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Mientras tantoEl aparato chafado

El aparato chafado


 

Dice Rajoy que no ha llamado a Snchz para no molestar, lo cual es signo de una educación antigua, incluso exquisita por retranqueada. El no molestar es una deferencia pasada de moda e infravalorada como el propio Pdr. Otra cosa es ganar, que es lo que le falta a pesar de los fastos de anoche al nuevo (de nuevo) Secretario General. Pdr resiste detonando cargas explosivas. Olvídense del diálogo, entre otras cosas porque para que exista quizá debería de haber primero un discurso, una guía, aunque sean unos principios baratos. Pdr llegó ayer a Ferraz desprovisto de todo lo anterior, por supuesto, y apretó el botón de su detonador. Luego salieron por allí Díaz, Madina, González, Rubalcaba y demás con la cara y el pelo y la ropa blancos. El aparato chafado. No había más que mirar la cara de Susana, una cara como de Filemón con un trozo de pared en la cabeza, y la de Pachi, o Mortadelo, quizá el único político socialista en pie gracias a la posesión de un equilibrio como los de antes, cuando perderlo era perderlo y no como ahora que todo se puede recuperar, hasta el mismo Snchz. Pdr quiere detonarlo todo porque no parece saber hacer de otro modo lo que se suponga que quiera hacer. El «no es no» era un explosivo inútil en sí mismo, un petardo absurdo y además ineficaz bajo los firmes muros de su enemigo Rajoy. Pero da la impresión de que quiere volver (volver, volver y volver a volver: lo suyo es un volver sin descanso) a encender la mecha como si no hubiera aprendido nada (casi nadie esperaba otra cosa y muchos lo temían) recorriendo España en su coche, el mismo con el que salió ayer de la sede socialista con el maletero lleno de cohetes para molestar. Sobre todo a Rajoy.

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