El horror no sólo es tener una pesadilla en la calle del infierno. A partir del siglo XX, la industria cultural hollywoodense transformó –y reformuló– este concepto, reduciéndolo a expresiones como el clásico fenómeno paranormal y los ejércitos postapocalípticos de zombis. De acuerdo con las condiciones históricas de cada época, la noción del horror se transforma y adquiere nuevos significados. Horror en el trópico reúne 21 obras realizadas a partir de 1973, período histórico en el que se respiró un aire de crisis y represión. Esta exposición toma como punto de partida el trabajo cinematográfico y pictórico de Juan López Moctezuma, director y productor de culto por su experimentación con el género de terror. Además de exhibir por vez primera sus dibujos y collages se muestran fragmentos de la película La mansión de la locura (1973), una adaptación del cuento The System of Doctor Tarr and Professor Fether, de Edgar Allan Poe. Asimismo, se muestra una fotografía de la serie Recados póstumos, de Teresa Margolles, artista que trabaja en los depósitos de cadáveres, víctimas anónimas y actos violentos que sacuden las sociedad contemporánea. Por su parte, el artista Mario Villalobos presenta Turbas I, pieza que evoca una bomba social a través de un tanque de gas del que emanan manos fabricadas con poliuretano. Para rematar con la reflexión de cómo ha mutado el género del horror a partir del siglo XX, se exhiben dos videos de Alexandra Velasco –que recontextualizan escenas de películas como Scream (Craven, 1996)– y una pieza de Óscar García Garduño inspirada en el personaje principal de El resplandor, la película de Stanley Kubrick protagonizada por Jack Nicholson).