Hace varios años una querida amiga me preguntó cómo bordaba: si introducía la aguja y la sacaba completamente cada vez para dar una puntada, o si la introducía varias veces en la tela antes de halar el hilo. Tras fruncir mi ceño por la extrañeza de la pregunta contesté que lo hacía de la segunda manera. ¿Quién no lo haría así?, pensé entonces.
En esta entrada quiero hablar sobre los dos métodos de bordado a mano conocidos en este hemisferio. Más precisamente, son conocidos en el mundo angloparlante, por lo que sus nombres están en inglés: sewing, el método de coser (o de costura); y stabbing, el de clavar la aguja (o de pinchar).
Coser, al bordar
Aprendí a bordar cosiendo. Así me enseñaron mi abuela, mi madre, mi tía y las profesoras del colegio. Así me han enseñado también mis profesoras de distintas partes del mundo a través de internet. Este es el método tradicional de bordar, el que aparece en esquemas y fotos de puntadas en la mayoría de tutoriales en la web y en libros de bordado a mano.
En el método de coser, la aguja corre paralela a la tela y se introduce un par de veces en la misma (hacia abajo y hacia arriba) antes de halar el hilo completamente y formar la puntada, como se muestra en la foto de abajo.
Con este método, el bastidor es opcional. En mi caso, cuando bordo cosiendo no uso el bastidor, me hace estorbo. Simplemente regulo la tensión del hilo para que no quede muy apretado al halarlo.
Una desventaja de coser al bordar –de la que me he percatado solo al ensayar con el otro método– es que la mano izquierda sufre por estar inmovilizada, deteniendo la tela, y los dedos también padecen presión entre la aguja y la tela. Una supuesta ventaja de coser al bordar es la rapidez y, por ende, la eficiencia. En vez de avanzar un pinchazo a la vez, se avanzan dos a la vez.
Una ventaja comprobada de este método es que mi bordado es fácilmente transportable en mi bolsa de labores, debido a que solo necesito la tela, el hilo, la aguja y las tijeras. Así, puedo bordar mientras espero en una oficina o clínica.
Clavar la aguja, al bordar
Vamos con el otro método, el de stabbing. Aparte del comentario de mi amiga con el que inicié esta entrada, he conocido y aprendido sobre este método por el internet. Según lo que he explorado, parece ser la técnica dominante en el mundo angloparlante, o al menos en el Reino Unido.
Anne, de Pumora, hizo hace unos días una compulsa sobre qué tipo de bordadoras éramos sus seguidoras en Instagram y escribió al respecto en su blog, sembrándome la inquietud de intentar este segundo método. Lo que me llevó a ensayarlo fue su afirmación de que el stabbing era más benigno con los dedos que el sewing y yo había estado padeciendo dolor en los dedos de la mano izquierda.
Cuando intenté bordar clavando la aguja me di cuenta de que necesitaba que alguien me dijera cómo se hacía. Entonces acudí a los videos-tutoriales de Sarah Homfray, aprendiz de la Royal School of Needlework (Inglaterra), quien usa un bastidor con base y borda con sus dos manos. Saqué un bastidor con base que me compré hace un par de años con la intención de grabar tutoriales en video e imité a mi maestra inglesa.
En el método de stabbing o clavado de la aguja, idealmente se trabaja en una tela bien tensada en un bastidor con base, con una mano arriba de la tela y otra debajo. Cada mano recibe la aguja –que corre perpendicular a la tela– y hala el hilo, para luego clavarla en la tela y dejar que la otra mano haga el trabajo. El uso de las dos manos a la vez para cada puntada vuelve este método bastante eficiente, ya que lo que cosiendo se hace en un paso, con este método se hace en dos pasos.
Si no tenemos un bastidor con base, la mano izquierda (o la no dominante) sostiene el bastidor mientras la derecha (o la dominante) viaja por encima y por debajo de la labor dando cada puntada. En este caso, el método de clavar la aguja resultará menos eficiente.
Este método tiene varias ventajas, según bordadoras profesionales como Mary Corbet: desgasta menos el hilo debido al ángulo de entrada de este en la tela, permite controlar mejor la tensión de las puntadas, consigue puntadas más nítidas ya que el hilo se asienta suavemente sobre la tela, además no se lastiman los dedos. Una desventaja de este método, frente al de coser, es que mi bordado no es tan fácil de transportar en mi bolsa de labores, pues el bastidor con base ocupa un espacio significativo.
A mí me pareció relevante ensayar este método y les confieso que estoy contenta con los primeros resultados. ¿Se perciben diferencias entre la calidad del bordado de la Frida octava (falda rosa) y la séptima (falda azul)?, ¿cuál cree que hice con el método de coser y cuál con el de clavar la aguja?
Noto diferencias en el huipil o blusa de las Fridas. Ambos han sido hechos con la misma puntada, el punto atrás (stem stitch). No obstante, el de colores cálidos (derecha) se ve más asentado en la tela, con los hilos más integrados; este fue hecho con el método de stabbing. El huipil en azules y verdes (izquierda) fue cosido; las puntadas las veo más levantadas sobre la tela. Debo anotar que ambas faldas fueron hechas con el método de clavar la aguja.
Nota sobre la traducción
Discriminar entre un método y el otro al bordar es un fenómeno que viene del mundo de habla inglesa. En castellano, hasta donde yo sé, no existen denominaciones separadas para stabbing y sewing, en los sentidos aquí tratados. Las que he usado en este post no me resultan de todo satisfactorias, sobre todo la de «clavar la aguja».
Tampoco me convencen del todo las usadas por Ana Belén Villanueva, traductora del Manual práctico de bordado, de Bety Barnden (Barcelona, Océano, 2011). Estas se pueden ver en la ilustración incluida más arriba: método de pinchar y método de costura (p. 34).
Para concluir
Me comentaba la artista María Mercedes Trujillo, MagaMerlina, con quien somos amigas por internet, que cuando ella intentó enseñar el método de stabbing en su natal Colombia, la gente consideró que era una pérdida de tiempo. Lo mismo pensé yo cuando por primera vez en la vida me dijeron que existía ese otro método de bordar que no es el que me enseñó mi abuela Ángela.
Sin embargo, en este momento le estoy hallando la gracia a clavar la aguja y sacar el hilo completamente mientras bordo en un bastidor con base… Mi mano izquierda no ha padecido del entumecimiento de permanecer inmóvil y tensa sujetando la tela; mi dedo índice izquierdo tampoco ha sido aplastado entre tela y aguja cada vez que doy una puntada.
Ahora bien, este método para mí es novedoso, no es lo habitual, así que no estoy segura si seguiré con él. Si usted quiere animarse a probar el nuevo método le recomiendo a mi profesora, Sarah Homfray.
Más lecturas
Stabbing vs. Sewing: Two Methods for Hand Embroidery, por Mollie Johanson
Sewing vs. Stabbing: Two Methods of Stitching, por Mary Corbet
Are you stabbing or sewing, por Anne (Pumora)
Tips & Tricks: Sewer or Stabber?, por Julie (&Stitches)
Stab stitch, Textile Research Centre TRC Needles