Weiß/Colonia, 26.12., primera hora del día
Comencé una policial austríaca que no logró agarrarme en las primeras 50 páginas, así es que miré a ver si había algo que valiese la pena en la tele y encontré una peli francesa, Jeux d’enfants [estrenada en México y Venezuela como Atrévete a amar, y en España como Quiéreme si te atreves], con Marion Cotillard. Acaba de terminar, me encantó, y lo que me resulta más curioso es que su leit motiv musical, en el 2003, es “La vie en rose”, casi como una premonición del gran papel que le aguardaba a MC en el 2007, cuando se alzó con el Oscar por su interpretación de Edih Piaff.
Weiß/Colonia, 26.12.
Diny se ha marchado muy temprano a Ámsterdam, para pasar con Willy una semana larga, volverá el 2 de enero. Me llamó desde la estación para pedirme que avise a Willy de que va a llegar una hora más tarde que lo previsto, al parecer el tráfico ferroviario es un auténtico caos este domingo, por culpa del temporal de nieve. Luego, he contestado correspondencia, hice un intento de reemprender la lectura de la policial austríaca, lo dejé por imposible y me dediqué a seguir releyendo las cartas literarias de Juan Ramón. Qué gozada. Y qué personalidad tenía este paisano mío, qué acrisolada, qué bien fundida, qué buen bronce el suyo: «¡Intelijencia, dame el nombre esacto de las cosas!» Maestro inalcanzable, «cráneo privilegiado».
Weiß/Colonia, 27.12. (1)
Oskar en casa para pasar dos días conmigo. Pasaría con gusto la semana entera, pero mañana a la noche llevarán a Vincent a casa de Montse, y la única pareja de juegos pensable para Vincent es Oskar; ya Paul es demasiado mayor para él, y Henri definitivamente demasiado bebé todavía. En fin, que Oskar y yo le trataremos de sacar el mayor partido a estos dos días, nuestra química siempre funciona.
Weiß/Colonia, 27.12. (2)
Me escribe Rolando comentando un envío que le hice de materiales sobre Ava Gardner y me cuenta que sus pelis favoritas de ella son The Night of the Iguana y Mogambo. Le respondo: «Bueno, maestro, he repasado de arriba abajo toda la filmografía de nuestra Ava, y Mogambo y La noche de la iguana también yo las elegiría como mis dos de mis favoritas entre las suyas, pero añadiría, además, East Side West Side (que en España se estrenó como Mundos opuestos), The Killers, Pandora y el holandés errante y sobre todo On the Beach (en España La hora final, un título mejor que el original). Con esa media docena se puede pasar una velada de lo más sabroso. Ava, no sé si lo sabes, entre 1941 y 1944 actuó en 19 pelis sin que le dieran crédito en el reparto, y uno de esos 19 papeles fue nada menos que el de Lucrecia Borgia. Y en 1985, en la versión TV de The Long Hot Summer, hizo el papel de Minnie Littlejohn, que interpretó Angela Lansbury en la versión cine de 1958, aquella ocasión prodigiosa donde Woodward y Newman se conocieron y se enamoraron y ya no se separaron más, pero es que además en el reparto estaban Orson Welles, Lee Remick y Anthony Franciosa. Como diría mi abuela Remedios: “Échale guindas al pavo, que yo le echaré a la pava, azúcar, canela y clavo”. Y dicho sea de paso, nuestra Ava también fue Sissi, en Mayerling, con James Mason de emperador Francisco José, repitiendo la imbatible pareja que hicieron en Pandora. Sólo tengo tres videos con pelis suyas (Los asesinos, Mundos opuestos y La condesa descalza), pero un día de estos me acerco a Saturn y compro Mogambo y La hora final, para que las veamos juntos».
