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El mensaje de La Mamá de Alemania, ‘audista’ de Guinea Ecuatorial, y dos variantes dialectales fang: ntumu y okak

Ilustración: Lantus Kwikpen

En los ámbitos ecuatoguineanos de las redes sociales, más precisamente en whatsapp, circula un audio cuya autora es la audista ecuatoguineana que se identifica como La Mamá de Alemania. El audio fue publicado el día 26 del pasado mes junio. Al principio de su alocución La Mamá de Alemania se identifica como una ntumu y el mensaje que lanza es que los crímenes que se cometen y los que se han cometido en Guinea Ecuatorial, las torturas, los asesinatos y etcétera, son obra de los okak. Menciona que el antiguo primer ministro y actual presidente del Consejo del Estado, Ignacio Milam Tang, alardeó de haber sacarificado a cincuenta personas. También dice que un okak asesinó a su mujer, la descuartizó y fue vendiendo su carne (¿públicamente?). Y subraya que los ntumu son gente de paz, sólo buscan resolver su vida y no hacen mal a nadie.

Después de identificarse como hemos señalado arriba, y antes de proseguir con su discurso, dice que ha recibido los audios que le fueron llegando. Por lo que hay que concluir que el audio se hizo en un contexto de intercambio de mensajes de audio. Dicho contexto no queda explícito en el audio; de modo que el mensaje que perciben los que no conocen los otros audios (como es mi caso) es sólo el que se escucha aquí, que resume así: sobre la situación sociopolítica de Guinea Ecuatorial, los ntumu son los buenos y los okak son los malos, son los ogros.

Antes de comentar el mensaje del audio propiamente dicho conviene dar algunas explicaciones sobre determinados términos o expresiones que se mencionan en el audio, para situar a los que no conocen el contexto sociopolítico de Guinea Ecuatotrial: 1) el fenómeno de los y las audistas y 2) lo que son los ntumu y los okak.

Hace varios años, sobre todo desde la popularización del uso de la aplicación de mensajería whatsapp, ha irrumpido en el escenario político ecuatoguineano el fenómeno de los y las audistas. Los y las audistas se han erigido en una especie de predicadores sobre la situación política de Guinea Ecuatorial, y se les conoce con alias como Ondo Ekekam, Mamá Etugu (etugu es tortuga), La Mamá de Alemania, Ngoan e’Fang, etcétera. Lanzan mensajes dirigidos al régimen y sus figuras y también a otros dirigentes y grupos políticos. La mayoría de los mensajes los hacen en fang, la lengua del grupo étnico mayoritario de Guinea Ecuatorial. Además de los mensajes que lanzan vaticinios (casi todos incumplidos, como el fin del régimen) y otras invenciones y ocurrencias, en muchos mensajes se dedican a insultar al objetivo del momento, a desvela quién se ha acostado con quién, e incluso a ventilar las peleas que ellos y ellas mismas tienen en el mundillo de los audistas. El tema tendría una importancia relativa si no fuera porque dichos audistas ponen voz a los mensajes que elaboran dirigentes de partidos políticos, casi todos en el exilio, dirigentes políticos y sociales de chaqueta y corbata que aspiran a dirigir Guinea Ecuatorial. Así lo han manifestado esos mismos audistas cuando en algunas grabaciones han revelado quién les ha mandado a lanzar tal o cual mensaje. Dichos políticos se colocan así detrás de dichos audistas, que dicen cosas de muy mal gusto y tantos disparates y barbaridades que a veces da vergüenza ajena escucharlas.

El otro tema que necesita aclaración es el de los ntumu y los okak. Los ntumu y los okak son grupos dialectales del fang. Fang se denomina tanto la lengua como el grupo étnico que los estudiosos adscriben al grupo bantú, y que se extiende por Camerún y Gabón, Guinea Ecuatorial, aunque también hay grupos minoritarios en Congo-Brazzaville y República Centroafricana. En Camerún los llaman beti o fang-beti. Y hablan dialectos que, de norte a sur y resumiendo, son: etón, ewondo (el nombre de la capital Yaunde, viene de Yewondo), bulu, ntumu, okak, mekeiñ; y a los que hablan dichos dialectos también se les aplica el nombre del dialecto como patronímico; así un ntumu es uno que habla ntumu, originario de la zona donde se habla ntumu. Los etón, yewondo, bulu y ntumu, son las variedades dialectales de los fang-beti de Camerún; en Guinea Ecuatorial hay ntumu y okak; y en Gabón hay ntumu, okak y mekeiñ.

