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De mi Diario : Semana 53 / 2009

Weiß/Colonia, 27.12. (1)

Hay un post precioso hoy, “Lugares a los que no volveré”, de Eduardo Jordá, en fronterad:  https://www.fronterad.com/?s=node/369

Genio y figura, no pude resistir la tentación de dejarle un comentario. No puedo, en cambio, hacerlo en la revista de soporte papel en una de cuyas reseñas, de una novela del colombiano Evelio Rosero, leo lo siguiente: «Rosero deja ver así vigente la exigencia nabokoviana de hacer vecinos estilo y personaje, en una operación fabuladora que reivindica al lenguaje narrativo como una penetrante arma de estudio de los temperamentos, es decir, un artefacto expresivo capaz de definir apariciones de lo vivencial mediante la traslación al mismo orbe de lo sintáctico de los conflictos producidos por un nudo de estímulos, apetencias y percepciones, lo que da como resultado una prosa que en su volcánico narrar parecería tener miedo, como le ocurre al propio personaje, de volverse un animal balbuceo, una pura ofuscación gutural de movedizas modulaciones». Uffff, hay que respirar hondo incluso después de sólo transcribirlo. Por todos los dioses, esto es crítica literaria, joder, macho, ¿cuánto cuesta el mundo? Ay

 

Weiß/Colonia, 27.12. (2)

Circula por la red, en estos días, una lista con las presuntas diez mejores pelis de la historia del cine, y Rolando me comenta desde Austin/Texas:

«¿No te parece que sería un servicio para la juventud irse país por país y escoger las mejores cinco, diez, equis pelis de Japón, España, México, Estados Unidos, Inglaterra, etc., en vez de escoger diez y nada más?  Me parece que también les ayudaría si uno dividiese los géneros: crimi, western, aventura. guerra, histórica, drama, románticas, etc. ¿Por qué?  Porque escoger diez así nomás no nos lleva a ningún lugar. (Por consiguiente, luego luego ponemos a Citizen Kane, o Las reglas del juego, y, como decimos, ya Chole vendió la casa).  Sí, tomaría mucho tiempo, pero yo lo vería como un servicio a los chicos que en los últimos 15-20 años han sido bombardeados con fuego, ruido, explosiones y qué sé yo. (…) Acabo de leer lo que escribí y me acuerdo de que tengo 80 años. Seguramente muchos que vieron la peli mexicana Refugiados en Madrid habrán muerto. Yo andaba en los 9 cuando la vi en el Teatro Río, en Mercedes. (Allí aprendí la voz “patatas” sí, de lo que uno se acuerda

Qué hallazgo, recordar el momento en que se oyó por primera vez una palabra determinada

 

Weiß/Colonia, 28.12., primera hora del día

Diny vino a decirme, alrededor de las 9.30 p.m. de (ya) ayer: «En la tele tienes cantando a tu dama». Maldije a mi despiste que me hizo pasar la vista de largo por la programación del canal 3sat. Y ahí estaba Diana Damrau interpretando la Sophie del Caballero de la rosa, con Sophie Koch en el Octavian, en esa escena de música fascinante que traduce a melodía el flechazo del amor a primera vista :

http://www.youtube.com/watch?v=ALhK7rXaNDc&feature=related

Es pasada la medianoche y todavía estoy flotando entre nubes pautadas por mi tocayo Strauss, esta es una ópera de las que arrullan y transportan. Con Renée Fleming de mariscala, o sea, trío de ases en las voces femeninas, y la orquesta conducida por Christian Thielemann. Viva el lujo y quien lo trujo.

 

Weiß/Colonia, 28.12. (1)

Rastreando en la red un pormenor que necesito, descubro en uno de sus recovecos la receta de ciertas “Galletas navideñas pecaminosamente sabrosas de Sinclair Lewis”. ¡Oh, máquina de los dioses!como exclamarían Les Luthiers.

«SINCLAIR LEWIS’ SINFULLY RICH CHRISTMAS COOKIES

1 cup (2 sticks) margarine, at room temperature (do not use butter)

2 cups sugar

1-1/4 teaspoons almond extract

2 eggs

1-1/4 cups flour

2 tablespoons Dutch process cocoa

1 teaspoon salt

2 tablespoon bourbon

½ cup sliced almonds

Preheat the oven to 325 degrees. In a mixer bowl, beat the margarine and sugar until light, about 3 minutes. Add the almond extract and eggs, one at a time, beating well after each addition. In a medium bowl, whisk together the flour, cocoa and salt. Add to the margarine mixture alternately with the bourbon, beginning and ending with the flour. Mix in the almonds by hand. Drop by heaping teaspoons on greased cookie sheets and bake for 8 to 10 minutes, or until the cookies are just firm when the tops are touched with your finger; they should not brown around the edges. Allow to stand on the baking sheet a couple of minutes, then with a metal spatula, transfer to a wax paper-lined rack to cool. Store in an airtight container. Makes to 6 to 7 dozen cookies».

