La Reina de Inglaterra es una de las personalidades que acapara más miradas desde cualquier rincón del mundo. Su vida es pura historia universal. Además de ocupar portadas de periódicos y revistas su vida también ha sido llevada a la pantalla en multitud de ocasiones y alcanzando altas cotas de audiencia. Si actualmente los amantes de The Crown están de enhorabuena con la nueva temporada que llega cargada de tramas y polémicas, otros años hemos podido disfrutar de más series y documentales dedicados a la familia real británica como La Reina, la película de Stephen Frears protagonizada por Helen Mirren, con la que pudimos adentrarnos en la intimidad de los Windsor, así como el documental de la ITV británica Our Queen. Insuperables dramas británicos de época. Un año más la prima Lilibeth, como diría Jaime Peñafiel, nos reúne ante el televisor o Internet para desearnos Feliz Navidad. Como cada 25 de diciembre la reina Isabel entregará este año su 67 ° discurso navideño. Una larga tradición de transmisiones navideñas que, como también nos cuenta la periodista Katie Frost en su libro, comenzó un 25 de diciembre de 1957.
Frost nos explica miles de anécdotas así como cada uno de los hechos históricos que ha protagonizado inevitablemente Isabel de Inglaterra. Nos centramos en esta ocasión en una de las tradiciones reales más conocidas como es el Mensaje de Navidad. En 1932 el discurso del Rey, aunque breve, fue una oportunidad para que el monarca reflexionara sobre los principales eventos del año y los hitos personales de la familia real. Antes del mensaje de Elizabeth en 1957 ya se había transmitido a las naciones de la Commonwealth por radio, pero ese año la Reina Isabel decidió aceptar la solicitud de la BBC para leer sus comentarios en directo por televisión desde sus salones en Sandringham, su propiedad de Norfolk.
Por primera vez, millones de personas sentadas en sus hogares en las vacaciones familiares más sagradas se unieron a la Reina. La evolución del mensaje navideño británico refleja la lucha de la familia real para transformarse en una monarquía moderna, para equilibrar «sus roles como figuras icónicas con la sed insaciable de información sobre sus vidas y relaciones». Precisamente, hace dos años su discurso navideño generó ríos de tinta porque uno de sus párrafos parecía hacer referencia al primer discurso navideño de la Reina en 1957. En concreto, el episodio Marionetas. En el capítulo se narra cómo el político y periodista Lord Altrincham anima a Isabel II a abrirse más al pueblo y a los medios de comunicación de modo que la sintieran más cercana. «Hace hoy 60 años una joven les habló del ritmo del cambio tecnológico cuando se presentó por primera vez en una emisión de este tipo. Describió aquel momento como un hito fundamental. Seis décadas después, la presentadora también ha evolucionado, como la tecnología que describió». No era baladí, pues, que la pregunta que se hicieran todos en aquellos primeros años girara alrededor de ¿se mantendrían distantes y alejados para siempre o dejarían entrar al público poco a poco? Con su primer discurso la Reina Isabel dio un paso decisivo hacia esta apertura. «Espero que este nuevo medio haga que mi mensaje navideño sea más personal y directo», dijo mientras leía su discurso en la Biblioteca de Sandringham a las 15:00 de la tarde. «Es inevitable que parezca una figura bastante alejada para muchos de ustedes», agregó la Reina. «Un descendiente de Reyes que han visto pasar por sus vidas a lo largo de la historia; alguien cuya cara puede ser familiar en periódicos y películas, pero que nunca está realmente cerca de sus vidas personales. Pero ahora, al menos durante unos minutos, les doy la bienvenida a la paz de mi propia casa».
En aquella ocasión, aunque era la primera vez que un monarca británico se ponía ante las cámaras para transmitir el mensaje navideño, la Reina se comportó como toda una profesional. «Tuvimos un repaso ese día y luego fuimos directamente a la transmisión en directo», dijo a The Telegraph Richard Webber, encargado de la producción . «La Reina fue extremadamente exacta con el teleprompter y leyó el mensaje brillantemente». Ella también demostró ser muy estricta con los detalles. En ese momento histórico, la Reina tomó un libro y leyó algunas líneas de El progreso del peregrino, de John Bunyan. «Las líneas se imprimieron en una hoja de papel y se introdujo dentro del libro», recordó Webber. «Sin embargo, durante la grabación, la Reina rápidamente descubrió que no era el libro correcto y preguntó si había una copia en la biblioteca. Afortunadamente, existía».
Ya ha sido filtrado parte del mensaje de este año. Grabado por la BBC en el Salón Verde del Castillo de Windsor, la Reina luce un vestido de cachemir azul real, diseñado por su estilista Angela Kelly, y el broche de diamantes y zafiros del Príncipe Alberto, que entregó a la Reina Victoria el día antes de su boda en 1840. La Reina, obviamente, ha querido transmitir esperanza: «Los pequeños pasos dados en la fe y en la esperanza pueden superar las diferencias y las divisiones arraigadas para brindar en armonía y comprensión». Y continúa: «El camino, por supuesto, no siempre es fácil y puede que a veces este año se haya sentido bastante desigual para unos y otros, pero cada pequeño paso puede hacer un gran avance».
Respecto al grupo de fotografías familiares, que suele aparecer a su lado durante la transmisión y que despierta tanta expectación, no dejará indiferente tampoco: el Príncipe Carlos y Camila, los Duques de Cambridge, su padre, el Rey Jorge VI y el Príncipe Felipe. También visible la imagen de la Reina con los astronautas del Apolo 11 durante su visita al Palacio de Buckingham en 1970. Ni rastro de los Duques de Sussex.
A pesar de su éxito, las transmisiones televisadas en directo de la Reina no siguieron durante mucho tiempo. En 1960 el mensaje fue pregrabado en el Palacio de Buckingham. Pensaron que era más conveniente para todos porque así se podría enviar un rollo de película del mensaje a todas las naciones de la Commonwealth antes del día de Navidad. Esta tradición ha continuado todos los años desde la llegada de la primera transmisión en color en 1967. La única excepción fue en 1969 cuando la Reina decidió escribir un mensaje navideño en lugar de transmitir uno. Era el año de la investidura de Charles como Príncipe de Gales, y, según los más cercanos, sentía que era lo más conveniente porque «la familia ya había tenido suficiente exposición por el momento».
La audiencia de cada mensaje ha transcurrido en constante declive desde su apogeo en 1980, el año anterior a la boda de Charles y Diana, cuando llegó a 28 millones de espectadores en el Reino Unido. Pero eso no ha impedido que la Corona innovara. En 2006, alrededor de 7,6 millones de británicos sintonizaron con la televisión y, además, por primera vez a través de podcast. En 2012, Sky News produjo el programa en 3D. En estos días, los espectadores de todo el mundo también pueden captar la emisión a través de las páginas de Facebook y YouTube de la familia real.