrar la visita de la chica.
También anoche volví a ver la Sabrina de Billy Wilder. Es una buena peli (no hay ni una sola peli de BW que sea ni siquiera mediocre), pero la de Sydney Pollack es mejor, según creo haber demostrado, con pruebas, en un largo artículo como abogado del diablo, en Nexos. Ver una peli de BW mejor hecha por otro y negarlo, es catolicismo de campanario: ¡Dios no puede equivocarse! Una mentalidad tan estrecha, ay, no se merece las obras maestras de BW.
Durante toda la semana no lo hice a causa de las tareas de la mudanza, pero hoy he ido a almorzar con Diny al comedor del Maternus (acá lo llaman restaurante) y como de costumbre nos sirvió nuestra amiga Blanca. Aproveché para consultarle una duda de Manu sobre el río adonde se escapaba en Santander cuando salía de la escuela. Me explicó que era en Reinosa, y eso me da la pauta acerca de que Blanca todavía piensa en Santander como provincia, no Comunidad. El río, naturalmente, es nada menos que el Ebro, donde se hundieron “las banderas italianas” en la guerra civil.
Rebeca fue a Weiß y despejó el armario de los libros de Diny, que nos traerá Chico en su furgoneta, y además despejó el segundo de los tres cuerpos del armario verde encristalado. Esta hija mía es oro en polvo, y no por ser mía sino por serlo de su madre. Ojalá que los dioses le reserven un destino mejor.
Rodenkirchen, 16.1.
Todo el día en el Maternus y la mayor parte del día en la cama. Me levanté sólo para asearme antes de desayunar, a las 9 am, y luego al mediodía para el almuerzo. Después vino la ergoterapeuta a tratar una ½ hora a Diny; más tarde Gerda, la asistenta social que la saca a pasear de lunes a viernes; seguí durmiendo hasta las 4 pm. He despachado correspondencia, organizado para 20 días las medicinas que tomamos a diario (Diny 6 pastillas, yo 2 enteras y 4 a la ½, la tarea de dividirlas con la guillotina en miniatura exige pulso y precisión en el corte, y por ahora no me faltan), conseguí que viniera un fontanero a reparar el salidero de agua bajo el fregadero de la cocina (tres sustantivos terminados en “ero”, con lo que escribiré ahora creo que supero algún récord, y me sale una sonrisa triste pensando que al parecer mi sentido del humor es incombustible, literalmente).
El humor negro me recuerda que he de rescatar los tres volúmenes de Yrrah que deben seguir en el piso viejo. Le descubrí Yrrah a Julio y le pareció fascinante: lo era, “il miglior fabbro” del humor negro, ese gran cartoonista neerlandés, maestro del chiste mudo y fulminante.
Vicariamente por muchos otros idénticos en el afecto, copio este email de Andrés, desde sus Islas: «”De la procesión que llevo por dentro, de eso no quiero hablar”, leo en la última entrega de tu diario. Y no te pido que me hables de ella, por supuesto, pero quiero decirte, una vez más (te lo comenté en un correo anterior), cuánto los acompaño desde la distancia, a ti y a Diny, en esta nueva situación tan inesperada y difícil, una situación a la que sin embargo –estoy seguro– terminarán ustedes acostumbrándose o, por lo menos, adaptándose de un modo u otro más pronto o más tarde. Me entristece, claro, oírte hablar de los “olvidos” de Diny y los malentendidos que de ellos se derivan de manera inevitable. Nadie sabe qué le tiene reservado la vejez, qué le espera en ella. Sólo sabemos que la vida es siempre decadencia, si no la interrumpe el destino. Que nos sea leve a todos. // Te mando un fuerte abrazo de cercanía y adhesión desde las Islas, con la esperanza de que te acuerdes de mi abrazo en los momentos menos favorables de esa nueva vida diaria. // Con el afecto y la amistad de siempre, // Andrés. // P.S. Me ha sorprendido ver que entre tus corresponsales estaba Jünger (a quien admiro mucho). Que no se traspapelen esos preciosos documentos, ninguno de tu correspondencia. Estoy cada vez más convencido de la importancia que poseen siempre para historiar tiempo y vida». ¡Qué gran poeta Andrés, y cuánto corazón!
