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Mientras tantoDe mi Diario : Semana 32 / 2012

De mi Diario : Semana 32 / 2012


 

Weiß/Colonia, 5.8., primera hora de la noche

Me cuenta Platerita que su hobby es la limpieza doméstica, y le respondo impromptu que con su email se ha convertido en una pesadilla para mí: «Ojalá nunca vengas a Colonia y ojalá nunca entres en mi cuarto de trabajo, en esta leonera, desde ya me estoy temiendo que destrozarías la obra de arte donde futuros arqueólogos podrían estudiar, en base a la graduación de la capa de polvo sobre libros, archivos y demás documentos y objetos que me rodean, la fecha exacta en que abrí uno de ellos o simplemente los toqué. Tengo que buscar unas fotos que me hizo Carlitos en este cubil (grrrrrrrrrrr…) ante el cual ha capitulado incluso Diny y eso dice más que toda una Enciclopedia, porque si tu hobby es limpiar, bah, eso no es ná, en el caso de Diny se trata de una segunda naturaleza. Cuando encuentre las fotos te paso una». Con ella espero disuadirla de venirme a visitar, como me amenazósin saber que era una amenaza. Ahora, ya, sí que lo sabe.

 

Weiß/Colonia, 5.8. (1)

Removiendo viejos papeles me encuentro con un mazo de postales que compré en el Museo de Bellas Artes de Dublín y me vuelven a subyugar los cuadros de Vermeer y Metsu. Me pregunto si ya se hizo alguna vez una exposición acerca de la carta en la pintura. Si no, es toda una idea, habría que proponérsela a la Unión Postal Universal en Berna.

 

Weiß/Colonia, 5.8. (2)

Murió Chavela Vargas. El mismo día que Marilyn Monroe, cincuenta años después. La recuerdo a Chavela de cuando nos conocimos en El Escorial, en los cursos de verano de la Complutense, y ese día que llegó comimos juntos a la misma mesa, con Marcela, su guitarrista, que era amiga nuestra y nos la presentó. Y cómo nos encontramos una vez más a los pocos días en el jardín de la Residencia de Estudiantes, y la foto que le hice, sentada con Diny en un banco delante de la entrada principal. Era una persona que me imponía un respeto enorme, tengo la convicción de  que debió despedirse de nosotros con la impresión de que yo era mudo. Y no soy mudo, pero sí sé enmudecer en presencia de la grandeza. Sus dioses andarán hoy de parranda, por fin la consiguieron convencer de que se fuese de aquí a ese mundo raro del que decía que llegó.

 

Weiß/Colonia, 6.8., primeras horas de la noche

Cuando se muere alguien grande, como ahora Chavela, una de las cosas que más me anonada es la abracadabrante no ya superficialidad sino epidermitis (porque es algo patológico) de todos los comentarios que se le dedican, incluyendo el mío de anoche. Veo un vídeo en donde hablan de Chavela un tal Serrat y un tal Sabina, de profesión cantantes importantes, es decir, de aquellos que importantizan lo que cantan, y me dan ganas de vomitar. Y eso que ellos dos son de lo más rescatable entre lo que llevo visto. La humanidad es un asco. Carajo, quiero morirme, ya, ya, ya, y a lo mejor hasta te alcanzo en el camino, Chavela, me llevabas veinte años de desventaja y ese es un gran handicap a nuestra edad. ¿Para qué coño quiero seguir viviendo en este mundo de mierda?  Ponme la mano aquí Macorina y que le den por culo al mundo y a su reputa madre y al hijueputa de su Padre. Y que vivan Escocia y el agua de la vida.

 

Weiß/Colonia, 6.8.

Hoy ha sido un día gemido. Medio día dedicado a papeleo, seguros, subvención estatal, banco, correos, todas las enojosas tareas de un ciudadano de ingresos medios en un país con una súper estructura administrativa. Y cuando terminé de despacharlo todo, tras la siesta, hincar el diente a unos textos míos de 1983, 1984 y 1985, que empecé a transcribir ayer de unos viejos papeles donde el tiempo se puso amarillo (¡gracias, Miguel!) y resulta poco menos que cuestión de ver si uno encuentra, como Champollion, la piedra de Rosetta, para descifrarlos. Y escribo esto y me pregunto si mis nietos en la escuela aprenderán tanta Historia Universal como yo en una escuela de segunda enseñanza bajo el franquismo, pero todavía con el plan lectivo de la República y un personal docente que eran todos, con dos excepciones, republicanos desterrados a provincias y desposeídos de sus cargos, pobre gente que tenían que malganarse la vida como podía, incluso enseñando asignaturas tan temerarias como Francés, y temiendo siempre decir una palabra de más, que les podía costar aquél trabajo consentido, no sé si caritativa o displicentemente, por el sistema. No sé, mi amargura crece día a día, no soy capaz de ver nada positivo ni en el presente ni tampoco en los recuerdos, todo lo cuestiono. Menos la sonrisa de Henri.

