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Delta blues

 

Viajar al delta del Misisipi en 1920 sería como viajar a la Europa medieval. La herencia de la vida en las plantaciones de algodón donde los esclavos negros habían trabajado sometidos por sus amos blancos, era todavía palpable. La opresión era tal, que había que buscar una válvula de escape que les ayudase a vivir en ese ambiente, y la encontraron en el blues.

 

La música del delta tiene sus características en su manera de tocar, en su estilo de cantar y hasta en sus instrumentos: la guitarra y la armónica. Hay canciones grabadas con un solo instrumento y otras que se tocan sólo con un acorde. Hasta existen instrumentos inventados por aquellos viejos bluesmen que, dado lo precario de sus vidas, utilizaban cualquier cosa que encontraban a su alcance para hacer música.

 

Había quienes sí podían permitirse todos los lujos que se les antojasen, como fumar cigarros puros que guardaban en cajas de madera para que no se secara el tabaco. Una vez fumado todo el contenido, las cajas no tenían utilidad, pero para los músicos del delta eran cajas de resonancia. Así nacieron las cigar box guitars. Supongo que, aún sin saberlo, ya había escuchado alguna, pero nunca había visto una hasta hace unas semanas.

 

El delta blues, como algunos buenos vinos, ha sobrevivido al tiempo. Aquí nos lo trajeron dos tipos de Wichita (Kansas). El vocalista y armonicista Dustin Arbuckle y el guitarrista Aaron Moreland se juntaron en 2001 y desde entonces llevan dándole al blues. Aquí vinieron a trío, acompañados por un batería. Por lo demás, a excepción de una canción en la que sacaron un bajo, todo fue armónica y guitarra, una Gibson Les Paul y una cigar box guitar que el propio Moreland se ha hecho a mano. Debe ser que la siente como si fuera su hija, pero al terminar el concierto no le importó dejar la Gibson en el escenario, desenchufó su cigar box guitar y se la llevó como Smiggle protegiendo “su tesoro”.

 

@Estivigon

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