Weiß/Colonia, 20.11.
Anoche, después de ver otra vez un episodio de la saga del comisario Dupin, en la Bretaña, que terminó a la 1:15 an, por segunda vez consecutiva me quedé dormido frente al televisor y al abrir los ojos de repente eran ya casi las 4:00, así es que me fui derecho viejo a la cama, aturdido por ese sueño inesperado que ni siquiera se hizo notar, llegó de puntillas y me agarró con la guardia baja. Malparido hideputa. Como un adúltero en la casa de su mejor amigo. (Sé de lo que hablo).
El viernes fui a comprar a ReWe las latas de conserva Lacroix de bullabesa, para la comida del 25 con José Luis en la Casa Böll. Había 6 latas, y como yo quería comprar 6 las compré todas. Lo anoté en mi diario, pero anoche, al repasar las anotaciones de la semana antes de subirlas al portal de Fronterad, busqué un enlace con «sopa Boullabaise de Lacroix« y lo que me apareció en pantalla es que la producción de esta sopa ha sido descontinuada y no se sabe si se reanudará. Posiblemente he comprado las últimas 6 latas disponibles en ReWe. Mañana lunes pienso ir al Edeka de Sürth a ver cuántas tienen y comprarlas todas… en el supuesto caso de que les queden algunas. Su fecha de caducidad es el 2025, así que por ese lado no hay ningún problema.
Preparo mi nueva Carta desde Alemania en desagravio a uno de los investigadores médicos más preclaros del mundo, el hondureño Salvador Moncada, entretanto naturalizado británico, entretanto nombrado Sir por Isabel II (q.e.p.d.), entretanto Premio Príncipe de Asturias 1990… pero dos veces preterido en la concesión del Nobel de Fisiología, en 1982 y 1998, por acreditársele el mérito de sus descubrimientos al respectivo jefe de los laboratorios donde SM investigaba. Es como si el único campeón del Mundial 2010 fuese Iniesta por haberle colado el gol del 1:0 en la final a la ex naranja mecánica, que ese año envió a Sudáfrica un once especializado en artes marciales más que en fútbol.
Weiß/Colonia, 21.11.
1:30 am : Pasaron el segundo episodio del DCI Grace, la posible nueva serie policial inglesa que está ambientada en Brighton. Pienso que sería una buena, pero claro, no soy inglés. Ojalá el eco de estos dos programas piloto haya sido grande y programen una primera temporada con seis, siete episodios.
Me avisan del Instituto de Radiología de Rodenkirchen para avisarme que deben posponer mi cita de hoy, para hacerme unas radiografías de los pulmones, hasta pasado mañana miércoles. Pregunto por la causa y me contestan que los aparatos sufren unos defectos. Y pensar que madrugué expresamente para llegar puntual a la cita, con lo bien que se estaba en la cama… Ay, al perro sarnoso, como diría mi abuela Remedios, todo se le vuelven pulgas. Y como tal me siento. Y hasta puede que lo sea.
Escribí mi nueva columna para este viernes en EE y no pude recurrir a mi deuda estherna, quien es mi beneméria audiencia de lo que considero la piedra de toque de un texto: su lectura en voz alta. Es una de mis mejores amigas y está volando en estos momentos a mi Güeno Saire qurerido. De manera que llamo a José Luis, en la Casa Heinrich Böll, en Langenbroich, le explico la situación y el buen alma que es mi amigo se brinda a ser el auditor de mi columna. Se la he dedicado al 75.º aniversario de la muerte de Ernst Lubitsch, y a José Luis le ha gustado bastante, sobre todo porque nunca me había oído leer en voz alta, y en especial la frase de Billy Wilder cuando dijo que «Lubitsch podía decir mucho más con una puerta cerrada que otros directores con una bragueta abierta». A mí también me ha gustado el texto, suena muy bien oyéndolo. Y mi voz tiene un pedigrí de 35 años de radio en una de las tres mejores emisoras internacionales del mundo, no es moco de pavo, ni movo de paco.
Weiß/Colonia, 22.11.
2:00 am : Semidormido pero tratando de dominar el sueño, he seguido un episodio de la saga policial sueca de Rebecka Martinsson. Tengo mala suerte con esta serie, la programan casi siempre el mismo día y a la misma hora que otros programas que debo ver si sí y si no, y entonces la veo a trompicones, o sin ilación que yo pueda reconocer, como los montajes surrealistas de los rollos de pelis en pueblos perdidos del interior de la Patagonia, según se narra en una desopilante cinta argentina, El viento se llevó lo que, vista una vez en el festival de Huelva, el milenio pasado, y añorada tantas veces.
