Home Mientras tanto De mi Diario: Semana 37 / 2014

De mi Diario: Semana 37 / 2014

 

Weiß/Colonia, 7.9.

Ordenando papeles, facturas, la burocracia doméstica. La buena noticia es que de las facturas médicas, recetas, etc., por un total de 6.610.07 €, que mandé al seguro y a la subvención estatal, me han devuelto 5.787.32, o sea que sólo tuve que aportar 822.75 de mi bolsillo. Algo es algo.

 

Weiß/Colonia, 8.9.

0:15 am : Del DCI Gently, el penúltimo episodio de la 5ª temporada, buenísimo. Y el domingo que viene será el último. Habrá que ir a prenderle una vela a la Virgen morena de la catedral, para que pasen pronto la 6ª, no voy a vivir eternamente.

 

Raddatz, tan elocuente, tan brillante, tan creativo, tan rico en idioma y expresiones, el día 3 de septiembre de 1995, cuando cumple 65 años, escribe en su Diario una sola palabra: «Rentner» [=Jubilado, retirado, pensionista]. Se lee casi como se ve en las pelis judiciales, cuando el juez le pregunta al acusado si se considera inocente o culpable, y el acusado le responde: «Inocente». Pero nadie se lo cree.

 

Veo este tuit de @nenecaca

y le escribo: «Naturalmente que sí es verdad, la paja con mosca –sin ir más lejos– es una belleza, hermano. ¿Que no la conocés? Abrí el anexo y buscá «Branlage a la mouche». Ya me contarás cómo te fue». Me contesta: «Creo que una de las muy pocas cosas de las que me he arrepentido en la vida, fue la de no haber aprendido francés Una lástima, en verdad». Le respondo, solícito: «¿De verdá no la conocés? Te traduzco resumiendo: Hay que tenderse en la tina, con agua bastante para que, estando en erección, sólo sobresalga de la superficie la punta de la verga, como una isla. Entonces se agarra la mosca, cazada previamente y a la que se le han arrancado las alas, y se la deposita en «la isla». La pobre mosca no deja de moverse tratando de escapar a su destino de Robinson Crusoe y por lo general únicamente lo consigue a costa de la vida cuando el volcán de la isla entra en erupción. Capito?» «¡GENIAL!», me comenta altiro, como dicen los chilenos. Lo que más me gusta del catálogo de mademoiselle Marcelle Lapompe es que su “établissement” se encontraba en el # 69 de la calle del Gato Negro. Miauuuu

 

Cenan en casa las amigas de Diny de su grupo de Amnistía Internacional. El grupo como tal ya no existe, se disolvió por decisión casi unánime cuando AI amplió los límites de su actuación y se metió en terrenos harto ajenos a la idea inicial de su creador. Pero el grupo como colectivo amistoso sigue, y cada mes se reúnen a comer en casa de una de ellas. Llegan justo a las 7:30 pm, cuando va a  comenzar un reportaje que no me quiero perder, en el canal Arte, así es que  como de todos modos vienen a morfar, se quedan en el comedor y yo cierro la puerta de la sala y me repantigo en el sofá delante del televisor. Y a continuación del reportaje pasan una de las más bellas pelis de amor que conozco, Los amantes del Pont Neuf, así es que sigo repantigado en el sillón. Y cómo gozo la secuencia del esquí acuático por el Sena la noche del bicentenario de la Revolución Francesa, con el cielo de París incendiado por los fuegos artificiales, es un prodigio en acción, pero una que no es action sino poesía pura. Cuando termina la peli y salgo de la sala las amigas están de sobremesa y muy animadas. Suena el timbre. Es Ulf, el marido de Gunhild, que se ofreció como chófer para llevarlas a todas a sus respectivas casitas. Lo saludo con alegría porque hace muchísimo que no nos vemos, y lo primero que me cuenta es que se puso en camino después de haber visto el último episodio del DCI Barnaby. Y sí, le tengo afecto a Ulf, amigo desde hace añares, pero su horizonte mental no le alcanza para Gently, Beck o Wallander.