 

Weiß/Colonia, 7.8. (1)

Jürgen Udolph es un professor alemán experto en Onomástica, la persona que seguramente más sabe en este país acerca del origen de los apellidos alemanes. Hoy, por el magazin del diario, me entero de que Udolph ha establecido sin lugar a dudas que Merkel es un derivado de Markwart, es decir, vigilante de la frontera, de la Marca. Pues qué bien. Y Berlusconi me apuesto mi única corbata de Armani a que se deriva de Berculonis, y en fin, Rajoy, como el nombre ya lo indicaAh mon cher ami, de la coïncidence avant toute chose! (Aunque eso de que los ásterixs llamen “coïncidence” a la congruencia, en verdá en verdá os digo, habla de una cierta pobreza mental). 

 

Weiß/Colonia, 7.8. (2)

Weiß aparece hoy en el diario con un reportaje acerca de una serie de dibujos animados que se está haciendo aquí, con una tortuguita como protagonista. He visto el # 1 de la serie y me resulta divertido porque conozco el lugar y me encantan las tomas del Rhin y del ferry, pero no sé yo si funcionará como quieren sus creadores, como promoción de este lugar de la ciudad, del arco del río. Eso sí, la actriz que se ha embanderado con el proyecto, e interpreta una multitud de papeles y lee en primer plano el texto del cuento, es muy atractiva y tiene una bella voz. Le pasaré el enlace a mis fieras, pero creo que ellos prefieren otro tipo de juegos virtuales, sobre todo Oskar.

 

Weiß/Colonia, 7.8. (3)

Inesperadamente, alrededor de las 5 p.m. suena el timbre y recibimos visita de los Bada Scholz: Vincent tiene todavía vacaciones escolares y Angie & Chico dos semanas de vacaciones donde piensan viajar un par de días a Tréveris y Luxemburgo, y también hacer camping, aprovechando el buen tiempo. Llegaron justamente cinco minutos después de la mágica prestación de Epke Zonderland, que ganó la medalla de oro en la barra horizontal ejecutando consecutivamente, sin pausa entre una y otra, tres piruetas espectaculares (la Cassina, la Kovacs y la Kolman), cayendo al final parado y sin enmendarse. Todo un desafío a las leyes de la gravedad. [No he logrado encontrar ningún vídeo, sólo tan uno de su entrenamiento, debe haber un problema de derechos de imagen, la recontramilputa que los recontramilparió]. 

 

Weiß/Colonia, 8.8., a las 0:02 a.m.

Cuando el zafarrancho de limpieza de Díny alcanza al reloj electrónico que tenemos en el cuarto de baño, puedo apostar doble contra sencillo a que a las 0:00, ineluctablemente, se activará la chicharra del despertador y tendré que salir corriendo para apagarla, no sea que despierte a Diny en el dormitorio al lado. Tal ha sido el caso hace dos minutos. Y normalmente, como suelo estar muy metido en lo que estoy haciendo, ocurre que por la mañana, cuando me despierto y voy al baño y miro el reloj para saber la temperatura que tenemos, suelo pegarme un susto del carajo al ver, semidormido aún, que son 76°, pero luego suspiro aliviado mientras me digo «Fahrenheit». Porque con el mismo movimiento hecho al asir el reloj para desempolvarlo, Diny activa a la par la chicharra y el convertidor de grados centígrados en Fahrenheit. Hoy he tenido la precaución de evitarme el susto que, también ineluctablemente, me esperaría por la mañana.

 

Weiß/Colonia, 8.8. (1)

Gran alegría con la llegada del Diccionario de Citas, de Vicente Vega, y el regalo que me hace el librero don Luis Estepa, un anuncio de tiempos de la República: «Antigua Pollería y Huevería de Julio Cerezo, hijo de Juan Cerezo. Especialidad en aves finas. Huevos frescos de Castilla (Se reciben diariamente). Ternera fina de Castilla y cordero lechal. 32 Vicente Blasco Ibáñez 32 Antes Princesa. Madrid. Se sirve a Domicilio. Telefono [sic]  33275». Le escribo ipso fuckto a don Luis: «Gracias por el envío, que llegó en un dos por tres, y qué bueno saber, por el remite, que sumercé vive en la calle Sófocles. ¿Se acuerda de la regla mnemotécnica que aprendimos en el bachillerato para recordar a los tres clásicos griegos? Eurípides, no te sofoques, que te esquilo. Es emocionante saber de nuevo este libro en casa. Pienso darme un banquete con él en estos días, voy a mandar al carajo todas las demás lecturas que tengo entre manos para concentrarme en él». E ingrato por despiste, no le agradezco a don Luis el envío del anuncio, que es un regalo.