Se la enviaré a mis amigos cocineros para que me la traduzcan, y luego debo convencer a Diny para que hornee estas galletas, pero con whisky escocés de malta, nada de ese maldito bourbon.

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[Por la pura curiosidad empírica que es la maldición que arrastro, le pido a mi adorada Miss Google que active la traducción automática de la receta y me encuentro con lo siguiente :

«1 taza (2 barras) de margarina, a temperatura ambiente (no use mantequilla)

2 tazas de azúcar

1-1/4 cucharaditas de extracto de almendra

2 huevos

1-1/4 tazas de harina de

2 cucharadas de cacao en proceso de neerlandés

1 cucharadita de sal

2 cucharadas de Borbón

½ taza de almendras rebanadas

Precaliente el horno a 325 grados. En un tazón, batir la margarina y el azúcar hasta que la luz, unos 3 minutos. Agregar el extracto de almendra y los huevos, uno a la vez, batiendo bien después de cada adición. En un tazón mediano, mezcle la harina, el cacao y la sal. Añadir a la mezcla de margarina alternando con los Borbones, empezando y terminando con la harina. Mezclar en las almendras a mano. Gota a cucharaditas colmadas en las bandejas para hornear engrasada y hornee por 8 a 10 minutos o hasta que las galletas son firmes cuando la parte superior se tocan con el dedo, que no deben marrón alrededor de los bordes. Dejar reposar en la bandeja de hornear un par de minutos, y luego con una espátula de metal, la transferencia a un papel de cera forradas en rack que se enfríe. Conservar en un recipiente hermético. Rinde para 6 a 7 docenas de galletas»

Lo de «alternando con los Borbones», y aquí viene bien la rima, es de alquilar balcones].

 

Weiß/Colonia, 28.12. (2)

Ay diosito de mi vida, un alma buena se tomó en serio mi inocentada de que iba a enviar la receta de Sinclair Lewis a mis amigos cocineros para que me la tradujeran y me la tradujo. Una delicadeza que no sé cómo agradecerle. Le he escrito diciéndole que aproveche para pergeñar algún artículo sobre las artes cocineras de grandes escritores e incluya esa receta ya traducida. Junto con la del churrasco de mono gramático, de Octavio Paz, sin ir más lejos.

 

Weiß/Colonia, 29.12. (1)

Hemos almorzado como todos los martes en La Modicana, Carlitos y yo, esta vez acompañados por Diny y Julio. Caminando bajo la lluvia, rumbo al parqueadero, nos cuenta Julio que en su curso de Etnografía Musical en la Uni coloniense tiene un estudiante que es algo tontillo, pero que sabe relacionar conocimientos, y está enterado, por ejemplo, de que el aniquilamiento de los indígenas en América se debió mayormente a sus carencias inmunológicas frente a las enfermedades que llevaron los conquistadores. Y así, hace un par de días, se le acercó en los pasillos de la Facultad y le dijo muy alarmado: «Profesor Mendívil, tiene que andar con mucha precaución, leí en el diario que miles de indios han muerto en Latinoamérica a causa de la  gripe porcina».

Diny, Carlitos y yo soltamos la carcajada. Y recordé la deliciosa anécdota de Lübke, presidente federal alemán, cuya salud mental se resintió bastante durante su segundo mandato y daba cada traspiés oratorio que temblaba el misterio. Famoso es el comienzo del discurso que pronunció en una vieja colonia africana de su lejano predecesor, el káiser, y que consistió en estas palabras devenidas históricas: «Damas y caballeros, queridos negros».

 

Weiß/Colonia, 29.12. (2)

Héctor recibe copia del artículo de 6.700 espacios que me pidieron de El Espectador,  para el 50° aniversario de la muerte de Camus, y me escribe pidiéndome la versión completa, de más del doble de espacios. Al enviársela, diagnostico que su constancia lectora me está asegurando un puesto en la historia de la literatura, como nota a pie de página en su biografía:
«Ricardo Bada : Escritor mercenario (él prefería decir «profesional») nacido en España, 1939, y residente en Alemania desde 1963. HAF lo leía con asiduidad, sin que parezca que lo hayan motivado a hacerlo ni la amistad ni la pena; la única explicación plausible sería cierta tendencia subliminal hacia el masoquismo».