 

Weiß/Colonia, 9.9.

En La Modicana la especialidad del día, espaguetis con salsa boloñesa de ternera. De chuparse los dedos. En mi caso, literalmente. Terminé de arrebañar el plato [=“fare la scarpertta”] no con un trozo de pan sino con el dedo índice de la mano derecha. (Dato para mis biógrafos).

 

Karlheinz Deschner, en el capítulo 21 de su Historia sexual del cristianismo, dedicado a los anticonceptivos, explica que, naturalmente, su prohibición por la Iglesia tiene como meta la multiplicación de los fieles y de los cuadros eclesiásticos. Pero añade que también puede ser una «expresión de envidia sexual y malicia espiritual», y pone como ejemplo un Breve papal de 1826 condenando el uso del preservativo porque ello «impide los designios de la Providencia, que quiere castigar a las creaturas en aquel miembro con el que han pecado»; o sea, entre otras cosas por medio de la sífilis, enfermedad entonces incurable. Y Deschner se pregunta, con toda razón, qué clase de Providencia es esa, a la que un simple condón puede poner fuera de combate.

 

Weiß/Colonia, 10.9.

0:30 am : Último episodio de Masters of Sex. La temporada termina en punta. Deja con hambre a los comensales. Como con el DCI Gently, otra vela más a la Virgen morena de la catedral.

 

Paso prácticamente todo el día limpiando fondos en mis archivos, y también homologando la presentación cronológica de las entradas, en la que he seguido dos criterios distintos y quiero que sean uno solo, el que manejo actualmente. Y así, acabo de descubrir una breve entrada del día 10 de agosto del 2011 donde dejé dicho lo siguiente: «Al cabo de un par de muertes de obispo, Alemania le gana a Brasil, por 3:2. Pero la verdad es que no era para menos, con una canarinha donde se alinearon un Pato y un Ganso. Sólo faltaban un Pavo y un Pingüino. Y qué gol el de Götze. Pena de saber que uno no vivirá tanto como para verlo un día de campeón mundial, tiene la madera para ello, y un equipo con él, no como Messi». Ni yo mismo me lo creo. Y otra vez un gol, ¡qué gol!, de Götze, como el que le dio el Mundial a Alemania en Maracaná, una golosina para los gourmets del fútbol y casi un duplicado de uno de los de Pelé en la final de Suecia 1958. Cosas veredes, amigo Sancho. 

 

Weiß/Colonia, 11.9.

Hoy, en el diario, entre las esquelas, un recordatorio de la muerte de un hombre, hace siete años, y la viuda lo publica con un epitafio de García Lorca, un poemita suyo traducido al alemán: «Cuando yo me muera, / enterradme con mi guitarra / bajo la arena. // Cuando yo me muera, / entre los naranjos / y la hierbabuena. // Cuando yo me muera, / enterradme si queréis / en una veleta». ¡Pobre Federico, cuán distinta su muerte real de su muerte deseada! 

 

Todo el tiempo trabajando en la limpieza de los archivos. Pero también buscando en los otros, los no virtuales, un material que me pidió Lillian y que sólo existe en soporte papel. Antes de encontrarlo, fotocopiarlo y mandárselo por correo quelonio, hice algún que otro descubrimiento como este, una carta de lector que envié a El País (el de Madrid, ay) y que desde luego no me publicaron. Lleva la fecha 7.5.1990 y dice lo siguiente: «Para la sección Cartas al Director. Rfa.: Reportaje con El Chacal, pgs. 12-13 del suplemento Domingo 6.5.90 : En la tercera columna del reportaje, al describirse el domicilio paraguayo actual de Georges Henri Watin, leo con el lógico estupor, pero con el agradecimiento consiguiente (por no haberme ido hoy a la cama sin haber aprendido algo nuevo), que “de las paredes cuelgan dos fotos, una de Jesucristo y la otra de la Virgen María”. Lo que son las cosas: teólogos y filósofos de renombre se han estado mentando la madre por culpa de la superchería del dizque santo sudario de la catedral de Turín, que si era o no era aquel rostro en él estampado el del profeta llamado Jesús, y a quien Saulo de Tarso convierte en Cristo para fundar la primera y más exitosa transnacional de la Historia, y luego resulta que en un barrio pobre de Asunción, un criminal retirado tiene colgadas de las paredes de su cuarto nada menos que dos fotos de Jesucristo y de la Virgen María. Si eso no es realismo mágicoMe queda una duda: ¿eran en color o en blanco y negro? Pero seguro que polaroids no, ¿verdad? ¿Y estaban dedicadas? Y en caso positivo, ¿a quién?» 