 

Weiß/Colonia, 8.8. (2)

Los tomates están baratos y Diny ha comprado varios kilos. El primer empleo ha sido la cena de hoy, sopa de tomate con albondiguillas (el tomate pasado puro por el pasapuré con orégano, romero, tomillo y laurel): impagable delicia. Y para mañana ya me tiene anunciado uno  de mis platos favoritos: uno tan sencillo como son las simples papas con tomate. Hacerlas bien, darles el punto, ah, eso es cosa reservada a los grandes cocineros de entrecasa. Un Arzac, o un Adriá No Sé Cuantos, o un Bocusse, no sabrían cómo hacerlas, demasiado sencillo para ellos. Oh.

 

Weiß/Colonia, 9.8. (1)

En dos veces consecutivas, dos meteduras de pata, una por ignorancia, la otra subconsciente. De siempre, y no sé por qué tenía el recuerdo de que la humorada de Campoamor decía: «Las hijas de las madres, / aquellas que amé tanto, / me adoran lo mismo / que se adora a un santo». Y así la he citado siempre. Resulta que no. Después de verla en un tuit mío, Pepe Iges me desasna sin compasión desde Madrid. No sólo el texto es diferente, sino que se trata de un dístico y no de una cuarteta: «Las hijas de las madres que amé tanto / me besan ya como se besa a un santo». Y para remachar el clavo, le regalo a Alberto un tuit con una cita de Dieter Bonhoeffer, «Sólo quien grita a favor de los indios puede cantar gregoriano», y de inmediato Ulrike me corrige, Bonhoeffer no habló de los indios, sino de los judíos. Sólo que en este caso mi error ha sido por completo subconsciente, y estoy seguro de que el gran corazón de aquel mártir asesinado por los nazis refrendaría mi lapsus como traductor.

 

Weiß/Colonia, 9.8. (2)

Me encanta que la música de fondo, en el estadio donde se celebran los JJ.OO., sea la melodía de Chariots of Fire. Buena elección por otra parte, ya que la peli se centra en los JJ.OO. de París, en 1924. Pero es que a mí, además, me trae el recuerdo de los años de oro del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, la sala del cine Emperador, y esa melodía sonando siempre en los intermedios. Me dicen que ese Festival existe todavía. Hay cada zombie por el mundo

 

Weiß/Colonia, 10.8.

Regresa Diny de lo de Montse y me cuenta: Henri la llama con urgencia desde el jardín, ella acude y lo ve parado en la actitud de salida de un corredor de medio fondo, como le habrá visto hacer a Mo Farah en Londres, imagino; y así parado le pide a la abuela que largue la cuenta atrás (como parece que le ha enseñado Oskar), y la abuela: «Unodos ¡tres!», y nuestro diminuto Zatopek sale corriendo hacia el fondo del jardín. Regresa y se coloca en el mismo lugar, aunque inclinado y con los brazos colgando, y le pide una nueva cuenta atrás a la abuela. Diny: «¿Vas a correr otra vez?» Henri: «No, ahora me toca nadar». Todavía me estoy riendo.

 

Weiß/Colonia, 11.8.

Hoy ha sido un día dedicado casi todo a los JJ.OO., me obsede la idea de que quién sabe si no serán los últimos que vea, y he llegado a contagiar a mi pobre Platerita: «Sé que quizá sean los últimos que veas. Yo tampoco puedo tapar el sol con un dedo (dolor de barriga)». Disfruté la performance de la francesa que ganó la carrera de ciclismo montaña hoy, para compensar que me perdí la de Mariana Pajón ayer, aunque me dio una alegría inmensa, por ver a Colombia pegar al fin ese salto tan alto en el medallero. Y otra alegría enorme ha sido ver ganar a México la final de fútbol, el mayor triunfo de los cantinflos (como cariñosamente los llamo) en toda su historia. Por cierto que al rato me tuve que reír, al ver que @animesa retuiteaba este ruego de Jaime Alberto Arango: «Dios, te pido que si Colombia llega a una final olímpica en fútbol, que le toque con Brasil». Y mañana la maratón, me prometo verla desde la largada hasta el final, también porque gracias a ello tendré un viaje panorámico gratis viendo desde el cielo a Londres, «esa provincia con calles», como la llamaba Galdós en uno de sus Episodios Nacionales. Sí, Cernuda y Aleixandre sabían de qué hablaban cuando les recomendaban a los jóvenes poetas que se lo preguntaron alguna vez, que qué debían leer: «Lean a Galdós», les respondían.

 

***********FIN***********

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