Home Mientras tanto De mi Diario : Semana 49 / 2021

De mi Diario : Semana 49 / 2021

 

Weiß/Colonia, 28.11.

2:00 am : Después del reportaje con este sensacional 4:1 del 1. FC Colonia contra el Borussia de Mönchengladbach, el derby del año, vi de nuevo Witness [Único testigo], la peli de Peter Weir con Harrrison Ford entre los amish y una deslumbrante Kelly McGillis como joven viuda amish que se enamora del “inglés” (para la comunidad amish los gringos son ingleses). Adoro el cine de Peter Weir, y esta peli es una joya en su filmografía. McGillis y Ford no necesitan palabras para decirse lo que ambos sienten, y el resto del reparto es de lujo, con una brevísima aparición de Viggo Mortensen, quien inicia con ella su carrera en la pantalla grande. Peli para ver milyuna veces.

Empieza a despejarse el estado de sitio en que vivíamos. Ya retiraron el empapelado protector de las ventanas de la fachada principal (comedor, cocina, el dormitorio grande). Hemos recuperado espacio exterior: las vistas al norte, los tejados rojos, los árboles verdes de hoja perenne, el cielo color azul añil desteñidoEs como si la casa respirase de nuevo sin asistencia.

Anoche, tarde en la noche, recibí un email de Reinaldo, desde Paisápolis, con el enlace a una columna de Almudena Grandes y la noticia de su fallecimiento ayer mismo. Le contesté ipso fuckto: «No sabía que ha muerto porque mi única relación con el mundo exterior es la lectura del diario coloniense al que estamos suscritos, y en el que estoy seguro que el lunes le dedicarán una gacetilla, se cuenta entre los pocos autores españoles conocidos acá. // Me encontré con Almudena Grandes sólo una vez en la vida. Fue en octubre 1991, cuando la feria del libro de Fráncfort tuvo como centro de gravedad a la literatura española. Caí por allí desde el primer día, como todos los años, para cubrir el evento en mis emisiones de la Radio Deutsche Welle. En uno de los pasillos de las editoriales españolas descubrí a un gran amigo personal, Enrique Vila–Matas, a cuyo lado estaba una mujer muy rozagante y a quien yo desconocía. Me abracé con Enrique entre ruidosas expresiones de alegría por volver a vernos, y de repente me doy cuenta de que la mujer a su lado me extendía la mano diciendo “Las edades de Lulú”. Estreché su mano y le repliqué lo más elemental, mi querido Reinaldo, le dije: Fahrenheit 451”, con absoluta cara de póker. Nunca más la volví a ver y, a decir verdad, no he leído nada de ella hasta este artículo suyo que me has hecho llegar. // Gracias, y el deseo de un feliz fin de semana, y de que te cuides mucho, porque está viniendo la variante sudafricana del virus, y ella, para decirlo de manera políticamente incorrecta pero geográficamente exacta, es harto cafre».

Me escribió Alex desde El Carmen del Viboral, en Antioquia, y me da cuenta de las tentativas suyas y de su compañera de darle un nuevo nombre al idioma que hablan, y que no sea ni castellano ni español. Le respondo: «Le des las vueltas que le des, querido Alex, al final será español. Es como con el portugués en Brasil. No le digas a un brasileño que habla brasileño porque te responderá que lo que habla es portugués. Esto me recuerda que el gran Eça de Queiroz (uno de mis escritores predilectos), cuando estuvo como cónsul en el Brasil acuñó el bon mot de que los brasileños hablaban «português com açúcar». Y esa podría ser una solución para los países hispanoparlantes: ustedes colombianos hablarían español con tamal, los venezolanos con arepa, los argentinos con chimichurri, los peruanos con pisco, los mexicanos con mezcal, los uruguayos con yerbamate, etc.»

Weiß/Colonia, 29.11.

2:20 am : Nuevo episodio de la serie policial austríaca Sangre vienesa, que incluye la comisión de un atentado serbio en un espectacular palacio de la capital del país, años antes de que un nacionalista asimismo serbio asesinara en Sarajevo, 1914, al archiduque Francisco Fernando de Austria–Hungría y desencadenara así la llamada Gran Guerra, la primera mundial, la que se hacía para acabar con las guerras, qué esperanza, che. Y a continuación un documental sobre Klaus Kinski, cuyo ego sobrepasa en mucho el de los ególatras que he conocido a lo largo de mi vida, y que no han sido pocos. Ay.

