Cortometrajes documentales nominados a los Goya 2022, entrevistas
El retrato en corto de los olvidados
Os mostramos la temática tremendamente social y ambiental de los tres cortos nominados a los Goya 2022 a través de tres entrevistas con sus directores. Buenos retratos de la realidad
Entrevisté a los tres nominados a los Goya al mejor corto documental de 2022 con temáticas variadas. Sus cortos abordan naturaleza y cautividad en el caso de la orca Ulisses; comunidades ninguneadas como los refugiados saharauis en Argelia, en el caso de Dajhla: cine y olvido y colectivos poco valorados en el mundo audiovisual como en el caso de Figurante. Tres cortos que muestran esas realidades con cercanía, sensibilidad y cariño. Captan y transmiten sus contextos y lo hacen con una excelente factura. Los cortometrajes documentales son un formato de pequeña duración que aunque tenga un tiempo reducido también consigue transmitir la esencia de las cosas. Estos tres cortos desde luego que lo consiguen. Entrevistamos a Joan Bover, director de Ulisses, a Arturo Dueñas director de Dajla: cine y olvido y a Nacho Fernández, director de Figurante.
JOAN BOVER, director de Ulisses. Es licenciado en Comunicación Audiovisual, trabajó en Barcelona TV durante 6 años. Fundó la productora Far Visuals. Ha trabajado en programas culturales Entusiastes y Téntol de IB3 TV. Su documental Kyoko ganó la Biznaga de Plata en Málaga en 2018 y fue nominado a los Goya de 2019. Actualmente trabaja en el documental de animación Dear Michael.
Conocer a Albert López en la costa de Roses imagino que fue una revelación que le indicó que había una historia que contar. Pero, ¿cómo contarla?
Fue una revelación, aunque en ese momento quedó como una anécdota y no le di mayor importancia. La televisión por la que trabajaba entonces, era el año 2009, me había enviado a hacer un reportaje sobre avistamiento de ballenas en libertad y me limité a hacer precisamente eso. No fue hasta 10 años después que recuperé ese encuentro y pensé que allí había una historia que merecía ser contada.
¿Eras consciente de las dificultades del proceso de producción?
Desde el primer momento sabía que no sería sencillo, ya que teníamos que hacer un viaje a Estados Unidos, con las dificultades de grabar allí, además en el Sea World. También teníamos que conseguir los derechos de las imágenes de archivo de TV3, ya que sin ellas era imposible contar esta historia. Pero tampoco pensé que fuera imposible.
Ulisses da buena muestra de la conexión entre cuidadores, adiestradores con los animales. Y cómo esa relación de cuidado mutuo puede ser tan enriquecedora ¿Consideras que mostramos poco esa conexión tan fuerte de hermanamiento?
En realidad, la conexión entre los seres humanos y los animales siempre tiene un punto de impostura, ya que nosotros siempre estamos en una posición de dominación hacia el resto de seres vivos. Por lo tanto, muchas veces es una relación forzosa. La verdadera conexión nace en plena naturaleza y en igualdad de condiciones. A veces se nos olvida que nosotros, los seres humanos, también somos naturaleza.
Las imágenes de archivo de TV3 fueron un buen documento de apoyo. Sin embargo son un elemento más que sirve de origen y de situación de la labor de los cuidadores, adiestradores,… ¿Qué valor quisieron otorgarle a esas imágenes desde el primer momento?
Desde la fase inicial del guion, las imágenes de archivo fueron la base sobre la que construir toda la narración. Decidí ponerlas en el punto central de la historia, hasta tal punto que de ahí nació la idea de montar en paralelo esas imágenes del pasado con lo que rodamos en el presente. Y precisamente, esos saltos en el tiempo son los que sirvieron de hilo narrativo.
El tratamiento de la fotografía en Ulisses ilustra, acompaña, transmite ¿Cómo idearon esa fuerte baza audiovisual de la fotografía?
Al decidir no utilizar una narrativa clásica de documental, ni entrevistas, ni voz en off… Las imágenes tenían que sugerir y contar a la vez. De ahí, las posiciones fijas de cámara, en una especie de segundo plano, pero no demasiado lejos de la acción. A parte, teníamos que dejar respirar los planos, para dejar pensar al espectador y que entrara en la atmósfera que queríamos transmitir. El director de Fotografía, Toni Payeras, jugó un papel fundamental ya que tuvo la sensibilidad para rodar exactamente lo que le pedí, y creo que es uno de los puntos fuertes del documental.
Una de las cosas que sorprenden es que no se centran en el testimonio de Albert López, en su desencanto que le llevó a dejar su puesto de adiestrador en el Zoo de Barcelona. O en su vida actual ¿Por qué?