Los ntumu se localizan entre la vertiente norte del río Ntem (río Campo: río que en los últimos kilómetros antes de su desembocadura limita la región continental, al norte, con Camerún) y la vertiente interior norte del río Wolo (río que nace en Gabón y cruza la región continental de este a oeste y desemboca en la ciudad de Mbini); y los okak se puede decir que se localizan en la vertiente sur interior del río Wolo, en la cuenca litoral del Wolo, y la cuenca del Mitemle (el principal río que forma el estuario del Muni en Kogo y limita, en la zona, la región continental con Gabón).

En todos estos subgrupos dialectales (subrayo lo de dialectal) encontramos subgrupos étnicos, llamados tribus o clanes y éstos son los mismos (con la misma denominación o con equivalencias reconocidas por los mismos miembros de la tribu o clan) tanto en Camerún, como en Guinea Ecuatorial y Gabón. Lo que se explica por el carácter reciente de las migraciones fang, su carácter exogámico y la forma en que establecen poblados. En efecto, ocurría que, por las razones que fueran, una parte de una familia decide migrar (las migraciones de los fang han sido generalmente de norte a sur, de este a oeste; también ha habido algunos pocos movimientos migratorios en el sentido inverso) y podía fijar su nueva residencia en un poblado más o menos distante (algunos salieron de las orillas del río Wolo y se establecieron en los alrededores de Libreville, la capital de Gabón, o sea recorriendo una distancia de más de 200 kilómetros). Y al establecerse en el nuevo asentamiento siempre mantenían contacto con la parte de la familia que se quedó en el poblado o aldea anterior y con las familias de sus madres o de sus cónyuges que se hubieran quedado en los pueblos cercanos al de su anterior residencia. Este contacto se materializaba en viajes periódicos a estos pueblos, para asistir a eventos familiares o simplemente para visita. Encontramos así familias de Gabón, Camerún con vínculos directos con otras de Guinea Ecuatorial; y entre las de Guinea Ecuatorial podemos encontrar vínculos familiares muy directos, ya no digamos clanes iguales (que es como la familia extensa) entre los habitantes de pueblos distantes, incluso más de 300 kilómetros entre sí.

A esta diseminación familiar y clánica se superpusieron las divisiones administrativas: la resultante de la ocupación colonial (alemanes en Camerún, españoles en Guinea Ecuatorial y franceses en Gabón); y la interior en cada territorio. Así, en Guinea Ecuatorial encontramos a los ntumu la zona zorte del distrito de Bata, la zona norte del distrito de Niefang, en los distritos de Micomeseng, Ebibeyín, Añisok , Nsok Nsomo, la mayor parte del distrito de Mongomo; y okak en la zona sur del distrito de Bata, en los distritos de Mbini, Kogo, la zona sur de Niefang, Evinayong, Acurenam, Aconibe y Nsork. Pero la interrelación de las familias en sus migraciones de la que he hablado y la diseminación familiar y clánica hace que los cambios dialectales de ntumu a okak se den en gradiente, es decir la frontera entre los ntumu y los okak sea difusa, de suerte que a partir de una determinada zona de los ntumu (en sentido absoluto) hasta la zona de los okak (también en sentido absoluto) hay zonas intermedias donde la clasificación de quién es ntumu y quién okak, no puede ser más que relativa. Así, para uno de Ebibeyín, los de Mongomo son okak; pero para uno de Nsork, los de Mongomo son ntumu. Tanto es así que los de Kogo y Mbini, llaman ntumu (ellos pronuncian nchúm) a todos los que vienen del norte de Bata y los que proceden del interior (este) más allá de Monte Bata. Como digo, estas diferenciaciones dialectales no implican distinciones clánicas ni mucho menos étnicas: muchos nzomo residentes en zonas okak, y que por tanto son okak, siguen conservando vínculos familiares de primer orden con otros nzomo de Ebibeyín o de Nsok Nzomo, así mismo encontramos eseng de Mbini (okak) que tienen vínculos familiares muy estrechos con los eseng de Ebibeyín (ntumus).

