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Mientras tantoDeconstruyendo el Cuestionario Proust: Rocío Núñez Calonge

Deconstruyendo el Cuestionario Proust: Rocío Núñez Calonge


Rocío Núñez Calonge es doctora en Biología y experta en Reproducción Asistida. Se formó en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid y lleva trabajando en este campo desde el año 1985. Profesora en el Máster de Reproducción de la Universidad Complutense y Sociedad Española de Fertilidad desde hace quince años, ha sido pionera en la biología de la reproducción. Su pasión es la formación y al mismo tiempo el aprendizaje continuo. Magister en Bioética, uno de sus mayores intereses es la ética en reproducción humana. Con más de treinta años de experiencia en el ámbito de la reproducción humana, en la actualidad es Scientific Advisor en UR (Grupo Internacional de Reproducción), entre otras responsabilidades.

Los debates sobre reproducción asistida, gestación subrogada y, actualmente, la pérdida de anonimato de los donantes están presentes entre las instituciones implicadas y en los medios. ¿El anonimato de los donantes de óvulos y espermatozoides llega a su fin? ¿Hay que mantener el anonimato de estos donantes? Argumentos enfrentados entre la intimidad del donante y la identidad del nacido. En España, la Ley de Reproducción Asistida de 2015 garantiza que la donación de gametos es anónima. El Comité de Bioética de España, órgano consultivo del ministerio de Sanidad, prepara un informe en el que recomendará levantar el anonimato basándose en «el derecho superior del menor a conocer su origen y, por tanto, una parte importante de su identidad». Desde el punto de vista de Rocío Núñez Calonge no está en absoluto justificado cambiar el modelo, por varias razones: «En primer lugar, no existe ningún estudio que demuestre que el conocimiento del donante es beneficioso para los nacidos por donación. El Comité de Bioética defiende el derecho a conocer el origen, pero conocer el origen, en nuestra opinión, no significa romper el anonimato o conocer personalmente al donante. Por otra parte, está en juego tanto la privacidad del donante como la autonomía de los padres que optan por no revelar el origen a su hijo…». En la siguiente entrevista, de la mano de la doctora Núñez Calonge, analizamos y damos luz a temas que hoy copan muchas horas y páginas en el debate social.

Usted es doctora en Biología. De entre el amplio abanico de posibilidades que le ofrecía su formación, ¿por qué decidió dedicarse a trabajar e investigar en técnicas de reproducción asistida?

Siempre me ha atraído mucho lo que se refiere al origen de la vida. Cuando era niña mi padre me compró un libro: El origen de la vida, de Oparin, uno de los primeros científicos que trató el tema de cómo se originó la vida en la Tierra. Entonces decidí estudiar Biología. Pero no fue hasta que leí la noticia del nacimiento de Louise Brown, mientras estudiaba la carrera, cuando pensé que la reproducción asistida era una especialidad fascinante. Pensar que en el laboratorio podemos ver cómo el óvulo y el espermatozoide se unen, cómo se forma el embrión, y que de ahí nazca una persona, es algo que todavía me maravilla.

Cuando acabé la carrera, en los ochenta, aparte de los de Dexeus, prácticamente no existían en España los biólogos especialistas en reproducción asistida. Yo lo único que quería era aprender, y me recorrí todos los hospitales públicos de Madrid para poder hacer la tesina de licenciatura y formarme. Después de varios intentos fallidos, en el Ramón y Cajal conocí al Dr. Caballero, ginecólogo y pionero en este campo. Me aceptó como asistente voluntario en el hospital, y ahí comenzó mi andadura. Como experto en andrología, me introdujo en ese campo, y en el de la infertilidad masculina. Estuve trabajando durante cuatro años como asistente voluntario hasta que, finalmente, en el año 1989 me hicieron un contrato. Trabajé allí hasta el año 1998, y durante ese tiempo acabé mi tesis doctoral y seguí aprendiendo….

