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Mientras tantoDictadura y convencimiento en Guinea Ecuatorial

Dictadura y convencimiento en Guinea Ecuatorial


Pasado mañana, y por decir algo que ocurrirá este mismo mes, los guineanos censados acudirán a las urnas y elegirán en un porcentaje «abrumador» la candidatura del denominado Partido Democrático de Guinea Ecuatorial, del que es máxima figura el general-presidente Obiang Nguema Mbasogo. Lo previsible es que, teniendo las fuerzas menguadas, vaya paulatinamente dejando la parte dinámica de la gestión del poder a su hijo Teodorín y también a su primera mujer Constancia. Esto no es un hecho oculto a ninguna persona mínimamente atenta en Guinea Ecuatorial. Es decir, todos los movimientos hechos hasta ahora permiten asentar la idea de que el pequeño país centroafricano conocerá la tercera hornada de dictadores desde que Macías Nguema Biyogo fue colocado en la silla suprema por el poder en plaza de la España franquista.

¿Por que este hecho que implicaría la consumación de la maldición sobre el país no está atrayendo la atención de los guineanos, embarcados incluso en las farsas del régimen vigente? Por lo que llamaría tres grandes convicciones determinantes de los hombres que actualmente conforman la comunidad guineoecuatorial. Son estas:

-La dictadura guineana, capitaneada actualmente por un renqueante y todavía desafiante Obiang, es indestructible. Esta convicción atraviesa completamente la sociedad guineana y es la que permite que ciudadanos particulares y los constituidos en partidos todavía se involucren en el proceso electoral por el que se impondrá la sucesión que garantice la continuidad de la dictadura. Si la población guineana no estuviera creyendo en el carácter indestructible del poder actual no habría tanta gente que quisiera tomar parte en un juego político que claramente los delataría como cómplices en los continuos fraudes por el que el poder se legitima de cara a sí misma, pues no hay nadie mínimamente serio que dé un ápice de confianza a la camarilla actual. Si los actuales actores políticos no tuvieran esta convicción pensarían que su reiterado apoyo a los planes de esta camarilla podría hacerles merecedores de la vindicta pública en caso de un levantamiento popular que tenga como finalidad la recuperación de las libertades. La realidad es que actualmente no hay en Guinea Ecuatorial ningún grupo constituido en partido que pueda escaparse a la iras de una población amotinada por los larguísimos años de abusos.

-Los fang, como un grupo étnico del país, siempre detendrán el poder político, y en virtud de factores diversos. Esta convicción tiene relación con el anterior, toda vez que Obiang y su familia, y los que conforman el núcleo duro de la dictadura, son de la etnia fang. El ejército, por ejemplo, está acaparado, en un porcentaje altísimo, por los nativos de esta etnia

-El poder guineano siempre estará en manos de los nativos de la provincia de Wele Nzas. Esta convicción está íntimamente ligada a las dos anteriores, dado a que es previsible que las ventajas atesoradas por dos sucesivas dictaduras permita a los oriundos de esta provincia estar mejor situados para enfrentarse a los que les disputaran el poder, y aunque el escenario estuviera menos lastrado por las graves condiciones como las actuales. Y es que, al margen de las lecturas más o menos esotéricas que han hecho los nativos de esta provincia sobre su capacidad de retener el poder, precisamente las convicciones asentadas harían que ahora mismo estén poniendo las bases para que su vaticinio se cumpla. No en vano acaparan casi la totalidad de los puestos del mando del ejército guineano actual.

Estas tres convicciones son las que determinan la actitud de los guineanos frente a la desoladora situación del país y son las que, además de justificar la actitud de los actores políticos arriba mencionada arriba, ha llevado a individuos de tres grupos étnicos diferentes a iniciar las acciones para separarse de Guinea Ecuatorial, al que consideran una entidad en la que sus intereses jamás prosperarían. A saber, la constitución del Movimiento de Autodeterminación de la Isla de Bioko, la separación en forma de declaración de independencia del pueblo ndowé y un acto similar protagonizado por individuos de la etnia annobonesa. La realidad es que son hechos lo suficientemente significativos, y con las mismas motivaciones, para que sean tomadas en cuenta en la búsqueda de los elementos que determinan el devenir político del país.

Si no estuviéramos convencidos de la transversalidad de estas convicciones no las citaríamos a pocos días para que el poder vigente dé los siguientes pasos para asentarse atravesando la siguiente generación. Además, las manifestaciones de la asunción de estas convicciones no solamente son conocidas por todos los ciudadanos, aportando, además, los testimonios de los actores políticos y los actos de emancipación llevados por ciertos individuos de los grupos étnicos ya citados. Estos testimonios son ampliamente conocidos, expresado este conocimiento en la vida real, en las redes sociales, en documentos escritos, en soportes diversos, y habiendo ejemplos tanto para los que asumen la defensa de las mismas por creerse merecedores como quienes lamentan su aciaga suerte por la acción de los primeros.

Creemos que en la lucha por la construcción de un espacio comunitario que acoja a individuos o pueblos aferrados a las convicciones citadas arriba se haría impostergable el abordaje de las mismas y someterlas a las necesidades comunes para favorecer una convivencia satisfactoria. Si esto se elude, entonces se dejaría la situación guineana al albur de otra convicción también transversal en la sociedad guineana, y es la de que todo está en manos de Dios. Y esto sí que sería condenarnos de manera irremediable al carajo, por decirlo de una manera suave.

Barcelona, 14 de noviembre de 2022

 

 

 

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