Esta pieza corresponde a la serie El Envés
¿Dónde está Dios?
Dios me ha ordenado
ve a él y di: Oh tú, muy tentado,
¿no te he tomado yo a mi servicio?
¿No te he mandado yo que me buscaras?
Tu grito: ¡Alá!, ¡era mí! ¡Aquí me tienes!,
y tu pena, tu añoranza, y tu grito interior eran mis mensajeros.
Tus luchas y tus gritos de auxilio eran los medios
de que yo me servía para atraerte
y ellos eran los que engendraban tu oración.
Tu temor y tu amor ocultan tan sólo mi gracia.
Y cada grito tuyo, ¡oh Dios!, contiene muchos;
¡Héme aquí! de mi parte.
Galal A-Din Rumi.
(A este respecto, me viene a la memoria un texto de Simone Weil, quien, en un texto titulado «Attente de Dieu» escribe: «La idea de una búsqueda del hombre por Dios es de un esplendor y de una profundidad insondables.
Hay una decadencia cuando se le reemplaza por la búsqueda de Dios por el ser humano».
La misma idea aparece en Martin Buber: «No se busca ese tú como se busca una cosa; no hay, en realidad,
«búsqueda de Dios» porque no existe nada donde no se le pueda encontrar. Empresa loca y desesperada la de separarse del camino de su propia vida para buscar a Dios. Aún cuando el sujeto se hubiese apropiado de toda la sabiduría de la sociedad y toda la virtud del recogimiento, fracasaría en su intento de encontrar a Dios. Es, más bien, como si, andando el propio camino, se desease que sea el buen camino… Siempre alerta pero sin buscar nada más, sigue su ruta…»
Mañana os contaré donde he encontrado este párrafo subrayado por mi el 30 de octubre de 1976.
José Carlos Gª Fajardo. prof Emérito U.C.M.
