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Mientras tantoDe mi Diario: Semana 9 / 2014

De mi Diario: Semana 9 / 2014


 

Weiß/Colonia, 23.2.

Pasada la medianoche un episodio de la primera temporada de Wallander, la que ya es de culto, con Johanna Sällström, y después An Unfinished Life, con Robert Redford abuelo de una nieta, la puta que lo parió, aunque sólo sea en una peli, y bien saben los dioses lo feliz que soy con mis cuatro nietos varones. Esta peli, siquiera sólo fuese por la labor de RR y de Morgan Freeman, pero también JLo y la chica que hace de nieta, y las escenas con el oso, sí vale la pena y cómo.

 

Todo el día trabajando en limpieza de fondos en mi compu. Después de la siesta llega Oskar con sus notas de la escuela (“Money, money, money”), y aprovecho que sabe bastante de estas cosas para ordenar el sistema en la compu de Diny, así es que mandamos al carajo Explorer y le instala Google Chrome, pero luego es a mí a quien le toca implementar en la barra de Favoritos desde el blog de Juan Cruz a las recetas de cocina del maestro Siebeck, pasando por los enlaces directos con El País, Página12, El Espectador, ¡Hola!, dos revistas y dos diarios neerlandeses, la versión online del diario de Colonia al que estamos suscritos en soporte papel, el semanario Die Zeit, y dos revistas alemanas de alto standing. En esta casa, el periodista, que soy yo, escribe. Quien lee la prensa es Diny. Y la lee a fondo. De vez en cuando se acerca a mi cuarto y vocea un titular, y gracias a este reparto de tareas me entero de cómo están las cosas en el mundo. Jodidas, lo sé.

 

Weiß/Colonia, 24.2.

1:30 am : Las policiales de la comisaria Maria Wern transcurren en la isla de Gotland, al sudeste de Suecia, que es para los suecos algo así como una Mallorca del norte. Me gusta la serie, y he descubierto que no sólo me gusta el hecho de que en los créditos uno se encuentra con apellidos tan ilustres como Nansen y Amundsen; no, también me gusta que los leit motivs de la música suenen como si fuesen de Sibelius, cosa que no son, ni tampoco plagios, pero es evidente que el compositor del soundtrack saca sus motivos del mismo pozo que el maestro finlandés.

 

Hace un par de días anoté acá que además de que nuestro piso fungía ya como Kindergarten, asesoría social y mediateca gratuita, también empezaba a ser casa de cambio. Pero me olvidé de que asimismo tenemos una unidad de emergencias, con enfermera de lujo, para el caso de que se pongan malitos nuestros nietos. A las 8:30 pm nos estaban dejando acá a Vincent, aquejado de dolores de estómago incompatibles con la escuela. Menos mal que Vincent es, de los cuatro, el que menos trabajo da. Y a las 12:10 se le sumó Henri, que Diny salió a buscar al Kindergarten y ha pasado con nosotros hasta cerca de las 4 pm. Qué rato delicioso el que lo tuve sentado en mi regazo programándole otro tras otro no sé cuántos minimetrajes de Die Sendung mit der Maus [La emisión con el ratón, aunque si bien lo pienso, “Sendung” es polisémica, puede significar incluso “misión”]; es el programa más famoso de la TV infantil alemana, y sí, las reacciones de Henri difieren poco de las de su mamá y sus tíos, a su misma edad. O sea, los autores acertaron con el nervio principal de la atención de los niños. Laus Deo! [=¡La ladilla de Dios!]

 

Como Diny tenía hoy una cena con sus compañeras del viejo grupo de amnesty international, y no sentí muchas ganas de cocinar, fui con el bus al supermercado y me compré una pizza con atún. Al sacarla del horno, depositarla en el plato y trocearla en ocho segmentos cuneiformes, para comerla con la mano, como está mandao (y el chalao del nuevo alcalde de Nueva York ni puta idea del caso), pienso una vez más en el enigmático caso de Chico [mi hijo], que preferiría  morirse de hambre antes que deglutir un trocito de queso, pero uno de sus platos favoritos es la pizza. Eso es lo que se llama un paladar con afinidades selectivas, sí, selectivas, viejo Goethe, no tan sabio vos, che, que preferías la injusticia al desorden. En Venezuela te querría ver hoy.

 

Weiß/Colonia, 25.2.

10:35 am : Estaba abriendo un email de Carles donde me manda el enlace con una nueva edición, más barata, de La puñalada, cuando sonó el timbre de la puerta y era una fornida cartera que parecía salida del casting de Terminator y me traía el paquete con un ejemplar de Cortázar de la A a la Z, dedicado personalmente por Aurora y Carles, ¡ayayay qué maravilla!, ya tengo juguete para todo el día.

