Weiß/Colonia, 16.9. (1)
Rebusco en este diario hasta encontrar una entrada datada hace casi cuatro años: «21.9.2008: Vamos al mercado de pescado al otro lado del río: es uno que tiene lugar el tercer domingo de cada mes y al que siempre quisimos ir, aunque por pereza y por desidia, y también por nuestra tradicional alergia hacia la otra orilla [=Siberia, para quienes vivimos en la orilla buena, esto es, la izquierda], nunca lo hicimos. Pero esta vez sí, porque nos aconchabamos en la empresa la doctora Tegtmeier y yo, y arrastramos a nuestros respectivos cónyuges. De camino hacia allá, esperando el 16 en la parada de Sürth, me fijo en el andén de enfrente en una mujer de mediana edad, sentada en el banco del resguardo, y que mira ensimismada hacia su derecha. De repente se sonríe por lo que piensa (o recuerda), y se pone guapísima durante un par de segundos». Cuatro años después, es contra la doctora Tegtmeier que debemos aconchabarnos Carlitos y yo, para sacarla de su trabajo a que le dé el aire libre.
Weiß/Colonia, 16.9. (2)
No había mercado de pescado hoy, sino que será el domingo próximo. O yo la erré al marcar la fecha en mi calendario, o la han cambiado sin avisarme. Así es que volvemos grupas y vamos a La Modicana. Esto, en buen castellano, se tipifica así: Cabrita que tira al monte.
Weiß/Colonia, 17.9., primera hora de la noche
Descubro que la tercera de las policiales del domingo, la noruega, ya la he visto un par de veces, y decido ver de nuevo Mary and Max. Y lloro, claro está que lloro, como un niño chico, hasta como una Magdalena, después de haber estado riéndome todo el tiempo, igualito que la primera vez. Sólo me sigo preguntando qué querría decirme Platerita subliminalmente cuando me pidió que la viese, y si ya se ha dado cuenta de que en estos últimos tiempos le estoy mandando mis emails desde el emoticono de una isla desierta.
Weiß/Colonia, 17.9.
Me envía una amiga muy querida unas fotos suyas en que anda disfrazada de diablo, ¡hasta con cuernos!, y se las agradezco dirigiéndole mi email de vuelta a Mefistófela, creación verbal no mía sino de don Jacinto Benavente, que escribió una comedia titulada así. Y ocurre que ella me contesta que «poniéndome tal nombre me das malos pensamientos, por la desinencia… Pero claro, eso va incluido en el personaje, faltaba más». A lo cual le respondo que esa sí que no se me habría ocurrido, creo que nunca, pero confirma el inapelable aforismo de don Karl Kraus: «El deseo femenino al lado del masculino es como una epopeya junto a un epigrama».
Weiß/Colonia, 18.9.
Escribo este email: «Arcebelle querida, hace cinco minutos ha pasado el repartidor de una de esas mensajerías ultrarrápidas y me ha traído los dos DVD. Qué decirte, estoy emocionado, agradecido, de todo. Sos un ángel. ¡¡¡Esta noche me veré Manolete, ando tascando el freno!!!» Y horas después este otro: «A las 10:20 pm di de mano con las tareas del día y me dispuse a ver Manolete, para lo cual empecé por servirme el primer güiscacho della notte. Pero antes de cargar el player de DVDs miré la programación de la tele, por si las que ni labráis como abejas ni brilláis cual mariposas, ya sabés, las moscas de Machado (hay gente bruta que creerá que son de Serrat, el Julio Iglesias de la izquierda). Y resulta que a las 11:30 empieza uno de los grandes policiales suecos, y a la 1:00 am, cuando termina, comienza en otro canal The Petrified Forest, la peli con Bette Davis y Leslie Howard donde se reveló como actor Humphrey Bogart, una peli que no la pasan casi nunca y a mí me encanta pese a su maniqueismo. O quizás por él. Verifiqué ipso fuckto que la programación de mañana es anodina, y así pues dejo para mañana Manolete».
Weiß/Colonia, 19.9., primeras horas del día
The Petrified Forest, sí. El problema que se plantea va más allá del maniqueismo donde lo tenía encasillado. El problema es cuando el Bien se vale del Mal para hacer el Bien. ¿Cuáles son los criterios entonces, hasta qué punto un asesinato a sangre fría es una eutanasia, o incluso una obra de caridad hacia un tercero? Nada es tan sencillo como parece a primera vista. Lo cual no habla en favor de nuestra vista, claro está, pero aún menos en favor de la dizque sencillez de la vida.