Hechas estas aclaraciones, para quien no conoce los enredos clánico-lingüísticos de los fang, entro en el tema de comentar el audio al que me he referido. Como La Mamá de Alemania, yo también soy ntumu.

Primero decir que, como he señalado, los ntumu y los okak no son más que modalidades dialectales de los mismos clanes que conforman la etnia fang-beti. Siendo esto así, la interacción entre las instituciones coloniales y los habitantes de las unidades administrativas que se fueron formando fue caracterizando a los habitantes de cada zona e incluso de cada distrito. Pero también determinaron que a las rivalidades ancestrales entre las tribus se superpusieran las rivalidades entre las regiones y los distritos, caracterización y rivalidades que derivaron en la atribución de determinadas características a los habitantes de cada zona. Así de los ntumu dicen que somos más extrovertidos, más solidarios, pero también quizás algo más rudos, hiperbólicos (en ensalzar lo propio, en ningunear lo ajeno, en gastar bromas) y de entre ellos, de los ntumu de Ebibeyín dicen que les gusta mucho el dinero. A los okak les decimos que son más reservados, menos dados a las bromas, quizás menos solidarios, más finos, pero quizás más individualistas.

Una de las rivalidades que envenenan la relación sociopolítica entre los ntumu y los okak es la que hay entre los habitantes de Mongomo (distrito del presidente Obiang y del grueso del núcleo duro del poder y a los que los de Ebibeyín consideran okak) y los de Ebibeyín. Esta rivalidad pudo haberse iniciado en el hecho de habiendo sido Ebibeyín un núcleo poblacional más importante de la zona, donde se asentaron representaciones institucionales de un orden superior [era la sede de la compañía Este de la Guardia Colonial, bajo cuyo mando estaba Micomeseng, Mongomo, Nsork (entonces no se había creado el distrito de Añisok, ni mucho menos el de Nsok Nsomo)] y dado el carácter hiperbólico de los ntumus, considerasen a los de Mongomo como su patio trasero (al estilo que Estados Unidos consideró América Central y del Sur).

Como digo, son las características que, por las rivalidades que he señalado, los unos atribuyen a los otros, sin que necesariamente las tengan. Por lo que, decir que los okak son los torturadores, los asesinos, los malos, haciendo amalgama de todos los okak, denota unos sentimientos deplorables que tiene La Mamá de Alemania contra los okak, que son intolerables y que los ntumu no debiéramos permitir. Me hubiera gustado escuchar audios o comunicados de dirigentes políticos y líderes sociales ntumu denunciando y condenando las manifestaciones de dicha señora. Afirmar que la mayoría de los asesinatos y atentados contra la humanidad que suceden en Guinea Ecuatorial son obra de los okak es el tipo de discurso que lleva a situaciones como el genocidio de Ruanda.

Si analizamos el uso de la violencia institucionalizada, ejercida como demostración del poder que uno tiene sobre los otros, para conseguir su sumisión, como medio para mantenerse en el poder, con sus derivadas, podemos encontrar hechos que apuntan a que algunos elementos de determinados grupos o zonas pueden haber tenido mayormente la iniciativa de ejercer la represión y la violencia sociopolítica que se vive actualmente en Guinea Ecuatorial.

