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El algoritmo

Donde se muestra sorpresa por lo que sugiere esta fórmula a la hora de navegar despistado por Internet

Entré a Youtube, vi las sugerencias y, de repente, como una ventana al pasado, encontré un discurso de Leonid Brézhnev. Lo confieso: Brézhnev, gobernante del soviet supremo, no es lo que yo llamaría “diversión asegurada”. La pregunta, a pesar de todo, estaba ahí ¿Cómo había llegado Youtube a sugerirme a este miembro destacado del comunismo internacional y del colectivo UNICEJ?

Diversión asegurada

Ahí entra este elemento que lleva en Internet unos pocos años, cuando empezaron a personalizarse las búsquedas, y es el algoritmo. Un derivado de lo que se ha llamado Big data”, se intenta escudriñar todas la interconexiones para predecir las búsquedas. Estas habían decidido que, luego de una semana de investigación sobre Rusia, un discurso de año nuevo de un hombre cejijunto era lo que yo necesitaba un jueves por la mañana. Este «error” quitaba la razón a los paranoicos que ven nuestras interacciones como hilos de un dictador virtual: por una vez el algoritmo había errado y no todo podía ser previsto.. El sherpa había fallado en una subida al Everest virtual utilizando un camino sin final.

Estos fallos estadísticos rompen también esa idea de los años 50 a los 70 de una dictadura de sociólogos o planificadores. En uno de los mejores y más fascinantes artículos del New Yorker, escrito por el filósofo Evgeny Morozov, se recordaba como Salvador Allende intentó crear un sistema de planificación de datos llamado Cybersyn. Este pretendía hacer “inevitable” la vía chilena al socialismo y era el ingrediente secreto de una ideología que se vendía a la extrema izquierda como la inefable fórmula de la Coca-Cola.

«Podemos decirlo por ti»: el delirante gabinete Cybersyn de Allende

Era el año 1971, Allende tenía varios requerimientos por su política cesarista, y todavía tuvo la visión de crear un sistema cibernético en plena era de telegramas e información analógica.  Lo paradójico de todo este proyecto, de toda esta megalomanía deudora de mi querida novela Nosotros, es que ninguno de esos algoritmos predijo el comportamiento irracional que acabó con todo: el golpe de estado de los militares del 11 de septiembre de 1973.

El algoritmo esa vez fallo, trágicamente: Pinochet fue su particular Brézhnev.

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