Cuando un iniciado, compra sus primeros libros o se hace con los servicios de un experimentado profesor, con frecuencia cree que esos medios de aprendizaje le van a proporcionar innumerables trucos con los que ganar a sus rivales. Afortunadamente, tales trucos no existen, pues de ser así, el arte en el ajedrez quedaría supeditado a un ejercicio de memoria en el que el mejor jugador sería aquél que conociera o recordara más “trucos”.
Ahora bien, sí que existen lo que se denominan “celadas en la apertura” que no son ni más ni menos que ciertas jugadas al comienzo de la partida en las que en unas posiciones concretas, permiten ganar rápidamente la lucha apenas comenzada ésta, pero aunque memorizáramos todas estas celadas, puede que nunca alcancemos las posiciones necesarias para poder aplicarlas, dado que se necesita la colaboración del rival, en el sentido de que éste realice esa débil jugada que nos permita ejecutar el memorizado golpe de gracia.
Absolutamente todos los expertos son de la opinión que lo único que nos puede llevar a la victoria, es la práctica y el constante aprendizaje de todas las facetas del juego y así conseguir la maestría necesaria que nos permita superar a nuestro rival de turno. No obstante, sí son conocidas entre los profesionales e incluso los jugadores de club, ciertas técnicas que en posiciones muy concretas se pueden aplicar con efectos devastadores. Una de ellas es “El Molino” que a pesar de ser conocida casi por cualquier aficionado, de vez en cuando, caen en ella los más grandes jugadores, tal y como voy a mostrarles en la siguiente partida en la que la víctima es ni más ni menos que el mismísimo Emanuel Lasker, campeón del mundo durante 27 años. Su verdugo fue el mejor jugador mexicano de la historia, Carlos Torre.
Vean cómo las aspas de “El Molino”, barren todo a su paso en esta histórica partida:
Blancas: Carlos Torre
Negras: Emanuel Lasker
Lugar y fecha: Moscú, 1925
1.d4 Cf6 2.Cf3 e6 3.Ag5 [Sistema Torre]
3…c5 4.e3 cxd4 5.exd4 Ae7 6.Cbd2 d6 7.c3 Cbd7 8.Ad3 b6 9.Cc4 Ab7 10.De2 Dc7 11.0–0 0–0 12.Tfe1 Tfe8 13.Tad1 [Los dos contendientes han desarrollado sus piezas de forma correcta y ahora inician una serie de maniobras poco predecibles]
13…Cf8 14.Ac1 Cd5 15.Cg5 b5 [Como vemos, Torre intenta crear amenazas en el bien defendido flanco de rey de Lasker y éste, por su parte, contraataca en el flanco opuesto]
16.Ca3 b4 [Lasker continua su iniciativa en el flanco de dama]
17.cxb4 Cxb4 18.Dh5 [Es muy extraño que Torre consienta el cambio de su poderosísimo alfil de casillas blancas. Lo que haría cualquier maestro es retirarlo a la casilla b1 desde la que defiende el peón de a2 y a la vez, mantiene el ataque contra el enroque del rival]
18…Axg5 19.Axg5 [No es una buena jugada, por lo que se verá enseguida, pero ¡lo que es la vida!, gracias a este dudoso movimiento, Carlos Torre legó una partida para la historia]
19…Cxd3 20.Txd3 Da5 [¡Eso es! La jugada de Lasker amenaza la torre de e1 con jaque mate y también el alfil por medio de f6 o h6, dado que no se puede retirar, so pena de perder la dama]
21.b4 [única respuesta para no perder una pieza]
21…Df5 [Si 21… Dxb4, sigue 22.Tb1 o 22.Ad2 y Lasker ha salvado la situación a costa de un peón, pero quiere más y prefiere mantener la tensión. Ahora amenaza la torre de d3 y renueva la amenaza contra el alfil clavado]
22.Tg3 [Objetivamente hablando, mejor es 22.Th3 defendiendo la dama para poder retirar el alfil, pero el bueno de Torre ¡también tiene ganas de jaleo!]
22…h6 [Lasker por fin ejecuta su amenaza contra el alfil blanco, aunque era mejor haberlo hecho con el peón de f6]
23.Cc4 [Quizás Lasker subestimó esta reacción de su rival]
23…Dd5 [Parece una magnífica jugada ya que defiende el peón de d6, ataca al caballo y mantiene la amenaza contra el alfil que sigue sin poder moverse, pero…]
24.Ce3 Db5 [Simplemente, capturar el peón de d4, mantenía una posición equilibrada, pero Lasker está convencido que ahora sí que caerá el alfil, pero lo que no se imagina, es que gracias al movimiento que acaba de realizar, va a permitir que Carlos Torre pase a la historia como el jugador que le aplicó «El Molino» al gran Lasker!]
25.Af6
[¡Plas, plas, plas! ¿Que el alfil está clavado? ¡¡pues cómete la dama!! Lasker debió quedarse pálido, pues ahora está bajo dos amenazas: su dama (26.Dxb5) y su rey (26.Txg7+ seguido de 27.Dxh6 jaque mate)]
25…Dxh5 [No hay otra. Eso o abandonar]
26.Txg7+ Rh8 27.Txf7+ [¡Molino!]
27…Rg8 28.Tg7+ [¡Otra aspa!]
28…Rh8 29.Txb7+ [¡Y otra!]
29…Rg8 30.Tg7+ [¡Suma y sigue!]
30…Rh8 31.Tg5+ [Y no 31.Txa7 porque dejaría camino libre a la torre negra, así que ¡recogida la fruta, vamos a por el plato principal!]
31…Rh7 32.Txh5 [El Molino ha terminado su trabajo]
32…Rg6 33.Th3 Rxf6 34.Txh6+ [Con tres peones de menos, Lasker debía haber abandonado, pero todavía hará algunas jugadas más]
34…Rg5 35.Th3 Teb8 36.Tg3+ Rf6 37.Tf3+ Rg6 38.a3 a5 39.bxa5 Txa5 40.Cc4 Td5 41.Tf4 Cd7 42.Txe6+ Rg5 43.g3 [Y ahora sí, Lasker se rindió] 1–0
Carlos Torre Repetto, se retiró prematuramente del ajedrez al serle prohibida su práctica por prescripción facultativa, pues cayó en una profunda depresión al ser abandonado por su novia. Posteriormente, la FIDE le concedió el título de Gran Maestro.
Luis Pérez Agustí