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El Ministerio de Ciencia y las ovejas eléctricas

 

¿A qué juega el Ministerio español de Ciencia e Innovación? Al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se le llena la boca con el desarrollo sostenible y la inversión en investigación, desarrollo e innovación (el famoso mantra de los que están en la pomada: I + D + i) para salir de la miseria y de una crisis que muerde a España con dientes de perro sarnoso y oxidado. Acto seguido, en un acto de coherencia paradójica, rebaja el presupuesto del departamento que dirige Cristina Garmendia y destituye al prestigioso director general de Ciencia para sustituirlo por un elemento de más peso político y menos ciencia. Cosas del querer administrativo, los sueños acaso eléctricos -y quién sabe si psicotrópicos- de quien mide cada paso con un sismógrafo de rentabilidad electoral a corto plazo.

 

El hasta ahora secretario de Estado de Investigación, Carlos Martínez, ex presidente del Consejo Superior de Investigaciones  Científicas, era un brillantísimo investigador con más de 400 artículos publicados, pionero en la integración entre el mundo de la ciencia y el de la empresa. Licenciado en Bioquímica y doctor en Inmunología por la Universidad Complutense de Madrid, había trabajado en distintos puestos de investigación en centros como el Departamento de Bioquímica de la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos, el Departamento de Inmunología de la Clínica Puerta de Hierro, el Instituto de Inmunología de Basilea, el Departamento de Inmunología de la Universidad de Umea (Suecia) y el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de París. Fue jefe del Departamento de Inmunología y Oncología del Centro Nacional de Biotecnología de la Universidad Autónoma de Madrid. Amigo personal del presidente Rodríguez Zapatero, parece que a Martínez le sentó como un jarro de agua fría que Universidades fuera desterrado del campo de actuación de su ministerio, lo que hizo que se enfriaran sus relaciones con la ministra. La puntilla fue el severo recorte presupuestario para investigación en los caudales del año que viene, que será de un 15 por ciento. En el caso de Martínez, parece que pesaba más su perfil investigador y científico que el político.

 

Todo lo contrario que su sustituto, Felipe Pétriz, hasta ahora director general de Universidades, que acaso sirva para reparar los puentes rotos por la riada de las competencias que cambian de manos a golpe de decreto. Pétriz es doctor en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Zaragoza y catedrático de Matemática Aplicada en el Centro Politécnico Superior de la Universidad de Zaragoza, donde ha sido secretario, subdirector de Docencia y subdirector de Alumnos y Relaciones Internacionales. Ha sido  presidente de la Red Universitaria de Asuntos Estudiantiles, así como
vicerrector de Profesorado y rector de la Universidad de Zaragoza entre 2000 y 2008. Según el Ministerio de Ciencia e Innovación, Pétriz Calvo ha participado en doce proyectos de investigación, la mayoría en colaboración  con empresas. Ha dirigido proyectos fin de carrera, tesinas de licenciatura y tesis doctorales.

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