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Mientras tantoDecidido desde antes

Decidido desde antes


Los habitantes de S. sueñan cada noche, sin excepción, y durante el día viven lo que han soñado la noche anterior.

Por la calle puedes encontrarte con varios tipos de peatones según sus movimientos. Algunos van con rapidez y confianza hacia su objetivo. Los hay que cruzan la plaza una, dos y hasta tres veces buscando algo desconocido incluso para ellos mismos. Otros se quedan todo el día tumbados en el césped, abstraidos por la sensación en la que les ha dejado el sueño.

Fácilmente puedes averiguar quién ha vivido una pesadilla y quién ha dormido como un bebé o soñado con los angelitos. Si, por casualidad, sales de ti mismo y miras a tu alrededor distinguirás a los que están parados en medio de la calle, pensativos, porque han olvidado completamente lo que han soñado. Les verás de nuevo cuando te vayas corriendo a casa, como cada tarde, y pensarás que tu único deseo es que mañana no te pase lo mismo que a ellos: que no tengas hacia donde correr.

S., la ciudad en la que todos sueñan cada noche y durante el día viven sus sueños, es la ciudad más volátil conocida: los meteorólogos están en el paro desde hace años porque cada día, de manera aleatoria, se suceden las cuatro estaciones del año; los arquitectos construyen edificios de plantas incompatibles entre sí, los actores cambian de personaje todos los días y se encuentran por primera vez en el escenario en la noche del estreno. A día de hoy, en S., o eres intérprete de sueños, o eres filósofo.

En S. existen fundamentalmente dos escuelas filosóficas que difieren en sus teorías sobre la fundación de la ciudad. Algunos creen que una noche un grupo de gente soñó simultáneamente una ciudad en la que todos soñaban cada noche y al día siguiente vivían sus sueños y eso fue lo que hicieron. Otros dicen que un día alguien se dio cuenta de que los sueños son un reflejo de nuestros deseos más profundos y sólo si los realizamos podríamos vivir plenamente. Hay también unos pocos negacionistas que siguen creyendo que los sueños son inconscientes y que no tiene sentido vivir en un mundo en el que todo está decidido desde antes.

La vida en S. no es fácil. Ocurren accidentes cada día con gente que ha intentado cambiar su sueño. La más pequeña desviación afecta los sueños de los demás y la ola del cambio se extiende por toda la ciudad. Un día una escritora intentó describir la ciudad de una manera objetiva, sin basarse en sus sueños, ni en los de algún otro. Se arrellanó en su sillón verde, apartó en una esquina de la mesa sus cuadernos de sueños que estaban apilados y empezó a escribir. De repente, levantó su mirada hacia la ventana y vio cómo se acercaba un ave mitológico enorme que entró en la habitación y se la comió. La torre de cuadernos de sueños se derrumbó en el suelo.

Después resultó que el ave en realidad venía a por la mujer joven del piso de arriba que decidió besar a su novio en vez de la persona con la que soñó para no causar problemas a todos. Esto cambió las cosas hasta tal punto que no pudo volver a casa a tiempo y la escritora, que no sabía cómo acababa la historia en el sueño, se quedó para siempre en el ave, intentando cada noche soñar con un final distinto. Y la ciudad hasta hoy no tiene una descripción objetiva.

Algunos días en S. son especialmente intensos. Si has tenido varios sueños debes vivir todos durante solo ese mismo día y participar en los sueños de los demás, si es que has aparecido en alguno. Otros días son aburridos, no has soñado con nadie y nadie te ha soñado a ti. Te quedas todo el día tumbado en el césped con la nostalgia de lo que podría haber sido.

El día más importante para un ciudadano de S. es cuando aprende a escribir. Y eso ocurre en el momento que anota su primer sueño. Todos se reúnen en la plaza enfrente de la Cuadernería. El Guardián de la Memoria abre la puerta para que los niños entren en este edificio de cinco (totalmente incompatibles) plantas y paseen por los largos pasillos con estanterías repletas de cuadernos hasta que elijan uno, o él los elija. Luego salen por la enorme puerta y todos celebran que «La Historia de Todo» tenga un nuevo autor más a partir de hoy. El niño о la niña ya puede guardar sus sueños y su vida para siempre. Porque los sueños, aunque vividos, si no se apuntan, difícilmente se recuerdan.

En la escuela se estudian las siguientes asignaturas:

Detallismo: las cosas más importantes en las que tienes que fijarte para recordar tu sueño. Interpretación: para poder actuar bien en los sueños de los demás. Escritura creativa: para desarrollar un estilo propio de soñar. En los grados más altos física cuántica y arquitectura: para abrir más espacios posibles en los que soñar. Control sobre las pesadillas. Somníferos.

El desafío más grande en S. es ver a alguien en concreto. La única manera para que dos personas se encuentren es haberse soñado mutuamente. Si han soñado contigo estás obligado a actuar de la manera exacta en la que fuiste soñado, sin desviarte. A veces incluso tienes que encarnar a otra persona de la vida real que no eres tú. El evento más apreciado y más raro es el Encuentro, cuando cada uno sueña al otro de la manera de la que de verdad es.

En S. hay una importante industria de productos locales: pastillas para recordar, almohadas llenas de hierbas para un sueño feliz, meditaciones para guiar los sueños. En cada esquina hay una librería especializada en: historia de los sueños, sueños infantiles, sueños para adultos, guías para restauración de sueños o los encuentros más extraños. El producto más importado son los ositos de peluche.

A pesar de que cada día tiene lugar algún accidente y que el tráfico de imágenes oníricas es un problema grave en los últimos años, S. es una ciudad segura. Una de las razones es que cada persona intenta estar en casa pronto, prepararse y cuidar su descanso. De vez en cuando hay ataques a turistas ruidosos por parte de organizaciones ilegales de sonámbulos.

Los habitantes de S. viven todos sus deseos y miedos, perdiéndose el resto del tiempo en el caos de hechos aleatorios imaginados, el pánico al olvido y la espera de encuentros que nunca sucederán, a no ser que encuentren una manera de contar… Apoyo la cabeza en el sillón verde y veo cómo se acerca, agitando las alas. La pila de cuadernos se derrumba en el suelo.

 

Martina Novákova es creadora escénica y filóloga. Quiere que su país tenga una imagen contemporánea reconocible fuera. Le gustan los viajes, los retornos, el canto coral, los pájaros y el mar tranquilo porque ella no lo es.

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