En la ocupación colonial, uno de los primeros destacamentos de la Guardia Colonial (cuerpo armado formado por oficiales de la Guardia Civil española y tropa africana) establecidos en el interior de la región continental fue el de Micomeseng. A su frente estuvo el teniente Julián Ayala. La tropa de la guardia colonial estuvo formada inicialmente por africanos de origen no guineano (liberianos, ghaneses, cameruneses), pero fueron siendo sustituidos por los nativos de Guinea Ecuatorial. Es lógico que los nativos guineanos que se incorporaron a la guardia colonial procedieran del entorno donde estaba el destacamento, en este caso Micomeseng (zona ntumu). Ayala fue quizás el más cruel de los oficiales de la guardia colonial en Guinea Ecuatorial. Pero los ejecutores de sus barbaridades eran miembros de la tropa. De modo que no es descabellado pensar que la mayoría de los nativos de la guardia colonial que ejecutaban sus atroces órdenes fueran los ntumu; y, todo hay que decirlo, ejercían dicha violencia sobre la gente del entorno, es decir sus propios paisanos, también ntumu. Evidentemente, y como dicen muchos estudiosos, no era extraño que los propios africanos se excedieran en la aplicación de tormentos a sus propios hermanos, incluso cuando el colono no les había enviado (el uniforme les daba un poder del que tenían la tendencia de aprovecharse y abusar). Con la creación de más destacamentos de la guardia colonial se creó una especie de academia de reclutas o suboficiales en el pueblo de Alén, en el distrito de Ebibeyín, al sur de la ciudad en la carretera que va a Mongomo. También es lógico pensar que los que accedían a dicha academia fueran mayormente los del entorno, ntumu, por supuesto. Así que muchos miembros de la tropa nativa de la guardia colonial eran ntumu. Eran el brazo ejecutor de las represiones coloniales. Pero esto no convierte a todos los ntumu en represores ni en violentos, ni siquiera a la mayoría de ellos.

La represión sociopolítica adquiere su nivel álgido en la época de Francisco Macías. Macías accede al poder al ganar la segunda vuelta en las elecciones presidenciales del año 1968, frente a Bonifacio Ondo Edu (Evinayong, okak, pero de la tribu nzomo, que abunda en la zona ntumu).

Dos meses después de las elecciones, Ondo Edú fue sometido a arresto domiciliario en Malabo, después de que fuera devuelto de Gabón, donde se refugió, pero no obtuvo asilo. El 5 de marzo de 1969 se produjo el intento de golpe de estado atribuido a Atanasio Ndong (el tercero candidato en liza, que apoyó a Macías en la segunda vuelta). A partir de esta fecha tanto los originarios los distritos que mayormente apoyaron a Ondo Edu en la primera vuelta de las elecciones presidenciales a las que nos hemos referido (Evinayong, Acurenam, Nsok, de la zona Okak), como los de los distritos que apoyaron a Atanasio en dicha primera vuelta (Bata, Mbini, Kogo, también de la zona Okak), fueron estigmatizados y se ejerció una durísima represión contra ellos. Dicha represión fue ejercida por las hordas de las Juventudes en Marcha con Macías, formada por originarios de los distritos que apoyaron a Macías, es decir Micomeseng, Ebibeyín, Añisok, miembros del grupo ntumu. Éstos se apropiaron y se identificaron tanto con Macías que incluso los de Mongomo estaban a la zaga en el celo de su defensa de Macías y en reprimir a los no maciístas. A mediados del primer lustro de los 70 se produjo una purga, tanto en la Administración Civil como en los cuerpos armados, de los originarios de los distritos que apoyaron a Ondo Edú y Atanasio Ndong (okak). De suerte que casi todos los mandos (e incluso tropa) de los cuerpos uniformados (ejército, policía), de las Juventudes en Marcha con Macías (y de su transformación en Milicias Populares Revolucionarias), y todos los responsables de la Administración, eran originarios de los distritos de Micomeseng, Ebibeyín, Añisok, Mongomo, y en menor medida de Niefang (distrito de la esposa de Macías). En los años más lúgubres de las cárceles de Macías en Bata el gobernador civil de Río Muni era Miguel Eyegue Ntutumu, natural de Micomeseng, ntumu, por tanto. Y uno de los oficiales de las milicias era Pedro Motú Mamiaga, de Ebibeyín, ntumu. Era el momento en que destacaba en las cárceles de Bata un afamado torturador, el matón Nfulu Enguang, también ntumu. Mientras el terror de Malabo era Norberto Nsue Micha, alias Jair (en emulación del jugador de fútbol brasileño llamado Jaizinho), todopoderoso director general de Seguridad, natural de Ebibeyín, por tanto ntumu.

