Una de las obras de Juan Mayorga que no deja de representarse en todo el mundo llega a Madrid de la mano de un jovencísimo elenco dirigidos por un joven entusiasta llamado Víctor Velasco. La compañía La Fila de al Lado derrocha amor al teatro sobre el escenario desnudo de la sala más veterana de la cartelera alternativa madrileña con una obra que parece que va a tratar del desastre de la educación en España (una obra para aliviar la melancolía de los maestros que siguen empeñados en dedicarse a un oficio desdeñado y menospreciado en estas latitudes), pero muy pronto deriva por otros derroteros, a los que no son ajenos la relación alumno/profesor, y en el que vemos cómo el poder creador de la literatura y su relación antropófaga con la realidad puede hacer de un teatro un laboratorio de experimentación de la conducta. La compañía suple con entrega y pasión las limitaciones interpretativas de parte del elenco, sobre todo a la hora de hacerse entender.
