Mi propósito creativo de la Semana Santa ha sido diseñar una virgencita al estilo de mis matrioskas, es decir, una muñeca de tela de una sola pieza, impresa y bordada. Creo que, después de tres intentos (que se ven en la foto arriba), lo he conseguido.
La idea estaba latente en mi cabeza desde hacía ratos, pero se actualizó hace pocas semanas cuando Jeanette, una visitante en mi gineceo, al ver la fila de matrioskas que tengo a la venta, dijo que parecían «mariitas». ¿Qué son «mariitas»?, le pregunté, algo despistada. Virgencitas, me dijo. Desde ese momento, la idea de la virgencita matrioska no me dejó en paz.
Lo primero que hice fue buscar información o, dicho de otro modo, inspiración. Pinterest es la herramienta ideal para esos menesteres. Así que creé un tablero llamado Virgencitas para coleccionar fotografías y diseños que pudieran iluminarme en mi tarea.
Dos intentos fallidos
Aunque quise engañarme, la ilusión no duró mucho. Mi primer prototipo (extremo izquierdo en la foto) no funcionaba. No era para nada una virgencita. Me di cuenta cuando mi tía Noy –mi tía abuela– dijo que estaba linda la muñeca… pero no sabía que se trataba de una representación de la madre de Jesús. Y eso tiene que saberse a simple vista. Mi madre y mi marido detectaron pronto la razón del fracaso: la aureola no parecía tal.
A seguir dibujando, pues. Cada prototipo lo hago primero en papel, lo pinto con marcador negro. Luego lo calco en tela de manta y lo repinto con marcador negro para tela. Después bordo la muñeca y la convierto en un bulto, relleno con fibra de poliéster y una bolsita de arena en su base. La idea es, al tener la mariita, convertirla en un molde casero para serigrafía e imprimir una serie de virgencitas.
El segundo prototipo (extremo derecho en la foto) quedó mejor que el primero. Pero la aureola parece más una corona. Al menos esa fue la opinión de Miguel, mi marido. Y le creo porque es más objetivo que yo (que puedo enamorarme de las puntadas y los diseños con facilidad).
La tercera es la vencida
La tercera (al centro, en la foto), y por ahora definitiva, resuelve el asunto de la aureola expandiéndola más allá del ancho del cuerpo de la figurita. Siempre tiene su niño (eso ha sido invariable en los tres prototipos), su carita infantil y sus chapas rosadas. Al terminar de escribir esta entrada me dispodré a producir el molde, en un bastidor para bordar de 8 pulgadas con tela transparente para cortina y Modge Podge.