Home Mientras tanto De mi Diario : Semana 50 / 2021

De mi Diario : Semana 50 / 2021

 

Weiß/Colonia, 5.12.

2:20 am : Programa doble esta noche en la tele. Primero vi True Grit [Valor de ley], que es una gran peli, pero casi todos los premios que ganó con ella la pobrecita Hailee Stanfield fue como actriz de reparto; si eso no es machismo, que vengan Alá, Brahma, Jehová, Odín y Zeus (por riguroso orden alfabético) y lo vean; ¡pero si sin su personaje, Mattie Rosss, no habría peli! En fin. Y luego vi Two Rode Together [Dos cabalgan juntos], uno de los mejores western que recuerdo. Por cierto que leo en los Trivia de su ficha en www.imdb.com: «Según Peter Bogdanovich en Pieces of Time, Richard Widmark declaró que se había divertido más en esta película que en ninguna otra. «Estoy un poco sordo de este oído y [John Ford] está un poco sordo del otro, y [James Stewart] es duro de oído en ambos. Así que durante todo el rodaje, los tres nos lo pasamos preguntando: “¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?»»

​DBH, quien conoce muy bien el cotarro, me escribe después de leer en mi diario lo de mi encuentro con Almudena Grandes en la feria del libro de Fráncfort de 1991: «Rosa Montero otra que tal se encontró una tarde en la recepción de la Agencia Balcells con Aurora Bernárdez. Sería 2009, pues acababan de aparecer los Papeles inesperados y la Montero dijo en la prensa argentina que le parecía innecesario y de mal gusto publicar textos póstumos, y las sandeces usuales que suplen la falta de argumentos y a cambio tratan de disimular una idiotez supina. Total, que la Montero va y le dice a Aurora: “¡¡¡Ahh!!! ¡¡¡Es un honor conocerla!!!” Y en ese momento –como diría Gabo–, Aurora se sintió pura, explícita, invencible, en el instante de responder: “Para mí no tanto”» Sublime.

Escribo mis dos columnas para el EE en este mes, el 10 y el 24. De la administración me enviaron un email pidiéndome que les pase mi factura por el mes de diciembre antes del 15, así es que, como cada año, me toca trabajar doble en la primera quincena para estar mano sobre mano en la segunda. Pero me ha venido bien escribir estas dos columnas, una dedicada a la muerte de Pirandello, y la del 24 con tres chistes nada impíos sobre Jesús. Ahí veremos, qué tal los acoge la redacción. Oremus.

Weiß/Colonia, 6.12.

2:15 am : Pasaron el tercero (¿o ha sido el cuarto?) y último episodio de la serie policial austríaca Sangre Vienesa. Espero que haya una segunda temporada y que mis plazos, como diría Gonzalo, me alcancen para verla. Esta vez el episodio recoge “en passant”, como la captura al paso en el ajedrez, las ideas de Freud acerca de la religión. En la Viena de entonces, más papista que el Papa, eran ricino puro para los católicos. Con el tiempo, 30 años, saludarían entusiasmados brazo en alto la llegada de su mesías Adolf. Uggggggg… [=onomatopeya de náusea]

Desaparecieron los andamios de la fachada trasera de la casa, es decir, la que da a la calle. Ahora sólo quedan los de la fachada principal, la que da al seto que rodea la casa. ¡Adiós, pues, al miriñaque, sea en buena hora! Y alabado sea el santísimo sacramento del altar.

Transcribo a la pantalla, para Nexos, un viejo texto mío sobre las dos veces que he sido Premio Nobel (como Madame Curie) y se lo envío a mi pequeña Phoebe con la esperanza que le guste a la redacción y lo programen en la página web el día 10, cuando tiene lugar la tradicional entrega de los Premios.