De ahí se ha llegado a los actuales torturadores, los Maykol (recientemente fallecido), Cayo Ondo Mba, Chico Enri, Julián Ondo Nkumu (estos dos últimos en la cárcel), y otros muchos. Y los de Mongomo, teniendo el poder, han tomado el relevo de unas prácticas iniciadas por algunos de nosotros, los ntumu. Lo podemos observar en el siguiente hecho:

A partir de los mediados de los años año 80, hasta los principios de este siglo, el equipo de fútbol de Mongomo, Deportivo Mongomo, tenía que ganar sus partidos sí o sí. Para ello los jugadores podían practicar impunemente cualquier tipo de juego agresivo que quisieran sobre sus contrincantes. Y si por alguna casualidad muy casual no conseguían el resultado deseado se la tomaban contra los árbitros, a los que maltrataban, amenazaban con armas, etcétera. Pues bien, en el primer lustro de los 70, y antes de que los de Mongomo tuvieran un equipo de fútbol que participara en competiciones de primer nivel, el equipo que inició estas prácticas fue Akonangui (de Ebibeyín, ntumu). Se acordará La Mamá de Alemania de la consigna “Ovuar de Kie, Akonangui six heurs”, que significaba que, a partir de las seis de la tarde, cuando se reducía un poco la visibilidad, los que jugaban un partido contra Akonangui, debían esperar patadas y entradas agresivas y peligrosas, no al balón, sino a sus piernas, pies y tobillos. Y si no se conseguía mantenerlos futbolísticamente a raya pues puñetazos y palizas al árbitro: todo impunemente.

En estos momentos se han generalizado las torturas, los tratos inhumanos e incluso los asesinatos, infligidos por miembros destacados del gubernamental y todopoderoso Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) o agentes de la seguridad del presidente Teoroto Obiang Nguema, fundamentalmente contra los opositores. Y los autores son de todas las zonas y distritos. Pero un caso tuvo mucho eco, hasta el punto de que los autores fueron sometidos a una pantomima de juicio (condenados, pero liberados a los pocos meses y reintegrados en sus puestos). Se trata del asesinato, el 13 de enero del 1999, del ex-embajador Julián Esono Bibang a manos del entonces delegado de gobierno de Micomeseng, Francisco Mba Mendama, y el agente de Seguridad Presidencial Juan Enama Ela. Tanto el asesinado, como los asesinos, eran del distrito de Micomeseng, y por tanto ntumu los tres.

Se supone que La Mamá de Alemania debería estar suficientemente informada de estos casos, y de estas cosas, como para decir las cosas que ha dicho sobre los okak.

Son los antecedentes relativamente verificables del inicio y desarrollo de la institucionalización de la violencia sociopolítica que se viven actualmente en Guinea Ecuatorial, y que no nos hacen honor a los ntumu. Pero, sin embargo, no se puede decir que todos los ntumu sean violentos, ni que todos sean malos. Tampoco que los okak sean todos buenos y pacíficos.

Quisiera traer a colación la historia de cómo acabaron dos torturadores de la época de Macías. Anton King, natural de Añisok, fue un brutal torturador fiel a Macías. Analfabeto, hizo todos los estragos que pudo donde estuvo (Añisok, Niefang: violaciones, asesinatos, etcétera); Juan Mitogo, llamado Juan Cada Cosa, natural de Evinayong, fue uno de los guardias torturadores de la cárcel de Bata en aquellos años trágicos. Después de la caída de Macías a Anton King (de Añisok, ntumu) lo lincharon sus propios hermanos; Juan Mitogo (de Evinayong, okak) regresó a su pueblo. Aunque no le acogieron con los brazos abiertos (faltaría más), le dejaron construir y vivir en la aldea de donde era originario, donde vivió hasta que falleció.

Para terminar, pido a los otros ntumu que piensan como yo a alzar la voz para acallar el mensaje de odio que contienen los audios de La Mamá de Alemania. Prestando atención al mensaje bíblico (si el pecado entró por la mujer, también salió a través de la mujer), debemos ser los ntumu los que más debemos intervenir para contrarrestar el tipo de mensajes de La Mamá de Alemania.

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