Weiß/Colonia, 28.12., primera hora del día
Al filo de la medianoche, en la tele, From Noon Till Three, una comedia western del 76, con Charles Bronson y Jill Ireland en el papel de Amanda, la joven viuda a la que Bronson quiere llevarse al huerto, y que cansada de luchar le dice: «Enough. If you’re so depraved you’d inflict your desires on an unwilling body, then proceed (Basta. Si es usted tan depravado que quiere infligirle sus deseos a un cuerpo renuente, proceda en consecuencia)». Curiosamente esta peli se tituló Tres horas de amor en el Perú y Três horas para matar en el Brasil, mientras en Portugal, más neutrales o no tan asimétricos, optaron por Três horas decisivas. Jill Ireland, que se murió harto joven, dejando viudo a Bronson, dijo alguna vez: «Aparezco en muchas pelis de Charles Bronson porque ninguna otra actriz quería trabajar con él». From Noon Till Three es uno de los muy pocos western que se toman a cachondeo el Far West, y ofrece curiosas reminiscencias pirandellianas, es como una especie de Enrique IV en blue jeans. Valió la pena verlo.
Weiß/Colonia, 28.12. (1)
He mantenido un diálogo virtual con mi SariTica sobre la deplorable risa boba de los virtuales, que sólo de verla escrita me produce un sarpullido alérgico, tal como escribí en este diario el día 21. Le dije cuál es mi percepción de ese “jejeje”, ya universal en todos los estratos del mundo virtual: «Me repatea el hígado. No por la onomatopeya en sí, sino por el tácito retintín que incluye, de listeza de quien hace el chiste y se ríe él mismo con su gracia, o lo que toma por tal. Hay incluso un matiz muy sutil en el hecho de que normalmente, en mis tiempos, tanto las carcajadas como la simple risa se reproducían onomatopéyicamente en los escritos por medio del “ja ja ja” (también he visto “ha ha ha”). La “a” es una vocal que abre puertas y ventanas mientras que la “e” las cierra, y le da un tonillo deleznable –como si la ningunease– a la propia risa». Ella me sugiere que tal vez quienes usan esa expresión sean personas moralmente falsas. Le contesto que no: «Es dentro de la constelación semántica virtual donde esa reducción expresiva ha hecho estragos. A una persona que es un alma noble hasta donde se te ocurra imaginar, no he conseguido sacarle de encima ese latiguillo… y bueno, nació casi con las manos en el teclado de una compu y el lenguaje virtual lo aprendió en paralelo con el materno. Es un poco lo que me decía mi pobre Brigitte [Schwaiger, que se suicidó hace unos meses arrojándose al Danubio]: “Los escritores austríacos, Ricardo, vivimos una pura esquizofrenia, escribimos en un idioma que no hablamos”, y es cierto, porque el idioma oral de los austríacos no tiene un carajo que ver con el alemán normado, y si escribieran en su idioma oral no los podrían leer sino los austríacos y, algo, quizás, los suizos, cuyos escritores de habla alemana tienen el mismo problema que sus colegas de la frontera oriental. Ah, el bilingüismo dentro del propio idioma es toda una metástasis per se, y los usuarios de internet que quieren ser escritores la padecen incluso sin darse cuenta».
Weiß/Colonia, 29.12., primera hora del día
Recién oída en un programa TV de Kabarett, esta cita de Lukas Podolski, centrocampista del seleccionado alemán: «El fútbol es como el ajedrez, sólo que sin dados». Lo grave del asunto no consiste en que Podolski crea que el ajedrez se juega con dados, no, sino en que piensa que las figuras del ajedrez también se llaman así. Como dije y publiqué hace mucho tiempo, la única diferencia entre un analfabeto alemán y otro español, es que el alemán sabe leer y escribir.
Weiß/Colonia, 29.12. (1)
Ayer, durante su homilía en la catedral, al cardenal Meissner, en cuyo árbol genealógico debe de haber algún Torquemada, se le ocurrió comparar el diagnóstico preimplantatorio con la matanza de los Santos Inocentes. En otras palabras, poder garantizarle a los futuros padres que sus hijos no padecerán taras genéticas incurables, es para Meissner equiparable al degüello infanticida del rey Herodes. Uno se pregunta por qué hay gente de pensamiento tan retorcido en este mundo. Pero todo sea por la bendita libertad de expresión.