Mi taruguita hermosa me escribe desde Chilangópolis a su regreso de la FIL y le contesto que creo que sí, «creo que tú y yo habríamos sentido como algo maravilloso estar juntos en una de estas ferias. Te cuento, además, que soy un poco amigo de las parteras de la Feria de Guadalajara. Allá por 1985 yo ya era un veterano de la Buchmesse de Fráncfort, que, como sabes, es la mayor del mundo. (Carina Pons, la mano derecha de Carmen Balcells, siempre me decía al despedirnos el último día de la Feria: «No faltes el año que viene, que sin ti, no es Fráncfort»). Y esa vez, en el pabellón de México me encontré con dos mujeres –una alrededor de los cuarenta, la otra más joven– que me presentaron como scouts de una Feria del Libro a fundarse en Guadalajara. Para mis programas de la Deutsche Welle entrevisté a la más joven, que tenía una voz preciosa, y me confesó que era la primera vez que la entrevistaban en su vida. Nos caímos bien mutuamente, los tres, y las ayudé en todo lo que pude, con mis conocimientos del mundo editorial español y latinoamericano en toda la feria. Quedaron muy agradecidas. Al año siguiente volvieron, para seguir su labor de scouts y me contaron muy alegres que el próximo año (1987) ya habría Feria en Guadalajara, y que por supuesto yo estaba invitado: que no me podían pagar el ticket del vuelo, pero que una vez en Guadalaja ya no tenía que preocuparme de más nada, alojamiento y comida correrían por cuenta de la Feria. Les agradecí mucho, pero mis compromisos profesionales no me permitieron ir, y ellas ya dejaron de venir a Fráncfort. No sé qué habrá sido de ellas, pero todo lo tengo en mis archivos (unos diez biblioratos), que estàn en el garaje, donde llegaron en los cartones con que los traje de la Deutsche Welle y donde se encuentra un reflejo fiel de mis 35 años de servicio para la emisora. ¿Qué será de todo ese material cuando me saquen de esta casa con los pies por delante?» Ay.

Weiß/Colonia, 7.12.

2:00 : Vi por primera vez Los muertos, de  John Huston, que me había sido esquiva cada que la programaban en TV y que tenía muchas ganas de ver por mi devoción a John Huston así como a James Joyce. Me conmovió su dedicatoria de la peli, “for Maricela”, esa Maricela que «había sido su ama de llaves y ahora era su asistente, compañera e inspiración a tiempo completo», según puede leerse en el artículo “Finding John Huston”, de Terrel Tanner, en The New Yorker. Y también me conmovió la peli, que es una obra maestra entre los cantos de cisne de grandes directores. Nunca olvidaré lo que JH escribió en sus memorias sobre Montgomery Clift, mi actor favorito: «Imposible no maravillarse y admirar su talento. Los ojos de Monty se iluminaban y podías ver cómo nacía una idea en la mente de Freud». Y a continuación estuve viendo un par de documentales sobre la guerra submarina: que la especie humana merece desaparecer del planeta es cosa que queda clara cuando se considera una forma tan, pero tan cobarde de matar, y tan, pero tan estúpida de morir.

En La Modicana Ulli y Diny encargan unos macarrones con legumbres varias, Carlitos linguini alla pescatore y yo espaguetis también a la pescador. Platicamos acerca de dogma de la Inmaculada Concepción, del que Ulli, protestante, no tenía ni la menor idea que hubiese tales tiquismiquis católicos, y cuando hablé de los óvulos de Ana, libres del pecado original, como los espermatozoides de Joaquín, en el débito conyugal donde procrearon a María, Carlitos no pudo reprimir una carcajada. La verdad es que la iglesia católica romana resulta ser una fuente inagotable de chistes involuntarios, no como los judíos en sus chistes sobre judíos, que lo son de un modo voluntario.

11:15 pm : Acabo de ver en grabación diferida la inauguración de la temporada en la Scala, con el Macbeth de Verdi, una grandiosa puesta en escena con efectos audiovisuales que al espectador, hasta en la tele, cortan el aliento. Por ejemplo al principio, durante la obertura, cuando el automóvil en el que viajan Macbeth y Banquo atraviesa un bosque por la noche y se adentra luego en el tráfico de la ciudad, algo de a deveras impresionante. Es otro DVD a comprar cuando lo saquen al mercado. Si se pusiera uno a buscar pelos en la leche, lo único disonante, justo en ese viaje durante la obertura, sería que lo hacen conduciendo Banquo un automóvil con el volante a la izquierda. Pero es peccata minuta.

Weiß/Colonia, 8.12.

1:45 am : Una reflexión en torno a Pride & Prejudice, que he visto en estas noches, en el original (las versiones de la BBC 1980 y 1995) y en alemán: para los habitantes del Reino Unido debe ser cosa bien sabida que Gretna Green (copio y pego de Wikipedia) «es un pueblo del sur de Escocia, famoso porque ofrecía la posibilidad de casarse, sin el consentimiento de sus padres, a las parejas de menores de edad». Digo esto porque Gretna Green se menciona al menos dos veces, o tres, en la novela y en la serie, pero estoy seguro de que los espectadores no británicos no tienen ene pe i de qué sea esa Gretna Green ni por qué Lydia Bennet huye con Wickham para casarse con él allí.

