Si de verdad a algo tememos en materia capilar no es a meter la mano en el enchufe, si no a la temida lluvia (o humedad), que de un plumazo acaba con la primera simulación del ser humano: convertir una lisa cabellera en un mar de ondas o un redondo peinado a lo afro en un lacio corte a lo príncipe de Beckelear. Eso, los que todavía tienen.
Los que vamos algo escasos…. simplemente nos conformaríamos con algo más.
Esas gotas que amenazan con arruinar nuestro peinado tienen que ver con un aminoácido que hay en grandes cantidades en el pelo llamado cisteína, que contiene azufre en forma de grupos llamados –SH (se llaman tiol). Los grupos tiol reaccionan entre sí cuando se dan ciertas condiciones.Así, cuando una persona se hace una permanente o un moldeado, el pelo se recoge en torno a un cilindro (rulo o bigudí) y se fija con una pinza. Se le aplica un líquido y luego calor: el resultado es la unión de las cisteínas (de los grupos tioles) creando unos enlaces llamados puentes de disulfuro. Et Voilà, el cabello adopta forma ondulada.
Por contra, esos enlaces naturales en las personas con rizos se rompen al aplicar calor con esas planchas para alisar el pelo.Uniones o rupturas temporales, o lo que es lo mismo, rizos o alisados a tiempo parcial provocados por el calor que pero que se acaban con la humedad, ya sea la del ambiente o la que provoca la lluvia. Porque la humedad hace que las cisteínas vuelvan a su ser, y el peinado al traste.Y ellas y ellos lo sabemos…. la humedad es el peor enemigo de la peluquería… por ello, ante los esfuerzos inhumanos que hacemos para lucir como Dios manda en una boda, una inauguración o acontecimiento social, además de mirar al cielo y hacer las rogativas a Santa Clara (en forma de huevos) para que día sea radiante…. novias, madrinas e invitados en general, presionad para que en iglesias, juzgados, restaurantes y recintos varios sea obligatorio el uso de deshumidificadores, porque sólo así será posible que esos peinados, a veces imposibles, puedan lucir como nunca.
P.D. La ministra del ramo, que tome nota por favor, y al igual que promueven otras leyes como las del tabaco o del vino, tomen cartas en el asunto y hagan lo propio para promover el uso de esos aparatos mágicos. Que la calidad bien entendida comienza por la cabeza.
Jesús Pintor, Bioquímico.