Me imagino que en aquella época la reproducción asistida era casi la gran desconocida. Casi les tratarían como personajes de una novela de Huxley, como recién sacados de una película de ciencia-ficción…

No exactamente. En aquella época, como ahora, las parejas que no conseguían una gestación acudían a nosotros para que les solucionáramos el problema, y nosotros hacíamos lo que entonces estaba en nuestras manos. Hacíamos inseminación artificial y fecundación in vitro, todavía no se había inventado el ICSI (Intracytoplasmic sperm injection, o lo que es lo mismo: Inyección intracitoplasmática de espermatozoides), y el problema era que muchas de las patologías relacionadas con la infertilidad no podíamos solucionarlas.

El problema entonces no era tanto que fuera desconocida la reproducción asistida, aunque, como es lógico, lo era más que ahora. El problema era que todavía se consideraba la infertilidad como un tabú, sobre todo si era la masculina, y las parejas que acudían a los centros lo hacían prácticamente en secreto.

¿Qué somos?

Esta es una pregunta que nos hemos hecho desde el comienzo de la humanidad y que, aún hoy en día, no podemos responder. ¿Somos un producto genético, marcados por lo que hemos heredado, o somos fruto de nuestro ambiente, nuestras vivencias…?

Yo particularmente creo que nuestro código genético es como el carbono, pero el diamante sólo aflora después de que desarrollemos nuestras vivencias, nuestros valores, nuestra educación y el ambiente que nos rodea.

¿Cuándo descubrió que esto de vivir no es nada fácil?

Cuando descubres que eres un ser pensante, un ser inteligente que se pregunta por qué estamos aquí y cómo vamos a utilizar la capacidad con la que hemos nacido. Es bien sabido que la cualidad más importante para la supervivencia es la capacidad de adaptación al medio, más que la inteligencia sin más. Sin embargo, esa capacidad de adaptación a veces implica dejar a un lado nuestros valores más profundos, con lo que las dudas morales se nos presentan de golpe.

Yo creo que desde muy niña ya supe lo difícil que es vivir. ¿Haces lo que te dicen tus padres sin rechistar, aunque sepas que no tienen razón, te sometes y obedeces o te rebelas? Y es entonces cuando descubres que siempre tienes que elegir, y que nunca es fácil.

He leído que España es líder en donación de óvulos. La avanzada legislación es una de las causas por las que viene más gente a España para someterse a estos tratamientos de fertilidad. 

España fue el primer país europeo que tuvo una ley de reproducción asistida, en el año 1988. Como es lógico, la cultura y la idiosincrasia de cada país es lo que conforman sus leyes. En Italia, por ejemplo, donde la Iglesia católica tiene un poder enorme, la reproducción asistida ha sido siempre objeto de controversia y prohibiciones. Por eso, hasta hace poco, estaba prohibida la donación de gametos y las parejas venían a España, país con una cultura similar, para realizar los tratamientos.

Llevamos años escuchando que cada vez hay más parejas con problemas de fertilidad, ¿por qué? ¿Uno de los factores parte de la mujer porque se ha retrasado mucho la edad del primer embarazo…?

Sabemos que el modo de vida actual es perjudicial para la salud en general: alimentación, polución, drogas como el tabaco y el alcohol, además de otras… Todo ello afecta de forma conjunta a nuestra salud. Y el sistema reproductivo es el primero que se ve afectado. Por eso vemos más mujeres con menopausia precoz o con alteraciones de la ovulación. Pero también, o quizás en mayor medida, la causa más frecuente es el aumento de la edad de la mujer para embarazarse.