Mientras remoloneo en la cama antes de levantame para desayunalmorzar empiezan a desmontar los andamios, al menos delante del dormitorio grande, del cuarto de baño y de mi cuarto de trabajo. ¿Nos tocará tanta suerte que entremos en diciembre viviendo en un edificio sin miriñaque? Por de pronto, ya he recuperado las vistas a  la calle. Algo es algo, como dijo un calvo al encontrarse un pelo, según aseveraba mi abuela Remedios.

Rebeca de visita, y sus manos de hada para la costura salvan el estupendo pantalón en el que me hice un siete que parecía un cuatro cuando corrí para alcanzar el bus y di con mis güesos en el puto suelo. Alabados sean el santísimo sacramento del altar y las manos y la aguja de Rebeca.

La Nena sin novedad en el frente, y escandalizada de que la gente se comporta como si la pandemia no existiera. Ella, me dice, cuando sale a la calle se pone la mascarilla y no se la quita hasta regresar a casa. Y argumenta inapelable: «Además viene ahora muy bien en invierno, con el frío que hace». La abuela Remedios y la Nena, filósofas naturales. Enemigas irrestrictas de la  puntada sin hilo.

Le escribo a Fernando, en respuesta a su email donde se duele de en qué ha venido a convertirse la Argentina: «Acá esperando la cuarta ola, que se anuncia como tsunami. En cuanto a aquello en que se convierten los países, no necesitás para nada mirar a Argentina, mirá en lo que se está convirtiendo Alemania, en el lazareto de Europa. Qué horror la que se nos viene encima, y los pelotudos de los políticos atentos tan sólo a su poltrona en uno de los 17 parlamentos o en uno de los 17 gobiernos que hay en el país, pandilla mayor de parásitos sólo debe haberla habido en Bizancio». Poco después de mandarle ese email pienso en los 18 parlamentos y los 18 gobiernos que hay en el Reyno Desunido de la Ex Gran España, cierro los ojos e in petto le pido perdón a Bizancio.

Weiß/Colonia, 30.11.

2:00 am : Agarré Place Vendôme cuando ya había comenzado, y a decir verdad no me interesó lo que ví, así es que agradecí la repetición de ese thriller danés Shorta [El peso de la ley, aunque Shorta en árabe significa “policía”, es decir individuo miembro de la Policía], una vuelta de calcetín al cuento de hadas, o mejor de Andersen, de que Dinamarca es el país más feliz del mundo.

En La Modicana, todo el espacio para nosotros solos, una felicidad para Carlitos: Ulli su monumental ensalada con aguacate y granada desgranada, Diny y Carlitos lasaña, y yo unos espaguettis con aceite y ajo, que están de chuparse los dedos. Aunque hice algo mejor: la scarpetta, rebañando con pan hasta dejar el plato en estado de revista.

Le escribo a Francesco, en Milán, contestando su email del 20 de septiembre y explicándole la causa de mi anemia epistolar. Mañana haré lo mismo con Carla y David, dos emails que me va a costar Dios y ayuda escribir, pero no puedo demorarme más en hacerlo. Y ahora que lo pienso: ¿no sería lo mejor enviarle una sola carta a los dos? En verdad es lo mismo lo que tengo que contarles a los dos, ¿por qué no, pues, una sola carta? Me quedo con la copla, mañana decidiré qué hacer.

Una hora y 17’ hablando con Víctor, a quien llamo a Madrid para felicitarle por su 85.º cumpleaños. Hablamos de todo lo divino y de todo lo humano (¡flor de pleonasmo!) y él me encareció la lectura de un artículo de Jaime Peñafiel, aparecido ayer en República, y yo le encarecí la lectura de Zama, por más que ya casi no lee novelas, me dice, pero Zama la leerá, en vista de mi recomendación. Platicar con Víctor es estimulante, refrescante, vivificante, a veces abracadabrante, es como beber un gin tonic hecho con ginebra de Menorca, la mejor de las que conozco. Y conozco muchas,sobre todo las viejas y las jóvenes neerlandesas. «Elke dag een glasje [Cada día un vasito]», el lema de la Bols, se me quedó grabado desde que lo conocí en Buenos Aires, y la versión argentina tampoco es manca.

