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Mientras tantoDon Draper y el cambio de modelo productivo

Don Draper y el cambio de modelo productivo


 

Don Draper Fumando

 

 

ADVERTENCIA: La entrada contiene spoilers a gogó. Si eres de los que deja de disfrutar de una obra maestra del cine o la televisión si alguien te desvela algún detalle de la trama, entonces no continúes leyendo o hazlo bajo tu responsabilidad.

 

A la mayoría de los lectores supongo que les descubro el Mediterráneo si les digo que Mad Men es una gran serie. No en vano, ha ganado numerosos premios, entre los que se encuentran cuatro premios Emy a la mejor serie dramática y cuatro Globos de Oro. La serie tiene varios elementos por los que resulta fascinante. Transcurre en Nueva York, principalmente en la zona de oficinas del Midtown de Manhattan, y la trama gira alrededor del devenir empresarial de una agencia de publicidad en los años sesenta.

 

Se tratan diversos temas que son muy relevantes para cualquier estudioso de las organizaciones, entre los que destacaría: la riqueza que a una organización puede aportar la diversidad, mediante la integración de especialistas; la monetización de la red de contactos e influencias de los que son ricos de cuna, que les hace estar en una posición de ventaja para competir por determinados puestos; el motor que la ambición, junto con cierto nivel de desigualdad, supone para el sistema capitalista y, aparte de estos grandes temas subyacentes, cabe reseñar lo reales que resultan los pequeños detalles del día a día del trabajo en la oficina. Nada más que por esto, debería ser de visionado obligatorio en cualquier facultad de Empresariales. Pero, sobre todo, la serie trata dos temas fundamentales en el entorno actual: gestión del cambio  y creatividad, encarnados en un personaje superlativo como Don Draper.

 

Nombrado por la revista masculina Ask Men hombre más influyente del año 2009, Don Draper representa unos valores tan disonantes con lo que abunda en la actualidad que casi podría decirse que posee atributos propios de un superhéroe: la seguridad en sí mismo, el éxito profesional, la independencia financiera, la movilidad social y un conocimiento de la psique femenina que ni Julio Iglesias y Sinatra juntos. Como bien dicen en el artículo que acompañaba al ranking de AskMen del 2009, todo lo contrario del personaje habitual de las subnormales comedias de Judd Apatow, alegorías de la vida mileurista y la eterna adolescencia.

 

Todo esto me ha llevado a querer saber más sobre la creatividad, que entiendo es la base del éxito de Don Draper y la clave para la resolución de problemas complejos (que no nos van a faltar en esta época de mudanza). Hace unas semanas, la fortuna hizo que me topase con un programa de Redes en el que Punset entrevistaba al experto en creatividad Ken Robinson. En la entrevista, Robinson dice cosas que son muy interesantes. La primera: “a no ser que cambiemos nuestra manera de pensar en nosotros mismos, no estaremos a la altura de los desafíos a los que nos enfrentaremos ahora”, que en la serie se traduce en el momento catártico en que el hijo de un granjero alcohólico y una prostituta que murió dándole a luz, que pasó su infancia en plena Gran Depresión, se transforma en un Ingeniero, héroe de guerra, mediante una suplantación de identidad; momento en que empieza a cambiar su suerte. Podríamos hablar de la, tan necesaria en esta época, reinvención del personaje.

 

Otra aseveración que hace Robinson y que ayuda a explicar la energía inagotable de muchas personas de éxito que conozco, el hecho, por ejemplo, de que puedan aparecer duchados y afeitados, en perfecto estado de revista a primera hora de la mañana, después de que haber estado de juerga hasta tarde la noche anterior.“Para estar en tu elemento, tiene que encantarte  lo que haces; la clave es la pasión. Si algo te encanta, si algo te apasiona y encima se te da bien, como decía Confucio, nunca vuelves a trabajar, porque vives la vida que te corresponde vivir (…)Te conviertes en tu yo más auténtico. Sabes que estás en tu elemento cuando se te altera el sentido del tiempo (…) Creo que, al final, y en esto se basa lo que digo, si nos replanteamos la metáfora de cómo vivimos, al final todo es energía, es tan simple como eso.” Lo que nos vuelve a llevar a mi héroe y santo laico, Warren Buffett, que en su charla ante alumnos del MBA de la Universidad de Florida, recomienda planificar la carrera profesional en función de lo que a uno le gusta y no en función de lo que va a quedar bien en el currículum. Dice: “…Si tienes X y crees que vas a ser más feliz cuando tengas 2X eso es un error. Debe ser divertido a lo largo del camino… De lo contrario es como casarse por dinero, una mala idea bajo cualquier circunstancia y una absoluta locura si ya eres rico”

 

Tercera sentencia de Ken Robinson, que para mí desafía la idea que sobre la creatividad tienen algunos pedagogos: “Hay muchas nociones falsas sobre la creatividad. Una de ellas es que todo se basa en dejarse ir, que ser creativo es hacer cualquier cosa que se te pase por la cabeza. Yo defino la creatividad como el proceso de tener ideas originales que aporten valor (…) Pero, para ser creativo, hay que poder, con el tiempo, controlar los materiales con los que trabajas, para obtener los efectos que te interesan y seguir el camino que te fijes. “ Esto es algo que Draper consigue con una exposición continua a todas las formas de comunicación, pasándose mañanas enteras en el cine, desarrollando, antes de dar el salto a una gran agencia, el control total sobre el diseño de los anuncios de la tienda de peletería en la que trabaja como vendedor.

 

También es importante “…una parte de ser creativo tiene que ver con lanzar hipótesis, probar cosas, hacer bocetos, explorar posibilidades… pero la segunda parte consiste en ser crítico, hacer juicios sobre los resultados y plantearse: «y bien, ¿funciona? ¿Es lo que buscaba?”. Faceta que en el personaje se puede identificar con su constante experimentación con eslóganes en servilletas de papel.

 

Por último, Don Draper muestra una característica que en estos años nos va a ser fundamental para sobrevivir y es su resistencia a la frustración y su determinación para sortear cualquier obstáculo que se ponga en el camino que se ha propuesto seguir, justificando cualquier vileza con una frase que es parte de la impronta del personaje “We have to move forward”. Para Draper, los obstáculos existen sólo para probar cómo de fuerte es su voluntad.

 

Dice el conocido profesor de inglés Richard Vaughan, que España es una sociedad cínica que carece de héroes, lo cual impide que se propaguen ciertos valores. Esto probablemente suceda por ese vicio tan español que es la envidia. Hasta para héroe español sería válido el bueno de Donald, pues sus vicios (es alcóholico, putero, fumador empedernido, mal marido e insensible emocional) hace que no tengamos que perdonarlo por ser perfecto. Nos puede valer, por tanto, como santo patrón.

 

 

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