En La Modicana les llamo la atención a Ulli & Carlitos acerca de que además de los menús y la carta del día, como estamos en plena temporada cinegética hay una carta más con platos de carne de caza: ellos piden tallarines con ragú de venado y yo el mismo ragú con espaguettis. Devoro el plato casi con avidez, hace unos años que no comía carne de caza y bastante tiempo de non fare la scarpetta (=no rebañar el plato). Y la pareja asimétrica se nos une antes de irse, como se ha vuelto costumbre, para tomar el café a nuestra mesa. Y nos dan una sorpresa morrocotuda. A Carlo, quien siempre se sienta a mi lado, le pregunto qué cuál es el instrumento que toca Dios, y me responde sin vacilar que es la tuba. Admirado le pregunto el porqué y me contesta que así nos lo dice la letra del Padre Nuestro en alemán: «Vaterunser, der Tubist im Himmel…», un ingenioso juego de palabras con el verdadero texto del Padre Nuestro en su idioma: «Vaterunser, der Du bist im Himmel [Padre nuestro que estás en los cielos]», ¡y es uno de los mejores chistes del libro con los mejores chistes alemanes sobre músicos que terminé de leer ayer! Carlo se ríe al ver mi perplejidad ¡¡y me descubre que él es uno de los dos autores del libro!! Tableau!!! Cuando se lo cuento a Ulli & Carlitos casi baten palmas, porque desde hace semanas cada martes les cuento los mejores chistes que leí en ese libro. El martes próximo traigo mi ejemplar para que Carlo lo enriquezca con su autógrafo. Y es que el mundo es un klínex, como sabiamente dice la vox populi.
Llamo a MN para felicitarlo en su cumpleaños, el tercero o cuarto que ya cumple en la residencia de ancianos donde parece haber encontrado el albergue de la felicidad. La mía, hablando con él, consiste en que todavía reconoce mi voz y mi persona, me pregunta por Diny, por mis hijos, por mis nietos, pero el resto es aquello que Shakespeare escribió para inspirar a Faulkner, «el ruido y el furor de un cuento contado por un idiota». De todos modos, como me extraña que en la residencia, donde disfruta de un status especial, casi una notablidad, no le hayan felicitado por su cumpleaños, se lo digo y me contesta con una risita «Es que te adelantaste, mijo, yo cumplo recién el 22 de noviembre» y casi me echo a llorar. Pero me domino y con un par de preguntas capciosas consigo enterarme de que hoy de mañana lo vinieron a despertar y le cantaron unas mañanitas en inglés, es decir, que sí le festejaron su cumplesantos, como dicen en el Perú y es menos agresivo que cumpleaños. Los de MN han sido 86, y en verdad en verdad os digo, como decía el hijo del carpintero, que no deseo cumplir tantos, estoy por completo harto de la vida, cansado de vivir, mi deseo más acendrado es morir, cuanto antes mejor.
Weiß/Colonia, 23.11.
2:10 am : Mi memoria es un colador, sólo consigo acordarme nada más del título alemán de la peli con Shirley McLaine y Clint Eastwood donde ella juega el papel de una monja y él es un aventurero camino de California, que intervienen exitosamente en la revuelta de Juárez contra el emperador de México, aquél que les impusieron las potencias europeas, especialmente Francia, con la única y exclusiva finalidad de que Fernando del Paso escribiera la segunda mejor novela mexicana tras Pedro Páramo. La volví a ver y me volvió a divertir tanto como la primera y las muchas veces que ya la vi.
En el Instituto de Radiología me hacen tres radiografías, comentando la técnica, al hacerme las dos de perfil, que mi espalda es una documentación anatómica de la letra S (esto no lo dijo ella, no creo que la imaginación poética se lo permita), pero el Dr. Bayer me entrega el CD que debo llevarle el lunes a mi neumólogo, y me asegura que el estado de mis pulmones es el mismo que el de hace cinco años, cuando me sometieron a la tortura de una CT. Alabado sea el santísimo sacramento del altar.
Escribo mi nueva Carta desde Alemania para LJS, que se publicará el 11.12. y es un homenaje a mi muy querido Heinrich Böll y su obra más que maestra (maestras a secas tiene al menos cuatro más), Retrato de grupo con dama. Ojalá algún canal de TV reaccione el 10.12., cuando se cumplirá el 50.º aniversario de la entrega del Nobel a don Enrique (como siempre lo llamé) y programen la peli, con Romy Schneider en el papel de la inolvidable Leni, la protagonista de esa novela impar.
