De niños

Se suelen subir al 8 dos niños revolucionarios, llevan gorro de invierno y viajan en patinete

Nunca se sientan, recorren el tranvía de punta a punta a la carrera, hacen carreras los dos entre las barras de color amarillo

Se avisan y advierten

Aparcan el patinete en el centro, abren las ventanillas y al ser pequeñitos se escapan y llegan al tejado de los cables. Se balancean con las agarraderas o arandelas cuando el vehículo acelera y frena, frena y acelera a las orillas del mar

Mantienen los equilibrios

Miran a los ojos

En Śródka bajan, corren por los túneles y vuelven a entrar, a la vez, siempre

Comen palomitas y las lanzan al aire como si fueran servilletas, las cornejas oscuras y los cuervos oscuros los miran y los ven y se invitan y en el tren se siente el miedo

En Callao se quedan en silencio porque solo recuerdan una cosa del viaje que hicieron al metro de Madrid cuando eran jóvenes

De Berlín, el puente sobre el río

Del 8 cruzan al 6 o al 99 y la ciudad

Yo no sé qué se dicen entre ellos, porque hablan en polaco, pero sé que planean una revolución y una en concreto. Veo a los hombres, a todas las mujeres sentadas, y por sus gestos sé que temen y el alivio al darse cuenta de que solo son dos niños en patinete y sin el gorro de invierno

Es decir, palabra en clave

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