Cuando Paul nos regaló un ejemplar de su libro, vi que en la primera página de guarda venía impresa una dedicatoria: “Für Diny & Ricardo” y pensé que la había hecho imprimir expresamente en ese ejemplar que nos regalaba. Pero le hemos comprado cuatro ejemplares más, para varios regalos en estas fechas, y en todas campea la misma dedicatoria. Le escribo preguntándole que si eso quiere decir que el libro está dedicado a nosotros y la respuesta es que sí, y que le había extrañado que no se lo hubiera comentado. Abrumado por la dimensión de mi despiste le escribo para darle las milyuna gracias que se merece y le añado: «La sacaste del estadio, como dicen los aficionados al beisbol». Me contesta casi altiro: «Pero a no ser por tu apoyo económico, yo no habría entrado en el estadio». Y no puedo evitarlo, la vista se me nubla con las lágrimas. Tengo un nieto que no me merezco. Pero qué digo uno, no me merezco ninguno de los cuatro. Ni ellos se merecen semejante trampantojo de abuelo como yo.

Weiß/Colonia, 9.12.

1:30 am: Estoy extenuado y triste, triste, triste. Diny salió ayer de casa a las 5:30 pm para ir a esperar en la parada Sürth del tranvía 16 a nuestra tercera hija, la no carnal, la Alex, a quien criamos nosotros tanto como sus padres. Alex venía desde Heidelberg, donde ahora se desempeña en un instituto de investigación biológica, y quería conocer la boutique de Montse e íbamos a encontrarnos una hora después en La Modicana para cenar juntos los tres. Lo cierto es que a las 6:15 me llamó desde su celular para decirme que Diny no estaba esperándola, le di instrucciones para llegar a la tienda de Montse (a cinco minutos de la parada) y yo mismo salí disparado para Sürth a ver qué pasaba. Fueron dos horas de incertidumbre total, en que Rebeca y Montse incluso viajaron a la estación central, por si acaso Diny se había obnubilado e ido a bucar a Alex allí. Hasta que a Rebeca se le ocurrió llamar al 112 para ver si hubo algún accidente donde Diny pudiera estar implicada. Y bingo. Diny ni siquiera alcanzó a llegar a la parada de Weiß, donde debía tomar el bus hasta la de Sürth, a la que llegaría Alex. Se cayó al suelo de bruces a mitad del camino y se fracturó dos veces el hueso encima del ojo derecho (desplazando de paso a la pupila), quedando además sin sentido. Alguien que estaba en la parada, alguien del pueblo que la conocería, se dio cuenta y avisó de inmediato a una ambulancia. Anoche mismo la operaron del ojo con rayos laser y me llamó hace media hora, desde su celular, para decirme que se encontraba bien. Pero el viernes la operan de nuevo y no regresará a casa, con suerte, antes del domingo. Esta es la culminación de un proceso, o un desarrollo, cuyo guion está escrito desde hace tiempo. Yo sólo me preguntaba cuándo el vaso iba a empezar a desbordarse. Y tal parece que ya llegó ese momento.

A las cinco horas de estar en la cama, y sin poder dormir, me levanté. A las 8 am. Hice el menor ruido posible para no despertar a Alex, bajé a buscar el KStAnz, preparé mi desayuno, desayuné leyendo el periódico. Tenemos nuevo gobierno federal, con el cuarto canciller socialdemócrata en la historia de la República. No lo va a tener fácil.

53’ charlando por teléfono con Esther. Está muy mejorada de la aparatosa caída en su casa y que la ha tenido mártir durante seis semanas. Le conté lo de la caída de Diny y quedó muy afectada, se quieren mucho las dos, sobre todo desde que Diny fue a visitarla en Berlín recién nacida Ana Laura Raquel, que es ya toda una mujer.

Disfruté con los episodios cuarto, quinto y sexto de la serie francesa Mona y sus hijas, que promete tener un final glorioso. Espero que no me defrauden el jueves próximo.

Weiß/Colonia, 10.12.