Antiguamente, una mujer que no había tenido hijos al llegar a la treintena era considerada como estéril, en el más peyorativo de los términos. Hoy en día, es raro la mujer que acude a un centro de reproducción con menos de treinta y cinco años. Y esto es un problema social que alcanza al de salud. La incorporación absoluta de la mujer al mercado laboral hace que ya no pueda, como antes, casarse joven, tener hijos y ocuparse de ellos a tiempo completo. Y cuando la mujer está «lista» para la maternidad, quizás sea demasiado tarde desde el punto de vista biológico.

¿Y qué problemas radican en los hombres?

En los hombres, la calidad de semen es el principal problema asociado a infertilidad. Sin embargo, tiene más fácil solución que los problemas en las mujeres, ya que, con el ICSI, sólo se necesita un espermatozoide por óvulo para poder fecundarlo. No obstante, hay casos en los que los espermatozoides no son capaces de fecundar o de lograr un embrión viable, y no sabemos todavía las causas.

No es fácil plantear ante una pareja todos estos problemas, se habrá encontrado con miles de casos y diferentes formas de afrontarlos. ¿Qué fina línea separa la aceptación de la resignación?

Para empezar, la resignación tiene una connotación negativa, que no posee la aceptación. La resignación implica tirar la toalla, pensar que ya no hay solución y dejarse llevar por la amargura y el pesimismo. La aceptación, sin embargo, implica un cambio de sentido a nuestro objetivo. Implica acción, positivismo.

Por ejemplo: existen casos en los que la ciencia no puede solucionar los problemas de infertilidad y hay parejas que, llegados a un cierto punto, tienen o que resignarse o aceptarlo. En el caso de resignarse, van a estar con la idea de la falta de hijos como un lastre, o como un castigo. No van a encontrar la felicidad explorando otras alternativas. En el caso de la aceptación, se puede pensar en la adopción o incluso en una vida plena y feliz sin hijos.

¿Por qué estamos hoy tan poco preparados para enfrentarnos a la adversidad?

Creo que todo proviene del llamado estado de bienestar. La ética de la revolución industrial es la ética de la frugalidad y el ahorro: del trabajo duro, el consumo frugal, el ahorro y la inversión. Pero ahora esa ética hace daño porque la gente tiene miedo al futuro: al desempleo, vejez, etc. Entonces el Estado lo que tiene que hacer es que provea de las contingencias negativas de la sociedad para que el ser humano no tenga miedo al futuro. Hay que estimular la propensión a consumir. Estamos educados en una sociedad en la que impera ‘que todo lo que deseamos se puede conseguir‘. No existe educación en el esfuerzo y en la consecución de logros con éste. La especie humana ha aprendido la ética keynesiana de que es mejor consumir que ahorrar y no sabemos enfrentarnos a los infortunios. Desde un punto de vista moral, ahora se piensa más en los derechos que en los deberes. Creemos en los derechos que tenemos, pero no que van asociados a una serie de responsabilidades y deberes.

Documentándome para esta entrevista he comprobado que aún pesa el estigma de culpar a la mujer por no quedarse embarazada, el «no vale» aún sigue oyéndose…

Afortunadamente, esto sucede cada vez menos. Como es lógico, todo tiene un trasfondo cultural, y depende del tipo de sociedad, del entorno, esto es más o menos cierto. Lo que se trata de hacer, desde nuestro ámbito, es desterrar el concepto de «culpa«. De quién es el culpable en la pareja. No existen culpables sino patologías, que hay que solucionar. Es obvio que, en ambientes machistas, los hombres no entiendan estos conceptos y sigan culpabilizando a la mujer.

De los prejuicios sociales y culturales que están profundamente arraigados en nuestra sociedad, ¿cuáles son los más peligrosos?

En mi trabajo de fin de máster (en el máster de Bioética), realicé un estudio para conocer cuáles eran los valores que imperaban en diversos agentes respecto a la reproducción asistida. En primer lugar, comparé a pacientes con donantes, profesionales de la reproducción asistida y público en general. Después, estudié cuales eran los valores más arraigados. Y, sin lugar a duda, los valores más arraigados y peligrosos son los religiosos. Crean prejuicios sociales y crean fanatismo. Cuando se reduce la experiencia o la autonomía morales al orden religioso se cae en una deformación de la vida moral llamada nomismo.