Leo en Huelvared, que Vicente me envía a diario con toda puntualidad: «Dos personas han sido asistidaspor los servicios sanitarios a causa de un incendio de vivienda registrado al mediodía en la calle Arquitecto Alejandro Herrero en Huelva capital». Una noticia así ni la hubiese registrado antes, ahora me recuerdan la pesadilla del 28.11. y me atenaza la garganta.
Rodenkirchen, 17.1.
Hoy es el Día Mundial del Pájaro. Hay cantidad de especies en vía de extinción. Me cuesta sospechar que los buitres y los cuervos se cuenten entre ellas. (Para que la suba a su cuenta Twitter le envío esta reflexión a mi compadre José María, cambiando “buitres” por “gallinazos”).
Con Luciano en el piso viejo. Ha desmontado uno de los dos armarios verdes encristalados y llenó un par de sacas de libros para el Machado y una para mí. Le pareció muy buena la idea de mis hijos, de que si la de su Centro se va a llamar Biblioteca Bada, corone los armarios el retrato que me hizo un día Carlitos y que durante más de 30 años colgaba encima de la puerta de mi cuarto de trabajo. Es uno de los mejores que me ha hecho Carlitos, y no son pocos:
Desde Milán, Francesco invita a sus amistades (me honra contarme entre ellas), para que acudan a la presentación de su nuevo libro, y la invitación termina diciendo: «También se la podrá seguir por streaming en el sitio web de la Casa de la Cultura, así como en su canal de YouTube y en su página de Facebook. Pero es mejor venir en persona. Una consecuencia de la vida “inteligente” es que propicia la pereza y cada vez nos vemos menos cara a cara. El calor de una conversación en vivo es algo a lo que es una pena renunciar». Lo firmo y lo suscribo. Una plática mano a mano se cuenta entre las muy pocas cosas que siguen pareciéndome benditamente humanas y hasta rentables. ¡Cuántas amistades y experiencias inolvidables no habrán salido dellas! Bravo, Francesco, e tanti auguri!
Rodenkirchen, 18.1.
Me encuentro con Blanca en el corredor de nuestro piso, está llevando al comedor un carrito con botellas de agua mineral y aprovecho para preguntarle si le gustan las zarzuelas. Me dice que sí y le digo que puedo regalarle mi colección de CD de las mismas, que pase mañana por nuestra vivienda y se las entregaré, pero que traiga una bolsa grande. Creo que se alegró mucho.
Voy con Luciano a Weiß. Anoche, con ayuda de un amigo, vació el tercer armario verde encristalado y lo desmontó y se llevó los dos que quedaban en la casa. Hoy llenó varias sacas de libros mientras yo llenaba mi bolsa con mi colección de CD de zarzuelas: 44, amén de 8 álbumes. Blanca se pondrá muy contenta, aunque ninguna dellas, que yo recuerde, se desarrolle en Santander. La consolaré diciéndole que tampoco hay una que transcurra en Huelva.
Al salir de la casa nos encontramos con el matrimonio Alliyu, que regresa a su piso, debajo del que era nuestro. Conversamos un poco y la señora le dice a Luciano, cuando comento que los queremos mucho, en especial a Mohammed: «Fíjese que Mohammed tenía 4 años cuando venimos a vivir aquí y ya ha cumplido los 28. Él siempre dice que para él los Bada Hansen son como de la familia». 24 años de afecto y simpatía comunes, me conmueve la señora Alliyu.
