Home Mientras tanto De mi Diario : Semana 6 / 2020

De mi Diario : Semana 6 / 2020

 

Weiß/Colonia, 2.2.

0:20 am : Pasaron dos documentales sobre parejas legendarias en el cine, las de Lauren Bacall & Humphrey Bogart, y Ali MacGraw & Steve McQueen. Súper interesantes, estoy deseando que pasen otras, sobre todo Katharine Hepburn & Spencer Tracy, y Joanne Woodward & Paul Newman. En cuanto a la de MacGraw y McQueen, me acordé de que Bob Evans, el marido de Ali, estaba in albis acerca del romance surgido durante el rodaje de Getaway [La huida] y alguna vez confesó: «Mi mujer estaba acostándose con otro y yo no tenía ni la menor idea. Tenía tanto interés en estar conmigo como en estar con un leproso. Me miraba a mì y pensaba en la polla de Steve McQueen». Lo cuenta Peter Biskind en Moteros tranquilos, toros salvaje. La generación que cambió Hollywood. Junto con Sexo, mentiras y Hollywood. Miramax, Sundance y el cine independiente, es obra estándar acerca del nuevo cine gringo. Todavía más en estos tiempos del #MeToo y mientras se desarrolla el juicio contra Harvey Weinstein.

Hoy es el día de la marmota en Punxsutawney, inmortalizado por Groundhog Day [Atrapado en el tiempo], un clásico de culto. Pero además leo en la página informativa de Telecom que hoy es un día como no lo ha habido desde el 11.11.1111, es decir un día palíndromo, 02.02,2020, o sea, capicúa, y que no volverá a haberlo hasta dentro de un siglo, el 12.12.2121. y el siguiente casi un milenio después, el 03.03.3030. A mí siempre me gustado mucho el mundo de los números y me muevo con bastante soltura en él, de manera que después de leer esta noticia estuve un rato cavilando y descubrí que el 12.11.1121 y el 13.11.1131 también fueron palindrómicos, y tan sólo en este siglo encontré cinco años capicúas más: 10.02.2001 / 20.02.2002 / 01.02.2010 / 11.02.2011 y 21.02.2012. Es más descubrí que el siguiente capicúa no será dentro de un siglo sino de poco màs de una década, el 13.02.2031. Espero que las facturales mensuales de Telecom no las confeecione el mismo genio aritmético que parió esta “noticia”.

En la casa colindante, el 11b del Pflasterhofweg, hay ahora unos tres o cuatro niños pequeños que por las tardes, tras el Kindergarten o la primaria, y a mediodía y las tardes en sábados y domingos, sus padres los dejan salir a jugar en el patio de los garajes e invaden el aire con sus correrías, sus gritos y sus voces cantarinas. Adoro sentir ese vocerío, ahora que casi nos vamos quedando sin mirlos, tantos años nuestros compañeros, sobre todo vespertinos. Hèlas!

Weiß/Colonia, 3.2.

En el Kölner Stadt Anzeiger, hoy, un breve y contundente editorial titulado sin andarse por las ramas: “Lacayos sin conciencia”. Dedicado, claro está, a los senadores republicanos que van a dar al traste con el juicio de destitución contra the fake president. Es un espectáculo de lo más bochornoso. No sólo son lacayos sin conciencia sino sin vergüenza alguna. Lincoln pediría la baja de ese partido, si viviera.

Me escribe MM diciéndome lo siguiente: «Para ampliar los significados de «pacheco» y saciar una curiosidad que también es la mía, te cuento que en México se le llama así a alguien que se excede fumando yerba, es decir, a alguien que «se pasa».  Por ejemplo: «A ese no le hagas caso, anda pacheco». «Fulano no es de fiar, es bien pacheco [no sabe moderarse]”». Mi desarrollado olfato de perro de presa me lleva a buscar “pacheco” en el Diccionario de Mejicanismos [sic], el docto y copioso libro de don Francisco J. Santamaría, y como lo imaginaba: no figura en él.