Quiero pensar que estoy en el grupo de los ciudadanos libres y que no funcionan por prejuicios. ¿Estoy equivocándome?

Creo que no existe una sociedad de ciudadanos completamente libres y sin prejuicios. Siempre hay personas, o grupos, que actúan de forma heterónoma, o siguiendo a la masa, y personas que actúan movidas por prejuicios de cualquier tipo: raza, educación, religión, etc.

Por otra parte, es una evidencia que la cultura clásica está desapareciendo. Como una especie a extinguir. Precisamente, el origen de la medicina nos lleva a Grecia con Hipócrates que nos enseñó, por ejemplo, aquello de los humores: el equilibro de la sangre representados por el aire, la tierra, el fuego… Además, impulsó el código ético…  ¿Por qué en España se apuesta tan poco por las Humanidades? Nos seguimos empeñando en limitarnos…

En estos años hemos desarrollado muchísima técnica, pero sin embargo debemos de preguntarnos a quién sirve la ciencia y la técnica. Si en el centro estuviera el ser humano, no hubiéramos llegado al momento en que estamos de enfermedad de la humanidad (el mal llamado cambio climático, por ejemplo). La situación es que la tierra está enferma y nosotros con ella, y no nos damos cuenta, a pesar del conocimiento científico y técnico. Por ello ¿qué estamos haciendo mal? Los intereses monetarios siguen estando por encima del ser humano. ¿Qué parte de responsabilidad tenemos cada uno en ello? ¿Qué podemos hacer para cambiar?

En la sociedad, hemos apartado al ser humano de la vida. En las escuelas se enseña que el ser humano es un animal. Esta es la base del problema porque se está tomando del ser humano la parte animal: animales que luchamos entre nosotros para sobrevivir en la jungla que es la humanidad, y sólo sobreviven los más aptos o los que se adaptan mejor. Sin embargo, el ser humano no es un animal: cada ser humano es diferente. Pero la tendencia es la uniformidad. No se promueve la diferencia y la creatividad sino la uniformidad. La educación se hace en este sentido y se perpetúa el modelo. Habría que sacar lo que cada uno tenemos dentro. La otra condición es la libertad: el ser humano es libre y tiene la capacidad de elección. Se pueden decidir cosas nuevas y creadoras. Esta es, creo, la razón por la cual desaparecen las humanidades. Porque con las humanidades existe la capacidad socrática de examinarse a uno mismo y pensar críticamente, y eso no interesa. Lo que interesa son personas con gran formación técnica pero que carezcan de pensamiento crítico, y que puedan llegar a estar de acuerdo con la autoridad sin pensar en lo que están haciendo.

A nivel estatal, se debería favorecer que las parejas tengan hijos en edades más tempranas, pero el sistema actual demora ese paso definitivo, no lo pone fácil…

Sí, esto es lo que comentaba anteriormente. Es un problema social, ya que no se favorece que la mujer, incorporada al mercado laboral, pueda ejercer la maternidad a la edad en que debería hacerlo.

Parece mentira, también, que en una sociedad que se supone tan plena de información la desinformación sea una de las principales causas de abandono de estos tratamientos de reproducción asistida o el decidir no apostar por ese camino…

Hoy en día, la información sobre cualquier tema está, como no lo ha estado nunca, al alcance de cualquier persona. Ahora bien, esa información, en muchos casos, está sesgada o es falsa. Y no existen filtros adecuados para que no salga a la luz y pueda confundir a la población. Por eso, el problema muchas veces es que cuando llegan las parejas a los centros de reproducción, vienen con un montón de ideas equivocadas, fruto de esa desinformación, que hay que rebatir y convencer de que no es lo correcto.