Rebeca y Montse en casa, consejo de familia en petit comité para acordar una estrategia de futuro, sin excluir la posibilidad de abandonar esta casa. Son dos leonas. Han pasado a verme antes de visitar a Diny en la clínica y dejaron bien clara su postura: «Mamá se ha sacrificado toda su vida por todos nosotros, ahora es la hora de que todos nosotros nos sacrifiquemos por ella». El lunes queremos tener una cita con el agente del servicio de enfermedad que lleva nuestra póliza, el señor Zaaj, un marroquí súper gentil, para encontrar una solución óptima a fin de que Diny pueda seguir en casa pero no se tenga que ocupar más de la limpieza, ni del lavado de ropa, ni de cocinar, al mismo tiempo que la persona que consigamos para ello se ocupe de su aseo y sacarla a pasear, etc. Lo que no hemos podido conseguir, ni en la clínica ni donde los bomberos es averiguar el nombre de la persona que pidió una ambulancia al ver a Diny desmayada y herida en la acera: la protección de datos personales se escribe con mayúsculas en este país. De todos modos, Rebeca y Montse han ido de portal en portal por el Pflasterhofweg, desde el # 1 al 9, sin resultado: sólo uno de los vecinos recordó haber visto llegar y partir la ambulancia, pero nada más.

Termino de leer La historia de Alemania en 100 objetos, que he ido leyendo a razón de unos dos o tres capítulos por semana, aunque no todas las semanas. Y no porque el libro no sea apasionante sino porque estoy peleando en varios frentes de batalla. Este libro arranca con armas de caza prehistóricas que se han encontrado en suelo alemán y datadas entre 300.000 y 400.000 años de antigüedad, y llega hasta 1993, cuando apareció en todo el país, en espacios públicos, un poster que decía lo siguiente: «Tu Cristo, judío. Tu auto, japonés. Tu pizza, italiana. Tu democracia, griega. Tu café, brasileño. Tus vacaciones, turcas. Tus números, árabes. Tu escritura, latina. ¿Y tu vecino tan sólo un extranjero?» Fue viral en su tiempo y sigue teniendo una fuerza de convicción irresistible, a menos que se sea pronazi si es que no directamente nazi.

Weiß/Colonia, 11.12.

2:00 am : Estuve viendo The Missing [Desapariciones], un western sombrío del que me atraían las presencias de Tommy Lee Jones y Cate Blanchett, sobre todo ella, porque a TLJ, con ese rostro tan esquinado le va bien el western, pero CatePor los Trivia de imdb.com me entero de que tuvo que aprender a montar a caballo, y a fe mía que resultó una buenísima amazona. En cuanto a la peli, no alcanza ni de lejos el nivel de Unforgiven [Sin perdón], la epopeya de Clint Eastwood, ni tampoco de Centauros del desierto, de Ford, de la que es una especie de remake, pero las actuaciones de Tommy Lee Jones y, por encima de todos, Cate Blanchett, la salvan de la mediocridad.

En la sección de esquelas fúnebres del KStAnz encuentro sin decir agua va la de Marianne Kraus, una Marianne Kraus nacida el 29.10.1936, que no puede ser otra sino nuestra impagable Porota. El mote se lo puso César, cuando Marianne llegó a la redacción, en 1968, y César dijo que se parecía como una gota de agua a la protagonista de una tira cómica en un diario de Montevideo, y pronto no la conocimos más que como Porota. Los colegas alemanes,  creyendo que era su apellido la llamaban Frau Porota, lo que nos divertía mucho. Lo cierto es que llegó para ser mi secretaria, pero a los muy pocos meses descubrieron que era orito en polvo, de manera que pasó a ser la secretaria del jefe de nuestro servicio y me llegó una secretaria nueva, Ulla, que por dicha era por lo menos plata en polvo. Pobre Porota, sumida los últimos años en un alzhéimer brutal. Que la tierra le sea leve.

Como tengo que ir a Rodenkirchen a hacer unas compras y no me gusta comer solo, aprovecho para ir a almorzar al chino e invito a Paul a comer conmigo, para que así me entregue de paso dos ejemplares de su nuevo calendario con fotos de Colonia. Paul es de buen diente, así es que encargó un rollo de primavera vegetariano y que más parecía un rollo de las cuatro estaciones, y después filete de pollo empanado con brotes de soja y salsa de cacahuete. Yo pedí como siempre mi pescado empanado a la manera de los pavías andaluces, con salsa agridulce, y todo ello regado con un buen Chardonnay. Y hemos mantenido una larga y entretenida conversación, sobre la abuela, las relaciones humanas, la vocación profesional. Gran persona este nieto, dará que hablar. Al tiempo

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