 

Weiß/Colonia, 29.12. (3)

Un documental de 105’ sobre Hitchcock. El acopio de material es apabullante, y uno disfruta de este repaso a la obra de uno de los pocos genios del cine. Luego, en otro canal, una peli que no conocía, The Amazing Dr. Clitterhouse, de 1938, con Edward G. Robinson y Humphrey Bogart. Parece que Bogey, años más tarde, ya famoso, tan sólo se refería a esta peli llamándola The Amazing Dr. Clitoris. En cualquier caso, la agarro empezada y ya con exceso de whisky en mi jiúman body, así es que me limito a constatarlo y cierro el quiosco.

 

Weiß/Colonia, 30.12.

De lunes a viernes, entre 6.30 y 9.00 p.m. (y a veces hasta más tarde), un par de canales de TV se han especializado en la emisión de documentales de la Naturaleza, de aventuras ± originales, de viajes, pero siempre interesantes por el trabajo prácticamente invisible de los camarógrafos. Es algo así como si a los reporteros que cuentan sus peripecias los filmásemos nosotros mismos con la imaginación, nos parece normal verlos en una toma de frente y en la siguiente dándonos la espalda, no registramos la infraestructura técnica que hace posible la filigrana de la narración sin soluciones de continuidad. Y ese trabajo encierra también un humorismo involuntario, por ejemplo cuando el reportero escala una montaña harto difícil, y lo vemos (desde arriba, y de frente a nosotros) alcanzar sin aliento su cumbre ¡¡¡lo que no significa otra cosa sino que el camarógrafo ya estaba ahí para filmarlo!!! Y una de dos: o bien los camarógrafos son mejores escaladores que los reporteros, o bien la escena se filmó después; o dicho de otro modo: no es auténtica.

 

Weiß/Colonia, 31.12. (1)

Salí bajo la lluvia, a la oficina postal, para despachar mi declaración anual a Hacienda, en el ultimísimo plazo posible, así es que le pedí al empleado que matasellara con claridad la fecha “31.12.2009”. Y al regreso, de repente me dio un dolor insoportable en la espalda, a la altura de los riñones, del que ya tuve un amago ayer, cuando fui a hacer las últimas compras del  año en el supermercado. Llegué a casa y me metí en la cama, Diny me dio una friega con cierta pócima dizque sanalotodo, y me quedé tendido bocarriba, con la almohadilla eléctrica bajo la zona afectada, a ver si la termoterapia me servía de lenitivo. La consecuencia es que Diny tuvo que ir sola al cumpleaños de Chico. Me he levantado a las 2.30 p.m. para freírme unas papas con huevos revueltos, y antes de devolverme a la cama contesto varios mails. Entre ellos uno de  un amigo entrañablemente querido, y que después de hablarme del censo de su país, se despidió diciéndome: «Dios mediante, cumplo otro año el enero venidero, en el año de las estadísticas gubernamentales; sería mala pata si me contaran entre los desaparecidos antes de mi tiempo».

Le contesto sobre el pucho (prefiero la expresión ríoplatense al soso peninsular “enseguida” y el bélico chilenismo “al tiro”): «No, hombre, no, yo me voy a morir bastante antes que tú, y además estoy seguro de que me dedicarás una sentida nota necrológica, algo así como :

”Era un gran depresivo que soportaba la vida gracias a la amistad de unas pocas afinidades selectivas, entre quienes tuve el honor de contarme. Le gustaba el cine más que la literatura, pero hizo de esta su ganapán. Las pocas veces que invirtió dinero en acciones o valores bursátiles, irremisiblemente perdió. Las mujeres lo amaron, quizá para compensar. Y embalado como iba a su fin, derecho y sin detenerse, siempre supo que, según dijo Eliot, en un mundo de fugitivos, / el que marcha en dirección contraria / parece que huye. Descanse en paz el amigo, ya se ha ido a reunir con su tocayo polaco y con el Gran Cronopio, quienes fueron sus modelos, y con el incombustible turco Enver Gadura, a quien –anciano– tanto envidiaba en secreto”».

 

Weiß/Colonia, 31.12. (2)

Me he levantado para la cena, cuando Diny regresó de casa de Chico. Luego, Diny se ha puesto a ver en la tele los inevitables programas resúmenes del año, que a mí me estragan tanto, y yo me fui a mi cuarto de trabajo a seguir leyendo a Herta Müller. Y cuanto más la leo, más admiro su talento y su talante. Ambas cosas.