Weiß/Colonia, 29.12. (2)
A las 13.30 me ha llegado el paquete con libros para reseñar (No hay silencio que no termine, de Íngrid Betancourt, y Tres ataúdes blancos, el último Premio Herralde) que me envió Amalia el pasado 15, nada menos que por el servicio de entrega rápida UPS. Tamaña “rapidez” da una idea de la congestión postal que padecemos aquí en torno al Día Internacional del Regalo, a lo que hay que añadir, por si faltara poco, el caos que la nieve y el hielo nos han traído este año como presente griego. Después de la siesta salí de compras, y al volver a casa me encontré en el buzón un paquete de reparto urgente, enviado el 18 desde Jijona por Fernando Espí, con un CD y dos tortas de turrón, una de Jijona (faltaría más) y otra de Alicante, el de almendra marcona, que milagrosamente llegó intacto, sin fragmentarse en el camino.Tengo que contárselo a Susana, quien anda desconsolada porque me mandó el 2 de diciembre, desde Buenos Aires, su última novela, Cuando Virginia Woolf desató la cinta azul, que todavía no me ha llegado. Un cálculo sencillo permite deducir que si un paquete UPS despachado en Madrid tardó 14 días, y uno urgente desde Alicante tardó 11 días, un paquete certificado el 2 en el Correo argentino, en Baires, tardará entre unas tres a cuatro veces más que desde España, o sea, que me llegará allá por el 14 de enero, festividad de san Malaquías, profeta. Veremos, dijo el ciego.
Weiß/Colonia, 29.12. (3)
Pasan esta noche en la tele Germinal. Un crítico alemán, Michael Kohler, piensa en lo bastante interesante que sería proyectar esta peli a un público de mineros chínos o latinoamericanos, que continúan trabajando prácticamente en las mismas condiciones de precariedad que quienes protagonizan la gran novela de Zola y esta adaptación al cine. Y no se priva de añadir –con justificada ironía– que en 1993 Germinal fue la peli más cara de la historia del cine francés, «donde se ve lo costoso que puede ser la puesta en escena (a gran escala) de la pobreza».
Weiß/Colonia, 30.12.
Vienen Carlitos y Julio a recogerme para el último almuerzo juntos en este año, y de camino a La Modicana pasamos por la escuela primaria del pueblo, delante de cuya entrada principal se acaba de instalar un Bücherschrank, uno de los varios armarios–biblioteca callejeros que ya tenemos en Colonia (hay en total unos cincuenta entre Alemania y Austria), y donde podemos dejar los libros de los que nos queramos desprender: siempre hay lectores que quizás se interesen por lo que uno ya no (es como lo del sabio de la décima de Calderón en el monólogo de Rosaura en La vida es sueño). Dejo, pues, allí, una docena de libros, once en alemán y uno en griego, pensando que hay muchos emigrantes de esa nacionalidad en Weiß.
Weiß/Colonia, 31.12.
Desayuno teniendo como música de fondo el CD que Fernando Espí me mandó, con música de Castelnuovo-Tedesco inspirada por Platero y yo. Me encanta en especial el pasaje aquel del pino grande donde «los gorriones discuten desaforadamente». Luego me afeito, me ducho y salgo al mundo, a casa de Chico, para felicitarlo en su cumple y entregarle su regalo, y darle de camino un beso a Vincent, que hace tiempo que no lo veo. Tenía la intención de comer luego una sopa de pescado en el Mar del Norte y pasar por Saturn para comprar un DVD de Mogambo y/o de On the Beach, pero me olvidé de que hoy, 31 de diciembre, los negocios cierran casi todos a las 2 p.m., así es que me quedé sin sopa de pescado y sin DVD. Y además tuve un camino bastante largo de regreso al hogar. Menos mal que aún estaba abierto un súper en Rodenkirchen y pude comprar pan de molde sin corteza y una lata de anchoas ahumadas de Riga (mi cena de hoy), amén de un manojo de plátanos para el desayuno. En la tele, después de la siesta, un reportaje bastante inusual sobre Perú, Bolivia y Chile, un recorrido de 8.000 km en motocicleta por los caminos más inhóspitos del continente, con unos paisajes bellísimos y unas experiencias nada típicas, tal como se entiende tipismo (léase exotismo) acá en Alemania. Después, mientras sigo con el oído la transmisión del concierto de fin de año en el Real, de Madrid, llamo a San José de Costa Rica y a Buenos Aires, pero ni La Maguita ni Susana están en sus casas respectivas. Contesto mails, escribo estas líneas y creo que es llegada la hora de regresar a mi policial inglesa y su correlato líquido escocés. Cheers!
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