Si la poesía representa la «literatura del yo» por excelencia, también es cierto, como afirma Gayle Greene, que «el feminismo aconteció cuando las mujeres aprendieron a decir yo». De ese modo, en los versos que las poetas escriben se entrecruzan las aristas de la polifonía que conforma su interior. Y la clase, la raza, el género, la religión… son fuente de las pulsiones que las movilizan. Pero si, como refiere Donna Haraway, en nuestro tiempo «las identidades parecen contradictorias, parciales y estratégicas», no debemos olvidar que «el género sexual, la raza y la clase social no pueden proveernos los fundamentos de una unidad “esencial”». De hecho, ella misma «postula una política basada en afinidades, no en (imposibles) identidades». Todas ellas no se excluyen entre sí y son, al contrario de lo que pueda pensarse, el espíritu de un sentido profundo de comunidad, que es imprescindible no perder de vista para culminar el proyecto liberatorio de la mujer.
Ese es el punto de partida de esta breve antología de poemas venidos desde Estados Unidos, Mozambique, Marruecos y España que pretenden iluminar la diferente, pero común condición de cuatro mujeres para poner de relieve la riqueza de las interdependencias y diferencias mutuas. Porque es necesario, tal y como dice Audre Lorde, «descender al caos del conocimiento y regresar con visiones verdaderas de nuestro futuro, junto con el poder concomitante para efectuar los cambios que puedan realizar el buen futuro. La diferencia es esa conexión en carne viva y poderosa de la que se fragua nuestro poder personal». En esa conexión, parafraseando a Reyna Grande, las poetas son anfibios y sus poemas son puentes en un mundo en el que el mestizaje, el plurilingüismo o la confluencia cultural son sus marcas definitorias.
Abre y cierra esta breve antología la sensibilidad porosa de Ángela Mallén que bebe de un momento y se nutre del vacío. Y entre medias encontraremos el poderío luminoso de Audre Lorde, el canto dolido de Noémia de Sousa, y la utopía militante de Saida Menebhi (la traducción de los poemas del inglés, francés y portugués al castellano las he realizado con la ayuda de la propia Mallén, con una versión libertaria, buscando el ritmo y la naturalidad por encima del palabra por palabra).
Momento, Ángela Mallén
Cada mujer tiene su momento.
Y cuando lo encuentre, no debe sentirse sola, ni débil. Porque ha nacido la complicidad ciudadana. Porque la violencia contra la mujer es la más vergonzosa violación de los derechos humanos. Porque los hombres y las mujeres queremos avanzar juntos en la igualdad, la solidaridad, la justicia, el desarrollo y la paz.
Cada mujer tiene su momento.
Y cuando lo encuentre, volverá a vivir las pequeñas alegrías de la vida que nos dejó escritas Bertold Brecht:
“La primera mirada por la ventana al despertarse, el viejo libro vuelto a encontrar, rostros entusiasmados, nieve, el cambio de las estaciones, el periódico, el perro, la dialéctica, ducharse, nadar, música antigua, zapatos cómodos, comprender, música nueva, escribir, plantar, viajar, cantar, ser amable”.
Sister outsider, Audre Lorde
We were born in a poor time
never touching
each other’s hunger
never
sharing our crusts
in fear
the bread became enemy.
Now we raise our children
to respect themselves
as well as each other.
Now you have made loneliness
holy and useful
and no longer needed
now
your light shines very brightly
but I want you
to know
your darkness also
rich
and beyond fear.
Hermana forastera
Nacimos en un tiempo empobrecido
sin tocar nunca
el hambre de la otra
sin compartir nunca
nuestros mendrugos
por miedo
a que el pan se convirtiera en enemigo.
Educamos ahora a nuestras niñas
para respetarse tanto a sí mismas
como a las demás.
Ahora que has hecho a la soledad
sagrada y útil
y ya innecesaria
ahora
que tu luz brilla fulgurante
quiero que sepas algo:
tu oscuridad es también
rica
y va más allá del miedo.
Se me quiseres conhecer, Noémia de Sousa
Se me quiseres conhecer,
estuda com os olhos bem de ver
esse pedaço de pau preto
que um desconhecido irmão maconde
de mãos inspiradas talhou e trabalhou
em terras distantes lá do Norte.