Cuando decidimos no poner voz en off o una entrevista de Albert contando su historia era por dos motivos: el primero es que no queríamos centrar la historia en él, el protagonista y lo realmente relevante es la odisea que ha tenido que sufrir, y sigue sufriendo, la Orca Ulisses. El segundo motivo, que ni Albert ni yo, queríamos que fuera una justificación de haber participado activamente de la cautividad. Eso no se puede justificar, y como dice Albert, es una carga que tendrá que llevar en su conciencia hasta el fin de sus días.
El reencuentro entre Albert y Ulisses vale un corto ¿Muestra que las relaciones que establecemos con los seres vivos nos marcan?
Las relaciones con otros seres vivos nos definen como sociedad y como personas. Cuando reflexionamos sobre las interacciones con otros animales, no quedamos en muy buen lugar. Como te decía antes, siempre acabamos teniendo una posición de dominación respecto otros seres vivos. Y eso tiene que cambiar.
¿Crees que los zoos o parques han propiciado algún cambio de mentalidad en estas últimas décadas al respecto del trato de los animales y del cautiverio?
Creo que se han hecho parches o lavados de cara, pero en lo sustancial no ha cambiado gran cosa, los zoos siguen existiendo como siempre. Por suerte, las nuevas generaciones ya no perciben estos lugares de la misma manera que lo hacíamos los de mi generación. Ya no se banalizan como antes.
Hace décadas estaba asumido que los animales estuvieran en una parque zoológico o un parque safari. Desde hace unos años se cuestiona mucho el trato a los animales
Por suerte, las nuevas generaciones, en este y muchos otros temas, están cambiando de mentalidad. Tienen más información y son más críticos que lo que éramos hace unos años.
¿Queda mucho por hacer para cambiar la visión del cautiverio de animales?
Queda mucho por hacer ya que, como decía, los zoos siguen funcionando. Aunque depende de nosotros cambiarlo. Y nuestro cortometraje documental, Ulisses, creo que es un granito de arena para hacer reflexionar sobre ello. Espero que pronto se den cambios sustanciales al respecto.
+ info en ulissesdoc.com
ARTURO DUEÑAS, director de la productora La Esgueva Films y del corto Dajla: cine y olvido. Es licenciado en Filología Hispánicas y diplomado en cinematografía. Se ha centrado en el documental con obras como Misión: Sáhara (2014) o Tierras Construidas (2015), un documental sobre el pintor Félix Cuadrado Lomas. También realizó el largometraje de ficción Pessoas, el camino más corto (2019).
¿Cómo conociste Dajla?
Había rodado un documental titulado Misión: Sáhara sobre el viaje de un grupo de jóvenes españoles, cruzando Marruecos, a los territorios ocupados del Sáhara Occidental para denunciar las condiciones de vida y la represión política en la zona. Me impliqué mucho con el tema y decidí dar un paso más y convertirme en padre de acogida de un niño saharaui a través del programa Vacaciones en paz. Dio la casualidad de que ese niño, Abba, era de Dajla y el otoño siguiente al primer verano que pasó con nosotros se celebró en Dajla una nueva edición del festival de cine Fisahara, donde presentamos nuestro documental. De modo que aprovechamos, en ese viaje y en otros dos viajes más, para grabar el cortometraje, conviviendo con Abba y su familia.
El viento, el silencio, el ruido de sus gentes, alguna comunicación del Fishara por megafonía, el profesor de la escuela, el himno nacional… Todo es sonido ambiente. Aparentemente parece que no hay una narrativa. Pero ¿al final todo eso también es historia?
En cierta manera, sí, prescindimos de la narrativa. Queríamos hacer un corto observacional, sin entrevistas, ni material de archivo, ni voces en off, ni intertítulos explicativos, ni música incidental, ni siquiera foley… Que la historia fluyera por sí misma solo con las imágenes y los sonidos, interviniendo lo menos posible. Incluso no hay planos detalle, prácticamente son todos planos generales y algún plano medio, para no intervenir tampoco en la mirada del espectador. Que fuera el propio espectador el que construyera la historia.
Con esta manera de filmar un tanto incidental ¿Pretendes naturalizar el entorno y las situaciones?
Pretendíamos mostrar una realidad al espectador, pero sin enviarle ningún mensaje, que fuera él mismo quien sacase sus conclusiones. Mostrar el entorno y las situaciones de forma natural, sí, sin que pareciesen situaciones excepcionales. Algo que potenciamos también con el montaje: fueron tres viajes de más de una semana a los campamentos, muchas horas de material rodado… reducidas a quince minutos. Tuvimos que prescindir de muchas situaciones para darle suficiente tiempo a los planos, para que también el montaje reflejara el ritmo de vida del desierto, mucho más pausado que nuestro ritmo de vida occidental.