Termina el día con una noticia que es tan buena como mala. Montserrat aplazó una semana la entrega del viejo piso. Buena, porque disponemos así de siete días más para sacar el máximo de lo salvable, en especial el cuaderno donde escribí a mano el relato de nuestro viaje a Buenos Aires en un carguero de contenedores. Mala, porque alarga hasta un mes esa desazón que provocan las visitas casi diarias a nuestra Pompeya doméstica. Joderse y aguantarse, como dijo el otro. No el de paciencia y barajar.
Rodenkirchen, 19.1.
Entre anoche y anteanoche volví a ver La vuelta al mundo en 80 días, en español, donde Cantinflas dobla su propia voz. Lo natural. Es una gran peli de aventuras, y la sabia partitura de Victor Young, basándose virtuosamente como leitmotivs para Phileas Fogg y Picaporte de las melodías del “Rules Britannia” y “La cucaracha”, amén de los motivos nacionales (Francia, España, India, Japón, Estados Unidos) es algo sensacional. Ganó merecida y póstumamente el Oscar a la mejor partitura, falleció un mes después del estreno de la peli. Y lo que gané yo con esta revisión es pensar que se trata de un homenaje de Hollywood al genio de Mario Moreno. No me extraña nada que fuese tan poderosa la impresión de mi buen Miroslav al verla cuando niño, de manera que es la primera peli que recuerda de todas las que habrá visto en su vida, y seguro que serán muchas.
En Weiß con Ulli & Carlitos, luego se nos añade mi ex vecina, la señora Schäfer. Todos en busca de libros de Arte, todos se llevan su botín, hasta Carlitos, una monografía sobre Rufino Tamayo. Pero lo mejor de todo es que encontré el cuaderno manuscrito y en modo seudobustrofedón (primero escribí las páginas impares y al terminar el cuaderno las pares, como una sardina que se mordiese la cola) de mi diario de viaje a Buenos Aires en el carguero de contenedores MSC Venezuela: y el inimaginable milagro de que la última palabra del diario se encuentra al final de la última página, que es el reverso de la primera. Desde siempre se lo quería regalar a Rebeca, como así lo haré: es el texto (físico) mío que más quiero, por todo lo que cuenta y todo lo que significa el hecbo de que a mis 62 años todavía tuviera arrestos para pergeñar 58 páginas de apretada escritura a lo largo de 22 días, lo que hace un promedio de más de dos páginas y ½ por día, algo que ya casi nunca consigo escribiendo en la compu.
Rodenkirchen, 20.1.
Desde ayer nos sigue llegando el Kölner Stadt Anzeiger, cuya suscripción vence el 31 de marzo. Nos lo traen hasta la puerta de esta vivienda y lo dejan en el cubículo de plástico transparente al lado de la puerta, y que sirve para depositar las comunicaciones internas del Centro y también para que quienes la habitan se identifiquen de alguna manera. En el nuestro lo he hecho con una reproducción del chiste de Quino inspirado por el “Guernica”.
Fui a Weiß con Luciano, quien ya casi no tiene libros más para seleccionar, excepto en la habitación de huéspedes, donde todavía quedan como para una saca, y entre los de Arte, que otra saca. Vino la señora Schäfer, después de darme cuenta de que su marido se había llevado la colección de CDs casi completa, pero no había tocado las dos torres de CDs al lado de la puerta y donde está mi selección de jazz, entre otras joyas. Me dice que no las tocó porque sólo mencioné los que estaban en el armario junto a donde estuvo el televisor. Luego platicamos un poco y descubrimos que el Rhin es un amor común, así que le prometí enviarle mi cuento “El hombre que coleccionaba nombres de gabarras”, a raíz de lo cual me confesó que ya tenía 200 páginas escritas en forma de novela sobre su juventud, de la que me cuenta que fue bastante rica en peripecias; y que tiene la intención de terminar esa novela y ofrecerla a una editorial. Mira tú cómo salta la liebre por dónde menos te lo esperas. Luego, y sin que la esperase, apareció Montse y trazamos el plan de encuentros para la próxima semana, haciendo yo hincapié en que Luciano, quien me acompañará el jueves, debe sacar una foto del contador de la corriente eléctrica, porque ese día expira mi contrato con la compañía RheinEnergie. Montse le pide a Luciano que no lo olvide, Luciano aduce que tendrá que venir con dos teléfonos inteligentes, uno para iluminar el cubículo (que se encuentra en el rellano de la escalera, bajo la caja de los fusibles, y es como el tabernáculo de una religión nigromántica), y el otro para hacer la foto. Yo, lego en esta materia, sugiero que bastaría con un teléfono inteligente y una linterna. Veremos, como dijo Homero anticipándose, o plagiando ucrónicamente, a Borges.