Pilar, desde Los Ángeles, sugiere que los cambalaches con los días palindrómicos pueden deberse a la escritura de las fechas en los USA, donde va primero el mes y luego el día. Para empezar le digo que es una posible explicación, pero luego reflexiono que eso no corre sino para fechas que empiecen a partir del guarismo 13, porque sólo hay 12 meses. Y remato la faena descubriendo el palíndromo por excelencia en este siglo: será el 29.02.2092. Laus Deo!

Llamada del Dr. Ruppert. Ya tiene los resultados del análisis de sangre. Todos los valores renales, hepáticos, de ácido úrico y de azúcar están en orden, pero hay uno que baila por su cuenta, y es el de los leucocitos, por lo cual mi buen Dr. Ruppert sugiere una nueva extracción de sangre en seis semanas, y chequear los resultados con los de esta. Convenimos en la fecha 11 de marzo, a las 9:30 am, que serán con toda seguridad las 10:00, como si lo viera. Y regreso a mis espárragos peruanos con huevos revueltos, porque llamó cuando estaba empezando a cenar.

Weiß/Colonia, 4.2.

0:25 am : Termino de volver a ver, en el canal Arte, Gritos y susurros. Esta sí que es una obra de arte, y lo demás es paja. No digo más, ateniéndome a la sabia advertencia de Wittgenstein.

Hoy almorzamos en La Modicana casi solos después de una ½ hora de estar allá. Aunque lo que encargamos es el menú del día, sopa de pescado con bruschetta, pasan casi ¾ de hora hasta que nos lo sirven. Debe ser por el tostado de las rebanadas de pan de las bruschettas. Pero la sopa ha valido la pena de la espera. Váyase lo uno por lo otro, y a quien Dios se la da, San Pedro se la bendiga, como diría mi abuela Remedios, bella, sabia y ducha en refranes.

Me manda Luis, desde Karakogrado, capital de Venezuelistán, un artículo publicado allá, en El Nacional, acerca de Marvel Moreno, a quien están recién descubriendo en su propio país, en Colombia. Lo leo pensando que fuimos amigos de Marvel. La visitábamos cada vez que íbamos a París, hasta que se nos murió. Su marido francés, Jacques, la adoraba. Nosotros, sus amigos, también. Y era una delicia charlar con ella, tan bella, pero todavía más inteligente que bella. Guardo como oro en paño el ejemplar de su novela que me envió, antes de conocerme, con una cartita autógrafa donde expresa la esperanza de que su libro me gustase. Me lo había enviado por recomendación de su primer marido, Plinio Apuleyo Mendoza, y de Elizabeth Burgos, una amiga común, venezolana, ex esposa del activista francés Régis Debray. Poco después viajamos a París (lo hacíamos dos o tres veces al año por aquellos tiempos), la conocimos y la amistad se fraguó de inmediato. Era la contrapartida perfecta de García Márquez. Gabo era un pavorreal, Marvel una mariposa. Y su enfermedad una de las infinitas putadas que se permiten los dioses con sus criaturas mejores. La requetecontrarremilputa que los requetecontrarremilparió.

La relectura de Fortunata y Jacinta es una gozada de órdago a la grande, aunque la desluzca lo descuidado de la edición. Le llevo cazadas no sé cuántas erratas, pero lo que más me enerva es que no han sabido deslindar diálogo de narración en no sé ya más cuantísimas ocasiones. ¡Cómo es posible una cosa así, nada menos que en la Colección Austral y en una edición anotada! Pero es lo que me digo, que las cosas no son ya más como nunca lo fueron antes.

Weiß/Colonia, 5.2.

Murió Steiner y su primera obra póstuma es una obra maestra en forma de entrevista para el Corriere della Sera. Steiner practicaba, para decirlo con palabras de Borges, «la cortesía de la claridad». Lo he leído mucho y con provecho, siempre. Ojalá alcance a releer, en el tiempo que me resta, Después de Babel, mi libro predilecto entre los suyos. Hace casi diez años le dediqué uno de mis ochenta trujamanes. Lo releo ahora y no le quito ni una coma ni un acento.