 

De Antonio Vélez Montoya, en Homo sapiens: «En las primeras seis semanas que siguen a la concepción no existe ninguna diferencia apreciable entre los sexos. Sólo a partir de ese momento [] sobre un substrato básicamente femenino se desarrollan las estructuras masculinas, por intervención oportuna de los andrógenos u hormonas masculinas. [] En otras palabras, todos los seres humanos inician la vida con sexo femenino y algunos, la mitad aproximadamente, sobre la marcha se desvían al masculino. Si en los machos falta o se inhibe la acción de los andrógenos, la morfología permanece femenina. Debemos enmendar la Biblia: ¡eva fue primero que adán! (y el huevo antes que la gallina)». Imagino que escribir “eva” y “adán” en minúsculas es adrede, así es que no lo corrijo, porque la idea subyacente es o debe ser que la mujer fue antes que el hombre, o sea, en términos creacionistas: Adán salió de una costilla de Eva.

 

Weiß/Colonia, 12.9.

¡Por fin! A mi taruguita querida le han pagado el honorario por mi artículo acerca del clítoris. Ella se brindó a hacer la gestión y a cobrarlo, sabedora de que la empresa donde lo publicaron no funciona burocráticamente bien; a ella se demoraron cinco meses en pagarle el primero suyo publicado allá, y eso siendo mexicana y viviendo cerca de la redacción (relativamente cerca, claro está, el D.F. es un monstruo urbano); a mí sólo se han tardado tres. Pero ha sido gracias a su perseverancia, y un poco también, pienso yo, a mi indignado email donde renuncié a ese honorario por la cantidad de chicanas que estaba suponiéndole a la taruguita. Alabado sea, pues, el santísimo sacramento de la indignación. [Siempre que escribo esta palabra recuerdo lo que contestó Unamuno cuando le preguntaron por qué no le gustaba Anatole France: «Porque no sabe indignarse», dijo don Miguel, el segundo gran don Miguel de nuestro idioma].

 

Ayer tuve un sueño de duermevela en el que me dije qué poco tiempo me debe quedar aún en este mundo, a despecho de que me muera lo más pronto posible, como deseo. De todos modos, me dije, siempre será poco. Y me puse a hacer la lista de todo aquello que querría volver a leer (Cervantes, Jane Austen, Faulkner), de todo aquello que querría volver a oír (la Callas, Carlos Gardel, Chavela Vargas, Bola de Nieve, la Damrau, la 7ª de Beethoven dirigida por Carlos Kleiber), de todo aquello que querría volver a ver (empezando por Pride & Prejudice, la serie de la BBC 1995), y llegué a la conclusión que si cumplo ese programa estoy condenado a vivir, además de los ya 75 años de compañía, más de cien años de lo mismo sobre la tierra. La terrible conclusión es que en ese caso no me importaría terminar en la fase final, ¡qué horror!, como los protagonistas de Viejo muere el cisne, la terrorífica novela de Aldous Huxley. ¿Por qué, pese al deseo de la muerte, le tendremos tanto apego a esa falacia que llamamos vida?

