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El mejor equipo del mundo: Wolverhampton Wanderers

 

Las primeras jornadas de la Premier League de esta naciente temporada depararon algunas sorpresas, entre las cuales destacó la buena actuación del modesto Wanderers de Wolverhampton, el histórico Wolves del corazón industrial de Inglaterra. El estupor, inclusive entre los aficionados de los de Mick McCarthy, fue tal que tras situarse en la cabeza de la clasificación en la tercera jornada muchos se preguntaban si era la primera vez que los lobos lideraban la liga. Inevitable era, entonces, la memoria de aquellos Wolves de los años 50, los que se declararon a sí mismos el mejor equipo del mundo.

 

Uno de los 12 clubes fundadores de la Primera División inglesa en 1888, el equipo ha jugado en el mítico estadio de Molineux desde hace más de un siglo. Sin embargo, no sería sino hasta finales de los años 30 cuando el club se establecería entre la élite del fútbol inglés. Era la época en la que la defensa de los Wolves se veía anclada por la presencia del mítico Stan Cullis, titular indiscutible y capitán del combinado que en las temporadas de 1938, 1939 y 1947 (la primera de la post-guerra) perdería cada una de aquellas ligas en el último partido. 

 

 

Stan CullisCullis se retiró como jugador tras la derrota sufrida a manos del Liverpool en la última jornada de la temporada de 1947, pero volvió al mando de los Wolves como entrenador en 1948. Sería el comienzo de la edad de oro del club, que conseguiría la FA Cup en el primer año de Cullis como entrenador. La primera liga, sin embargo, habría de hacerse esperar hasta 1954, cuando de la mano de la otra figura legendaria de los lobos, Billy Wright, el sempiterno capitán de la selección inglesa de las años 50, se alzarían con la primera de las tres ligas que ganarían bajo la tutela de Cullis. Fue precisamente en aquella temporada 53-54 cuando el Molineaux fue equipado con luces artificiales, sirviendo de escenario estelar para confrontaciones amistosas entre los Wolves y equipos extranjeros. En el invierno de 1954 el equipo de los Midlands venció al Dynamo de Lev Yashin (2-1), al Spartak de Moscú (4-0) y, sobre todo, al Honved de Puskas y Kocsis y demás, quienes tomaron una ventaja de 0-2, solo para verla desvanecerse durante la segunda parte de un encuentro que terminó 3-2.

 

 

Televisado por la BBC y bajo los excéntricos faroles del Molineaux, el partido contra el Honved sirvió para recuperar un poco del orgullo perdido por la nacional inglesa al enfrentarse a los Maravillosos Magyares en 1953 y 1954 con sendas derrotas en Wembley (3-6) y Budapest (7-1) respectivamente. También sirvió de pretexto a Stan Cullis para argumentar que los Wolves era el mejor equipo de Europa, situación ante la cual Gabriel Hanot, editor del diario L’Equipe respondió que antes de declararse campeones del mundo los Wolves debían medirse contra el Milán, o el Real Madrid. Las bases para la Copa de Europa se habían sentado.

 

 

WOLVES BEAT HONVED

 

Y con ellas pasaban también los 15 minutos de gloria de los Wolverhampton Wanderers, a pesar de que el equipo seguiría siendo uno de los grandes hasta el final de la década. La gira de 1955, con los partidos de vuelta en Budapest y Moscú trajeron tres derrotas, y aunque Cullis volvería a ganar la liga en el 58 y el 59, estas victorias se verían opacadas por la tragedia aérea del Manchester United en Munich. Los Wolves jugarían su primera Copa de Europa en 1958, tras una exitosa gira por Madrid el año anterior, en el que consiguieron un empate en el Bernabeu y una victoria 3-2 ante el Real en Molineaux. Pero en el marco de la competición serían eliminados por el Schalke en primera ronda. Al año siguiente el verdugos de los ingleses sería el Barcelona, quien los eliminaría en los cuartos de final. Ya para entonces no había quien pudiera argumentar que los Wolves eran el mejor equipo del mundo.

 

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