Weiß/Colonia, 31.7., domingo
2:00 am : Estuve viendo de nuevo Primal Fear [Las dos caras de la verdad] porque los dramas judiciales, en especial los gringos, me apasionan, y porque la actuación de Edward Norton, en el papel del monaguillo acusado del asesinato del arzobispo de Chicago es de lo más memorable que recuerdo en esa clase de papeles: su primer film y prácticamente todas las nominaciones (incluida la del Oscar al mejor actor de reparto) y todos los premios ganados fueron para él. Me recuerda mucho, y desde luego ello influye en mi admiración, su manera de actuar à la Monty Clift, mi actor favorito.
Murió Rolando. Murió el 22 de abril en un centro de ayuda a pacientes con demencia, cerca de Austin, dijo a la prensa local su hija Clarisa. Me he venido a enterar hoy por un enlace con una red chicana que me envía Rodrigo Tomás. La noticia me deja destrozado. Ahora sé por qué a partir de un determinado momento del 2014, casi a fines de año, dejó de contactar conmigo y nunca me volvió a escribir aquellos deliciosos emails suyos donde me platicaba de cine, nuestra gran pasión común.
Pepe Oliver me preguntó desde su Selva Negra que cómo sigue Diny. Le respondí componiendo un haiku: «Al río Tiempo / el agua se le escurre: / un goteo gris».
Voy a comprar unas medicinas para Diny, por suerte hay farmacia de guardia hoy en Rodenkirchen, y de repente me doy cuenta de que esta es la primera farmacia de guardia que piso en Alemania en casi sesenta años de vivir aquí. Se lo digo a la farmacéutica, sonríe radiante y me responde: “Me ha hecho usted el día”. Es tan poquita cosa la que debemos hacer para alegrarle la vida a los demás…
Mi compadre me escribe desde la orilla del Cauca: «Nunca aprendí inglés; lo detesto, hasta el punto de declararme anti–imperialista en la secundaria, para justificar mi nulo interés en esa lengua. Por supuesto nunca terminé la secundaria; siempre quedé colgado de esa «materia», maese». Le contesto ipso fuckto: «Me encanta lo que me contás acerca de que nunca quisiste aprender inglés, en ello somos colegas: estudié los cinco años de la carrera de Leyes pero me quedó colgado el Mercantil 2, porque el día del examen ya estaba trabajando en la Cope 14, la emisora que fundamos en Huelva en 1960. Y te cuento que los boricuas al inglés lo llaman «el difícil», según me contó una noche, en Berlín, Luis Rafael Sánchez (si no has leído nada suyo no te pierdas La guaracha del macho Camacho, te paso un enlace al respecto). Y ya he contado en mi diario que renuncié a aprender inglés en el quinto año de mi bachillerato (en los cuatro primeros tuvimos francés) cuando abrí recién comprado mi libro de la materia y en el vocabulario de la primera lección descubrí que «pañuelo» en el idioma de Chespir se dice «handkerchief», momento en que renuncié de por vida a aprender ese idioma. Luego, la vida y, sobre todo, el cine, me han hecho aprender pasivamente tanto inglés que entiendo mucho leyéndolo, no así oyéndolo, ahí se convierte para mí en una cacofonía y un guirigay indescifrables. O sea, en lo que es».
En La Jornada Semanal de la semana pasada, mi Carta desde Alemania apareció de manera anónima (“Ricardo Bada” se redujo a “Rica”). José Luis me lo hizo notar desde Managua, y le contesté: «A decir verdad espero que a los lectores habituales de mis Cartas desde Alemania (si es que los hay) no les importe que no aparezca mi nombre, mio caro Giuseppe Luigi. Y a quienes no me lean ¿qué les importa que esté firmado o no? Ya ves, soy un estoico, no en vano andaluz como Séneca».
Weiß/Colonia, 1.8.
1:45 am : De nuevo el segundo episodio de la serie policial inglesa con la pareja súper asimétrica, McDonald & Dodds. Hay series que no me importa volver a ver y es más por el color local (¡Bath, en este caso!) que por otra cosa, ya que las tramas las conozco y sé cómo van a terminar los episodios.