Weiß/Colonia, 19.9.
¡¡¡Yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…!!! El correo quelonio me ha traído las mejores noticias posibles, de los 3.460 € de la factura del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, el seguro y la subvención estatal me reintegran 3.418, sólo tengo que poner 42 de mi propio bolsillo. ¡¡¡Aleluya!!!, como dizque gritan durante sus orgasmos los miembros del Ejército de Salvación. Ahora es nomás el correo virtual el que me trae preocupaciones. Me toca desempeñarme como sicoterapeuta. ¡Arre borriquita, arre arre arre!, le tendré que recetar una temporada de isla. Es como se dice en alemán cuando uno necesita urgentemente hacer una cura terapéutica: «Está maduro para la isla».
Weiß/Colonia, 20.9., primeras horas del día
Manolete. Para decirlo sin ambages, a Arcebelle la han estafado. Por eso tendré que escribirle por la mañana, para que no la vuelvan a estafar. Y si tuviera la posibilidad de poderle enviar el DVD de vuelta, de una manera segura, lo haría sin falta, para que comprobase lo que le diré. Para empezar, pero eso lógicamente, no tenía por qué saberlo, aborrezco los subtítulos, que me parecen un atentado mayor contra la peli de lo que son los doblajes, puesto que interfieren en lo más genuino de un film, que son las imágenes. Para seguir, la peli está doblada ¡¡¡pero al italiano!!!, y viene con subtítulos en español. Y para terminar, en el minuto 38 se produce un hueco en el sonido, que dura un par de minutos, y a partir de ese momento, cuando el sonido regresa, se produce un desfase entre el mismo y los subtítulos. Si la vi hasta el final fue para poderle referir todos estos detalles y documentar la estafa de que ha sido víctima. Por supuesto no he podido gozar de la peli, apenado y rabioso al mismo tiempo, como estaba. Pero eso es remediable, algún día podré verla en español (o si fuera necesario en inglés, puesto que ya sé de qué va la cosa). Lo que no es remediable es lo otro, y por eso tendré que escribirle, haciendo de tripas corazón, después de toda la ilusión y el afecto que puso en conseguírmela y enviármela, y del dinero que le habrán costado el DVD y el porte.
Weiß/Colonia, 20.9. (1)
Día dedicado a la correspondencia y a pensar cómo sacar adelante un encargo de 1.000 a 3.000 palabras que me hace Carmen desde Madrid, acerca de los grandes escritores de nuestro idioma que se han desempeñado como traductores. Un trabajito para entregar as soon as possible, o sea, ayer por la mañana tempranito. Amén de ir pensando en empezar a releer todo Cernuda, para una conferencia en el Cervantes de Hamburgo el año próximo, 50° aniversario de la muerte de ese que es uno de mis poetas más queridos y más cercanos, además de un galdosiano convicto y confeso, como Buñuel y como todos quienes saben leer.
Weiß/Colonia, 20.9. (2)
Estoy tan hecho a perder, que este golpe de hoy lo encajo como un buen fajador en el boxeo, e incluso soy capaz de articular que más fue lo que se perdió en la guerra de Cuba, como decía nuestra abuela Remedios. Menos mal que ya debe quedar poco hasta el final. Ojalá fuese «To sleep, to die»; al revés te lo digo pa que m’entiendas, también decía así la abuela Remedios.
Weiß/Colonia, 21.9., primera hora del día
Aguirre, el azote de Dios. Ya sé que el significado es otro, pero en el directamente activo habría sido poco eficiente como tal. Hubo que esperar a Nietzsche para certificar su defunción.
Weiß/Colonia, 21.9. (1)
El cartero me acaba de entregar el sobre con el nuevo libro de Javier, Sucinta Historia del Arte Contemporáneo europeo, y el catálogo de la exposición escritura experimental española (1965–1983) organizada por José María en Santander. Los he estado hojeando y ojeando y la primera impresión es magnífica. ¡Qué buenos resultados se obtienen cuando se trabaja bien! Y qué duda cabe de que ellos dos han trabajado más que bien. Son dos cracks, dirían mis nietos mayores.
