Cada año se ve, justo delante de nuestros pies, una primera hoja.
Luego, sobre un banco, encuentro un libro que alguien ha dejado para el siguiente.
El siguiente es un número plural indeterminado. Siempre somos ellos,
y hoy leemos:
«La vida se le antojó adorable,
de una poesía fina y triste,
envuelta en aquella neblina en la que nada resplandecía y nada cantaba,
tan propicia para que dos corazones ajenos al mundo,
en discordia con él,
se abandonaran al continuo encanto de estremecerse juntos
en el silencio y en la sombra”.
“La Historia, la Literatura, la Política, no eran más que una sucesión de cogorzas”.
Y la Economía, por supuesto.