Mi nueva asesora fiscal está de vacaciones, me atiende su asistenta, bien empitonada y con «ancas de caballo de carreras», como la describiría Hemingway. Es una firma con varios asesores fiscales, y de la eficacica de su trabajo quedo convencido por el desempeño de esta asistenta. Le impresionó, eso sí, que le entregué la documentación casi ya lista para enviarla a Hacienda.
Escribo mi columna de esta semana, para EE, sobre Rolando. Me arranco cada palabra del alma por más que trate de ser concreto, informativo, imparcial… pero cómo carajo serlo si estoy escribiendo acerca de una de las personas más queridas de nuestra familia. Cómo carajo.
Weiß/Colonia, 2.8.
1:50 am : No había nada en la tele que valiese la pena, excepto un par de documentales en el canal ZDF Info. Me voy a dormir ya porque esta calor sólo se resiste en la cama y con la ventana abierta, por si al viento (¡ojalá el bóreas!) se le ocurre darse un garbeo por este barrio.
Vino Montse para acompañar a Diny a una revisión de los audífonos. Pero creo que se olvidó de subir en el mismo edificio al consultorio de la Dra. Súlimma porque no me ha traído la receta para unos colirios que estoy poniéndole a Diny antes de que se acueste. No le digo nada a Montse, todos nos olvidamos cada día de una docena de cosas y no es bueno hacer reproches por una fruslería.
En La Modicana, las dos parejas de siempre. Diny pide el menú n.º 2 a condición de que cada uno de sus dos componentes, una ensalada y unos macarrones, sean porciones pequeñas; Ulli, ensalada, como siempre, el día menos pensado la vemos retozando por un prado con las liebres; y Carlitos y yo nos decidimos por los canelones de la casa, pero la signora nos oye desde la cocina y dice que lo siente, no alcanzó a hacerlos, así es que Carlitos pide lasaña y yo otra vez espaguettis con setas, que es un plato delicioso. La pareja asimétrica llega del patio y se sienta un rato a nuestra mesa para platicar: entretanto se ha convertido en un rito.
Escribo mi nueva Carta desde Alemania para LJS, sobre Leni Riefenstahl. Fue una personalidad tan atrayente como repelente. Esa adicción a Hitler, hasta en sus memorias, tan lejos ya de los hechos y sabiendo igual que todo el mundo la clase de monstruo que era, ah no. Pero… pero sus logros en el cine son indiscutibles. Hay documentales en que ves un encuadre y te dices “Riefenstahl”, reconoces su estilo como se reconoce un Rembrandt, un Zurbarán, un Renoir. De su Triunfo de la voluntad, sobre el congreso del partido nazi en Nuremberg 1934, y producida “por encargo del Führer” (como se dice en los títulos de crédito), las citas que hace Stanley Kubrik en La naranja mecánica son sin duda alguna abrumadoras, pero también la reverencia de otro súper dotado para el cine.
Weiß/Colonia, 3.8.
2:15 am : Acabo de volver a ver el DVD de The Shop Around the Corner [El bazar de las sorpresas], la deliciosa comedia de Lubitsch que inspiró a Nora Ephron su Tienes un email. Tomé la decisión de rendirle un homenaje íntimo a Rolando viendo cada noche una de las pelis que gustábamos de ver y comentar juntos, haciendo siempre descubrimientos a veces desconcertantes. La lista incluye además de este Lubitsch It Happened One Night, Ninotchka (otro Lubitsch), Casablanca, Pygmalion, Como era gostoso o meu francês (que Rolando no conocía y se desternillaba de la risa cuando se la hice ver) amén de Pride & Prejudice, en la versión BBC 1995, adorada por Rolando tanto o más que yo, y la guinda del pastel será M.A.S.H., no la teleserie sino la peli de Altman, que veíamos ritualmente todos los veranos y Rolando interrumpía no pocas veces el pase para contarme anécdotas de la guerra de Corea, donde combatió como soldado y ganó un par de condecoraciones. De todos estos títulos poseo los correspondientes DVD, pero añadiré dos más para ver en la compu ya que, ni yo mismo me lo explico, no tengo ningún DVD con pelis de mi actriz predilecta de aquellos años, Barbara Stanwyck, a quien Rolando siempre llamaba Ruby, su nombre en el Registro Civil. Creo que si hay un monitor en el Valle de Josafat y Rolando puede ver cómo le rindo homenaje a su memoria de este modo, se va a alegrar, aunque fruncirá el ceño y me preguntará: «¿Y ninguna de Cary Grant?» Pero sé lo que voy a responderle: «Sí, viejo, Arsénico, por compasión». Otro Capra.