Weiß/Colonia, 21.9. (2)
Leyendo el Diccionario de Citas, de don Vicente Vega, se me ocurrió la idea de armar un # de The Twitter’s Digest con lindas anécdotas históricas susceptibles de contarse en 140 caracteres (o bien 280, en dos tuits consecutivos). Me puse entre ayer y hoy a la tarea, y ya he conseguido jibarizar 15 anécdotas, once en 140 y cuatro en 280 caracteres. El problema es a quienes pedirles que me las suban a sus cuentas. Tienen que encajar en el perfil de esas cuentas, y tienen que ser quince cuentas distintas, para que haya variedad visual, para que el resultado final también valga la pena como, digamos, espectáculo. En cualquier caso, a @animesa le destiné una que le viene a su cuenta como yelito al güisqui: «Salía él de un estreno teatral y una joven dijo: ¡Mira, mamá, Martínez de la Rosa! Y él: Martínez solamente, señorita; la rosa…es usted».
Weiß/Colonia, 21.9. (3)
Nacho es el enésimo remitente de esa carta de una profesora que circula en internet alegando que no se debe decir Presidenta, una carta tan desopilantemente estúpida que hace daño a la vista desde la primera lectura. Le respondo, a Nacho, que nada, nada, a leer La RegentE, de Clarín. Y él me contesta de inmediato diciéndome que la tal profesora es incluso menor que él, y que él estudió cuatro años de latín en bachillerato, que ahora le sirven para corregir a su hijo, quien le ha dicho que tiene amor «hijal», en vez de filial, y para explicarle por qué un triángulo es equilátero. Y yo a mi vez le contesto: «Si supieras, querido Nacho, la cansera que me dan estos temas… Nadie parece darse cuenta de que el idioma, la lengua, fundamentalmente, es lo que se habla. Aquello (Esto) que se escribe es un mero código de comunicación por escrito y leído, pero no tiene casi ná que vé con la lengua. A mí el amor hijal de tu hijo, que es natural en él, me parece más hermoso que el filial del diccionario. Y a los triángulos equiláteros no los mando a tomar por culo ya que siendo griegos puede que les guste. Joder, qué políticamente incorrecto me estoy poniendo. Debe ser cosa del whisky, mejor lo dejamos».
Weiß/Colonia, 22.9. (1)
Inauguración de una exposición de un pintor inglés, Jon Pryke, amigo de los mejores amigos de Montse y Frank, que viven en Londres y lo acompañan, de manera que la familia Bada Hansen en pleno se persona en la Lederfabrik, la vieja fábrica de cueros, convertida primero en espacio para fiestas (ahí celebramos la boda de Montse y Frank), y ahora en recinto artístico, escenario de exposiciones y performances. Recorremos muy pausadamente la muestra –toda ella de paisajes europeos, desde Gales a Grecia– y me quedo con las ganas de comprar al menos uno de los cuadros, el 55, el faro de Barra, en Portugal; o el 42, “Derelicts East Coast Defences”, en Inglaterra; y sobre todo el 23, “Quayside at Twilight” en Gardenstown, Escocia, que es también el que más les gusta a los demás miembros de la familia. Y como me habían dicho que el pintor habla español, apenas lo tuve al lado, por casualidad, le extendí la mano y lo saludé y enseguida pegamos la hebra. Me contó que había llegado a Barcelona, hace 50 años, para poder asistir a un concierto de los Beatles en la plaza de toros, la Monumental, y que le gustaron la ciudad y su gente y se quedó allí un par de años. Luego le cuento a Klaus, el amigo de Montse y Frank, y Klaus, que es amigo de Jon desde hace años, me dice que recién se entera de por qué Jon habla español y qué cosa fue la que hizo que viajase a España, qué curioso paralelo, cuando yo estaba emigrando a Alemania. Sólo que yo me quedé acá más tiempo que Jon en la península.
Weiß/Colonia, 22.9. (2)
Todos los nietos estaban en la exposición, y bien que nos hemos divertido con Henri y cómo se detenía delante de cada cuadro y emitía su opinión. Los dos mayores se fueron pronto, y Paul, al despedirse, le dijo a Diny que estaba yendo a la verbena que hay en Rodenkirchen. «¿Es una indirecta?», quiso saber Diny. «Nooooooooo», su respuesta sin convicción. Y Diny le dio unos euros, con lo que Oskar, que estaba al lado, le dice a Diny: «Oma, yo no voy a la verbena, pero unos euros tampoco me vendrían mal». La madre que los parió, qué vocación de sanguijuelas.
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