Gobernar a base de prohibiciones es el camino más fácil. Hace unos días había una noticia en el telediario; no sé dónde era, pero habían prohibido el uso del monopatín sin la autorización de un adulto… O algo así. La verdad es que, ante tanto despropósito, prefiero cerrar los oídos. Recordé la medida que propuso George W. Bush, aquella mente lúcida y brillante donde las haya que marcó el paso del mundo al inicio de este siglo, de talar bosques para acabar con los incendios. Qué buen chaval… Tanto prohibir, tanto prohibir. ¿Y qué hay de educar? ¿De fomentar? ¿De apoyar? ¿De crear las condiciones óptimas para obtener resultados?
Pues a pesar de ellos, todavía hay personas que piensan en otra forma de hacer las cosas. The John Lennon Educational Tour Bus lleva dieciséis años de gira por el mundo. Un autobús escuela perfectamente equipado, que recorre todo paises visitando colegios, conferencias y eventos diversos para enseñar a escribir, arreglar, producir y grabar una canción y producción y rodaje de vídeo clips y documentales.
Una acción colateral del autobús es el John Lennon Songwriting Contest. En palabras de mi amiga Cristina Narea, “es un festival diferente, lleno de contenido y fuera de la rueda comercial de las multinacionales”, y ha llegado a la final en la categoría de latin (queda pendiente hablaros de Cristina).
¿Será esta una de las razones de que la música anglosajona se escuche en todo el mundo? Sin duda, hay países que han creado las condiciones para que la industria del entretenimiento sea muy rentable. No como aquí, que tenemos que escuchar opiniones subjetivas (y más que dudosas) del ministro sobre la calidad de los productos, en vez de apoyar una industria que es el 4% del PIB.
Ahora, os pido un instante para recordar la entrada del blog de la semana pasada. ¿No os parece que esto del autobús es ciencia ficción?
Visitad la web y comprobadlo vosotros mismos. A mí se me han acabado los argumentos.
@Estivigon