El 7:0 de España vs. Costa Rica me ha decepcionado bastante. Un equipo que hace poco derrotó en Sevilla al tetracampeón mundial Alemania por 6:0 no debiera conformarse vs. Costa Rica con menos de un 18:0. ¿O es que jugaron en conserva para atizarle otro 6:0 a Alemania, humillada por Japón con un 1:2 en el primer partido de su grupo? Pero no quiero adelantarme a lo que pueda ser; España, en el 2010, perdió su primer partido contra Suiza y luego fue merecido campeón del mundo
Weiß/Colonia, 24.11.
1:30 am : Un nuevo episodio de la serie sobre El joven Morse, tan bueno comme d’habitude, pero por la tarde, antes de acostarme para dormir la siesta, quise ver qué pasaba en el Alemania vs. Japón del Mundial de Qatar, busqué el canal ARD en mi compu y era el minuto 70, me dije que podía retrasar la siesta esos 20’ restantes, y me vi recompensado en el minuto 82 por el gol de Asano, precedido de una galopada por la derecha que se podría editar en videoclip teniendo como fondo los compases finales de la wagneriana “Cabalgata de las walkirias”. Mal comienza este Mundial para los alemanes. Y el domingo les toca contra España, que tendrá ganas de reeditar el 6:0 de Sevilla. Me temo, sin el compasivo ay, un crepúsculo de los dioses germánicos. Sería asimismo muy wagneriano.
Hice un recorrido de autobuses cronometrado para despachar cuatro diligencias. Desde Weiß hasta Rodenkirchen para recoger una receta en lo de mi cardiólogo. De Rodenkirchen hasta el ReWe cerca del Barrio de los Pintores, para ver si les quedarían latas de conservas Lacroix con la bullabesa (ni una sola). Desde el ReWe hasta Sürth para comprar estampillas en la oficina postal, y dentro de Sürth pero con el bus, al consultorio de mi médico de cabecera para recoger otra receta. Por último desde Sürth a Weiß para regresar a casa. Como a esas horas los buses de las líneas 131 y 134 circulan cada 10’, y me conozco de memoria los horarios de cada una, pude conseguir hacer el recorrido de manera que el bus me dejase tres de los cinco trayectos delante mismo del destino correspondiente, y en el caso de mi médico de cabecera a sólo cuadra y ½ de su consultorio. Pero ha sido una paliza.
Recibo una carta del seguro de asistencia social que me deja por los suelos. La única esperanza de que mis temores no sean ciertos es que ese lenguaje burocrático–kafkiano sea tan sólo alguno de esos parches que el Estado y las compañías de seguro se ponen para evitar reclamaciones que escapen a la normativa. En cualquier caso, le leo la carta a Rebeca por teléfono y tampoco ella entiende nada, los dos acordamos entregársela el lunes a Montse cuando pase a recoger a Diny para ir a la ergoterapia. Elevo mis oraciones laicas a santa Lucía, la patrona de los seguros, y san Buenaventura, el patrón de las gentes felices, para que intercedan por mí ante todos los dioses habidos y por haber. Laus Deo!
A las 6:40 pm pasó el mensajero trayéndome el regalo que me envía la generosidad de Susanita desde mi Güeno Saire querido: el DVD de Zama, la peli de Lucrecia Martel basada en la grandiosa novela de Antonio di Benedetto, pero la maldita carta del seguro me ha atacado los nervios, es decir, me los ha sedado, me siendo aplastado, así es que veré el DVD cuando el horizonte se aclare.
He estado viendo el segundo tiempo del Brasil vs. Serbia, los canarios contra las águilas, con los dos golazos de Richarlison, sobre todo el segundo, que fue uno de los de antes de la guerra, como diría mi abuela Remedios, quien creo que nunca vio un partido de fútbol, ni siquiera en la tele. Y aunque es todavía temprano, me tomaré un par de whiskies zapeando para ver si hay algún programa potable, si no me iré pronto a la cama, porque mañana tengo que madrugar, es decir, levantarme a las 8:00 am.
Weiß/Colonia, 25.11.