Un lector mexicano me envía por email las definiciones de “insulto” y “piropo” debidas a un tal José de la Colina, escritor español afincado en México desde que su familia anarquista se fue a vivir allí al término de nuestra guerra fratricida. Mi acuse de recibo a mi lector: «Amigo Raúl, lo que usted me manda es literatura. Ni el insulto ni el piropo españoles han sido ni son así. Concretamente, el insulto o exabrupto más largo que conozco se lo debo a un mexicano: «Me cago en los veinticuatro cojones de los doce apóstoles», algo que un napolitano podría fácilmente considerar un piropo. Y el piropo más largo de que se tiene noticia es uno que se encuentra en una obra de teatro de ambiente madrileño, donde el protagonista le dice a la protagonista: «Anda, morena, que entre lo que se te ve y lo que se te adivina, eres un tormento para la imaginación». A título personal, uno que oí en Sevilla en mi época de estudiante en su alma mater; fue en la calle de las Sierpes, cuando pasó una madre guapísima con su hija no menos bella, y un quídam le dijo: «Oiga, señora, debería usté tener una multicopista donde usté sabe». La literatura (súper barroca, sin ser Quevedo ni Góngora) que hace el Señor de la Colina se contradice con aquella definición perfecta del piropo, no recuerdo si de Ortega y Gasset o de Ramón Gómez de la Serna: «El piropo es un madrigal de urgencia»».

Weiß/Colonia, 1.12.

2:15 am : He estado viendo de nuevo Pride & Prejudice, BBC 1995, pero en la versión alemana, que no es mala, sólo que la tijera de los cortes por mor de un formato distinto deja mal sabor de boca cuando se conoce la versión original. De todos modos muy por encima de la peli con Keira Knightley.

Inauguro mi calendario de Adviento abriendo la ventanita correspondiente al 1.º de diciembre. Sólo quedan ya 23 por abrir, hasta el día de Nochebuena.

Olvidé anotar que en French Kiss cacé un gazapo que me confirma su ficha en www.imdb.com, y es la vista de la torre Eiffel desde el tren que los lleva a Cannes. Los trenes que van a Cannes saldrán de la estación de Lyon, o quizás la de Austerlitz, pero en ningún caso se verá desde ellos la torre Eiffel. Es algo así como salir de Atocha con el AVE camino de Sevilla, y mientras se atraviesa el sur de Madrid uno pudiera ver la plaza de toros de las Ventas. Por otra parte ¿cómo es que de París a Cannes duerme uno de noche y desayuna en el coche–comedor? Nom de Dieu! Pero si son tan sólo cinco horas de viaje¡Ah, Hollywood, Hollywood, y sus incontables ceros en Geografía, para no hablar de sus infinitos ceros en Historia!

Weiß/Colonia, 2.12.

2:30 am : Pasaron una estupenda adaptación a la tele de Ha llegado un inspector, el intenso drama de Priestley donde se juega con el tiempo, y de qué modo ejemplar. Y luego vino Desprecio, el cuarto y creo que último episodio de la primera temporada de la serie policial sobre la saga del comisario danés Carl Mørck, con su asistente sirio Hafez el–Assad y la punkie Rose, en el Departamento Q de la brigada criminal de Copenhague. Los voy a echar de menos.

En el KStAnz una entrevista con un especialista en aerosoles que disfruta de un prestigio mundial, el Dr. Gerhard Scheuch, consejero del Instituto Robert Koch y que no tiene nada en contra de estadios de fútbol con 50.000 espectadores, como el pasado fin de semana acá, en Colonia. Y arguye sin dejar el más mínimo resquicio a la duda: «El 99% de los contagios se produce en recintos cerrados, no al aire libre». Más claro, el agua.