 

Manu leyó el anticipo de mi diario con la Carta al Director que no me publicó El País, me cuenta que también ella envió muchas y no le publicaron ninguna. Le cuento: «Yo le escribí como una docena de cartas al tal Cebrián. Sin resultado alguno. Una de ellas era muy divertida porque le pedía a Cebrián que felicitara en mi nombre a Francisco Umbral, y le dijese que le envidiaba el que Peter Weiss le hubiese leído, como propia, en su casa de Suecia, una obra de teatro de Rolf Hochhuth. El imbécil de Umbral se había pavoneado, en un artículo, de que durante su visita a Weiss, este le había leído de viva voz su obra dedicada al papel de Pío XII durante la guerra mundial. Cómo te pueden hundir en el ridículo las ganas de presumir inventando cosas que no sucedieron, ay Dios. O la ignorancia atrevida. Más ay Dios».

 

Henri en casa, dormirá acá esta noche. Lo dejé viendo uno de los DVD que se trajo de su casa, salí a hacer unas compras, y cuando regresé me lo encontré sentado a la mesa del comedor y pincel en mano, pintarrajeando con acuarela un librito de esos para niños, con dibujos rellenables a color. Parece, no lo sabía yo, que le encanta pintar a la acuarela. Y no sólo eso. Cuando alza la cara para mirarme veo que tiene los labios y todo el hocico coloreado, y Diny se ríe y le dice: «Hazlo otra vez, para que te vea el abuelo». Pero el muy cabrón se niega. Y Diny me explica: «Cada vez que termina de rellenar una figura, besa el dibujo». ¡Ni Dalí en sus momentos de mayor ego! La madre que lo parió. A las 9:30 pm le doy un beso de buenas noches, y a Diny, que se acuesta con él, y luego de despachar un par de emails, dejaré la compu hasta mañana, me pondré a ver una vez más Pride & Prejudice, la versión de la BBC, 1995, “la” versión por antonomasia. Ayer le tocó a los episodios 1 y 2, hoy serán el 3, ¡qué grandiosa Jennifer Ehle en la escena final!, y el 4. Con un buen Single Malt al alcance de la mano. Cheers!

 

Weiß/Colonia, 13.9.

Anoche olvidé consignar que cuando salí a hacer compras, entre ellas estuvo el # de la revista TVMovie con la programación de la siguiente quincena. Pero esta vez no compré el ejemplar normal, que cuesta 1,80 €, sino el que incluye un DVD y cuesta 3,50, o sea, que adquieres un DVD por sólo 1,70 euros. Aunque fue una adquisición a ciegas, nomás porque la peli se titula Colombiana, y si se titula así no podía dejar de mercarla. En el bus vine leyendo la carátula y no sé si me animaré a verla, a no ser en alguna hora especial, que necesite distraerme a toda costa. Tengo la impresión de que debe ser algo así como una tarantinada con color local latino. Ufff. Pero 1,70 no es dinero. Hasta el billete más barato del bus o del tranvía sale más caro.

 

Todo un espectáculo, Henri queriendo montar a Kate, mi bici estática, pero aunque ya es grande el crío, las piernas no le dan todavía ningún chance de pedalear sentado en el sillín, y hacerlo sin sentarse es muy cansador. Abandona, pero luego insiste y finalmente lo consigue. Más tarde, a la 1:30 pm, lo deja por un espectáculo distinto: a través de la ventana del dormitorio, y mientras montaba a Kate, descubre Henri en el gran pinabeto delante de la fachada una ardilla que va y viene de rama en rama comiendo insaciable. Oír las risas y los comentarios de mi criatura, con su voz cantarina, es un regalo del cielo. Cuando llega Frank a las 2:15, para llevárselo de vuelta a casa, parece como si a este piso nuestro lo hubiesen desenchufado del Paraíso Terrenal.

 

Para la cena, a Diny le salió sensacional un escalope vienés [=Wiener Schnitzel], no à la vienesa [=Schnitzel Wiener Art]. El vienés es, tiene que ser, con carne de ternera; à la vienesa puede ser con cualquier otra carne. Y si la ternera es de primerísima calidad, como esta, porque Diny sólo le compra a un carnicero elegido con lupa (igual hace con el pescado, nomás lo compra en “su” pescadería del Vringsveedel), y cocinando como ella sabe, este sábado 13, entre la presencia de Henri y un Wiener Schnitzel así, debo contabilizárselo en el Haber a mis dioses lares.

 

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