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El método en ajedrez

 

Todos los aficionados que sentimos cierta pasión por el ajedrez en algún momento hemos querido mejorar nuestro juego. Compramos libros famosos, recomendados por jugadores experimentados; instalamos programas potentes en nuestro ordenador, estudiamos y resolvemos ejercicios o contratamos a un profesor para que nos dé clases. Sin embargo, muchas veces, cuando volvemos a jugar un torneo notamos que nuestros resultados son similares a los anteriores, sin percibir un incremento cuantitativo -expresado en puntos- o cualitativo -calidad de las partidas- importante.

 

Estos resultados, con la consecuente frustración, se deben en gran medida a la ausencia o insuficiencia del método empleado. Igual que se dice que durante una partida de ajedrez es mejor tener un plan deficiente que no tener ninguno, pues para estudiar ajedrez es mejor tener un método, aunque sea malo, que no tener ninguno.

 

Algunos consejos útiles, aunque incompletos, para comenzar el estudio del ajedrez:

 

1. Conócete a ti mismo. Mediante un análisis estadístico define en qué fases de la partida están tus principales fortalezas o debilidades, así como en qué tipo de posiciones juego abierto, cerrado, finales de torres, ataques con enroques contrarios, etcétera–, cometes los errores principales. Define qué necesitas aprender.

 

2. Recopila bibliografía. Crea fichas de libros o bases de datos. Lo importante no es poseer toda la información, sino saber dónde encontrarla. No omitas a los clásicos porque no están de moda. El ajedrez, como cualquier otra rama del conocimiento ha evolucionado y es imprescindible conocer esa evolución para comprender el juego actual.

 

3. Establece objetivos. Estos deben ser medibles, tensos y alcanzables. Usa criterios para medir los objetivos. Sé ambicioso. Diseña objetivos que te obliguen a esforzarte y a dar lo mejor de ti mismo, pero no exageres. Es importante que al finalizar hayamos cumplido más de la mitad de nuestros objetivos para que no decaiga nuestra motivación.

 

4. Diseña un cronograma. Este debe estar acorde con los objetivos establecidos. No pretendas subir 100 puntos ELO estudiando dos horas a la semana y jugando un torneo al año. El cronograma debe ser detallado, indicando el tiempo que se le va a dedicar a cada actividad y con un registro para evaluar su cumplimiento.

 

5. Escribe tu propia historia. Sé crítico con lo que leas y estudies. A pesar de que esos libros han sido escrito por famosos jugadores y teóricos, su “verdad” no es universal y lo que es válido para una posición en concreto, no lo es en otra similar. El ajedrez es demasiado complejo como para que se puedan establecer criterios absolutos. Identifícate con los grandes jugadores que más te gusten, pero no intentes imitarlos. El estudio de sus partidas te van a nutrir, pero con un poco de autenticidad harás de ti un jugador único e irrepetible y, por tanto, especial.

 

Jorge Castellanos

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