 

Almorzar en La Modicana propicia hoy una entrada nutritiva. Y es porque le comento a Carlitos la frase de Maduro («Amamanta cuervos, y te sacarán los ojos») y Carlitos me informa de que amamantar, en las Canarias, es algo así como mimar demasiado a un crío. Y Venezuela, ya se sabe, está llena de canarios. Llego a casa y echo mano al diccionario de la RALE, y en efecto, ahí consta: «Amamantar [coloquialismo cubano]: Consentir, mimar excesivamente a alguien, y especialmente a un niño». ¿Será posible que el uso coloquial canario provenga de Cuba? Lo que sí registro es que entre las numerosas (algunas sangrientas) burlas que le dedicaron a Maduro por cuenta de sus mutaciones de especie –de aves en mamíferos–, casi no había ninguna venezolana, al menos entre las que yo alcancé a ver. Ah, ese idioma común que nos separa

 

Esta tarde tuve una alucinación de milésimas de segundo. Al despertar de la siesta miré a mi izquierda, al despertador digital en la mesita de noche de Diny y vi que eran las 7:11, y mi reacción instantánea fue constatar que no me había despertado la presión de la vejiga, como todas las mañanas, y que no tenía ni la más mínima idea de qué era lo que me tocaba hacer hoy miércoles. ¿Miércoles? Volví a mirar una vez más el despertador, levantando un poco más la cabeza y comprobé que eran las 17:11 y seguía siendo martes. Tapando parte del despertador, el extremo de la almohada de Diny me había disparado por el túnel del tiempo.

 

En el episodio de esta noche, Lewis le pregunta a Hathaway qué diablos es esa la Casa de la Magnificencia, a la cual se dirigen en el curso de la investigación de un asesinato. Hathaway le habla de John Bunyan y los puritanos, y se extraña de que Lewis no sepa nada de ese momento de la historia de Inglaterra. Lewis: «Tengo entendido que hubo algunos misioneros que sí, se aventuraron hasta nosotros en el norte, en Newcastle. Pero según sé, terminaron en la cacerola». Ay diosito mío, el humor inglés siempre ha sido mi debilidá.

 

Weiß/Colonia, 26.2.

Tavo me confiesa que tiene problemas en pronunciar “Chesterton”, y lo entiendo, y le explico«Cuando yo era niño y aún no había empezado el bachillerato pero ya leía mucho, una vez cayó en mis manos el Clavijo de Goethe, y el personaje Beaumarchais (yo aún no sabía que era una persona real ni quién fue, ni tenía la más remota idea de la pronunciación francesa, sólo que era distinta a la nuestra) lo leí interiormente pronunciando su nombre «Bechomarís» (sic). Ya en el bachillerato, un día, en clase de francés, el buen don Alfonso Morón, nuestro profesor, nos habló de la influencia de la literatura española en la francesa, y mencionó a «Bomarché». Un condiscípulo le pidió que por favor escribiese el nombre en la pizarra, y todavía recuerdo que cuando vi Beaumarchais no me tragó la tierra porque Dios en grande en el Sinaí, según dijo Castelar en una ocasión señalada».

 

Llega Diny a la puerta de mi cubil y me dice con voz trémula que ha muerto Paco de Lucía. Hace poco, cuando los Bada Scholz estuvieron la última vez en casa, para recoger a Vincent después de la noche en que los invité al concierto de Tomatito, evocó Chico aquella vez que se gastó lo que no tenía para verlo una vez en vivo a Paco de Lucía, en la Philarmonie. Y sí, es un grande. Lo seguirá siendo después de muerto. Voy a la CDteca y saco el de “Fuente y caudal”. Y lo dejo sonar todo el tiempo, todo el día. Sigue sonando. Nunca me canso de oírlo. También por el segundo segmento de la cara 1, los “Aires choqueros”. Sólo el Niño Miguel los tocó mejor que él, pero jugaba con ventaja, era de Huelva, y Paco, de Algeciras. Nadie es perfecto.

 

Weiß/Colonia, 27.2., Jueves de Comadres

2:00 am : Un espléndido y largo documental sobre Stan Laurel y Oliver Hardy. La recompensa de verlo hasta el final, esta frase del Flaco que deseo que sea mi epitafio: «Con quien llore en mi entierro no volveré a hablar nunca más».

 

Hoy es Jueves de Comadres, pero eso del JdC es un invento mío. Esa denominación coloniense para el día que inicia la semana del carnaval, hasta el Miércoles de Ceniza, no es ninguna D.O.C, como las del vino, es una que me inventé allá por 1970, en la emisora, cuando tuve que traducir Weiberfastnacht, su nombre oficial en el calendario carnavalero, el día en que las mujeres toman simbólicamente el mando de la ciudad. Y como me pareció feo traducir Weiber (=hembras) al pie de la letra, y Las alegres comadres de Windsor se titulan en alemán Die lustige Weiber von Windsor, me inventé esa trujamanería, y hasta hoy, donde ya se la usa como si fuera de origen popular. El gesto simbólico más típico de la jornada es la castración simbólica del jefe, o bien de la pareja, cortándole la corbata con unas tijeras. Razón por la cual él se anuda hoy al cuello una  corbata de la que deseaba deshacerse. Es como en Tenochtitlán, pero sin cuchillo de obsidiana.