Como en casi todo, últimamente, han sido las noticias sobre algunos personajes famosos que han optado por este tipo de paternidad/maternidad con vientres de alquiler para tener hijos lo que ha facilitado que se conozca más el tema…

Sí, esto también, a mi modo de ver, es fruto de la desinformación. Porque interesa más la noticia amarilla de que un famoso ha recurrido a esta técnica que hablar seriamente de ella, y de las mujeres que la necesitan porque no tienen otra opción.

La reproducción choca también con los límites de la ciencia. Estamos comprobando que algunos avances en la ciencia ayudan a evitar casos de enfermedades que se puedan heredar. ¿Podríamos llegar a conseguir que la existencia de enfermedades fuera menor?

Claramente se puede lograr que se hereden muchas menos enfermedades. Incluso que desaparezcan algunas enfermedades hereditarias utilizando técnicas de reproducción asistida. Sin embargo, desgraciadamente, aparecen otras patologías como consecuencia del ambiente, del uso de determinadas sustancias tóxicas, etc,

Por otra parte, estos avances en la reproducción-la gestación chocan también con las feministas que se posicionan en contra según ellas porque se explota a las mujeres…

Existe un grupo de feministas (que no todas), en contra, concretamente, de la gestación subrogada, porque opinan que es una explotación del cuerpo de la mujer. Sin embargo, en mi opinión, es una contradicción que apoyen el aborto, porque la mujer es libre de decidir lo que quiere hacer con su cuerpo, y sin embargo no se apoye que quieran quedar gestantes para ayudar a otras personas. Es cierto que existe explotación, pero eso es contra lo que hay que luchar. Pero de igual forma que hay que luchar contra cualquier tipo de explotación.

Recuperando lo de la sanidad pública y su papel, ¿ha notado que la crisis económica frena esta donación? ¿Y que las parejas se decidan a someterse a estos tratamientos?

Lamentablemente, los tratamientos de reproducción asistida, y en concreto la donación de óvulos, no es barata y no lo cubre la sanidad pública en muchas comunidades autónomas. Las parejas que desean la paternidad hacen lo que sea para poder conseguir el hijo, con lo que en las clínicas no se ha notado un descenso debido a la crisis. Quizás las parejas con menos recursos no puedan optar a ello, pero estas parejas son las que acudirían a la sanidad pública.

Actualmente abundan en los medios las noticias acerca de anular lo que hasta ahora era donación anónima. ¿Le parece justificado el cambio de modelo? ¿Existe algún estudio que demuestre que la supresión del anonimato sea ventajosa para los nacidos por donación? ¿Debe prevalecer el derecho a la privacidad?

El debate sobre este tema se inició cuando el Comité de Bioética de España comentó que están elaborando un documento para suprimir el anonimato de la donación. En ese momento, la Sociedad Española de Fertilidad creyó oportuno crear un grupo de trabajo multidisciplinar en el cual se defendiera el mantenimiento del anonimato. Este grupo está formado por distintos especialistas: médicos, biólogos, psicólogos, expertos en leyes y bioética… En mi caso concreto se me encargó escribir la parte de bioética en relación con el anonimato. Desde mi punto de vista no está en absoluto justificado cambiar el modelo, por varias razones.

En primer lugar, no existe ningún estudio que demuestre que el conocimiento del donante es beneficioso para los nacidos por donación. El Comité de Bioética defiende el derecho a conocer el origen, pero conocer el origen, en nuestra opinión, no significa romper el anonimato o conocer personalmente al donante. Por otra parte, está en juego tanto la privacidad del donante como la autonomía de los padres que optan por no revelar el origen a su hijo.

