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Del Bayern, el Madrid y los merengues teutones

Este domingo se celebró en el Santiago Bernabéu un espectáculo que generalmente no atraería a 84.000 espectadores al estadio del Madrid: un partido de exhibición entre leyendas del club merengue contra otras tantas del Bayern Munich, dos clubes que tradicionalmente se han demostrado un respeto ejemplar, a pesar de las asperezas que recientemente surgieron entre ambos en torno al supuesto interés del equipo capitalino por contratar los servicios de Ribéry y de Bastian Schweinsteiger.

 

Una buena causa sirvió para reavivar el nexo afectivo entre dos grandes, para juntar en el terreno de juego a una lista de super estrellas, desde Augenthaler hasta Zizou, que haría salivar a cualquiera, y para presentarnos con la siguiente reflexión: desde la llegada de José Mourinho al Madrid, el equipo se ha hecho con los servicios de cuatro jugadores venidos de la Bundesliga alemana (Özil, Khedira, Sahin, Altintop). Previo a ello, sólo seis habían sido los jugadores en hacer esa transición, y del último de ellos, Christoph Metzelder, dificilmente se puede decir que lo haya conseguido.

 

GÜNTER NETZER

El primero de ellos fue Günter Netzer, la primera figura mediática del fútbol alemán, traspasado del Borusia Mönchengladbach en 1973. Su llegada al Madrid fue todo un suceso, porque los alemanes no solían irse a jugar fuera de su país y menos a España. Tenía una clase indiscutible pero no pudo adaptarse del todo al fútbol español y por ello no triunfó plenamente. Aún así, dejó un recuerdo imborrable con sus pases milimétricos de 30 o 40 metros.

 

En aquel combinado blanco de los ’70 coincidió un año más tarde con Paul Breitner, venido en 1974 precisamente del Bayern Munich. Conocido como “El abisinio” por su melena desbocada, Breitner sí que consiguió consagrase en el mediocampo del Madrid, consiguiendo dos ligas consecutivas.

 

ULI STIELIKE

Pero el alemán que mayor huella ha dejado en el Madrid ha sido, sin lugar a dudas, Uli Stielike, quizás el último gran fichaje de Don Santiago antes de morir de cáncer. El Presidente fue a Alemania mirar a Herbert Wimmer pero al ver a Stielike jugar le dijo a su secretario «Traed al moreno del bigote: lleva diez minutos y ya se ha fajado con dos». Era Uli. Estuvo en el Madrid ocho años, ganó tres ligas, fue parte de ese equipo que perdió la Copa de Europa contra el Liverpool en 1981 y lo entregó todo. Una curiosidad acerca de Stielike: mientras jugaba con el Madrid, se convirtió en el primer jugador alemán en fallar un penalti en un partido de copa mundial, en la semifinal de España ’82 contra Francia. El segundo llegaría casi treinta años más tarde, Lukas Podolski, en la derrota 1-0 contra Serbia en Sudáfrica 2010.

 

Años después, otro nibelungo, Schuster, recordaría a Netzer, aunque, tras ocho años en el Barcelona, el “ángel rubio” sí triunfó del todo en apenas dos temporadas, ganando las ligas del ’89 y del ’90 con el equipo. Luego vendría Illgner, con Heynckes, y el regreso a la gloria europea de los galácticos.

 

La nueva cosecha de alemanes en el Madrid es menos teutona de lo que se podría esperar: tanto Sahin como Altintop nacieron en Alemania, y tienen doble nacionalidad, aunque ambos decidieron jugar con Turquía, el país natal de sus padres. A Mourinho, y al resto de los madridistas, eso les dará igual –sobre todo si el contingente bundesliguista consigue destronar a la maquinaria catalana que, desde hace unos años, viene conquistando las tierras y los corazones del mundo del fútbol. Habrá que verlo.

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