Como despedida le he venido regalando a Luciano todos los días alguna cosa, a título personal, no para el Centro. Antier fueron mis botas de montar, un capricho que me hizo a la medida un zapatero de Fregenal de la Sierra, en nuestro último viaje al pueblo de mis padres; botas que están como nuevas y Luciano se las probó y le quedadan al molde, y como además le regalé el descalzador, miel sobre hojuelas: todos quienes hemos usado botas de montar sabemos que calzárselas no es difícil, pero quitárselas sin descalzador un suplicio de Tántalo. Hoy le he regalado el monumental libro América de Bry, que recoge los primeros grabados hechos en Europa, en el siglo XVI, de la vida de los indios americanos y la incidencia asesina en sus vidas de los inescrupulosos conquistadores. Le cuento que tuve una muy buena relación con Gereon Sievernich, el director del fabuloso espectáculo que fue, durante un mes de 1982, el festival Horizontes. Y que GS me contó a su vez que durante la tarea de investigación para poner en pie el mayor despliegue de cultura latinoamericana jamás habido en todo el mundo, descubrió los grabados de Teodoro de Bry, que le cautivaron y decidió que iba siendo hora de que se editasen en alemán, donde ya el libro estaba descatalogado desde hacía siglos. Lo que pasa es que ninguna editorial picó el anzuelo, por lo caro del proyecto, y como el Don Quijote que le habita, el bueno de Gereon creó una editorial, la Casablanca Verlag, y lo editó él, y ese es el único libro que ha publicado esa editorial. La edición del libro en español por Siruela es la consecuencia de aquella quijotada de mi admirado amigo Gereon, coloniense, genio y figura.
Rodenkirchen, 22.1.
Hoy hubiese cumplido 94 años Rolando. Cómo lo añoro. Es una de mis amistades de la que más he aprenddo a lo largo de mi vida. Y con quien podía hablar de cine durante horas. Entre los DVD que he salvado del antiguo piso se encuentran todas sus pelis favoritas. Pienso que esa es la mejor manera de recordarlo.
Me acometió un ataque de galbana supina, como suele serlo a veces la estupidez. Tanta pereza, tanta desidia no pueden ser sino el fruto insípido de una enfermedad del ánimo. He pasado prácticamente todo el día tendido en la cama y sin ganas de hacer nada en absoluto. Ahora me pondré a repasar las anotaciones de esta semana en mi diario y las subiré programadas para medianoche a la página web de Fronterad. (He estado consultando en EL diccionario los significados de los términos informáticos y he salido de allí tan burriciego como entré. Cito: «Página web: Conjunto de informaciones de un sitio web que se muestran en una pantalla y que puede incluir textos, contenidos audiovisuales y enlaces con otras páginas. Sitio web: Conjunto de páginas web agrupadas bajo un mismo dominio de internet. Dominio: Denominación que identifica a un sitio en la red y que indica su pertenencia a una categoría determinada. // Lo dejo por imposible puesto que red remite informáticamente a internet y estamos en presencia de la pescadilla que se muerde la cola).
No dejaré de consignar que en un momento determinado sucumbí al sueño, exhausto, y viví en él una pesadilla que tenía de nuevo que ver con que Diny y yo nos quedábamos varados en un sitio extraño, sencillamente porque no teníamos dinero. El subconsciente me está minando más que Hacienda.
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