En algunas entrevistas escucho que hay una demanda social y que la mayor parte de la sociedad está a favor de este cambio ¿En serio existe un debate en la sociedad sobre esto o se está exagerando?  La he escuchado a usted en otras entrevistas preocupada porque, por ejemplo, en Reino Unido a causa de ello ha aumentado la edad del donante, el perfil ha cambiado. La caída del número de donantes se ha notado…

Como he comentado anteriormente, no existe una demanda social, y tampoco existen datos de qué opina la sociedad sobre el cambio. El origen es el que he comentado antes. En los países en los cuales se suprimió el anonimato, como Reino Unido, es cierto que ha disminuido el número de donantes (como, además de las cifras, lo demuestra el hecho de los pacientes que acuden a España para donación). Además, el perfil de los donantes ha cambiado. Al no ser anónimo, los donantes no son tan jóvenes, y eso es perjudicial para los resultados de los tratamientos.

Somos el tercer país europeo en el que más se somete a gente a este tipo de técnica, lo que demuestra el gran nivel de nuestra medicina. Usted se muestra preocupada porque con este cambio muchas parejas decidan salir donde sí se garantiza ese anonimato…

No solamente no vendrían a nuestro país las parejas extranjeras que lo hacen ahora, sino que muchas parejas que no quieren que los donantes no sean anónimos, irían a países donde la ley mantuviera el anonimato.

Por lo que contempla a su alrededor, ¿llegaremos dentro de unos años a tener hijos sólo por reproducción asistida? Para empezar, está claro que cada vez nos emparejamos menos, no es fácil encontrar la pareja perfecta para formar una familia…

Creo y espero que no sea así. Una de las razones por las que creo que nos emparejamos menos es porque la mujer ya no es como antes, que tenía que buscar pareja sí o sí, y casarse. No es necesario vivir en pareja para ser feliz, y tampoco es obligatorio aguantar con tu pareja, aunque no lo seas. En el tema de los hijos, no todas las parejas necesitarán de la ayuda de las técnicas de reproducción asistida. Aún siguen existiendo mujeres que se embarazan, aunque no quieran por falta de precauciones…

¿Cuáles son los beneficios de la gestación subrogada?

No se debería hablar de los beneficios de una técnica, sino de su indicación. Una técnica médica sólo se debe realizar cuando está indicada. Y en el caso de la gestación subrogada, las indicaciones son extremas y claras: mujeres sin útero o con problemas para quedar embarazadas (enfermedades cardíacas, por ejemplo), y esterilidad estructural (parejas masculinas).

Es evidente que hace falta llevar a cabo un estudio y abordar una legislación. Pero, precisamente para no caer en frivolidades y prejuicios se debería hacer paso a paso, con una primera normativa que estudiara cada caso…

En el año 2015, el Grupo de Ética y Buena Práctica Clínica de la Sociedad Española de Fertilidad, que entonces yo coordinaba, elaboró una serie de recomendaciones para el caso de que se quisiera legalizar la gestación subrogada. El documento fue realizado por un grupo de médicos, abogados, psicólogos y bioeticistas y está en la página Web de la SEF: https://www.sefertilidad.net/docs/grupos/etica/propuestaBases.pdf

En este documento, uno de los puntos trata este tema: cada caso debería de abordarse de forma individualizada y por un Comité de Ética, así como con actuación judicial.

¿Cree que en unos años estará legalizada la gestación subrogada en España?

Desgraciadamente este es un tema que se ha politizado, con lo cual, no se tiene en cuenta su necesidad o los problemas legales y éticos que conlleva, por lo que, depende del partido gobernante se podrá legalizar o no.

Usted que ayuda a tantos a traer personas al mundo. ¿Tiene alguna idea de qué hacemos en este mundo?

¡¡¡Esta es la pregunta del millón!!!  Se han escrito miles de libros sobre el tema, y los filósofos han meditado sobre ello sin que, a mi modo de ver, exista una respuesta clara y unánime. Podríamos preguntarnos, a título individual ¿qué hago yo en el mundo? Y mi respuesta es: utilizar los dones con los que he nacido para aportar lo mejor de mí….

 

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