Harían la mar de bien los espectadores que acuden al imán de «Penumbra», el último espectáculo de Animalario, en Matadero/Naves del Español, atraídos por la propaganda y la cuasi certeza de que su necesidad de placer ideológico va a ser satisfecha, en desviarse un largo instante a la izquierda (literalmente), y entrar en la antigua cámara frigorífica del antiguo matadero de Madrid para asistir a otra representación. Aunque las actrices de «Off escena: si yo fuera…» ya no estarán allí para recibir su curiosidad, su desdén, su calor, su silencio, sus mudos aplausos. Porque tras grabar el vídeo que se proyecta en el mismo espacio en que lo grabaron Cabello (Helena Cabello, París, 1963) y Carceller (Ana Carceller, Madrid, 1964), regresaron al Centro Penitenciario (léase cárcel, si se prefiere huir de los eufemismos) Madrid-I Alcalá Meco. Dicen las autoras en el folleto que difunden a la entrada de Abierto x Obras que la obra propone «una reflexión y una acción colectiva que trabaja en torno a las poéticas de la inclusión y exclusión de la actual sociedad capitalista neoliberal». Y lo cuentan con cuatro presas. Harían la mar de bien los espectadores…, y además no es incompatible una cosa con la otra, el teatro con esta representación que como escribió Fernando Castro Flórez en el «ABC Cultural», bajo un inequívoco «Sin salida», lo que han hecho Carceller y Cabello es «generar una vídeo-instalación de una potencia crítica extraordinaria, y, al tiempo, con una emoción poética inusual».