Me despertó Diny a las 8:00 am en punto, me di las abluciones matutinas habituales, me afeité, me preparé un desayuno ligero (té de menta marroquí con un cruasán), ojeé y hojeé el KStAnz y a las 10:05 llegaron Ulli y Carlitos y partimos camino a Langenbroich. Avanzamos rápido por la autopista # 4, pero al salir de ella, y por culpa del inclemente sol del invierno, que nos impedía ver bien los carteles del tráfico, fatalmente nos perdimos en ese laberinto en cuyo centro se fue a vivir nuestro querido y recordado don Enrique. Una paisana que nos vio detenidos perplejos en un cruce, detuvo su auto, bajó la ventanilla y nos preguntó si podía ayudarnos. (Aparte de la natural hospitalidad y buen carácter de los renanos, acá deben estar acostumbrados a que los pajueranos se pierdan como Dante en su oscura selva). Había que retroceder hasta el cruce anterior, doblar a la izquierda y seguir todo derecho hasta pasar bajo un puente e inmediatamente doblar a la izquierda y ya estaríamos entrando en Langenbroich. Ante la portada ojival de la Casa Böll, ya nos esperaba José Luis. Grandes abrazos al cabo de siete años, tres meses y 17 días, desde que nos visitó en Weiß, un largo tiempo en el que no hemos dejado de escribirnos casi a diario. Le presentamos a Ulli, a Carlitos ya lo conoció en el 2015.
Dejamos que la bullabesa se vaya cociendo a fuego lento mientras platicamos tomando un aperitivo con queso y un Grau Burgunder blanco seco y frío, sólo Carlitos tomó su kölsch, de la que José Luis le ofreció tres alternativas, optó por la Gaffel. Charla amenísima tocando varios temas, pero todo ello salpicado de anécdotas y chistes, lo cual continuó durante la ingesta de la bullabesa, que nuestro anfitrión desconocía y le encantó, máximo porque la acompañamos con las baguettes que aportaron Ulli & Carlitos. Los cuales salieron a dar una vuelta por las instalaciones de la Fundación, a la que no veníamos desde hace muchos años. Le llevé a José Luis un ejemplar de La bufanda de Cambridge, que cabe en un bolsillo de la chaqueta y no le significa sobrepeso cuando vuele de vuelta a casa. No pasó mucho más porque Carlitos estaba impaciente por regresar y llegar a Colonia con luz de día, no le gusta manejar de noche. Nos despedimos con largos abrazos (yo estaba demasiado emocionado como para despedirme con una frase digna del mármol o del bronce), y el camino de regreso fue harto más sencillo: alrededor de 20’ más tarde ya divisamos en lontananza la inconfundible silueta (como dos nazarenos de la Semana Santa andaluza) de la catedral de Colonia.
Ulli & Carlitos me dejaron en casa antes de que Diny regresara de su residencia de día, y en la página informativa de Telecom me enteré entretanto de la muerte de Hans Magnus Enzensberger, una de las plumas mejor afiladas y más atractivas de las letras alemanas de posguerra. Veremos si este fin de semana resucito mi traducción de su poema dedicado al Che Guevara, y que aproximé a un español con inequívoco acento porteño. Creo que lo haré, si no me gana la mano un ataque de indolencia.
Weiß/Colonia, 26.11.
1:59 am : Cené un tentempié (la bullabesa fue copiosa) mirando el segundo tiempo del Inglaterra vs. Estados Unidos, el sexto encuentro virgen de goles de los 20 que ya se han celebrado, es decir, casi un tercio del total: nota, pues, más bien baja para los atacantes, sobre todo si se piensa en el 6:2 de Inglaterra en su primer partido, contra Irán, que hacía presagiar otra goleada contra los gringos. Y luego estuve viendo uno de los mejores episodios de la saga del comisario Wallander, “El fantasma”, que me volvió a atrapar desde el principio. Es en verdad uno de los mejores de las tempradas que se rodaron después de la primera, la mejor de todas, gracias a la llorada Johanna Sällström en el papel de Linda, la hija del comisario: una víctima tardía del mortífero tsunami al que sobrevivió en Tailandia estando acompañada por su hija.
Por pura curiosidad, como siempre, miro mi horóscopo en el KStAnz y me entero de que el sustantivo “vegetariano” tiene una etimología sánscrita y significa “quien es demasiado perezoso para salir a cazar”. Como no creo que se trate de una inocentada (el día de las inocentadas alemanas es el 1.º de abril), le doy las más rendidas gracias al horoscopista, Jan Reimer, por haberme desasnado con esta simpatiquísima muestra del humor indostánico. Justo en un país donde la vida animal es sagrada.
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