De primeras parece que son mundos alejados. Pero ¿cuáles son las conexiones entre La Esgueva Films, en Castilla y León, y Dajla, en Argelia, el Magreb, el África Norte?
Como he apuntado ya, hay una relación personal, incluso familiar. En Castilla y León, como en la mayoría de las regiones de España, hay muchas familias que desde hace años acogen a niños y niñas saharauis gracias al programa Vacaciones en paz. Abba ha pasado ya cuatro veranos en Valladolid, y sobre todo en Esguevillas de Esgueva, mi pueblo, donde es un niño más, de tal manera que Abba y su familia se han convertido también en mi propia familia, con quienes estoy en contacto permanente.
En Dajla: cine y olvido ¿parece que en la comunidad hay un sustrato de resistencia, de vivir al margen, de aferrarse al día a día?
Claro, tienen muy claro que llevan 45 años en un trozo de tierra prestado, porque su tierra está ocupada. Viven con la esperanza de regresar algún día y ello les da la fuerza necesaria para resistir, para conservar sus tradiciones y, al mismo tiempo, reivindicar sus derechos.
Hay un respeto absoluto por esa realidad, por esa comunidad abandonada. Por mostrarla tal cómo es ¿Qué es lo que conectó contigo?
Sí, el respeto era el principio que nos guiaba durante el rodaje. No éramos unos extraños, de modo que compartíamos su día a día, con sus momentos íntimos también, tomando parte en su rutina, no éramos unos simples observadores extranjeros que se inmiscuían en su vida. La cámara se convirtió al final en un objeto casi invisible. Y, aunque parezcan mundos muy alejados, sentía una conexión muy fuerte entre lo que estaba observando y mi propia infancia en un ambiente rural.
En un momento tan apegado a los nacionalismos, y a las banderas. Sorprende ese momento en que los niños y niñas cantan el himno nacional argelino mientras izan la bandera ¿Cree que ahí tiene un punto más de comunidad y de hermanamiento?
Bueno, no es el himno argelino, sino el himno de la RASD (República Árabe Saharaui Democrática), y también esa es su bandera. Argelia les cedió un trozo de tierra para establecer los campamentos, donde se fundó la RASD (único país sin territorio propio), y ellos se organizan política y administrativamente. Incluso hay un puesto fronterizo entre Argelia y el territorio de la RASD, donde se ubican los campamentos. Pero, por supuesto, hay una sensación de gratitud enorme hacia Argelia, que permitió a decenas de miles de saharauis (fundamentalmente mujeres y niños) establecerse en su territorio huyendo de la guerra con la potencia ocupante, Marruecos.
Tu cine está apegado al territorio, ya se interesó por África con el documental Misión: Sáhara (2014) y con Tierras construidas, documental sobre el pintor Félix Cuadrado Lomas ¿Crees que el cine a veces cuenta demasiado sobre generalidades y poco sobre lo local, que a la vez es universal?
Sí. Creo que las historias han de partir de lo local, de lo que tenemos al lado, del territorio al cual pertenecemos, para adquirir una dimensión universal. Ahora se habla de lo ‘glocal’, pero es un concepto que viene ya del Romanticismo, y creo que sí, que si quieres contar una historia tienes que estar implicado o implicarte a fondo con ella. Solo así será auténtica y no un producto convencional. Tierras construidas está centrada en el pintor Félix Cuadrado Lomas y su interpretación del paisaje castellano, donde vivía; un paisaje no natural, sino construido por la mano del hombre, por los agricultores que lo habitan y trabajan. Al ser también mi paisaje, incluso al ser hijo de agricultores, me sentí muy identificado al grabar el documental, convirtiéndolo en algo muy personal… y universal al mismo tiempo.
África está presente en tu cine ¿Qué te conecta con África?
Por un lado, la relación familiar con Abba, nuestro niño de acogida, claro. Pero también creo que las personas de mi generación tienen a África (concretamente al territorio del Sáhara) como algo propio. En nuestra infancia el Sáhara Occidental (también llamado entonces el Sáhara Español) era una provincia más: muchos conocidos hicieron allí la mili, incluso tenemos amigos que nacieron y pasaron allí sus primeros años. Vivimos el abandono del Sáhara al mismo tiempo que el cambio de régimen, y esas sensaciones de la infancia permanecen siempre contigo.
En tu cine ¿Qué es lo que más te llama de la realidad, qué es lo que te lleva a mostrar ciertos rincones?