 

Weiß/Colonia, 1°.1.2010

El primer día del año, tradicionalmente, vamos al cine. Hoy no porque el calamitoso estado de mi espalda hace aconsejable quedarme en casa, y Diny no quiere ir sola. Por dicha, la tele nos ofrece un programa que no plantea sino la dificultad de elegir qué canal ver. La cosa comenzó muy temprano, a las 8.10. a.m. con Legal Eagles, y continuó con La boda de mi mejor amigo, It Could Happen to You (una de las pocas donde soporto a Nicholas Cage), Luces de la ciudad, Ladyhawke, Hook, El último mohicano, Pleasantville, y a las 8.15 pm. hora punta, con Catch Me if You Can y Groundhog Day, e inmediatamente después la convincente miniserie en dos capítulos de Lady Chatterley, siguiéndole Sleepy Hollow y, la guinda del pastel, al filo de la medianoche, esa joya del humor que es A Fish Called Wanda. Milan Paulović, mi crítico predilecto, se extiende en su reseña de Groundhog Day intentando calcular el tiempo que a Phil Connors [=Bill Murray], el hombre del boletín meteorológico del canal WPBH-TV, de Pittsburgh, arrogante y egoista como pocos, le cuesta salir de la cinta de Moebius del Tiempo en que se le convierte el 2 de febrero, cuando queda atrapado por la nieve, con su equipo, en una cagada de mosca del mapa de Pennsylvania llamada Punxsutawney. Un 2 de febrero que se repite implacablemente cada vez que el despertador alcanza las 6.00 a.m. Contabiliza Paulović: «Medio año para el truco de las cartas, medio año para tocar el piano, un par de meses en cada caso para conquistar a Rita [=Andie MacDowell], aprender francés, estudiar poesía, esculpir estatuas de hielo, suicidarse un par de veces, preparar un robo, salvar un par de vidas humanas y con ello aún falta mucho para terminar la lista». Menos pesimista que Paulović, parto de la base de que muchas de esas actividades se pueden realizar en paralelo, por lo cual opino que el secuestro temporal del buen Phil no debió de exceder –como mucho– los tres meses. La hazaña de esta peli incomparable, que en España titularon Atrapado en el tiempo (y es curioso que casi sólo conozco los títulos en idioma original, o en alemán, y en más de un caso me pasa que si cito el título en español, resulta que en Argentina, Colombia, Chile, México, estrenaron la peli con otro distinto), la hazaña es reducir esos tres meses a 115’, que transcurren como un soplo. ¡Oh manes de la relatividad, maese Einstein!

 

Weiß/Colonia, 2.1. (1)

2° bajo cero. Pero ¡qué bien le sienta la escarcha a los tejados rojos a dos aguas, al asfalto gris, al espeso seto verde!  Parece como si el cielo los hubiese enharinado para hornearlos.

 

Weiß/Colonia, 2.1. (2)

Me escribe Alejandra desde Berlín, para felicitarme por el año nuevo, y me exhorta (errata mediante) a que cada año me ponga “más obtimista”. Le contesto que es una buena creación verbal alemana, tendremos que actuar «als ob» (=como si) todo fuese bien en el mejor de los mundos posibles, según dice el inolvidable monsieur Pangloss de Voltaire. Aunque a decir verdad, desde la masificación de la tele como pasatiempo, el mundo occidental se refocila en una orgía de panglossianismo. Aleluya.

 

Weiß/Colonia, 2.1. (3)

Sigue la buena racha en la tele. Esta noche, a las 7.00, transmisión desde el Concertgebouw, de Ámsterdam, del concierto de año nuevo, y en el programa la Pastoral de Beethoven y los Lieder des Knaben Wunderhorn, de Mahler. No conozco otra interpretación tan acústicamente perfecta de la 6ª como esta que acabo de escuchar, dirigida por Bernard Haitink, y creo que nunca gocé más de estos Lieder que oyéndoselos ahora a Christianne Stotijn, ha sido una pura delicia verle la cara pícara cantándolos.

[He buscado en internet por ver si estaban, y no, la única grabación suya que hay en la red, de Mahler, es de los Urlicht-Lieder, en la versión para sólo voz y piano. Pero también encontré una página suya, en inglés, donde habla del “duende” y termina diciendo que para sus próximos conciertos «I need to have a lot of Duende!!!»]

Y luego, a las 11.15, quiero reincidir en Mississipi Burning, con una Frances McDormand y un Gene Hackman merecidamente nominados ambos para los Oscar, y en todo caso inolvidables en este drama sobrecogedor y tan actual, bien que ahora sea en otras latitudes. Porque qué flojo consuelo pensar que la peli transcurre en el profundo Sur estadounidense, sí, qué flojo cuando se consideran los asesinatos y enterramientos clandestinos, y aún impunes, llevados a cabo por los sicarios de Pinochet, Videla y toda su ralea. «Deles Dios mal galardón». A esos que suelen morir en la cama, “confortados con los auxilios espirituales y la bendición de Su Santidad”.

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