Todo el día ocupado en adelantar trabajos y poner al día la correspondencia a fin de conseguir tiempo libre para concentrarme en la relectura de Fortunata y Jacinta. ¡Qué grande es Galdós! Y cuando acude la ironía a la punta de su pluma, parece hacerle guiños a Jane Austen. Así, por ejemplo, cuando Jacinta acude al Real con sus hermanas, a quienes coloca en la primera fila del palco, ella se queda atrás. La ópera es una de Wagner, y narra Galdós: «Al llegar al cuarto acto, Jacinta sintió aburrrimiento. Miraba mucho al palco de su marido y no le veía. ¿En dónde estaba? Pensando en esto, hizo una cortesía de respeto al gran Wagner, inclinando suavemente la graciosa cabeza sobre el pecho». Y se quedó roque, claro: Zzzzzzzzz ¡Galdós, grande!

Ando en contacto epistolar con Lola Fernández Cros desde el mes de diciembre, cuando me envió un libro de versos suyos y descubrí en él esa formidable imagen de la vida dando cuerda a la memoria. En su último email, acusando recibo de mi Doble Envío de los domingos, en los que siempre incluyo mi Frase de la Semana, me dice que la suya propia sería «La edad es solo una unidad de medida, y yo me mido en newtons». Tiene mucha fuerza esa frase y se la quiero inyectar a las pachuchas, más bien escleróticas, líneas de este diario, incluyéndola en él.

Weiß/Colonia, 6.2.

0:10 am : Un biopic, como se dice ahora, una peli sobre la vida de Lou Andreas–Salomé, una de esas admirables mujeres alemanas que, como Rosa Luxemburgo, vino del Este. En el caso de Lou, desde San Petersburgo. Amada por Nietzsche, amante de Rilke, paciente congenial de FreudEnriquece mi lista donde figuran ellas dos, Else Lasker–Schüler, Käthe Kollwitz, Paula Moderssohn–Becker, Hannah Arendt, Ricarda HuchPor cierto, debería tratar de concluir la traducción del único relato criminal de la Huch, que la dejé a la mitad, y es una especie de Jardín de los cerezos, de Chéjov, en clave de novela epistolar de intriga. Serán tantas las cosas que dejaré de hacer antes de irme, y a lo peor ni siquiera habrá pájaros que sigan cantando.

Gracias a Galdós puedo ponerle nombre el constipado terco, recalcitrante, que arrastro desde octubre. Es el que también padecía Max Rubín y se llama romadizo.

Kirk Douglas ha muerto. Como siempre en estos casos, me pregunto cuáles serán los films que meterán de apuro en la programación con motivo de su muerte, o mejor dicho, me pregunto cuál de ellos sería el que me gustaría volver a ver. En este caso lo tengo claro: Ulises. La vi cuando la estrenaron (yo tendría unos 16 años) y no la he vuelto a ver. Y es que siempre que pienso en el encuentro de Ulises con Nausica lo ubico en la playa de la isla de Saltés, frente a Huelva, que es donde lo sitúa el arqueólogo alemán Adolf Schulten, en su ensayo “Odysseus und Nausikaa”, hoy prácticamente inencontrable pero del que poseo un ejemplar.

Weiß/Colonia, 7.2. día de San Ricardo, rey

0:10 am : Acabo de ver Un moment d’égarement [Un momento de confusión], mejor titulada en español (Una semana en Córcega) y en alemán (El padre de mi mejor amiga) que en el original. Está bien tramada y bien actuada, pero creo que mal resuelta. O resuelta de un modo que podría calificar como “demasié”, lo que no es, desde luego, un elogio.

Almuerzo en el Bistro Verde de Rodenkirchen con Diny & Rebeca, que tiene libre esta semana en su trabajo y acudió para ayudar a la madre en algunas tareas caseras. Esta niña (de 52 años) vale su peso en oro. Siempre que estoy con ella, siento al lado a mi padre.