Creo que en cuanto miramos a nuestro alrededor encontramos una película. Por eso cuando ruedo ficción lo hago también como si fuera un documental, dejando que la realidad y el azar tomen parte en la acción. Nunca escribo guiones dialogados, cerrados, solo escaletas o tratamientos literarios, propuestas que deben terminar los actores, improvisando en el momento del rodaje, y dejando que todo lo que ocurre alrededor pueda incorporarse a la película.
¿Cuál es tu próximo viaje audiovisual?
Mi próximo viaje audiovisual será a la España vaciada, ahora está de moda, pero llevo muchos años interesado en este tema. Rodé hace tiempo un cortometraje, Los destellos de la memoria, donde varios jubilados de mi pueblo evocan su vida antes de que tuvieran que abandonarlo y emigrar a las zonas industrializadas del norte de España. Mis amigos de la adolescencia son amigos estacionales, amigos de verano, los hijos de esos emigrantes cuando sus padres venían a pasar las vacaciones estivales. Pero quiero darle un toque original, incluso experimental. A ver qué sale…
+ info en esguevafilms.com
NACHO FERNÁNDEZ, director y realizador publicitario, ha trabajado en producción, montaje y post-producción. Es el director de Figurante y tiene en marcha otros proyectos audiovisuales.
De primeras, y como alguien del gremio, ¿Qué piensas de los figurantes?
Pues que un figurante bueno hace que una escena quede bien y en su sitio, y un figurante malo y que no atiende a las indicaciones puede arruinar una escena.
¿Considera a Socorro Arenas, protagonista de Figurante, alguien representativo del gremio de los figurantes?
Desde luego, tiene las mismas preocupaciones que tienen todos, cobrar dignamente y llegar a fin de mes, así como que les traten como uno más en el set de rodaje, creo que todos quieren eso y Socorro no es una excepción. A eso hay que sumarle que tiene una pasión por el cine y por actuar que no tienen todos y a veces es difícil de encontrar.
El corto transmite el entusiasmo, la pasión ¿Ese sentimiento tan motivador e inspirador no se difumina cuando entra en juego el negocio?
Estamos acostumbrados a lidiar con la presión de cuando entra el negocio, yo por mi parte intento hacer todo con entusiasmo y pasión. Este corto seguiría en un cajón si no fuera por ese entusiasmo y esa pasión.
Los premios Goya por ejemplo premian todo el trabajo de todos los equipos implicados en una producción. Resulta incuestionable que el cine es un trabajo colectivo. ¿El corto documental Figurante pretende mostrar de cerca a este colectivo y darle el valor que se merece?
Desde luego que lo hemos intentado, claro que tiene un punto romántico, porque así veo yo este negocio, hemos intentado mostrar lo que tiene que hacer un figurante por ganarse la vida dignamente y darles un homenaje que creo que faltaba en el cine español.
Los directores de casting están muy ligados con los figurantes y actores ¿Consideras que en ocasiones el trato a veces es diferencial?
Como todo en esta vida el conocerse, y saber cómo trabajas, es fundamental para organizar un casting, que haya un trato diferencial, pues en mi caso no sabría decirte.
¿Qué piensas del hecho que existan unos premios a los figurantes? ¿Deberían tener mayor visibilidad?
Pues de hecho es la génesis de este documental y el que me dio la idea de hacerlo, me parece que deberían tener más apoyo y hacerlos de una forma más profesional. Pero para eso deberían ponerse de acuerdo mucha gente, y eso es bastante complicado, la unión de actores y la academia podrían hacer algo más, desde luego.
Los rodajes también son largos y tediosos. Y tienen ciertas rutinas que no tienen apenas encanto ¿Qué interés puede tener para el público general mostrar el cine por dentro?
Eso mismo, que no es todo tan bonito, que hay que hacer kilómetros, horas sin dormir, y sobre todo, esperar y esperar. Me parece que incluso con todo eso tiene su magia ver por dentro los rodajes.
¿Cómo considera las condiciones laborales, y salariales, de los figurantes?
Creo que deberían mejorar, pero como para todos los del gremio, en mi caso siempre quiero lo mejor para todos los equipos con los que trabajo.
¿Qué piensa del tránsito de figurante a actor? ¿Es un paso difícil?
Si lo tomas como un trampolín es muy difícil pero no imposible, creo que es una buena escuela para saber cómo es un rodaje, fijarte en los actores, en la cámara y como funciona un rodaje en general.
¿Crees que es fácil ser figurante? ¿Qué tienes que tener?
Hay que tener actitud y ganas y sobretodo escuchar las indicaciones, eso es lo fundamental para hacer el trabajo bien y de una manera “fácil”.
¿El cine español cuenta con buenos figurantes?
Muy buenos y con mucha experiencia, en España siempre hemos sido un gran país de figurantes y secundarios.