Dedicado todo el día a escribir mis dos artículos trimestrales, uno para Vasos Comunicantes, que he dedicado a los 90 años de Miguel Sáenz, el otro mi nueva entrega trimestral El Trujamán, del Centro Virtual Cervantes, sobre fenomenales gazapos de traducción que conozco por mi trabajo en la Radio Deutsche Welle, amén de uno en la BBC, que me lo contó Fernando del Paso, en 1986, cuando acudió a un encuentro de escritores latinoamericanos en Bonn, y pasamos tres días a tope en materia de buen ambiente y contactos humanos. Lo que mejor recuerdo es nuestra excursión en un barco alquilado para los invitados y los periodistas por el profesor Gutiérrez Girardot, el eminente hispanista de la Uni bonnense, y cuyo objeto era recorrerr el Rhin ida y vuelta hasta Linz, ciudad preciosa, frente a la cual viví mi primer año en Alemania. Y pasó que Fernando del Paso y yo nos aculatamos en un rincón del bar del barco y empezamos a contar chistes sin parar, con una piña de invitados a nuestro alrededor, muertos de la risa. ¡Pobre profesor, quererle hacer competir al Rhin con el humor de dos latinos! Sin duda el mejor chiste de la noche lo contó Fernando, lo recuerdo casi al pie de la letra : El novio visita a la novia en el chalet de la familia y cuando la sirvienta le abre la puerta y lo invita a pasar, él oye música del piano que suena desde el salón y le pide a la sirvienta que no le anuncie, que va a entrar en el salón por la otra puerta a fin de llegar hasta donde está su novia tocando el piano, sin que ella lo note, y darle una sorpresa. Dicho y hecho: abre con muchísimo cuidado de no hacer ruido la otra puerta y allá delante, sentada al piano, ve a su novia tocando el piano. Se acerca despacito y en un momento determinado ve que su novia alza la nalga derecha y larga una sonorísima ventosidad. Se lleva un susto del carajo y retrocede con el mismo cuidado por la puerta por donde entró y acude a la puerta principal, la golpea suave con los nudillos y entra al salón, en silencio. Al cabo, su novia le descubre y mientras sigue tocando le pregunta: “Mi amor, ¿desde cuándo estás ahí, me has estado oyendo todo el tiempo?” “No –contesta él–, pero sí un buen pedazo”. Las carcajadas se oyeron en las dos orillas del río padre de los alemanes.
Weiß/Colonia, 4.8.
2:00 am : Viendo It Happened One Night [Sucedió una noche] recordé que la primera vez que la vi con Rolando los dos nos sorprendimos al oír que King Westley, el aviador prometido con Ellie Andrews, llegaría a bordo de su autogiro. Tuvimos que recurrir a una enciclopedia, a Miss Hortensia Google todavía la estaba amamantando Mrs. Web; y efectivamente, la peli es de 1934 y el primer helicóptero de Sikorsky es de 1942, así que antes se usaba el término creado por La Cierva. La peli es una joya imperecedera, siempre se la puede ver como si fuese la primera vez.
Rebeca y Montse acompañan a Diny al ortopeda y al centro para fisiología además de para comprar, ya tenían la receta, unas andaderas para Diny (la Nena me dice que en Huelva las llaman “andador”) y almorzar juntas en el chino. Luego nos visita una funcionaria de la Diaconía, para establecer de acuerdo con nosotros los parámetros en que se va a implementar la asistencia social a Diny en lo que se refiere a higiene personal, lavado de ropa, compras, acompañamiento a visitas médicas, etc. etc., y quedamos bastante satisfechos con el resultado. Estos funcionarios tienen hecho el rodaje de muchos años y van derechitos al grano. Me quedé luego pensando por qué es la Diaconía la que implementa la asistencia social y fisgué en EL diccionario: allí dice que Diaconía significa «distrito y término en que antiguamente se dividían las iglesias para el socorro de los pobres, al cuidado de un diácono». Una palabra que he leído docenas de veces en mi vida sin saber lo que significaba, pero nunca te vas a acostar sin aprender algo nuevo, como dicen las putas con alto sentido de la profesionalidá.
