L’art en guerre (El arte en guerra) es una exposición que arroja luz sobre las partes más oscuras de la historia. Son más de 400 obras —entre pinturas, esculturas, dibujos, fotografías, objetos, cartas, carteles y piezas audiovisuales— volcadas en uno de los períodos más tenebrosos de la humanidad que nos convierten en testigos de la reacción de los artistas ante la oscuridad. Preguntas incómodas, respuestas ambiguas, vacas sagradas, biografías maculadas… Como escribió Borja Hermoso en El País “¿De verdad repelió la guerra a todos los supuestos amantes de la cultura y el arte? ¿También a André Breton, quien tuvo a bien un día dejar caer la boutade de que “el acto surrealista supremo sería coger un revólver y disparar a diestro y siniestro contra la multitud? ¿Fue Hitler un bluff, tal y como le vaticinó Sartre a Simone de Beauvoir en otra boutade histórica?”. Pero más allá de los morbosos interrogantes, esta exposición es un recorrido agotador y revelador por las intrincadas relaciones entre la guerra, sus víctimas, sus verdugos y sus testigos, y más concretamente, esos testigos que tuvieron el valor de plasmar en sus obras las a menudo odiosas consecuencias de los tratados, los pactos y los armisticios.