 

Weiß/Colonia, 28.2.

La relectura de los cuentos de Cortázar la emprendí prometiéndomelas muuuuy felices, como si fuera un safari. Con un bloc y una birome a la mano, y en la primera hoja del bloc los diferentes ítems que esperaba ordeñarle a esa vaca. Pero, ay, la única felicidá que me está deparando la relectura es ella misma, el reencuentro con páginas de antología. Los cubos de la leche, vacíos. Como esto no se enmiende voy a tener que cambiar la estrategia.

 

Weiß/Colonia, 1.3.

No visita Babette [=Jeannette, en mi cuento “El nudo Windsor”]. Babette vive en Chur/Suiza, con Jörg, su marido, y la parejita, Jan David y Hannah. Nosotros somos para ellos como parte de su familia, no en vano Diny atendió hasta la muerte a su madre, nuestra buena Sigrid, la vecina del piso de arriba, veinte años de amistad y confraternidad. Babette y Jörg son alemanes, y casi lo primero que le pregunto a B es por el famoso referendo de hace unas semanas. B recapacita que es verdad que sólo votó en contra de la “extranjerización” del país un 50,3% del 56,5% del censo electoral, lo que implica ± la ¼ parte del mismo, nada más, pero también es cierto que la abstención suele ser bastante mayor en los demás comicios, así es que esta vez se ha movilizado mucha gente en favor de la propuesta derechista y xenófoba. Alentada por un partido que hace propaganda abierta –añade Babette– con slogans que en Alemania lo conducirían ipso fuckto al banquillo del Tribunal de Garantías Constitucionales. Buena e instructiva la charla con Babette.

 

Vincent llega con los abuelos maternos, Beate y Wolfgang se han desplazado ex profeso acá por unos días, para respirar la atmósfera del carnaval renano, y esta tarde es el corso barrial en Weiß. Beate me anima a ir con ellos, y con Diny, pero le digo que no puedo romper con una tradición tan arraigada: llevo 39 años viviendo aquí, el corso pasa por la calle paralela al Pflasterhofweg y ni una sola vez en estas cuatro décadas se me ha ocurrido ni tan siquiera salir al balcón a verlo (hay un espacio de alrededor de aprox. 50 metros de vista libre a la calle paralela, la principal). Cuando se van, y aprovechando que ayer sobraron papas cocidas, hago una tortilla española, de las que a Vincent le gustan tanto, y cuando regresan, a las dos horas, la devoran él y sus abuelos del sur, mientras yo me despido y me voy a dormir mi bien ganada siesta. Me duermo arrullado por el sonsonete del acento de Franconia, tan distinto del coloniense.

 

Largo email de Ibsen, desde Caracas: «Aquí las cosas muy movidas, y me temo que no para bien, amigo. La vesania de la «Guarida» Nacional es de no creer. Anoche , tarde ya, machacaban a las amas de casa en el barrio de Altamira. Las mujeres eran las únicas a quienes dejaban acercarse a ellos para mediar por los detenidos en la arremetida contra los manifestantes. Entonces las vejaban mientras cantaban la consigna característica de los paramilitares motorizados: «Chávez vive, la lucha sigue» No me lo contaron, Omaira y yo los vimos de cerca, trinando de arrechera. Milicos armados hasta los dientes, tomando partido armado contra la gente. ¿Cómo se llama eso? Pero en lo de que la lucha sigue, tienen razon los chafarotes. Los chicos y las mujeres no dan cuartel: o cesan los abusos, liberan a los chicos detenidos, vejados y torturados en lugares de detención desconocidos y desde hace semanas (se cuentan ya por centenares en todo el país), ponen en libertad a todos los presos politicos (¡que los hay!), permiten el regreso de los exiliados y levantan la censura de prensa, o no habrá diálogo. Como quiera que se desarrolle la vaina de ahora en adelante, el experimento chavista, tal como lo conocimos, ha terminado, y ahora empieza una dictadura, monda y lirondamente militar». 

Lo de la “Guarida Nacional” es un hallazgo, le comento a Ibsen.

 

Me escribe Pepe desde Madrid: «Ayer iba yo por El Corte Inglés de Preciados de camino a los baños, cuando al salir de ellos veo una puerta y en ella un cartel en el que podía leerse:
PEDIR LA LLAVE
EN ROPA INTERIOR
DE LA SEGUNDA PLANTA

Y al lado un signo de minusválidos. Yo la verdad me quedé estupefacto pensando en las múltiples posibilidades interpretativas (performativas, en fin) que abrían esas tres inocentes frases. Y pienso regresar con mi cámara para hacerle una foto. Te la haré llegar». Le contesto«En la playa de Punta Umbría vi un día (y fotografié) una señal de tráfico tan mal compuesta visualmente que su texto decía:                                NO APARCAR MINUSVÁLIDOS».

 

***********FIN***********

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