Todo el día echando balones fuera, como se dice (o decía) en la jerga futbolìstica, porque además de adelantar mucho trabajo tengo que liberar tiempo a fin de poner orden en todo el papeleo que necesita mi asesor fiscal para mi declaración a Hacienda correspondiente al 2020. Lo que me tiene extrañado es que Hacienda todavía no me haya enviado la relación de anticipos trimestrales que debía transferirle durante este año, y eso me preocupa porque de repente me llega una liquidación final por un par de miles de euros. Oremus.

Weiß/Colonia, 3.12.

1:30 am : En el canal Arte han pasado los tres primeros episodios de una serie tragicómica francesa, Nona y sus hijas. La protagonista, Nona [con una Miou–Miou en plenitud de facultades], tuvo en su alocada juventud, por mayo del 68, una noche de amor que trajo consecuencias: trillizas, trillizas de las que una todavía vive con ella y otra le ha dado cinco nietos y la tercera parece padecer de furor uterino. El quid de la cuestión es que Nona, ahora de 70 años, ha vuelto a quedar embarazada y, por si fuera poco, la quieren desahuciar de su vivienda. Son nueve episodios, así es que me esperan otros dos jueves de mucha diversión. Después daban en otro canal Youth [La juventud, con Michael Caine y Harvey Keitel, que ya la vi el año pasado y no me hizo tilín, me pareció demasiado Fellini para mi gusto, que no pasa por ese meridiano, así es que zapeé a ZDF Info para ver un par de documentales. NOTA : Siempre que veo a Keitel recuerdo la peor peli de su filmografía, la desastrosa Nowhere, que no pasa de ser un panfleto a la mayor gloria de su dizque director.

Anoche olvidé anotar que en la serie francesa Nona y sus hijas, una de ellas tiene la idea equivocada de la Inmaculada Concepción que suele tener la mayoría de los católicos. He podido comprobar a lo largo de los años y con amistades y conocimientos de muchos países que todos ellos piensan que la Inmaculada Concepción significa que María concibió sin mácula, y se trata justamente de algo muy distinto: de que María, a la que Dios Padre tenía destinada a ser la madre de Jesús, no podía serlo si ella nacía con la mácula del pecado original, de manera que Dios Padre dispuso que en el coito de Ana y su Joaquín, del que habría de nacer María, sus respectivos óvulos y espermatozoides fueran unos especiales para la ocasión, es decir, no maculados por el pecado original. Tengo la impresión de que incluso hay muchos curas que desconocen esta filigrana de la casuística romana.

JJP me manda desde Madrid una página escaneada de un –supongo– Manual de Gramática en el que se pide a los lectores, los alumnos –sigo suponiendo–, que identifiquen las formas conjugadas del pretérito imperfecto de subjuntivo en un párrafo determinado. Y resulta que el párrafo de marras es uno de mi carta abierta a don Paco Amighetti, publicada en LJS in illo tempore. Le doy las gracias a JJP por el envío y recuerdo que Cela dijo en una entrevista, todavía muy joven, recién ingresado en la RALE: «Al final, uno se convierte en materia de estudio en el bachillerato».

Weiß/Colonia, 4.12.

2:15 am : Estuve viendo una vez más The Last Sunset [El ultimo atardecer], de Robert Aldrich, con Kirk Douglas, Rock Hudson, Dorothy Malone, Joseph Cotten  y Carol Lynley. Es uno de los más preñados western que conozo, un western crepuscular, con unas actuaciones sensacionales de Cotten y del “hijo del trapero”, como KD se autodefinió en sus memorias, unas de las pocas que valen la pena de las escritas por actores; las de las actrices suelen ser mejores en promedio, y las de Asta Nielsen y Simone Signoret sencillamente maravillosas. Las de Ava Gardner tampoco tienen pierde.

Desayunando, es decir, más bien bruncheando, leo en el cuaderno de esquelas fúnebres del KStAnz la de una señora de 65 años con un epígrafe arriba a la derecha que dice en castellano «¿Vamos?» con la respuesta debajo: «Vamonos» [sic]. La verdad es que no logro entenderlo: ¿de qué se trata?, ¿es una incitación (o una invitación) al suicidio, dirigida al viudo? Chi lo sa! No recuerdo en qué Canto de La Odisea, Ulises le dice a Telémaco que entre él y Penélope existen secretos que sólo ellos dos conocen.

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