La vecina de arriba vino a las 4 de la tarde para que Diny le enseñara cómo se fríe una tortilla española, les gustó tanto la que Diny les regaló la semana pasada, que decidieron aprender de Diny la técnica para hacerlas, e incorporar esa creación a sus costumbres gastronómicas. Yo me perdí la clase, que por otro lado no necesito, porque estaba durmiendo la sagrada siesta nuestra de todos los días. Luego, Diny me contó que Anja (nuestra vecina, con quien ya se tutea) le ha contado que hace un par de noches, al regresar a casa con su hija y el novio de la chica, vio que había un extraño trapicheando en el garaje de las bicis, y ni corta ni perezosa se fue hacia él y le dijo que se fuera o llamaría a la policía y que no quería volverlo a ver nunca en nuestros pagos. Tuvo suerte de que debía tratarse de un delincuente apocado o bisoño, pero que nuestra vecinita le echó arrestos a la cosa, caray, a sacarse el sombrero toca. Chapeau, madame Anja!

Mi columna en EE recibe numerosos comentarios, pero como no soy suscriptor del periódico no puedo leer ni siquiera mi propio texto. En cualquier caso, Ettore me la felicita desde Medellín y me dice que el NL [=Niente lire, según los italianos] en las chapas de sus automóviles deberían cambiarlo por NE [=Niente euro]. Le contesto ipso fuckto: «Te lo querrás creer o no, pero al cabo de 19 años todavía a veces se me escapan cifras en marcos, curiosamente nunca en pesetas. Y al parecer no es un problema de reblandecimiento mental ni de calcificación de las arterias, sino sencillamente reflejo de unas improntas que quedan  fijas en la memoria y de las que resulta difícil escapar. Mi abuela Remedios todavía se expresaba en reales, o si se trataba de cifras elevadas, en duros. (Un duro = cinco pesetas = veinte reales)». Ettore me responde sin solución de continuidad: «Tienes razón. En Italia todavía se dice, digo, decimos: «Non ho una lira»». La memoria monetaria de la especie, según paice.

Weiß/Colonia, 8.2.

0:05 am : Acaban de pasar una deliciosa peli anglo–australiana titulada nada menos que The Little Death [La muerte chiquita], que también podría titularse Lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo matrimonial (pero nunca pudo ni remotamente imaginárselo). Es muy original y divertida, y está muy bien resuelta, no como El padre de mi mejor amiga. Lo que más me gusta de ella, además del acierto de titularla con el nombre poético del orgasmo, es el modo de organizar lo que se cuenta, un montaje à la Robert Altman en Short Cuts (que no sé con que título se estrenó en español). Ah, y los créditos, que son digna pareja de aquellos legendarios de La pantera rosa. Estoy deseando volver a verla, buen síntoma.

La relectura de Fortunata y Jacinta es tonificante, como un buen trago de orujo en las rocas. Pero la edición de la Colección Austral es miserable. No sólo por no saber deslindar el diálogo de la narración en innumerables ocasiones, no sólo por las erratas subsanables (“marcos” por “mareos”, “mujeres pérdidas” por “mujeres perdidas”, “marcar” por “marear”, “ni tina ni dos” por “ni una ni dos”, “no juimos” por “nos juimos”, “adviniese” por “adivinase”, “vela” por “veía”), sino sobre todo por las necias notas a pie de página explicando quién fue Shakespeare y que La Traviata es una ópera de Verdi, mientras que se olvida explicar quien fue Mendizábal y la importancia de su actividad como ministro en la vida del país, y esto para poner nada más que un ejemplo, ayLo que pasa es que la novela es tan grande, tan desmesuradamente bella, que uno pasa por carros y carretas para seguir leyendo. Se entiende bien por qué Aleixandre y Cernuda, cuando los poetas jóvenes les pedían consejo sobre a quiénes deberían leer, siempre aconsejaban «Lean a Galdós». ¡Y tanto!

Y mañana nos visitará Sabine, que así han bautizado los meteorólogos al huracán que viene del lado de Poniente calzando las botas de siete leguas. La catedral y el Zoológico estarán cerrados al público, no habrá escuela el lunes. Ojalá arrasara la ciudad, y así seríamos lo que el viento se llevó. Ese viento que sopla en las líneas finales de Cien años de soledad. Ojalá.

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