Las tres obras del maestro Vermeer reunidas en el Mauritshuis holandés ofrecen una visión diferente de su trabajo y de su evolución como artista. Lejos de sus típicos interiores llenos de figuras femeninas, estas obras de su juventud muestran escenas mitológicas, bíblicas y mundanas en formatos de muy gran tamaño. Procedentes de museos de Edimburgo, Dresden y el propio Mauritshuis, los trabajos expuestos permiten atisbar el futuro estilo artístico del maestro