Weiß/Colonia, 5.8.
Volví a quedarme dormido delante del televisor, viendo la serie sueca Real Humans. Cuando desperté eran casi las 5 am, derechito a la cama me fui. No tenía sentido programar a esas horas el siguiente DVD de mi “Ciclo en honor de Rolando”, como lo he bautizado.
Me escribe José Luis después de leer el texto del artículo que le he dedicado a Miguel con motivo de su cumplesantos n.º 90, el domingo: «Estoy de acuerdo contigo en que Sáenz se merece el Nobel de literatura». Le contesto: «Te vas a reír, pero cuando hace años propusieron por primera vez a Javier Marías para el Nobel, mi comentario fue este tuit:
Único posible comentario si alguna vez le dieran el Nobel a Javier Marías:
«¡Ya era hora de que lo recibiese un traductor!*»
* Lean su traducción de Tristram Shandy y verán que mi tuit no es ninguna boutade».
José Luis: «Claro que me reí. Tengo ese Tristram Shandy y doy fe de que hizo un gran trabajo. No he leído ni una de sus novelas. Empiezo y no me agarran. Sus artículos, muy pedantes, me gustan. Y eso que no soporto a los pedantes, pero ese pecado es venial en los artículos de opinión, género de por sí pedante: mira que despachar cualquier tema en un par de cuartillas. Se tiene por pedante al que le dedica un libraco de 600 páginas, cuando es todo lo contrario». Y yo de nuevo: «Sterne sabía español y yo siempre he conjeturado que su TS se titulaba así como una reverencia al caballero de la triste figura. Mis amigos ingleses ni siquiera habían caído en ese detalle. Es como para morirte de risa, igual que cuando los cervantistas más acrisolados han perdido horas y talento elucubrando qué quiso decir don Miguel al comenzar el capítulo IV de Don Quijote con «La del alba sería», olvidando que el capítulo III termina diciendo «y sin pedirle la costa de la posada, le dejó ir en buena hora». Claro como el agua: la hora que sería la del alba».
Una reflexión que me ha acompañado todo el día es que en los tres primeros de la semana despaché nada menos que cuatro textos, uno mi columna de EE, otro mi Carta desde Alemania para LJS, el tercero sobre Miguel en Vasos Comunicantes y el último unas anécdotas con gazapos descomunales en la BBC y en la Radio Deutsche Welle, gazapos que por dicha se detectaron antes de que los textos llegasen a manos de los locutores, quienes por lo general leen lo que le entregan mecanografiado o impreso, sin pensar si es correcto o no, parten de la base de que los textos han sido verificados por el redactor de turno. Lo que no siempre es así. Yo estaba un día en la redacción cuando desde el estudio me telefoneó Leonardo, mi realizador de entonces, y me preguntó con su voz suavecita y su acento chileno: «Ricardo, dime, ¿quién escribió La dama boba?» Respondí ipso fuckto: «Lope de Vega, ¿por qué?» Y Leonardo: «Eso creía yo también, pero como en tu texto se la atribuyes a Calderón…» ¡Ningún compañero de la redacción se había tomado la molestia de controlar mi texto! Menos mal que Leonardo era farandulero y sabía. Luego traté de explicarme mi gazapo y creo que encontré la explicación, lo que los traductores llaman “un falso amigo”. Calderón escribió La dama duende, que se pone mucho en escena en Alemania (donde hay más calderonianos que en España) con el título Dame Kobold, y el “Kobold”, por su proximidad fonética, se convirtió en “bobo”. Digo yo que esa debe ser la explicación, otra no se me ocurre.
Weiß/Colonia, 6.8.
Vino Rebeca para ayudar a Diny en las compras, le dije que no era necesario porque pensaba invitar a Diny a almorzar en Rodenkirchen, y así, de paso, comprar lo que fuese necesario. Pero Rebeca no dio su brazo a torcer, alegó que el motivo principal de venir era para ayudar a Diny en “hacer el rodaje” con el andador. Tiré la toalla y la esponja y por poco también el taburete. Esta hija es un tesoro, tanto que sabe cómo soy de inútil para muchas, demasiadas cosas, pero no me lo dice para no mortificarme.
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