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Dramaturgia española contemporánea I – IMPRÓLOGO

libros

1.

 

Veo, veo…

¿Qué ves?

Una cosita…

¿Qué empieza por la letra?

D…

¿D?

Sí, D.

¿Jugamos a otra cosa?

 

 

2.

 

 

IMPRÓLOGO

 

 

3.

 

Casi a la muerte de José Hierro, acontecida en 2002, salió a la luz un libro titulado Guardados en la sombra (Textos de la prehistoria literaria de José Hierro) en donde el lector /a puede encontrar pequeñas narraciones, conferencias, poemas inéditos y algunas piezas teatrales.

 

Pues hay en este libro una serie de conferencias que lleva por título La poesía en relación con la música y la pintura. Y entonces Hierro pone el ojo y su lúcida palabra en un mal que asola a la creación artística: los poetas no saben qué hacen los músicos y los pintores de su época (y viceversa). ¿Y los del teatro? ¿Sabemos los del teatro qué hacen nuestros poetas, nuestros pintores, nuestros músicos, nuestros…?

 

 

4.

 

Este blog acostumbra a un tono desenfadado, con humores, diríamos. Pero Verá Yobardé me dice que no me preocupe, que en todo circo siempre hay una payasa triste…

 

Vale, pues sigo.

 

  

5.

 

El señor nico guau, la gallina que ladra, lleva días largos instándome a que escriba una entrada sobre dramaturgia española contemporánea alegando que soy la que más leo. En fin… Vale, bueno, mira, esto no es fácil en un país en donde los bachilleres solo leen una de Valle-Inclán y otra de Federico García Lorca y venga ya, a selectividad, en donde por el teatro nunca se les pregunta; en un país en donde tiene que haber librerías especializadas de teatro porque nunca seremos novedad; en donde los del teatro leen teatro y se dan unos a otros la enhorabuena, que está bien, ojo, pero si atendemos a que el valor del “arte por el arte” le corresponde al público, al profano, al que sin herramientas técnicas contempla la obra, la escucha y la lee…

 

6.

 

Se me preguntó el porqué solo la gente de teatro es la que lee teatro con motivo del XV Salón del Libro Teatral. Y no tengo ni puñetera idea. (Quizá Antonio García, que es un hombre normal y come todos los días teatro, me pueda ayudar). Los lectores asiduos de novelas no son en su mayoría novelistas, los lectores menos asiduos de poesía no son en su mayoría poetas, los lectores de ensayo, de recetas de cocina, de biografías, de revistas de caza y pesca, y suma y sigue, no son en su mayoría escritores.

 

¿Y el teatro? Para el mí el problema está en los años escolares, donde pueden germinar muchas semillas. En esos años en que te meten la información en casillas empezando por lo muy antiguo y en donde nunca da tiempo a llegar a lo contemporáneo y en donde el teatro no se estudia con seriedad como género literario. ¿Por qué? Cambiar este estudio por ir al teatro en plan actividad extraescolar una vez al año (y si hay presupuesto) es un insulto, es una tara, es un problema de raíz…

 

¿Y si lo hiciéramos al revés? ¿Y si empezáramos a estudiar lo que acontece en presente absoluto y de ahí fuéramos rastreando la tradición? Es como cuando le preguntas a tus padres: «¿Cómo os conocisteis? ¿Cómo era el abuelo? ¿Por qué emigraron los padres de tus padres? Etcétera.» Y todos, más o menos, tenemos un mapa de nuestra familia gracias al testimonio directo. 

 

  

7.

 

La dramaturgia española contemporánea (menores de 35 años, la mal llamada “emergente”), a pesar de todo, está de gala. Proliferan autores y autoras de una calidad de rigor, de una mirada profunda, de una técnica depurada. Escritoras y escritores que preguntan al mundo y lo transforman. Escritoras y escritores que hacen del teatro un verdadero deleite para su lectura…

 

Lo de  los escenarios es otra cosa. Pues no siempre ocurre. Es el sino de quien escribe. Cajones y cajones llenos de obras de teatro que no siempre ven la luz escénica. Y de eso quiero hablar (y que hablemos) en las próximas entradas a cuestas de la dramaturgia… Obras que se publican, pero que no se estrenan. Obras que se estrenan, pero que no se publican. Obras que ganan premios, pero que no se estrenan. Obras que gozan de mayor suerte y hacen pleno.

 

 

8.

 

Vaya lío. 

 

 

9.

 

Para que lo que vaticinó en su día José Hierro no se cumpla, me parece necesario el asociacionismo como única medida paliativa. Asociarse. Juntarse y compartir. Juntarse y discutir. Asociarse. Juntarse para crear. Pero sin cometer la locura de aislarse. No. No. Asociarse con lo nuevo, con lo diferente, con lo que nos interroga cara a cara. Asociarse por todo eso.

 

De un tiempo a esta parte hay otro tipo de asociacionismo que es el virtual. Bien, es posible, de hecho, que tú estés leyendo esta entrada vía Facebook o Twitter. Y está bien, pero no hagamos de un regalo común un destino virtual, ¿no?

 

En este aspecto tengo que decir que hay un grupo de Facebook que se llama El teatro también se lee y que generosamente administra el dramaturgo César López Llera. Es dramaturgia contemporánea cien por cien. ¡Gracias! 

 

 

10.

 

Acepto sugerencias, paseos en bicicleta con Manuel Rodríguez, nombres propios, formas en uso y desuso, acepto puntos de vista… Pido, por favor, un diálogo… Y perdón por lo impropio de este imprólogo. ¡Cacaread! 

 

 

11.

 

¡Sed muy bienvenidas a este gallinero Folguera y Pelma y gris! 

 

 

la señora del fondo

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