Ah, essa sou eu:
órbitas vazias no desespero
de possuir a vida,
boca ragada em feridas de angústia,
mãos enormes, espalmadas,
erguendo-se em jeito de quem implora e ameça,
corpo tatuado de feridas visíveis e invisíveis
pelos chicotes da escravatura…
Torturada e magnífica,
altiva e mística
África da cabeça aos pés,
-ah, essa sou eu:
se quiseres compreender-me
vem debruçar-te sobre minha alma de África,
nos gemidos dos negros no cais
nos batuques frenéticos dos muchopes
na rebeldia dos machanganas
na estranha melancolia se evolando
duma canção nativa, noite dentro…
evaporándose, noche adentro…
e nada mais me perguntes,
se é que me queres conhecer…
Que não sou mais que um búzio de carne,
onde a revolta de África congelou
seu grito inchado de esperança.
25/12/1949
Si me quieres conocer
Si me quieres conocer
observa con los ojos bien abiertos
ese pedazo de pan negro
que un anónimo hermano maconde
de manos inspiradas talló y trabajó
en las tierras distantes del Norte.
Ah, esa soy yo:
órbitas vacías desesperadas
por poseer la vida
boca desgarrada en heridas de angustia,
manos enormes, extendidas,
levantándose como quien implora y amenaza,
cuerpo tatuado de heridas visibles e invisibles
por los látigos de la esclavitud…
Torturada y magnífica,
altiva y mística
África de la cabeza a los pies
Ah, esa soy yo:
si quieres comprenderme,
ven a inclinarte sobre mi alma africana
en los gemidos de los negros en el muelle
en la percusión frenética de los muchopes
en la rebeldía de los machanganas
en la extraña melancolía manando
de una canción nativa, en la noche…
evaporándose dentro de la noche…
y nada más me preguntes,
si es que me quieres conocer…
Que no soy más que una caracola de carne,
donde la rebeldía de África congeló
su grito henchido de esperanza.
Poème du 13 novembre 1976, fragment (Prison civile de Casablanca), Saida Menebhi
(…)
Nous marchions
La tête haute, le regard perdu
Tu parlais d’un monde merveilleux
Qui viendrait car nous le voulons.
Dans ce monde, disais-tu,
Les enfants ne connaîtront plus la misère,
Les mamans n’abandonneront plus leurs bébés,
Les femmes ne seraient plus battues,
Méprisées, avilies.
Nous marchions, encore et toujours
Comme des fous et des damnés
Lorsque nous sommes arrivés
Déjà je rêvais.
(…)
Caminemos
La cabeza alta, la mirada perdida
Tú hablabas de un mundo maravilloso
Que vendría con sólo desearlo.
En ese mundo, decías tú,
Los niños no conocerán la miseria
Las madres no abandonarán a sus bebés
Las mujeres no serán golpeadas,
Despreciadas, envilecidas.
Caminenos, ahora y siempre
Como locas y como malditas
Y cuando lleguemos
Ya lo habré soñado.
VACUUM, Ángela Mallén
Se ha puesto la luna,
se han puesto las Pléyades.
Es medianoche y la hora pasa,
y yo estoy aquí, sola.
Safo
Sabemos que los barcos resucitan
en la fibra de vidrio de la noche
más allá del horizonte y de los sueños
donde silba su canción Ottis Redding
eterna, vulnerable
y los peces se enamoran de los náufragos
Resplandece una estrella fantasma sobre un barco fugaz
¿Cómo atar esa estrella a un barco de la noche?
He caído. Soy torpe. Peso mucho
Los chacales corean baladas heavy metal
para el último tranvía que atraviesa
la solitaria dársena:
el que hace vibrar el diapasón del puente
y circula muy lento a través de mi pecho
Campanadas hundidas dan los cuartos
para los ahogados
Sólo un barco con destino a Orión
tal vez pueda salvarme
Noche fría en el embarcadero
Vuelan mundos sutiles. Yo me dejo caer
como cae la luna sobre los tiburones
y las aguas de un lago sobre un cisne difunto
y una estrella emigrante sobre un triste cayuco
Como caen los gatos a los pozos
y las emboscadas sobre la identidad
Y después de caer, me levanto
Aunque nadie me lo ordena.
Aunque a nadie le importe
Me levanto como una columna de humo
a dibujar palabras en el aire
Luego llega el sonido del trueno.
Persigo el movimiento del sonido
Doy gracias al vacío que deja la palabra en una calle forastera
que deja el amor en una sábana arrugada
que deja en una jaula el pájaro que estuvo cautivo
No hay palabra que valga si no cae al vacío
Si no cae en pecado, en desgracia, en desuso, en coma
Si no cae en otros brazos, porque pesa
la palabra caída. Pesa. Y cae
en la fría certeza de la noche